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Amor a la vista. por ThatBlackCat

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Notas del capitulo:

Holaaaa~ de nuevo xD bueno traigo un nuevo capitulo *Q* llego la hora de hablar para el rubio *aplausos* Gracias a todos los que han seguido el fic... (por dos días) xD espero que lo sigan leyendo y... no les quito más tiempo :3 a leer. 

p.d: los personajes no son mios son de Oda-sama 

-Sanji   

Quizás estaba siendo un tremendo torpe con el marimo, pero no era del todo mi culpa, me salva arriesgando su propia vida, se enferma y no me deja cuidarlo y para rematar deja que el capitán se siente en sus piernas delante de mí, ¿Quién se cree que es? Zoro me ha atraído desde que entre en el barco, de eso ya hace varios años, pelear con él era gratificante era casi como un pequeño momento de paz envuelto en malas palabras y golpes, nadie notaria mis sentimientos me había asegurado de eso, nadie lo notaria, mucho menos el más lento del grupo, ese cerebro de caracol jamás notaria que alguien tan galante como yo se había enamorado de un cabeza de césped.

Muchas veces el peliverde me hacía soltar suspiros en mi habitación, siempre he estado pendiente de él, ayudar a las chicas en lo que necesiten hace que lo del marimo luzca insignificante,  y de un momento a otro decide que era buena idea venir y tirar todos mis ideales dándome ideas de que ese… ese… individuo siente algo por mí, ¡vaya! Que torpeza de mi parte llegar a pensar que él ama más a alguien que a su botella de sake y sus katanas, finalmente me relaje en la cocina ese pequeño lugar que siempre sería mío y solo mío, donde podía olvidarme de la escenita que monto con Luffy en sus piernas, de mis insistentes celos que se encargaron de que la comida se quemara y descompletara la vajilla, ese tipo sí que sabe hacerme trastabillar.

Justo cuando mi cigarrillo estaba por acabarse escuche una voz que hizo que el humo se atorara en mi garganta intentando salir salvajemente por mi nariz.

-Pareces pensativo cocinero-san.- La voz de Robin-chan me saco de tirón de mis pensamientos, tuve que dar un par de tosidos antes de poder responder.

-¡oh!? ¡Ah!, no, no, no es nada Robin-chawn, ¿Quieres que te sirva una taza de café? ¿Quizás algunos pastelillos? Solo debes pedirlos.- Sonreí amablemente esperando el pedido de la dulce pelinegra.

-Una taza de café no me viene mal, pero dime cocinero-san, ¿finalmente el espadachín se dio cuenta de lo que sientes? –Su sonrisa natural cuando decía algo que los demás no debían saber se asomaba por sus labios, me atragante con el aire que entraba por mi nariz y por un segundo perdí el enfoque del lugar en donde me encontraba, cuando regrese en mí solo pude formular un quedo “¿Eh?”.

-Fufufu~ creo que fuiste descubierto, cocinero-san. – Suspire de manera dramática, no tenía caso esconder cosas cuando ya las sabían ¿no? Además no me venía mal hablar el tema con alguien.

-Me has atrapado Robin-chawn, el estúpido marimo jamás se sentiría se esa manera no tiene espacio para su corazón para otra cosa que no sean sus katanas y varias botellas de sake, es lindo mirar la luna y las estrellas pensando que algún día el tomara mi mano y me dirá cuando me quiere, pero solo son sueños imposibles, no hay mucho que pueda hacer, no puedo meter sentimientos donde no los hay. – Un nudo se posó en mi garganta, si continuaba sentía que podría ponerme a llorar, debía mantenerme, después de todo… no puedo llorar delante de una señorita. Robin se levantó en ademan de irse, pero antes de cerrar la puerta dijo.

- No lo sé, cocinero-san, quizás tus sueños no son tan lejanos.

La plática con Robin me había dejado hecho polvo, primero me descubría, después me hacía contarle lo que sentía y justo cuando me sentía indefenso simplemente se va, jamás le reprocharía a una dama, pero fue algo que no esperaba, decidí que debía tomar un poco de aire fresco, demasiado fresco quizás, cuando salí de la cocina el aire helado de la isla de invierno a la que nos acercábamos golpeo mi cara, sin dudarlo me abrace a mí mismo esperando darme un poco de calor.

-Que frio hace.

Susurre para mí mismo, a pesar de la terrible temperatura me recosté en el piso cercano a los arboles de mandarina de Nami, los arboles me cobijaban un poco el frio, el cielo se veía hermoso, oscilando en distintos tonos de grises, negros y azules, las estrellas eran un adorno exuberante para aquellas noches frías, la luna… tan grande y brillante como pocas veces, en ese momento me sentí solo, con unas inmensas ganas de llorar, ¿Cuándo me volví tan débil? Las peleas con el peliverde me estaban dejando exhausto, ya no sabía cómo lidiar con mis emociones y ahora sumándole lo sucedido con Robin, mi cabeza estaba punto de explotar, encendí un cigarrillo siempre me venían bien cuando deseaba relajarme un poco, cuando estaba por colocar el cigarrillo entre mis labios escuche un par voces…

-Te digo que no es así – gritaba el peliverde, molesto, exasperado y porque no decirlo sonaba acorralado.

-¡Ah! ¿Estas completamente seguro? En la tarde cuando peleabas con Sanji saliste hecho una furia y no has hecho más que entrenar, algo está mal contigo Zoro.- La pelinaranja no se dejaba intimidar por Zoro, era algo en su naturaleza.

-No es nada… Sanji estaba molesto y no quería aguantar su mierda, eso es todo. –Zoro estaba comenzando a aflojar su voz cada vez más.

-¿Por qué no admites que te gusta? – Nami lo había acorralado. No había salida.

-Te digo que no es eso, no… él… a… yo no… Dios Nami, él no… - El peliverde titubeaba, su cerebro corría a mil por hora, pero Nami no lo dejaría huir.

-Él te gusta, acéptalo, ¿Cuándo estas con él te sientes tranquilo?- Jaque para la pelinaranja.

-Si… - A Zoro le quedaban dos salidas, responder… o responder.

-¿Últimamente cuando él se molesta contigo tú pierdes el control de ti mismo? – Nami levanto una ceja, ya sabía la respuesta.

-Un poco… Pero…- Nami impidió que continuara.

-¿Cuándo lo salvaste… cuando sentiste que podías perderlo, que sentiste? – El peliverde palideció… recordó el pánico que sintió en esos momentos, la angustia de no poder encontrarlo, el olvidar lo helado del agua cuando estaba en ella buscando al rubio, lentamente se sentó en el piso, Nami comprendió la respuesta.

-Estás enamorado de él, acéptalo. – La pelinaranja había terminado, lo único que no sabía era que Sanji lo había escuchado todo.

Como en una especie de trance me levante de entre los árboles y seguí el sonido del viento hacia el peliverde, mis mejillas sonrojadas y mis manos frías, por unos instantes olvide el frio de la noche, no parecía tan frio después de lo que escuche, en cuanto Zoro me vio, parecía que iba a desmayarse de la impresión, pero no cayó sobre el piso sino que se abalanzó contra mí, su pecho subía y baja precipitadamente, recordar lo que había pasado cuando caí del barco le había aterrado, deslice mis manos por su corto cabello y le abrace de la manera más cálida que pude, no necesitaba una batalla campal con mis sentimientos, solo quería dejarme llevar…

 

Notas finales:

Chan, chan, chan xD el sigiente capitulo pinta para algo bueno 7u7 

¿jitomatazos, refrescos volando, palomitas, amor, comentarios... algo para la pobre de mi? xD 

Espero que les haya gustado *Q* espero sus comentarios 7u7~ no les roba mucho tiempo u.u' 

Gracias por leer

 

 

 

 


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