Miraba hacía afuera nervioso, aunque Eiji le haya dicho que no se preocupara no podía evitarlo, su marido era muy impredecible y cualquier cosa podía hacerle estallar en ira, le conocía bien, bueno al menos lo suficiente, con todo lo que había pasado en esos últimos nueve años desde que fue secuestrado pudo darse cuenta de que uno nunca termina de conocer a una persona, cada persona siempre tiene uno o dos secretos oscuros que nunca te cuentan, o alguna faceta que nunca te muestran sin importar que tan cercanos sean.
Miró al frente, estaba sentado en la parte de atrás del salón de clases junto a algunos padres, su hijo estaba sentado justo delante de él atendiendo las clases del maestro y tomando apuntes, era clase de idiomas, se les enseñaba todo tipo de lenguas que pudieran necesitar para hacer negocios y por lo que podía ver su hijo era muy aplicado en clase, no pudo evitar detallarle, de espaldas él era idéntico a Sasuke, incluso tenia aquella manera de sentarse, que lo hacía parecer más que los demás, notó algo de lo que no se había dado cuenta antes, cuando paraba de escribir Eiji tendía a jugar con el bolígrafo con su mano de forma inconsciente, aquella manía también la tenía Sasuke.
Su hijo volteó a mirarle por unos instantes, Naruto le regaló una sonrisa y este volvió a mirar al frente, Eiji era muy perceptivo a lo que sucedía a su alrededor, si no controlaba las ansias y los nervios su hijo se daría cuenta, suspiró, tratando de calmarse y seguir viendo la clase, recorrió con la mirada el salón entero, pudo notar a varias niñas y donceles mirar de reojo a su hijo, atraía miradas fácilmente.
En ese momento la puerta del salón se abrió y Sasuke entró por ella, con aires de grandeza imponiéndose con cada paso, Naruto pudo ver a varios sonrojarse o temblar por su presencia, ya no venía con Karin ni Suigetsu, estaba solo, el azabache entró y se sentó al lado de Naruto, en silencio le tomó la mano al rubio y prestó atención al frente, el maestro detuvo su explicación e hizo una reverencia
- es un honor tenerle aquí señor Sasuke Uchiha – dijo el maestro con la mayor elegancia posible en un japonés impecable, Sasuke sonrió abrazando a Naruto por la cintura – ahora si usted me lo permite seguiré con la clase – Sasuke hizo un gesto con la mano y el maestro prosiguió, Naruto no pudo evitar bufar, era increíble el control que Sasuke tenía sobre todos, justo en ese momento entraron los padres que se habían quedado fuera a esperar a Sasuke, Naruto suspiró algo aliviado, pudo notar como las mujeres y donceles tenían el maquillaje alrededor de los ojos ligeramente corrido, otros simplemente no tenían maquillaje, por otro lado uno de los hombres tenía un moratón en la mejilla, entonces miró a su marido detallando su perfil, al menos no había ido a peor el asunto.
Sin poderlo evitar se puso a pensar en el viaje que harían a Konoha, había pasado demasiado tiempo, en ese entonces salió de su ciudad natal en contra de su voluntad pero ahora no quería regresar a abrir viejas heridas, quizá era mejor que él se quedara en Rusia donde no había posibilidad que le descubrieran, entonces, le vino a la cabeza una pregunta que había estado evitando durante todos esos años
“¿si me descubren?… ¿si mis padres me ven?”
Era una incógnita a la que había estado huyendo de forma cobarde, no quería ni siquiera imaginar tal posibilidad pues no sabría qué hacer en ese momento, jamás dejaría a Sasuke ni a Eiji, ellos le necesitaban, pero no quería que su familia le odiara por escapar tantos años y no dar la cara, las cosas no eran tan sencillas como en las series de anime, el perdón no abundaba en el mundo real, si le descubrían no solo alejaría Sasuke de su familia y dañaría el concepto que estos tenían de su hijo menor, porque siendo realistas aunque se descubriera la verdad de lo sucedido no podrían castigar a su marido, en realidad nadie tenía el poder suficiente para ponerle el dedo encima, ni la ley, ni la mafia…aunque por supuesto el si podía darle una buena paliza si se lo merecía
Sintió como su marido le acariciaba la cintura con delicadeza, bajó la cabeza avergonzado, no iba a negar que Sasuke era un marido ejemplar, desde que aceptó estar junto a el Sasuke le había tratado como la persona más especial del mundo, a pesar de estar hasta el cuello de trabajo siempre sacaba tiempo para él, sonrió y recostó su cabeza en su marido mientras miraba al frente, este le abrazó por la cintura mientras sacaba el celular con la otra mano y empezaba a teclear, Naruto miró la pantalla sin poderlo evitar, era un mensaje del trabajo, no le hizo mayor caso y siguió atendiendo a la clase mientras Sasuke seguía tecleando en su celular sin soltar la cintura del rubio.
El maestro pasó a su hijo al pizarrón a resolver un ejercicio de italiano, según tenía entendido en esa escuela les enseñaban varios idiomas de forma simultánea, Eiji se levantó de la silla desprendiendo seguridad y pasó a resolver el ejercicio, el chico era demasiado similar a Sasuke, salió a la pizarra y a una velocidad impresionante resolvió el ejercicio, Naruto pudo notar como todos los alumnos miraban a su hijo con admiración
- deben estar orgullosos de su hijo señores Uchiha – dijo el maestro esta vez en ruso, Naruto esperó un tiempo prudente a ver si Sasuke respondida pero este a pesar de haber escuchado al maestro seguía en el celular, Naruto suspiró, respondería el
- así es dattebayo – respondió Naruto en ruso – es un hijo maravilloso ttebayo – el maestro frunció ligeramente el ceño
- señor de Uchiha permítame decirle que para mantener un vocabulario refinado hay que evitar las muletillas, especialmente si estas no pertenecen al idioma con el cual se está hablando – dijo el maestro conteniéndose, tratando de sonar educado, lo que más odiaba eran las muletillas, le parecían muestra de carencia de vocabulario, Naruto cerró los ojos y respiró profundamente
- debo presentar mis disculpas, me he expresado de forma incorrecta y prometo tener presente su consejo en un futuro – respondió Naruto de la forma más educada posible en un perfecto ruso, el maestro sonrió satisfecho, Naruto sonrió de forma malévola – da-tte-ba-yo – dijo el rubio separando las silabas, el maestro apretó el marcador en su mano enojado, si fuera cualquier otra persona se lo habría en la cabeza al rubio, pero tenía muy presente quién era el que estaba a su lado, debía tener cuidado…si apreciaba su vida
- la forma en la que hablamos representa nuestro nivel social y nuestra educación – dijo el maestro dirigiéndose también a sus estudiantes
- usted tiene toda la razón – dijo Naruto otra vez utilizando un ruso perfecto, al ver que había terminado la frase sin decir la muletilla el maestro sonrió, lo había logrado, pero entonces el rubio volvió a dibujar una sonrisa y tomó aire para decir – dattebayo!
Sasuke tenía el rostro tapado por el flequillo para evitar que las demás personas presentes se dieran cuenta de que estaba al borde de la risa, aquello era demasiado divertido, pero debía mantener la calma, para cuando levanto la cabeza otra vez tenía una expresión neutral, Eiji por su parte no la pudo contener y rió un poco, sus compañeros de clases lo vieron sorprendidos, como si estuvieran viendo un eclipse solar pues Eiji nunca sonreía, el niño tenía una risa armoniosa y en eso todos los presentes estaban de acuerdo
El maestro apretó de nuevo el marcador, ahora tenía el ceño fruncido, estaba listo para decirle al rubio que era una persona inculta y a falta de vocabulario, siendo maestro de lenguas no podía dejar pasar lo que para él era una blasfemia, abrió la boca para hablar pero tuvo que cerrarla al instante cuando sintió como dos espada al rojo vivo se clavaban en su cuerpo, tembló, un sudor frio recorrió su nuca cuando notó la mirada de Sasuke Uchiha que se cernía sobre él, parecía que anunciaban su muerte, aquellos ojos helados y aterradores, aquella boca en una perfecta línea recta, se paralizó, Sasuke al notar que el maestro le miraba beso la frente de Naruto, era una advertencia más que clara, otra palabra en contra de aquel doncel que no pintaba nada bien en un ambiente tan pulcro y elegante significaría su muerte, Sasuke volvió su vista a su celular, el rubio tenía los brazos cruzados y una expresión de disgusto, con aquel beso Sasuke le había dicho de manera silenciosa que se calmara, el maestro trató de acompasar su respiración para seguir con la clase pero no podía, todavía tenía esa sensación de peligro y no paraba de sudar frio, no entendía porqué si Sasuke Uchiha ya ni siquiera le estaba mirando, pero cuando se dio la vuelta notó los ojos de un demonio, Eiji le miraba incluso peor que Sasuke, el niño no tenía tanto autocontrol como su progenitor por lo que el sí daba a conocer sus macabras intenciones
- j-joven Eiji tome asiento por favor – pidió el maestro más como una súplica escuchando el crujir del marcador que Eiji apretaba en su mano – joven Eiji por favor – pidió o más bien suplicó el maestro pero Eiji no hacía caso, hubo un silencio sepulcral durante unos instantes
- Eiji-chan siéntate dattebayo –dijo Naruto
- si papá – asintió el niño de forma obediente, le devolvió el marcador de pizarra al maestro y se sentó, el maestro miró el marcador, este estaba hecho de metal pero aún así el niño habia logrado deformarlo con solo apretarlo en su mano
- b-bueno continuemos… - dijo el maestro
…
- ¡¿tiene algún problema con mi dattebayo, ttebayo?! –Naruto salía de la escuela dando pisotones y con las manos en puño, estaba que echaba fuego por la boca, detrás de él iban Sasuke y Eiji quienes preferían no acercársele hasta que se calmara un poco, mientras tanto el azabache mayor aprovechaba para ver la retaguardia de su pequeño esposo, Eiji por su parte llevaba un sobre bajo el brazo con sus calificaciones, en la clase con los padres solo se dictaba una hora de clases y luego se entregaban las calificaciones, Naruto iba maldiciendo en susurros al maestro, salieron de la escuela a la calle cruzando él portón entraron en el auto blindado y arrancaron, detrás de ellos iba otro auto blindado lleno de guardaespaldas
- ¿quieres que lo despidan? – preguntó Sasuke una vez vio a Naruto más calmado
- no… - respondió el rubio refunfuñando – es buen maestro dattebayo… – él rubio bufó – por cierto Eiji-chan quiero ver tus calificaciones – Eiji asintió sonriendo y le pasó el sobre a su papá, Naruto lo abrió y empezó a leer, mientras más leía su sonrisa se hacía más grande, cuando terminó de leer se lanzó a su hijo y lo apretó en un abrazo – ¡felicitaciones Eiji-chan! – felicitó el rubio -¡promedio perfecto ttebayo! – dijo riendo, el pequeño Eiji se sonrojó un poco - ¡mira teme! – Naruto le pasó la hoja de las calificaciones de Eiji a su marido, este solo miró el promedio final
- no me decepcionó – dijo Sasuke y era todo lo que podía decir, en realidad no entendía la alegría de Naruto, aquella era una de las muchas emociones que no llegaba a entender
- tenemos que llevar esto a konoha, estoy seguro que tus abuelos estarán orgullosos – dijo el rubio acariciando la cabeza de Eiji, al pequeño no podía importarle menos lo que dijeran sus abuelos, sentía las maternales caricias de su papá doncel con los ojos cerrados, aquello era todo lo que necesitaba, lo único que necesitaba era que su papá se sintiera orgulloso, abrió los ojos y pensó en sus abuelos maternos, su papá le había hablado mucho de ellos, quería saber que pensaba él acerca del viaje a konoha, miro a su padre, este le había dicho aquella mañana que quería hablar con él, seguro el tema seria su papá, Eiji sabía que al comienzo la relación de sus progenitores fue forzada por su padre cuando secuestró a su papá, conocía gran parte de la historia de boca de Karin y Suigetsu quienes sin limitaciones también le habían dicho que él era producto de una violación, el pequeño al enterarse de esto solo se preocupó por su papá, nunca entendió como su papá era capaz de quererle después de eso.
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