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Te traigo nuestras palabras con el mismo olor por Lady Akari

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Notas del capitulo:

Aquí la última parte ~

3.

 

 

Hemos vivido tanto juntos, que me extraña que solo tengamos un libro –dijo tristemente ante la evidente razón.- Todos los capítulos tiene un gran recuerdo de nosotros. Todos tienen un valor sentimental  enorme y cada uno contiene uno de los tantos momentos que vivimos juntos. Me encantan todos sinceramente.

La extraña ráfaga de viendo que azotaba el lugar hizo acto de presencia y pasó las páginas hasta el final que estaba en blanco:

- ¡Ah! El final…es cierto, no lo he escrito. No tengo las suficientes agallas como para plasmarlo ahí. No entiendo por qué quieres que lo escriba, se supone que este libro es alegre  y si le pongo el punto y final con el último capítulo sería muy triste. Aunque el final... Sería algo así…

 

Capítulo Final: Juntos para siempre.

 

Una tarde cualquiera después de clase:

 

Minnie, ¿te encuentras bien?

Sí hyung… -dijo en un hilo de voz.

El mayor apoyó su mano en la frente de él, para averiguar si tenía fiebre y para su sorpresa tenía una temperatura alta:

¡Tae estás ardiendo!

Estoy bien hyung –le sonrió.

 

Pero poco le duró la frase, ya que cayó al suelo sujetado por los brazos de su novio:

 

Será mejor que nos vayamos a casa.

 

Lo cargó en brazos y se dirigió al destino marcado. Una vez allí lo recostó en la cama y fue en busca de algo para bajar la fiebre. Se fijó y ahora Taemin estaba más pálido que antes:

 

Voy a llamar a un médico, ni se te ocurra levantarte –estaba muy preocupado.

 

A Taemin le dolía todo el cuerpo. Sentía que la cabeza le iba a estallar en cualquier momento y que perdería la consciencia. Unos minutos después:

 

Tae, el médico ya está aquí.

 

El médico entró y revisó a Taemin. Las expresiones que ponía preocupaban a Minho de sobremanera. Hasta que por fin terminó:

 

¿Podemos hablar fuera joven?

Claro –asintió nervioso.

Me gustaría que le dieras esto que te voy a mandar. Si después de una semana, no se cura, por favor házmelo saber.

Está bien, pero, ¿con esto se curará?

 

El médico suspiró profundamente:

 

Esperemos que sí.

 

Esa respuesta no le había gustaba para nada, pero tenía que confiar en él. No tenía más opciones:

 

-  Tae… -tocó suavemente en la puerta.- Te traigo la cena y los medicamentos.

No tengo hambre hyung –apartó la vista del plato revuelto por el olor.

Tienes que comer Minnie –le acarició la mano que se encontraba fría.

Está bien hyung.

 

Así fue como comió esa tarde, pero lo que no sabían era que él no iba a mejorar, sino al revés. A medida que pasaban los días iba empeorando:

 

Doctor –intentaba no sollozar.- Me dijo que si no funcionara que lo avisara.

Entonces, ¿está peor? –dijo seriamente.

Sí...

Vale, no te preocupes lo iremos a buscar y lo traeremos al hospital.

 

Minho colgó el teléfono y escuchó una débil voz que lo llamaba:

 

Minnie, ¿me llamaste? –se sentó en la cama junto a él.

Minho… Te quiero –le sonrió como pudo.

 

Había perdido el color en la piel y unas ojeras adornaban sus ojos. A penas podía hablar y menos moverse:

 

Yo también te quiero Minnie –se acercó para dejar un corto beso en sus labios a lo que este sonrió.

 

Aunque ya no eracomo antes. Su sonrisa estaba apagada. Ya no irradiaba la misma felicidad que hasta hace unos días. Minho estaba asustado, ¿iba a perderlo? Le aterraba la idea, vivir sin Taemin… Solo era una posibilidad, pero aun así, ya le empezaba a doler el pecho.

 

Tiempo más tarde, Taemin  fue llevado al hospital junto con Minho:

 

Por ahora, lo único que podemos hacerle es un estudio. A simple vista, no sabemos lo que tiene, pero sea lo que sea, cada día empeora. Se quedará aquí durante estos días hasta encontrar el problema. No te preocupes, nosotros lo cuidaremos.

 

Está bien. Gracias –se mordió el labio de impotencia.

 

Tras hablar con el médico, se dirigió a la habitación para despedirse de él:

 

Minnie, me han dicho que te dejaran aquí unos días  para hacerte un estudio-agachó la cabeza tristemente.

Está bien hyung, no te preocupes. Estaré bien –le sonrió.

Volveré mañana –le besó con cariño la frente.

Ten cuidado hyung.

Adiós Tae.

 

Aunque pasaron algunos días en los que Minho fue a verlo. No estaba tranquilo para nada. No parecía empeorar, pero tampoco mejoraba. Hasta que recibió un mensaje del doctor, requiriendo su presencia. El alto salió disparado a su encuentro. Aunque era por la mañana y tenía que ir a clase no le importó lo más mínimo:

 

Minho… –dijo seriamente.- El paciente Taemin, está enfermo.

… -no podía hablar.

Siento decirte esto, pero no tiene cura y en una enfermedad que avanza muy rápido. Todavía no se sabe casi nada de ella, pero lo que sí está claro es que acaba con sus víctimas. Me sorprende que ese chico aún esté vivo. Tiene una fuerza de voluntad increíble.

S-í…la ti-ene… -rápidamente se le humedecieron los ojos.

 

Su cerebro había dejado de funcionar. Su corazón no bombeaba sangre y su cuerpo no respondía. ¿Taemin iba a morir?

 

¡Tiene que haber alguna forma de salvarlo! –perdió los nervios.

- Lo siento. No hay nada que podamos hacer.

 

Sentenció el doctor, para irse de allí. No podía creerlo. No había nada que hacer.  Iba a morir y ya está. Las lágrimas fluían libremente por su rostro embargado de pensamiento y recuerdos. Se llevó la mano al pecho. Dolía. Le dolía el corazón. El amor de su vida iba a morir y no podía evitarlo. ¿Con qué cara entraría y le miraría ahora?

 

Se quedó horas perdido, estático, sorprendido, sin hacer nada. Hasta que se decidió a entrar en su habitación. Y allí estaba él, con los mismos cables conectados a su cuerpo y el incesante pitido cardiaco. A penas podía abrir los ojos, pero lo hizo y observó cómo Minho se acercaba:

 

Hyung… Me alegro de verte –ya no podía sonreír.

Minnie –sus lágrimas se hicieron presentes ante la mirada del pequeño.

Acércate –le pidió el menor.

 

El mayor le agarró la mano dulcemente:

 

¿Te puedo pedir un favor hyung? –lo miró a los ojos.

C-laro –dijo intentado parar de llorar.

Prométeme que guardarás nuestro libro.

Taeminie –sus lágrimas se intensificaron.

Prométemelo hyung.

Lo guardaré como mi más preciado tesoro Minnie –se limpió su rostro con el antebrazo, aunque era inútil. Las lágrima no paraban.

-  Aquel día, yo te prometí que te amaría siempre hyung, por favor no lo olvides –ahora lloraba él también.

N-o, Min-nie. Nunca lo olvidaré.

 

Lentamente el pequeño fue cerrando los ojos, hasta que el extraño ruido se hizo permanente. Se había ido:

 

Taemin –lloraba a mares.- Yo también te amaré por siempre. Nunca romperé nuestra promesa. Siempre estaremos juntos, pase lo que pase. ¿De acuerdo?

 

Esa fue la última vez que escuché tu voz. Hasta el día de hoy, todavía te sigo amando y no sabes cuánto te extraño. Te echo mucho de menos Minnie. Espero que desde aquel entonces, hayas sido feliz, allá dónde fueras –había estado llorando todo el relato y aún le quedaban lágrimas.

 

La brisa nocturna lo hizo volver en sí:

 

- Ya es tarde. Debería irme. Se levantó con el libro en la mano. No te he contado el capítulo en el que decidimos empezar a escribir nuestro libro, pero te prometo que para el próximo año, te lo contaré, ¿vale?

 

Feliz cumpleaños Taemin.

 

Lee Tae Min

1993-2010

~A mi pequeño ángel que

emprendió el vuelo~

Notas finales:

No me maten ~


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