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Ghost Christmas por CMariannEsrod

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Notas del capitulo:

La continuación ^u^ ¡¡¡¡Sí!!!!

Me alegra que tantas personas hayan leído el Capítulo 0 :D

ARIGATO~

 

Una mención especial a USUKlover y a Ross Golbach por sus Reviews

<3

 

Como siempre ¡Gocen el cap y por favor no me odien! XD

 

Capítulo 1 "Consecuencia"

 

 

– ¿Estás cansado? Je je je je~ –Escuchaba una risita aguda y burlona fuera de su círculo mágico. Él sabía perfectamente de quien se trataba pero no prestó atención, sabía que su objetivo era distraerle, obligarlo a bajar la guardia, que fallara en su hechizo. No iba a permitirlo.

 

     – Spiritus maligni tibi non erit poterit tangunt me...

 

    – Hmm... que aburrido eres. –La voz era igual a la de una niña pequeña, hasta sonaba igual de inocente.– Dime ¿qué ganas con intentar contenerme aquí?

 

     – Non corrumpere mea anima... –Seguía ignorándola.

 

     – ¿Sabes? Hace ya unos minutos que tu hechizo ya no es tan fuerte, ¿estás comenzando a sentir el peso de la magia sobre tus hombros? Je je je~

 

     – ¡Callate! Dammit! –Estalló, de verdad se estaba cansando, hacer dos hechizos de ese nivel no era nada sencillo, mucho menos si se hacían al mismo tiempo y procurando que uno de ellos no se note.

 

     – Vaya, pero que bipolar eres.

 

    Inglaterra pudo distinguir una media luna totalmente blanca justo frente a sí en la penumbra. Estaba sonriendo.– No importa, cuando te canses, cuando seas incapaz de moverte y tu vida sea consumida por ese inútil hechizo que te esfuerzas en sostener, entonces podré quedarme contigo, je je je~

 

 

 

 **************

 

 

 

      Kiku se había despertado hacia apenas unos minutos, pero no conseguía moverse, debía ser la edad que tanto lo aquejaba. Un terrible dolor de espalda lo mantenía recostado boca abajo sobre un sillón de terciopelo rojo. Sus ojos divisaban a un Italia Veneciano tumbado sobre la mesita de té frente al sillón, con una expresión dormida totalmente placentera sobre su rostro, como si aquel mueble fuera el lugar más cómodo sobre la tierra para dormir.

 

     El japones suspiró divertido de las muecas que hacía su amigo. Al menos le reconfortaba saber que no estaba solo en ese lugar, por más que se esforzaba no conseguía identificar el sitio, y peor aún, temía estar comenzando a presentar signos de Alzheimer. No recordaba nada después de haber estado en una conferencia mundial... pero ¡ni siquiera recordaba en donde había sido tal conferencia!

 

       Hizo un intento más por levantarse, pero le resultó inútil.

 

     – Que dolor~ –Se quejó otra vez. No le quedaba de otra, tenía que despertar al italiano, pero sabía que no sería tarea fácil.

 

    – Italia-san –intentó llamándolo. Sin ningún resultado, decidió subir el tono de voz – Italia-san... ¡Italia-san!

 

     Nada, era increíble. ¿Cómo hacía para despertarlo? De la nada llegó una idea a su cabeza, esperaba no asustar demasiado a su amigo.

 

       – ¡ITALIA-SAN! ¡Es Alemania-san! ¡Viene a entrenar!

 

     Puff, como por arte de magia el castaño se levantó de la mesa llorando y gritando.

 

     – ¡AUXILIO! ¡VE! ¡VE! ¡AH! ¡Yo no estaba dormido! ¡Lo siento! ¡Lo siento!

 

      – Al fin despertaste Italia-san, no te preocupes, no es cierto. Me disculpo por asustarte.

 

     El europeo volteo con lágrimas en los ojos.– Ve~ Japón, que cruel.

 

     – Perdona, pero no puedo moverme solo, ¿puedes ayudarme?

 

    Italia se acercó y ayudó al asiático a enderezarse con sumo cuidado, incluso se asustó al oír los huesos del mayor tronar al estirar la espalda.– Mmm... mucho mejor, gracias.

 

     – Ne Japón, ¿qué hacías tendido en ese sillón?

 

     – Ni yo me lo explico, Italia-san ¿recuerdas algo? ¿Sabes qué es este lugar?

 

   El castaño se llevo el dedo índice a la barbilla en pose pensativa.– Primero... estábamos en una conferencia... creo que fue en casa de Francia-niichan y luego... alguien nos dio una invitación.

 

     – ¿Una invitación?

 

    – Sip, era una invitación verde muy bonita con una estampilla de reno cerrando el sobre. Creo que era para... ¡una fiesta de navidad o algo así!

 

    Los ojos del pelinegro se posaron en el marco de la puerta que daba a la habitación, que aparentemente era una pequeña biblioteca, y vio el ramito de muérdago colgando sutilmente y sin molestar a nadie.

 

    ¿Entonces habían llegado hasta ahí para una fiesta? ¿Qué tanto había tenido que tomar para quedarse dormido de esa manera tan desvergonzada? El japonés se sintió mal por el comportamiento que ni siquiera recordaba haber tenido, pero quizás eso explicaba lo terriblemente pesado que sentía su cuerpo. Su orgullo no le permitía dejar las cosas así, resolvió ponerse en camino y encontrar al anfitrión de la fiesta para disculparse por cualquier suceso ocurrido. Por supuesto Italia le siguió. 

 

 

 

 *************

 

 

 

     España y América se habían encaminado hacia de donde creían había provenido el grito, pero este había sido tan corto y repentino que no pudieron ubicarse después de correr un poco.

 

      – Cielos, ¿por qué la casa del inglés es tan grande? –Se quejó el español mirando los entramados pasillos que a su parecer eran todos iguales.

 

      – He he, sí, perderse es fácil si no conoces bien. –Respondió Alfred restregándose otra vez la cara, como que le daba ansiedad no sentir el peso de “Texas” en sus ojos.

 

      Antonio se le quedó viendo, analizándolo. Ya había notado la ausencia de sus lentes, pero no lo había mencionado. Tampoco el hecho de que parecía verse cansado, incluso más que él. Sí, sin lugar a dudas los dos estaban agotados físicamente, pero América parecía estar padeciendo un cansancio de otra clase...

 

     – América... ¿cómo supiste que esta es la casa de Inglaterra? Ni siquiera se me había cruzado por la cabeza.

 

     – Quien sabe ¿por qué habrá sido? –Se hizo el tonto.

 

    Para él era imposible no reconocer a Inglaterra. Desde siempre había sido así. Cuando en alguna ocasión compró biscuits importados no le hizo falta leer la etiqueta para saber de que país provenían. O el pequeño soldadito de madera, ya viejo por los años; el traje de gala de la mejor calidad que su jefe le había regalado en su cumpleaños, de alguna forma todo lo que tenía que ver con el europeo le daba una sensación familiar y cálida. Lo mismo pasaba con las cortinas y el árbol, no era sólo porque las conociera de antemano, sino que también el “aire” de Inglaterra estaba impregnado en esos objetos, estaba presente en toda la casa; por eso mismo no estaba tan preocupado podía sentir a Inglaterra, sabía que él estaba en algún lado, no muy lejos de ahí.

 

     – Quiero encontrarlo –susurró para si mismo.

 

     España alcanzó a escucharlo y sonrió tenuemente, lo entendía perfectamente. Si algo así ocurriera en casa de su amado Romano no sabría que hacer, probablemente estaría en extremo preocupado. Ahora que lo pensaba, ni siquiera recordaba si Romano estaba ahí o no, rogaba porque estuviera a salvo.

 

  

 

**************

 

 

 

      – Bumsen*, ¿qué teufel está pasando aquí?

 

    El alemán se sobó la cabeza, justo cuando había intentado levantarse su frente había chocado con quien sabe qué y ahora todo le daba vueltas. Una vocecita tímida se escuchó desde arriba.

 

      – Esto... ¿hay alguien ahí?

 

      Prusia miró a los lados confundido, ¿de donde venía esa voz? Todo estaba muy oscuro.– Quizás... –Respondió temiendo que cualquier otra respuesta pudiera ser incorrecta. No escuchó nada más. Intentó levantar los brazos y sentir con qué había chocado, pero sus manos no avanzaban ni diez centímetros después de su nariz cuando ya no podían continuar. El peliblanco sintió el material, incluso lo golpeó un poco con su dedo índice, en definitiva, era madera.

 

    Sintió como se le caía el alma a los pies. Un espacio tan estrecho y oscuro hecho de madera... sólo se le ocurrió pensar, que como en su época de gran conquistador, que el castigo que se le daba a ladrones y asesinos era enterrarlos vivos, en ataúdes de madera, dos metros bajo tierra.

 

    – He, he... –Rió nervioso.– ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO!

 

      Desesperado comenzó a golpear la madera y a retorcerse como gusanito en comal caliente, por supuesto los insultos en alemán no estaban demás.

 

 

 

     Canadá estaba desconcertado, por no decir asustado. Primero se había despertado en un lugar que no conocía, cansado y con dolor de cabeza, y de un segundo a otro alguien o algo había golpeado justo debajo de la cama donde se encontraba recostado. Cuando preguntó si había alguien ahí solo recibió una respuesta ambigua y nada tranquilizante.

 

     De pronto volvió a escuchar:– He, he... ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO! –Y la cama comenzó a moverse como posesa. El rubio no tardó nada en brincar de la cama y correr hasta la esquina contraria de la habitación. Ahí vio como las sábanas y almohadas caían al suelo y de pronto, cuando por milésimas de segundo se levantó la colcha, pudo ver a una persona...

 

      Pasó saliva, con las manos en el pecho miró hacia los lados, debía haber algo que pudiera usar. No tardó mucho en darse cuenta de la vieja escopeta que servía de ornato sobre la chimenea. Muy probablemente ya ni siquiera sirviera, pero el extraño no lo sabía. Tomó el arma y apuntó hacia la cama.

 

    – Eto... Tu... el que está abajo de la cama, sal... en este momento.

 

      Prusia dejó de moverse, ¿debajo de la cama? Lo pensó por un momento, ciertamente el piso no era de madera, era suavecito y de hecho podía ver unos pequeños rayos de luz a un lado suyo. Decidió moverse pecho tierra en dirección a la luz y cuando estuvo fuera lo primero que vio fue un tubo frío y plateado apuntando a su nariz.

 

       – N-no te muevas.

 

 

 

**************

 

 

 

      Se encontraba caminando por todos lados desde hacia rato, pero en el momento que escuchó el tan familiar grito para él, Alemania había acelerado el paso, incluso se había puesto a pregonar.– ¡Italia! –Con su áspera voz. ¿Dónde Ficken* estaba? Irrelevante, ahora que sabía que Feliciano no podía estar muy lejos sus otras preocupaciones pasaban a segundo plano. Si no atendía rápidamente al inconveniente “italiano” eso sólo le traería otros inconvenientes y más preocupaciones.

 

 

 

***********

 

 

 

       – ¡Ugh! –El británico apretó los dientes, oficialmente había dejado de sentir ninguna de sus extremidades y la ahora oscura esfera entre sus dedos comenzaba a sobrecargarse, soltando fuertes descargas eléctricas que le provocaban dolor. Aún así no la soltó.

 

       – Je je je~

 

       – ¿Te diviertes? –Preguntó con ironía el inglés aferrándose a las últimas fuerzas que le quedaban.

 

       – ¡Mucho!

 

      – Bitch! –la insultó con enojo. Otra oleada de descargas y esta vez sintió mil agujas clavarse en su cuerpo. Gritó con dolor, incluso escupió sangre, ¡pero no soltó la esfera!

 

        – ¡Qué terco! Sigue así y te destruirás a ti mismo.

 

    El inglés sonrió, esa era precisamente su intención. Si sobrecargaba la esfera con su magia la haría explotar, destruyendo así al demonio que lo acompañaba y cerrando el portal. Aunque no saldría precisamente ileso de ahí, probablemente también destruiría las habitaciones más cercanas al sótano de la casa. Se preguntó si su cuerpo carnal podría soportar que una cantidad así de roca sólida le cayera encima, la idea le hizo gracia.

 

        Una broma cruel.

 

      No era precisamente un suicidio, no quería morir, eso seguro, pero no quería que nadie muriera. No iba a permitirlo, por su honor como caballero. No era precisamente un suicidio, ni tampoco un sacrificio, no quería martirizarse a sí mismo... prefería considerarse una simple consecuencia. Sabía que sería tan rápido que no sentiría dolor y aún así no pudo evitar que unas amargas lágrimas recorrieran sus mejillas, mezclándose con el sudor y la sangre que ya lo cubrían.

 

        Las reacciones de la esfera cada vez se volvían más y más violentas, el final estaba cerca. El aire comenzó a arremolinarse al rededor del hechicero, derribando y arrastrando los libros místicos y algunas hojas que por ahí estaban sueltas. Sus dorados cabellos tampoco eran la excepción, las finas puntas ahora se sentían como pequeños látigos golpeando contra la piel de su rostro.

 

        “No me arrepiento de nada” pensó y cerró los ojos.

 

 

 

*************

 

 

 

     Alfred y Antonio seguían caminando, el español incluso iba gritando el nombre de su pequeño Ita-chan. Fue entonces que América sintió un escalofrío recorrer su espalda y el mundo comenzó a moverse.

 

 

 

*************

 

 

 

   – ¡Ve! ¡Japón, ¿qué está pasando?! –Decía el italiano aferrándose a su amigo.

 

    Japón no estaba tan afectado, podría decirse que hasta acostumbrado estaba.– Está temblando.

 

 

 

**************

 

 

 

     Prusia miró un poco más hacia arriba, topándose con esos ojos violeta que lo miraban amenazantes.– ¿Ho-hola? –Dijo pero no consiguió nada más que el rubio ciñera con más fuerza el arma.

 

      Canadá intentaba analizarlo, creía ya haberlo visto en algún lado, ¿pero donde?

 

    Fue entonces cuando la tierra bajo sus pies comenzó a moverse y perdió el equilibrio. La vieja y oxidada lámpara sobre su cabeza tampoco fue capaz de soportar el repentino y brusco movimiento, precipitándose pesada y veloz sobre el canadiense. No conseguiría esquivarla, Canadá cerró los ojos preparándose para el impacto, pero en lugar de sentir un golpe en la cabeza el extraño sujeto bajo su cama saltó y los arrojó a ambos lejos de donde cayeron los peligrosos vidrios.

 

 

 

**************

 

 

 

      – ¿No te arrepientes de nada, ah? –La niña sonrió, sonrió con una media luna brillante y deforme. Ella conocía a Arthur desde que el pequeño fue capaz de ver criaturas mágicas. O sea desde siempre. Nunca andaba muy lejos y siempre lo mantenía vigilado, después de todo era muy extraño toparse con un humano que tuviera vestigios de magia.

 

        Arthur era muy valioso, demasiado como para darse el lujo de dejarlo morir. Y sin embargo esta extraña situación representaba una gran oportunidad.

 

 

 

    Inglaterra permanecía con los ojos cerrados, se había convencido que ese sería su fin, el lugar donde descansaría por el resto de la eternidad. Por su país no se preocupaba, ya volvería a nacer otro “Inglaterra” y el mundo seguiría su curso.

 

 

 

– London Bridge is falling down

 

Falling down, falling down

 

London Bridge is falling down

 

My fair lady.

 

 

 

      Esa canción... ¿que no se había resignado aún? Inglaterra podía oír a la niña cantar, pero de la nada una segunda voz se le unió... esa voz... ¡no podía ser! El pobre país no lo pudo aguantar, ¿cómo podría? Sucumbió y abrió los ojos. Ahí lo vio, vestido con ese trajecito blanco y la cara de ángel, el pequeño niño recogía flores al lado de Samara... y cantaba esa canción que él mismo le había enseñado.

 

 

 

– Build it up with iron bars

 

Iron bars, iron bars

 

Build it up with iron bars

 

My fair lady.

 

 

 

    El viento seguía corriendo agresivo. Inglaterra estaba conmocionado, tanto que olvidó la esfera que sostenía entre sus manos y la dejó rodar. “No... América no puede estar aquí, no así. Él ya no es un niño” intentaba convencerse que no era verdad, nada más que una tonta ilusión hecha por ese demonio y volvió a cerrar los ojos.– ¡Callate! –Comenzó a gritar con las manos en los oídos.– ¡Callate, no estás aquí! ¡Sal de mi cabeza, dammit!

 

        – Inglaterra.

 

     Bum. Nada. Nada más fue necesario para atacarlo, para derrotarlo y hacer que bajara la guardia. Adiós resistencia, adiós fuerza de voluntad.

 

        El país abrió los ojos y lo vio de pie frente a él. América, su América lo veía con tristeza desde arriba.– ¿Qué estás haciendo, Inglaterra? –Salió de sus labios, con su misma voz, con su tono triste. Inglaterra partió en llanto.

 

        – América... –Sollozó.

 

       El más alto se hincó frente a él y acercó su rostro al suyo. Pasando su mano por su mejilla limpió sus lágrimas. Inglaterra miró esos ojos azul zafiro que tanto amaba, los añoraba, creía que jamás volvería a verlos. Jaló a América y lo apretó en un abrazo quedándole la cabeza en su hombro.

 

       – ¿Qué haces aquí? Idiot –Preguntó sin dejar de llorar.

 

      América sonrío y le susurró al oído de su amante.– Iron bars will bend and break...

 

    La sangre de Inglaterra se heló y sus pupilas se dilataron. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué..?

 

    Fue apartado un poco del abrazo, el oji-verde pudo ver esa expresión. Lujuria, odio, alegría, regocijo, furia, placer... todas esas emociones mezcladas en esa sádica sonrisa. Por primera vez sintió miedo, por primera vez sintió un terror que lo dejaba helado y todo debido a esa hórrida sonrisa.

 

      Ese... no... no podía ser América...

 

 

 

– ...Bend and break, bend and break

 

Iron bars will bend and break

 

My fair lady.

 

 

 

      Esa música salía de sus labios. Por alguna razón Inglaterra ya no soportaba esa canción, sonaba tan tétrica, no quería escuchar a su América cantar eso nunca más. Forcejeó para librarse de él, pero no podía, estaba demasiado cansado, además América siempre había sido más fuerte que él.

 

       Acabó tumbado en el piso con el cuerpo de su amante sobre él, y no dejaba de cantar.

 

      Aún con esa sonrisa plasmada en su rostro, repasó el cuerpo de Inglaterra con su lengua. Primero la camisa sobre el estómago, después pasó al pecho, ahí se detuvo para olerlo un poco y después subió a su rostro. El pobre tenía una expresión aterrada y sin embargo aquel acto lascivo lo había sonrojado un poco. Pensó que era lindo...

 

    Acercó su boca una vez más al oído de Inglaterra y le susurró.– London bridge has fallen.

 

 

 

Y acto seguido procedió a besarlo.

Notas finales:

 

 

cha... Cha... CHAN!!!

 

¿Qué tal, les ha gustado? :) decidí dejar todo en suspenso >:D (por favor no me odien).

 

Estaré actualizando con bastante regularidad ^u^

 

 

 

Traducciones:

 

* Tanto Bumsen como Ficken son formas de decir “J0der” en Alemán =w=

 

Bueno, traducir la canción... prácticamente dice que “el puente de Londres se va a caer” pero al final, lo último que “América” le susurra a Iggy es “el puente de Londres a caído”. Macabro ¿no? ¬u¬

 

 

 

Preguntitas >w<

 

¿Habrá Canadá x Prusia? ¿Alemania encontrará a Ita-chan? ¿Japón será inmune a los terremotos? Y más importante aún ¿QUÉ PASARÁ CON IGGY?

 

Espero sus Reviews por favor :( me encantaría platicar con ustedes, prometo que siempre contesto y regalo abrazos virtuales XD

 

Las espero la Próxima semana °3°


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