Seijūrō, Tetsuya y Taiga se dirigían a la casa de Midorima Shintarō. Seijūrō recordó lo que estaba apuntó de decirle a Furihata-kun, entonces una imagen del castaño pasó por su mente.
—Kuroko-kun. Kagami-kun ¿No han notado raro Furihata-kun? Lo veo diferente —Tetsuya y Taiga se miraron.
— Si, los últimos meses ha estado diferente. A veces pareciera que tiene un vacío en sus ojos y sus sonrisas se sienten falsas— dijo Tetsuya en voz baja. No entendí porque el alegra castaño se había vuelto así, tan distante.
—Sí. Le he preguntado que tiene pero no responde directamente. Desvía su mirada y dice "A veces las cosas no son justa. No darías todo por alguien y ese alguien jamás te mira". Tal vez algo está mal en su familia— dijo pensando en cómo miró a la pareja que yacía tomados de la mano frente a ellos.
—Posiblemente algo paso en su familia. Fokuda dice que Furihata-san se ha visto deprimida al igual que el padre y el hermano mayor— Tetsuya apretó su bolso en signo de frustración.
—Tal vez...— respondió cruzándose de brazos.
—Akashi-kun... ¿Te gusta Furihata-kun? — preguntó Tetsuya.
—¿Qué? — gritó Taiga impactado por la pregunta.
—Si.... Furihata-kun me gusta— respondió con un leve rubor en sus mejillas.
—oh my god— dijo Taiga.
—Kagami-kun no hables así— dijo para luego besarlo.
—Por favor, no hagan eso en medio de mi— dijo tratando de quitarse de en medio de los besos que ambos tenían.
—Sólo tienes envidia, Akashi-kun. Apuesto que te gustaría tener a Furihata así— dijo moviendo sus caderas y sacar un gemido de su novio.
—¡Ya basta!— respondió sonrojado al recordar los sueño húmedos que había tenido.
Taiga y Tetsuya se murieron de la risa.
Seijūrō cerró sus ojos y recordó la cara de su papá al decirle su orientación sexual.
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Akashi Masaomi escuchó suspirar por 5ta vez en la noche a su único hijo —¿Seijūrō... estás enamorado?
—¿P-por qué pregunta, padre?— respondió sonrojado.
—¿Quién es la afortunada?— preguntó directo al punto.
Seijūrō dudó en decirle en su padre, sabía que podía tomar lo mal —Es... Afortunado..
Masaomi dejó caer el libro que están leyendo —Un chico— dijo frunciendo el ceño.
—Sí padre. Tengo dos meses enamorado de un chico — dijo sonrojado y mirando a su padre.
—¿Estás?— Seijūrō asintió—¿Cómo es él?
—Es increíble, sencillo y tiene una hermosa sonrisa. Mi corazón sólo responde a él — dijo sonriendo.
Masaomi se quedó viendo la hermosa sonrisa de su hijo y ese brillo especial —Shiori....Se parece tanto a ti— pensó.
—¿Padre estas molestó?— preguntó inseguro y con cierto miedo.
—No hijo. Si tú lo quieres, te apoyo. Te quiero ver feliz— dijo sonriendo.
—Gracias, Papá— dijo llorando y por primera vez en muchos años abrazo a su padre.
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—Te conquistaré, Furihata-kun— pensó.
Conformé pasaban los meses, dos personas le impedían hablar con Furihata-kun. Durante el último año era recogido por su padre o por su hermano mayor. En un principio pensó que era algún pretendiente o novio pero se sintió aliviado al saber el parentesco.
Ha esas alturas la generación de los Milagros ya lo sabía, y lo apoyaban para conquistarlo.
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El haberle dicho a sus padres, le había quitado un peso de encima, pero aún seguía sufriendo por el desamor. Para el colmó, a Kuroko se le había ocurrido restregarle lo maravilloso que era Akashi. Cuando lo escuchaba, sólo le quedaba sonreír de forma forzada.
Sus encuentros con la Generación de los Milagros se habían hecho más frecuentes. Cada vez que Akashi y Kuroko se ponían a platicar o cosas así, gracias a dios llegaba su hermano a recogerlo (o su padre) salvándolo de presenciar a su amor siendo feliz y sufrir más.
Para la familia Furihata era horrible ver a su hijo/hermano menor así, siempre que había un encuentro donde Akashi Seijūrō estaba, Kōki regresaba deshecho. Se la pasaba llorando y no comía.
Un año había pasado desde que les había confesado a sus padres la verdad, y le dieron su apoyo. Un año y cuatro meses enamorado del capitán de Rakuzan, Akashi Seijūrō.
Faltaba un mes para que iniciaran las vacaciones para finalizar 2do grado, y al regresar de ella, lo haría como estudiante de tercer año.
Acababa de terminar de bañarse, cuando recibió un mensaje.
Kagami: Hey, Furi ¿te gustaría acompañarme mañana al parque de diversiones?
Furihata: Claro, ¿Dónde nos vemos, y a qué hora?
Pidió permiso a sus padres. Ellos estaban felices de ver lo salir con sus amigos, así que no dudaron. Los Furihata vieron que sus amigos estaban preocupados por él y lo invitaban a salir, ellos agradecían eso.
—Excelente. Tengo algo perfecto y cómodo para ti, hermanito— dijo Kaede dirigiéndose a su habitación.
—Eso es....— dijo viendo el conjuntó.
—Tenía planeado regalártelo en unas semanas, pero mejor hoy para que lo estrenes mañana— dijo sonriendo al ver la cara feliz de su hermano.