Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando La Vida Te Da La Espalda. por Lise Francis

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Muchísimas gracias por leer, me hace muy feliz y gracias por tomarse un tiempo para escribirme, me alegra y anima mucho.
Y sin más aquí les dejo un nuevo capítulo, disfrútenlo y luego me dicen que les pareció…


Me senté. La viga estaba fría como la noche. Hace unos minutos que el sol se había ido y ahora unas tímidas estrellas se mostraban junto con la obscuridad. Sentía esa opresión en mi pecho que me estaba matando por dentro, lento pero dolorosamente. Mire hacia abajo, apenas se notaba el rio, pero ahí estaba como diciéndome “Salta, hare que ese dolor se aleje”. Y le creí. 
Estaba ahí, era la respuesta, era la… salida.
 Me permití pensar que tal vez era un cobarde, me permití pensar que vendrías. Me reí. Una risa sínica, que pronto fue callada con lágrimas que caían sin permiso. ¿Que vendrías? No, no lo harías. Lo sabía y dolía, no tanto como el por que no lo harías, pero definitivamente dolía. No era para amargarme mis últimos minutos o tal vez, segundos de vida pero quería seguir recordando todo. Porque pese a que fue amargo, fue simplemente lo mas dulce que me paso, porque quería recordarte antes del fin.

Me encontraba acostado en mi cama mirando el techo. Habían pasado ¿Cuánto? ¿2 o 3 días desde que no te contestaba tus llamadas y mensajes? Estaba aterrado por lo que sentía, por lo que eso implicaba, porque tal vez tu no lo hacías, por tantas cosas. Estaba aterrado y asustado. ¿Por qué? ¿Por qué me tenía que sentir así? Empecé a pensar en los Tal veces…
Tal vez fue por tus sonrisas, tan cálidas y reconfortantes que me atrevía a pensar que eran para mí. Que me hacían querer ser al único que se las dediques. 
Tal vez fue por el modo que me faltaba el aire cuando te recordaba o por cuan feliz era cuando estábamos juntos  y por cuan infeliz  era cuando no lo estábamos.
Tal vez por que eras en la primera persona en la que pensaba cuando me levantaba y en la última cuando me dormía.
Podía ser por eso como por mil razones más, Laxus. Pero la verdad era que te quería, que te amaba. Y estaba confundido. Pensaba y pensaba tanto que mi cabeza iba a explotar. Mi padre nunca lo aceptaría si se enterara... Sacudí mi cabeza, no iba a pensar en eso. A parte ¿Qué me hacía pensar que tal vez ocurriría algo entre nosotros? ¿Qué me hacía pensar que tu sentirías lo mismo o que me querrías tanto como yo? Nada. Entonces pensaba cuanto asco te daría cuando te lo dijera  cuanto te quería  y mil maneras mas en la que te lo tomarías, ninguna feliz. 
Era como un círculo vicioso. Pensaba en cómo, me descubría amándote y me deprimía pensando que como te lo tomarías. Era una tortura.
Al sexto día desde que empecé a ignorarte, tome una decisión. Te olvidaría. No te diría nunca lo que sentía porque probablemente nunca corresponderías mis sentimientos y te dejaría volar, lejos de mi vida. Probablemente encontrarías a alguien y serías feliz. 
Pensaba, o me mentía  a mí mismo, infantilmente que si eras feliz yo lo sería.
Sonó el timbre y baje a atender. Al abrir la puerta me encontré con tu cuerpo y al subir con tus ojos y con esa mirada. “Tienes que ser fuerte Freed” Me decía, mientras trataba de mantenerte la mirada. Parecías preocupado pero ¿Por qué?
-Hola- Te dije como desinteresado. Costaba mantener esa voz junto con la actitud.
-Tu… ¿Estas bien? ¿Te paso algo?- Sonabas preocupado y eso me preocupaba.
-Sí, perfectamente- Frunciste el ceño con mi respuesta.
-Entonces; ¿Por qué no me contestabas?- Sabía que te contestaría y sabía que dolería pero tenía que hacerlo.
-Por qué no quería.
-¿Po-por qué?- Dijiste, sonabas mal, pero simplemente pensé que me lo agradecerías después. Tú perderías a un amigo, en cambio yo te perdería a ti, a quien amaba.
-Por qué no quería verte así que hazme el favor de irte- Cuando lo dije, no pude mantener tu mirada así que solamente empecé a cerrar la puerta. Algo llamado tu brazo me lo impidió, y anqué hice fuerza, tú eras más fuerte y la abriste. Y me miraste. Tus ojos me demostraban una combinación de tristeza y enojo. Me acorralaste contra la pared poniendo tus brazos sin dejarme salida. Bajaste un poco tu cabeza y me miraste. Corrí la cabeza hacia un costado, resultaba imposible mirarte de vuelta. Así que trate de alejarte y empujarte inútilmente.
-Ya, Laxus, suéltame, déjame ir- Te mire tu intensa mirada me callo.
-¿Cómo puedes ser así? ¿Así tratas a un amigo?- Ibas a seguir hablando pero en ese momento y  con esa palabra que se repetía en mi mente “Amigo, amigo, amigo...” Me derrumbe y me largue a llorar.
-Pero… ¿Qué te pasa?- Preguntaste. Te mire a los ojos y te conteste casi inaudible.
-T-tu.
-¿Qué?- Dijiste.
-Tú me pasas, Laxus- Y dicho esto comencé a llorar más y me senté en el piso poniendo mis la cara en mis manos. Lo dije. Mi plan, todo se fue. Lo sabias.
De repente sentí unas cálidas pero fuertes manos que me rodeaban y presionaban, tratando de alejar la tristeza. Me abrazabas tan dulcemente que me quede paralizado. Pusiste tu cara en mi hombro y sentí como unas cálidas gotas traspasaban mi remera. ¡Un minuto! ¿Eran tus lágrimas?
-La-laxus ¿Estas bien?-Pregunte con un claro asombro en mi voz. Te quedaste un rato ahí, no sabría decir cuánto ya que  podrían ser tanto segundos como minutos hasta que Levantaste tu cara y  me miraste. Vi como una sonrisa de felicidad pura asomaba por tu rostro. No había rastro de llanto.
-Claro que estoy bien. De hecho no podría estar mejor- Cuando lo dijiste me prepare para objetar pensando que te habías vuelto loco cuando sentí una presión en los labios. Tu cara estaba demasiado cerca, me estabas besando. Me sentí entre todas las cosas, feliz ya que lo que me pasaba era un sueño demasiado bueno para ser verdad. Sin embargo lo era. Correspondí tu beso que era tan perfecto para mí. Tus labios eran muy dulces y cuando no separamos por oxigeno te abrace.
-Laxus no tienes idea de lo feliz que soy- Te susurre al oído y escuche como te reías. Una risa de pura felicidad.
-No, tú eres el que no tiene idea- Y acto seguido me besaste de nuevo. Esta vez con más pasión y cuando tu lengua pidió permiso para entrar en mi boca tímidamente la abrí. Nuestras lenguas se encontraron para luego recorrer cada rincón de la boca ajena. 
Pero en ese momento escuche pasos que se dirigían a la puerta, que la abrían…



 

Notas finales:

¿Qué les pareció?
Creo que en el siguiente hay lemmon pero me da miedo escribirlo mal  ya que va a ser la primera vez que lo haga. ¿Qué piensan?
Nos leemos el próximo capítulo, saludos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).