HeeChul saltó del auto con rumbo a la puerta de la casa, el mayordomo observaba desde la puerta
— He cometido una autentica idiotez— la ropa estaba impregnada de un olor desagradable y los zapatos mojados crujían. TaeWon frunció el ceño al ver su aspecto, y eso no era normal en él, normalmente toleraba las desgracias sin decir una sola palabra, en los últimos años ese pobre viejo se había convertido en la figura de autoridad de la casa tanto para la servidumbre como para los pocos invitados que se recibían, sus magníficos modales podían convencen a cualquiera de que Hee era una persona importante y siempre pasa por alto las extravagancias y aventuras sin reprochar nada como si no existieran, a sus ojos Kim HeeChul era un doncel irreprochable.
—Joven ¿la ha pasado bien en la fiesta?
—Estupendamente— respondio intentando parecer alegre y entró a la casa dejando rastros de agua.
—joven Kim, tiene un invitado esperándolo en el salón. Lee Hyuk Jae
— ¿Esta Hyukkie aquí? —preguntó encantado.
Hyuk Jae mejor conocido como EunHyuk por los considerados sus amigos, posee un carácter sensible y amable, además de ser inteligente. Amigo del magnífico Kim HeeChul durante varios años, perdidamente enamorado del hermano menor de este; DongHae. Pero por desgracia no cuenta con una buena posición económica y con unos padres ambiciosos como los Kim nunca satisfacería sus sueños de ascenso social y como estaba claro que HeeChul jamás se casaría se hallaban centrados en el pobre DongHae casándolo con el tal señor Choi dueño de una inigualable fortuna al cual ni su propio prometido conocía bien. EunHyuk debía de estar sufriendo por ello.
—¿Cuánto lleva aquí?
—Unas cuantas horas, dijo que se trataba de algo extremadamente urgente y que esperaría por usted.
— ¿urgente? Lo veré enseguida, acompáñalo a mi sala personal solo me cambio esta ropa mojada y estoy con él.
—Si, Joven Kim.
— ¡Eun Hyuk! — La voz de HeeChul llamó la atención del rubio, solo traía una pijama puesta y logro incomodar a sobre manera a su pobre amigo. En aquel mundo machista un doncel no puede pasearse con prendas catalogadas «íntimas». Así que retrocedió sorprendido y sonrojado hasta las orejas.
A pesar de todo Heechul estaba increíblemente bello, sus ojos tan obscuros como el centro de un girasol, enmarcados por un abanico de pestañas largas y tupidas, su piel palida y transparente y la línea del cuello pura y delicada. Y cuando sonreía genuinamente como en aquel momento, sus labios se curvaban con una dulzura extrema, como si de un chiquillo angelical se tratara, pero su apariencia era engañosa EunHyuk ya lo había visto intercambiar insultos con caballeros de dudosa reputación y vulgaridades extremas.
—¿HeeChul qué fue lo que te paso?
—Debería haberme dado un baño, pero dijiste que era urgente— una ráfaga de viento llevo al agua mi sombrero.
—¿y a ti con él? Preguntó confuso
—No precisamente, pero dejémonos de explicaciones quiero saber qué es eso tan urgente que te ha traído hasta Seúl.
Incomodo señalo su vestimenta.
—¿Prefieres antes que me vista? —Río sarcástico —oh no te sonrojes, no esperaba que te mostraras tan recatado, al fin y al cabo hubo un tiempo en que querías casarte conmigo.
—oh, sí, bien… —frunció el ceño—. YunHo fue mi mejor amigo hasta aquel día, y cuando te abandono de aquella forma tan ruin pensé que debía actuar como un caballero y hacerte aquella proposición.
Esa respuesta provoco que Hee estallara en carcajadas
—caramba lo haces sonar como un terrible sacrificio
—y debo recordarte que rechazaste mi proposición.
—chico te habría convertido en un infeliz y a YunHo también, ese fue el motivo por el cual me abandono.
—No es excusa suficiente para que se comportara de esa manera tan poco honorable— argumentó seriamente.
—Me alegro de que lo hiciese, de no haberlo hecho así, no habría tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo con mi excéntrico tío EunJoon y no me habría dejado su fortuna y estaría… —suspiro y continuo—¬: casado.
—antes solo pensaba que me habían partido el corazón, pero recuerdo tu proposición como una de las mejores cosas que me han ocurrido, la única ocasión en la que un hombre se ha portado altruista conmigo, estabas dispuesto a sacrificarte solo para salvar mi orgullo herido.
— ¿ese es el motivo por el cual sigues siendo mi amigo a pesar de los años? — Preguntó sorprendido— siempre me he preguntado por qué a pesar de conocer tanta gente elegante y experimentada, sigues preocupándote por mí.
— Oh, sí, derrochadores, perdidos y ladrones. Tengo un buen surtido de amistades, no excluyo evidentemente a los políticos— sonrío. — eres el único hombre decente que he conocido.
—La decencia no me ha hecho llegar muy lejos ¿verdad?
—Hyukkie, tienes cualidades maravillosas, eres atractivo…
—Pero no guapo. —replico.
—deja ya de menospreciarte y cuéntame a que has venido. —es por DongHae ¿verdad?
Claro que era por él. Su único y más grande amor y que por culpa de esa maldita sociedad no podía estar a su lado.
—Tu hermano y tus padres están en la mansión de Choi en Incheon, ocupados en los preparativos de la boda
—Faltan pocas semanas—. No he sido invitado, a Omma le aterroriza que pueda montar una escena— trato de reír — ¿de dónde sacaría tal idea?
—Tu pasado no es muy recomendable... —señaló
—Sí, naturalmente, ya lo sé.
Hacía muchísimo tiempo que HeeChul no hablaba con su familia. Había sido él quien provocara aquella ruptura hacía ya varios años. Aun no se explicaba que fue aquello que lo había llevado a revelarse contra las normas tan arraigadas en su familia, pero ya no le importaba descubrirlo. Había cometido errores por los que jamás se perdonarían. Los Kim dijeron que nunca podría regresar. Por aquel entonces se rió en sus propias narices de tal prohibición, pero ahora conocía el sabor del remordimiento.
—Jamás haría nada que pudiera poner a DongHae en una situación comprometida, ni poner en peligro la posibilidad de tener un acaudalado niño rico en la familia. El sueño más anhelado de mis padres.
— ¿has tenido oportunidad de conocer al novio de DongHae?
—Humm... no, la verdad. He oído hablar de él Alto y taciturno, eso fue lo que escuche.
—Si se casa con DongHae, la vida de él se convertirá en un infierno. —hizo aquella afirmación tan dramática y sorprendente con la esperanza de que HeeChul reaccionara con viveza.
—Ante todo, Hyukkie, debo decirte que no hay ninguna objeción que valga. Hae se casará con Choi Jamás desobedecería a mis padres. En segundo lugar, no es ningún secreto que estás enamorado de él...
—¡Y él me quiere!
—Por lo tanto es probable que estés exagerando. —Fruncio las cejas—. ¿Humm?
—¡Soy incapaz de exagerar con respecto a eso! Choi se comportará con el de un modo cruel. No lo quiere, y yo moriría por él.
—Oh, Hyukkie —sintió compasión por él. Tarde o temprano todos acaban amando a alguien inalcanzable—. Afortunadamente él sólo había necesitado una lección para aprenderlo —Recuerda que te aconsejé hace tiempo, que persuadieras a DongHae a fugarse contigo. O eso o deshonrarlo con el fin de que mis padres autorizaran el enlace. Pero ahora ya es demasiado tarde. Han encontrado un palomo más gordo que tú para desplumar.
—Choi SiWon no es ningún palomo —afirmó EunHyuk apesadumbrado—. Más bien parece un león... una bestia fría y salvaje que hará infeliz a tu hermano por el resto de sus días. Es incapaz de amar. DongHae está aterrorizado. Pregunta a cualquiera. Todo el mundo va a contarte la misma historia... No tiene corazón.
Un hombre sin corazón. De ésos yo conozco muchos. Suspire.
—Hyuk, no puedo ofrecerte ningún consejo. Quiero a mi hermano y naturalmente me encantaría verlo feliz. Pero no puedo hacer nada por ustedes.
—Podrías hablar con tu familia —suplico—. Podrías abogar por mi causa.
— Mis palabras carecen de peso en mi familia. Hace años que me llevo mal con ellos.
—Por favor. Eres mi última esperanza. Por favor.
HeeChul observó la expresión angustiada de su amigo y sacudío la cabeza, impotente. No le gustaba ser la última esperanza de nadie. Las de él hacía mucho tiempo habían expirado.
Después de un momento de silencio EunHyuk dijo, con la sensación de que una palabra mal escogida representaría su ruina:
—Hee, piensa en cómo debe sentirse tu hermano Intenta imaginarte lo que esto significa para un Doncel que no tiene ni tu fuerza ni tu libertad. Asustado, dependiente, impotente... Oh, sé perfectamente que esos sentimientos han de resultar extraños para alguien como tú, pero...—DongHae y yo estamos perdidos... Oh, Dios, Heechul, ¿sabes lo que es amar? ¿Crees en ello?
—No; no en ese tipo de amor —respondió distraídamente. La pregunta le preocupaba, de repente tenía ganas de que EunHyuk se marchara, llevándose su mirada de desesperación.—Creo en el amor que una Padre siente por su hijo. Y en el amor entre hermanos. Creo en la amistad. Pero en mi vida he visto un asunto romántico que llegara a buen fin. Todos están destinados a acabar con celos, enfados, indiferencia... —Se armó de valor y le miró con frialdad—. Compórtate como lo haría cualquier otro hombre. Haz un matrimonio de conveniencia y luego consigue un amante que te proporcione el amor que necesites durante todo el tiempo que quieras mantenerlo.
EunHyuk se encogió como si acabara de recibir un bofetón. Se le quedó observando como nunca lo había hecho, acusándolo con mirada encendida.
—Por vez primera —dijo con dificultad— me creo parte de lo que la gente dice de ti. —perdóname por haber venido. Pensé que podrías ayudarme. O como mínimo consolarme.
—¡Maldición! —explotó. Hyuk se estremeció pero permaneció en su silla. Quedo, asombrado, y se di cuenta de lo necesitado que se encontraba, de la terquedad de sus esperanzas. Y lo había escogido a él para mostrar el dolor que implica estar separado del ser amado. Lentamente se dirigio hacia él y le beso la frente, retirándole el cabello como si de un niño se tratara —Perdóname —murmuró—Soy un egoísta.
—No —respondío él, confuso—. No, eres...
—Lo soy. Pero voy a ayudarte. Soy de los que siempre pagan sus deudas y tenemos una pendiente desde hace mucho tiempo. —Deja que piense... deja que piense... —EunHyuk, aturdido ante aquel cambio de actitud, permanecía sentado y me contemplaba sin abrir la boca.
—Tengo que ver a Choi — Quiero evaluar la situación personalmente.
—Ya te he explicado qué clase de hombre es.
—Necesito formarme mi propia opinión. Si descubro que Choi no es ni tan cruel ni tan horrible como lo pintas, abandono el asunto. Vuelve a casa, Hyukkie. En cuanto haya tomado una decisión te lo haré saber.
— ¿Y si averiguas que tengo razón? Entonces ¿qué ocurrirá?
—Haré todo lo que esté en mi mano para ayudarte a recuperar a DongHae.