Soy Lynn… solo Lynn ya que nunca conocía a mis padres, aunque supongo que los tuve alguna vez, fui regalado como una mascota a un joven alto de nombre Alexander yo era muy pequeño y blanco, era un conejo de especie enana, Daisy Dwarf es como recuerdo que llaman a los de mi especie. Había pasado apenas mis primeras dos semanas de feliz estancia, Alexander me cuidaba y me llevaba a todos lados, una noche durante el festival de Tanabata, recuerdo que Alexander usaba un yukata de color azul, yo iría con él dentro de un bolso de mano, solo podía pensar en él, solo seríamos él y yo… Llegó por fin la hora, con él a mi lado y yo con una inmensa felicidad que aún recuerdo, él caminaba tranquilamente por los pasillos de esa gran mansión, cada pasillo que estaba decorado con una alfombra de terciopelo azul, esas paredes pintadas de un rojo profundo y algo oscuro y en el techo varios candelabros con cristales de muchos tamaños colgando de ellos, él parecía sonreír a medida que se acercaba a la salida de esa mansión, lo vi despidiéndose de esos adultos que aún recuerdo me obsequiaron a él, y no podría haber pedido más, una limosina blanca se acercaba rodeando la fuente de la entrada para que después ambos pudiéramos subir a ella y que ambos pudiéramos ir a nuestro destino: el festival de las estrellas, aquel en el que los deseos más profundos se volvían realidad.
En todo el viaje no pude ver más allá de la bolsa en donde yo viajaba y la cara de Alexander sonriéndome, pasaron escasos minutos y tomó la bolsa en donde me encontraba para poder salir de la limosina, habíamos llegado, no podía ver colores, pero aun así todo se veía tan alegre que no pude evitar sentirme igual que el resto de la escena. Nos acercábamos a todo tipo de cosas llamativas, incluso pude darme cuenta de que Alexander era bastante popular entre las chicas, todas parecían ser de su escuela, y no pude evitar sentirme celoso. ¡Hey, él es mío! La verdad deseaba estar con él, decirle lo que sentía, pero solo podía mirarlo, sin evitar que hiciera su vida, que creciera y que un día yo fuera a parar al patio de la casa. Después de esa molesta interrupción, Alexander me llevó a un lugar solitario y apartado, en donde después de varias explosiones que sonaban fuertemente pude ver pequeños resplandores en el cielo, por un momento deseé que el tiempo no corriera más, quería quedarme ahí, siempre, a su lado, siendo siempre su centro de atención… No recuerdo cuando llegamos a casa, pero pude ver el miedo en su mirada, y ese miedo… Yo lo ocasionaba.
-¿Quién eres?
-Soy Yo, Lynn ¿Qué hay de diferente en mí? Espera ¿Yo dije eso?
Alexander solo me miraba confundido y aterrorizado, yo comencé a entrar en pánico apenas miré lo que antes eran pequeñas patas de pelaje blanco, ahora… eran cinco delgados y definidos dedos, toqué con ellas mi rostro, todas y cada una de mis facciones eran humanas, no pude evitar gritar y que después el me hiciera segundas con mis gritos, me oculté debajo de su almohada y comencé a temblar…
-Lynn, ¿Enserio eres tú?
Lo hizo después de haber analizado toda la situación y después de gritar.
-Sí, yo no podría mentirte, soy yo…
-Mi deseo se cumplió… yo que tanta fe le había perdido a las estrellas…
-¿Entonces tu…?
-Ahora entiendo todo, lamento haberme exaltado, los deseos no siempre suelen cumplirse de esta manera tan extraña, quiero decir, está bien que de la nada conozcas a alguien que se parezca a las descripciones que hiciste sobre una persona y de repente aparece aquí…
-¿Entonces soy como tu querías?
-Si ¿Verdad que eres una monada?
-¿Por qué el pelo rosado? Y aún conservo las orejas…
-Me pareció exótico y único… aunque las orejas… no pedí que las tuvieras…
-Entonces soy defectuoso, querrás deshacerte de mí…
-No es eso, te ves mejor de cómo te había descrito a las estrellas…
Después de esa extraña bienvenida a mi nueva vida fui nuevamente adoptado por Alexander, pasaron los años y crecía hasta llegar a ser un chico de casi 13 años y fue cuando todo comenzó a cambiar… Amaba tanto a Alexander como para apartarme de su lado cuando comenzaba a volverse igual de oscuro y ambicioso que su padre, y desde que este había desaparecido ahora la responsabilidad recaía en sus hombros, el negocio familiar estaba cayendo y yo no hacía más que esperarle en casa encargado de cuidar lo que había ahí, aunque sabía que solo me lo pedía para que me quedas en casa, tanto que le había insistido en ayudar… por fin había esa posibilidad, fue entonces que me llevó por primera vez a ese gran edificio de miles de luces brillantes, con miles de hombres bien vestidos y mujeres elegantes entrar y salir de ahí, fue entonces que me pidió entrara a una habitación donde había cámaras, sombrillas, un fondo blanco y varios hombres esperando y hablando entre ellos…
-Les he traído un nuevo modelo, quiero que sus fotografías se vendan en internet y las hagan públicas, si yo admiro tanto su belleza muchos lo harán por igual pero tendrán que comprarla…
No entendí nada, pero quería ayudar un poco, y a medida de que sonreía hacia esas cámaras me podía dar cuenta de la inmensa cantidad de luces que me apuntaban cada semana por la noche, a principio Alexander cuidaba a esos hombre para no hacerme nada indecente, me pagaba clases de escritura y lectura… y cambió aún más cuando por fin comenzó a pedirme que me quitara unas cuantas prendas para mostrar mi piel… al principio solo me incomodaba un poco, pero quería ayudar, hubo varias sesiones iguales, hubo firmas de las mismas fotografías, la venta de ellas eran bastante populares en linea como en el casino, que ya sabía que era para ese entonces, sentía que por fin el negocio había crecido y entonces sería un buen momento para retirarme…
-¿Crees que te dejaré marcharte tan fácilmente?
-P-pero ya he hecho lo que me pedías y todo ha mejorado…
-No puedes marcharte, ya que ahora mi querido Lynn, he vito una gran mina de oro y diamantes en ti. ¿Sabes lo mucho que pagan por ver las grabaciones de tus sesiones de fotos? ¿Sabes cuánto podrían pagar por verte haciendo muchas cosas más?
-Alexander… Actúas igual que tu padre, yo no podría. No puedo…
-No me hagas ponerme de mal humor…
Fue cuando sentí una bofetada tan fuerte que sentí mi cara arder, la persona a la que más quería me había golpeado, había levantado una mano en contra mía…
-Escucha bien, Lynn, eres una presa más y eres la más famosa, te recomiendo que te quedes si no quieres ver de lo que soy capaz.
-No lo haré, me rehúso, ya tienes lo que querías, ya no seguiré…
-Te lo advertí pequeño…
Llegué a casa en ambulancia, tenía un brazo fracturado, el ojo izquierdo morado, la nariz y la boca sangrando y múltiples moretones por todo el cuerpo, la semana siguiente tuve que usar kilos de maquillaje y disimular esas ganas de desmoronarme a llorar, y esas palizas eran cada vez más frecuentes, desde las mañanas antes de que se fuera de casa hasta que llegaba de trabajar era la segunda ronda… todo para evitar que escapara, mi vida empeoró, y ese amor que sentía por él se transformó en más que odio, era miedo, la persona a la que más amaba ya no estaba. El día en que me enteré que harían videos para adultos conmigo no pude evitar sentirme tan humillado, tendría que huir, no tenía de otra, pero ¿A dónde? No importaba, siempre y cuando fuera lejos de ahí, evité a toda costa a la servidumbre de la mansión para evitarme tantas explicaciones, tendrían problemas, pero no tantos como yo si me quedaba ahí a seguir soportando todo eso. Ya habían sido dos años de esa manera y no seguiría siendo la victima de esos maltratos. Salí bien librado y corrí, corrí a todo lo que mis cortas piernas podían, hasta la parte oscura de la ciudad, fue ahí que me encontré con ese hombre, más bien, choqué con ese hombre alto de ojos y cabello negro… ¿Quién diría que me ayudaría tanto?
-Y fue así como viví por todo ese tiempo…
-Y qué bueno que ese hombre está ahora pudriéndose en prisión…
-Sakumo-kun, sabes que no me gustan las malas palabras…
-Lo siento… y ¿Cómo es eso de que puedes tener hijos?
-Simple coincidencia o suerte, ni siquiera yo lo sé, para ese asunto nos daremos el lujo de la duda ¿Está bien?
-Está bien… ¿Y será niño o niña?
-Aun no podemos saberlo, Sakumo-kun bobo…
CONTINUARÁ…