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Te Amo y Por Eso Tienes el Poder Para Destruirme por Arwen Diosa

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Notas del capitulo:

Capi 10, estoy decidida a trminar este fic por q significa mucho para mi

gracias por el apoyo, espero les guste la historia q sale de un computador q agoniza jajaja

espero poder encintrar otro computador pronto

nos leemos

Te Amo y Por Eso Tienes el Poder Para Destruirme,

 Pero Confió en que No Lo Harás…

 

Capitulo 10: Ese beso, no es uno más

Había sido una semana difícil y aun mas sin la compañía de Shura donde poder desembocar libremente sus pensamientos, ideas y sentimientos… los últimos preparativos para la boda exigían todo el tiempo libre del Caballero de Capricornio  y aunque, Camus estaba de su ayudante no tenían el tiempo apacible que necesitaban para sentarse en el techo de sus Templos siendo la luna su única acompañante y al fin las palabras fluyan de su corazón, Camus reconocía que necesitaba descongestionar su mente y aflorar sus sentimientos y Shura era como su pizarra donde recibía sus cavilaciones y tenía al final una respuesta más clara de lo que había sido la pregunta.

Sin poder encontrar tiempo para desahogarse todo le resultaba más complicado de entender y manejar. Kanon no ayudaba para nada al desenlace de sus turbados pensamientos, su actitud era reticente y alejada desde su discusión poniendo el ambiente de los Archivos pesada y por demás silenciosa. Saga le había quitado el saludo y no esperaba menos… de hecho no quería dirigirle la palabra y así era mejor.

Así que el tiempo que pasaba en los Archivos era solitario y sumido en su propio silencio, rindiendo su mente al laborioso trabajo y obligándose a no pensar en Milo, ni en Saga y menos en Hades.

Había coincidido con Milo un par de veces en el pueblito cercano, al parecer los dos atareados con los detalles de la boda de sus amigos. Sus encuentros habían sido inocentes y alejados de pretensiones amorosas, compartieron una cena mientras hablaban del problema de la mantelería (Aioria quería manteles blancos y solo había en color perla) y cómo solucionarlo.

- Bueno, se que estuviste hablando con Hades… ¿Crees que tal vez el tenga una docena de manteles blancos? Después de todo es dueño de un castillo.

- Tendría que preguntarle - dijo Camus con asombro ante el desinterés en la voz de Milo, al hablar de Hades y su nueva amistad que tenía con el Dios - Me parece que vendrá mañana a los Archivos.

- Si, de mañana no tiene que pasar porque si no, tendrán que ser los manteles perlas. ¡Espero poder convencer a Aioria de eso!

- Shura es más fácil.

Su vuelta al Santuario estaba llena de una conversación amena, tal y como habían sido las ultimas. Sin darse cuenta su caminata los llevó a la puerta del Templo de Acuario haciendo planes para el día de la boda, congeniando sus ideas sobre la ceremonia.

- Yo recogeré el pastel y tú te encargaras hasta mientras  del  protocolo con los invitados.

- Bien - acepto Camus pensando que en realidad Shura y Aioria tenían que contratar personal para que se encarguen de todo esos detalles que hacen de una boda, pero eso significaba el despliegue de un monto económico que gracias a la amistad y ayuda de Milo y Camus se estaba destinando a su luna de miel.

Dejándolo en su puerta, Milo se alejo unos pasos mientras bajaba la escalinata y al llegar casi al final volteó la mirada como solía hacerlo desde su ruptura, deseando encontrar la mirada acumarin sobre él. Pero una vez más se quedó con un suspiro atorado en el corazón al no ver a nadie. Tenía a Camus de compañero y hasta podía decirle amigo porque podía hacer buenas conversaciones con él, pero extrañaba a su Camus enamorado y amante, cada día sentía que su corazón se deshacía de tristeza al estar más lejos de su añorada reconciliación. Lo había soñado de tantas formas posibles, sea despierto o dormido veía a Camus entre sus brazos y él haciendo lo correcto… aun se negaba a aceptar la realidad que le gritaba que había perdido a Camus pero el sentimiento que formaba su ausencia era tan grande que las lagrimas seguían brotando solas de sus ojos… a pesar del tiempo… Camus seguía siendo todo lo que amaba, lo mejor que le había pasado y lo más extraordinario que había tenido y podía llamar suyo…

Era obvio que Camus no era invisible, y lo que él veía también podían ver los demás… sabía que a esas alturas de su ruptura el rumor se había esparcido y Camus tendría pretendientes, nuevas amistades y personas que lo harían sentir bien… Milo lo sabía…

Del dueño de su aliento pasó a ser un pretendiente más que tenía que esperar que aceptase una cita para poder verlo… verlo sonreír…

Y a menudo pensaba si tendría un final feliz con Camus o seguiría pretendiendo ser fuerte, valiente y que no lo necesitaba como una flor necesita la primavera para sobrevivir. Shura le había aconsejado el dejar de ser tan intenso con Camus y al parecer servía esa estrategia para poder entablar amables y divertidas conversaciones, pero el alma le temblaba de temor ante la idea de perderlo para siempre… si Camus decidía aceptar un nuevo novio en su vida… básicamente estaría terminado de matar a Milo.

Llegó a su Templo con el molesto nudo atorado en su garganta que había aprendido a controlar poco a poco para que las lágrimas no lo atosiguen en lugares vergonzosos, unos cuantos suspiros y sintió cómo aflojaba.

No estaba seguro cuanto más podría resistir la agonía de no tener a Camus, de verle y no poder tocarle, de mantener en silencio sus magullados sentimientos… de verlo alejarse de su vida y no lograr hacer nada… Milo también estaba cansado, muy enamorado de Camus pero esa misma devoción lo estaba matando a diario, lo consumía ante la culpa y la impotencia…

Mirando al cielo estrellado, con algunas lágrimas sobre las mejillas pálidas decidió irse. La boda, el cumpleaños de Athena… sería el preludio de su partida… se marcharía devoto a Camus, enamorado y sufriendo, pero la agonía era peor al estar tan cerca. Con el brillo plateado de la luna sobre sus ojos le juró que se alejaría de su propio dolor, llevándoselo a la soledad y el silencio de alguna tierra lejana.

 

 

 

Con un libro entre las manos, los ojos fijos en sus letras impresas  y el ceño arrugado, pretendiendo leer sus infinitas paginas. Pero en realidad Camus fingía hacerlo, estaba más que molesto con el par de gemelos de Géminis que de alguna manera muy obvia lo habían excluido de una labor que debían hacer los tres en conjunto, Shion así lo había dispuesto, hacer la lista de todos los libros del Archivo con el detalle de su ubicación, número de páginas, autor y detalle de colindancia. Pero Saga rozando el descaro había excluido a Camus, diciendo que entre ambos gemelos se bastaban.

Camus sabia que tenían un tema pendiente y el dejar de hablarse no era más que un comportamiento momentáneo pero de ahí, a excluirlo era demasiado.

Sin darle más importancia que a la actitud de un niño enojado, Camus intentó concentrarse en su lectura, en algún momento de la mañana Shion pasó varias veces por los pasillos rebosantes de estantes para luego anunciar la llegada de Hades. Si no hubieran sido por los manteles para la boda no hubiera buscado un tiempo a solas con Hades, sabía que los gemelos tendrían más razones para parlotear al verlos charlar a solas pero eso era lo de menos…

- ¿Manteles? - se sorprendió por la inesperada pregunta y sonrió a Camus - Claro te los doy con gusto… si quieres me acompañas ahora al Castillo, los recoges y vuelves.

- ¿Ahora?

- Si, ya me estoy por retirar.                          

 Hades extendió la mano para tomar la de Camus y de esa forma tele-trasportarse a sus tierras.

- Por favor deme 5 minutos, le avisare a Shion - dijo  poniendo sus pasos a la oficina que solía ocupar el Patriarca.

- Disculpe Patriarca - dijo Camus ingresando por un pequeño pasillo blanco, lo encontró sumido en una plática con Dohko y entre ellos una mesita de té con panquecitos. Estuvo a punto de interrumpir un beso si es que sus pasos no hubieran hecho más ruido en el mármol del piso - No era mi intención interrumpir.

- Camus creí que estabas en los Archivos.

- Es por la boda de Shura y Aioria, hace falta la mantelería ¿Puedo ir a conseguirla?

- ¿Ahora? - intervino Dohko

- Fui ayer por la tarde al pueblo y no hay los que quiere Aioria - explico el afán del Caballero de Leo con que toda la ornamentaría sea de color blanco - Es por eso que pido permiso para retirarme un momento, hable con el señor Hades y él nos prestará los manteles. Tengo que ir a su Castillo por ellos.

La sonrisa de Dohko se pintó juguetona al instante sobre sus labios y miró de soslayo a Shion que tenía la expresión neutra.

- Bueno, me parece bien.

Camus se retiró después de una inclinación de cabeza, dejando a la parejita en su intimidad, Shion que no tomó importancia a la petición de Camus quiso retomar sus caricias con Dohko, pero él se alejo un poco.

- ¿Será cierto? Camus y Hades…

- ¿Qué?

- Lo comentan por ahí, que las visitas en los Archivos del dios no son más que excusas para ver al “cubo de hielo” y que éste no se niega a sus atenciones…

- ¿Me estás diciendo que Camus y Hades tienen un romance?

- No lo digo yo, lo dicen muchos.

Shion pasó una mano entre sus cabellos verdes, como si con eso peinara sus ideas. Él había percibido al despojo humano de Camus a causa del dolor causado por Milo, saberlo ilusionado con la posibilidad de un nuevo romance le parecía una excelente noticia, pero no podía perder de vista el tono de voz de Dohko en el tema… si Camus tenía a Hades como pretendiente no era malo para él, pero si tal vez para sus compañeros que también habían percibido las intenciones de Saga… Por fin entendía la actitud reticente que tenían los gemelos con Camus en los Archivos. Sin duda este tema no se quedaría así y recorrería boca por boca en el Santuario, eso era algo que debía advertirle a Camus.

 

Tenía en la memoria el Castillo de Hades desde la última Guerra Santa, pero en esas circunstancias no había percibido la belleza de la infraestructura, un tesoro escultural en arquitectura y pinturas que llevaban generaciones adornando sus muros, mientras esperaba cómodo por los manteles en una sala de muebles antiguos se regocijaba del silencio establecido, se percataba que llevaba mucho tiempo sin eso: silencio, estaba rodeado de tanto bullicio a su alrededor provocado por sus propios pensamientos y el resto del mundo que estaba desorientado de su camino.

No iba a negar que la actitud de Saga y Kanon le estuviera afectando y haciendo que se cuestione su propio comportamiento, la cercanía de Milo era aliviadora porque ya no se sumían en el pasado y Hades era una alegre compañía. Dio un cansino suspiró que rebotó sobre el cristal que cubría uno de esos exóticos cuadros de la pared, en el reflejo del cristal percibió el reflejo de su mirada y la vio confundida, apagada.

- ¿Camus?

En el mismo cristal vio a Hades de pie a unos metros de él.

- Tengo los manteles, Zero que es uno de mis espectros,  asegura que están limpios pero no pude revisarlos todos.

- Muchas gracias - dijo Camus recibiendo la bolsa plástica con los manteles dentro - y no te preocupes, yo los revisare.

La mirada de Hades se mantuvo quieta sobre su rostro, analizando la expresión que tallaba las facciones del galo.

- No eres el mismo de hace unos días Camus - le dijo haciendo que ambas miradas se encuentren - Te veo como si sostuvieras el peso del mundo en tus hombros.

Entre sus dientes apretó un costado de su labio, reconociendo que estaba… triste…

- Si - dijo - Así me siento, como si mis decisiones me estuvieran costando… mi puesto de Caballero o algo así.

Hades analizó el contenido de sus palabras, al parecer no perdía detalle de Camus.

- Debes referirte también a la discusión que presencie con Saga… por lo que te decía parecía ser tu novio, cuando me negaste aquello entonces pensé que debía tener algún motivo para creer que puede decirte esas cosas. Conozco a Saga y no es una persona sin lógica en su decir y actuar - Hades se acercó a Camus y le acaricio el rostro - Entonces recordé que me dijiste que estabas saliendo de una relación abusiva… y pensé en lo genial que eres, Camus eres excepcional en tu forma exquisita de ser, hermoso… - más cerca - y de un temple que atrae a los sentidos…

- Hades…

- Pero si sientes que tus decisiones te pesan eso significa que estas considerando volver con Milo, y si Saga te recrimina que salgas con otros, empiezas a retraer lo que empezabas a sentir como libertad… ¿pasó algo con Saga para que crea que pueda decirte eso?

A pesar del nudo en su voz encontró aliento para responder.

- Me beso hace una semana, estábamos en mi templo y empezó a hablar de Milo y se acerco… y me beso - cerró los ojos al comprender que era la primera vez que exponía su realidad tan abiertamente a alguien que no era Shura, y la situación lo asustaba ¿Podía confiar en Hades?

- Un beso… - repitió Hades - de tus labios…

Camus encontró sus pies para retroceder un poco ante a fija mirada de Hades.

- ¿Qué sientes por Saga?

La voz eléctrica de Hades recorrió a Camus por la extensión de su espalda, ¿Por Saga?

- Si no encuentras palabras para describirlo debe ser toda una oda.

- No - dijo Camus - No es una glorificación ni nada parecido, congeniábamos y cuando las cosas con Milo se desbarataban el significó un apoyo para mi… me divertía con él y es muy amable…

- Pero…

El “gran” pero, Hades parecía que estaba llegando a un punto.

- Pero - dijo Camus - es tan reciente lo de Milo…

- No, Milo pertenece al pasado, Milo no es más que una excusa.

Por la abrupta interrupción a sus palabras Camus quedó con los labios entreabiertos, pareciendo que Hades borraba todo su argumento de un palmo.

- Camus de Acuario - dijo Hades en su tono de voz eléctrico - Si tú me das la oportunidad y más importante que eso, te das la oportunidad a ti mismo de ser feliz… acepta mi constante compañía a tu lado. Sin etiquetas, pero quiero que sepas que eres la oportunidad más preciada en todos estos años vanos de mi existencia, el haber sacado ese día en los Archivos justamente el libro que tu podías traducir fue la coincidencia más bella de toda mi existencia, la casualidad más inocente que hizo latir mi corazón como en años no sentía y el encontrarte soltero justo al tiempo que mis ojos te adornan de elogios es, sin duda, lo mejor que me haya pasado. Y en todos estos años debo decir que las casualidades no existen, el destino esta dibujado a nuestros pies y somos los autores de nuestro propio suplicio…

Camus exhaló al tiempo que Hades acercaba sus dedos sobre sus labios, dibujando su contorno.

- Puede que ese momento mágico en los Archivos para ti sea reducido a nada, pero para mí es el principio donde decidí que podía enamorarme de Camus de Acuario - le sostuvo la quijada con delicadeza y sopor, alargando el momento en que sus narices se rozaban - Y decidí que podías romperme el corazón - Camus trago grueso - Que no importa si eres tú el que lo hace pedazos…

La bolsa plástica cayó al suelo de las manos de Camus cuando los músculos le flaquearon, en la nuca le nació un calor intenso. A pesar de haber cerrado los ojos, hallo cordura para retroceder y romper el contacto de los labios de algodón de Hades.

Hades respetó la distancia alejándose un poco también, sin duda tenía una sonrisa marcada y los ojos le brillaban como fuego.

- Debo irme  - dijo tomando la bolsa y saliendo del salón con velocidad, sin mirar atrás y con la mano sobre los labios. Llegó hasta la puerta de salida, pasando como un remolino entre los guardias que la flanqueaban.

El sol se había ocultado tras unas nubes negras que amenazaban con soltar una tormenta sobre ellos. Se veían espesas y congestionadas, tanto que a pesar de ser de mañana el ambiente se había oscurecido. 

Camus se alejó un poco del Castillo, apretando la bolsa plástica como si fuera su terapia para besos robados y palabras amorosas.

“- Decidí que podías romperme el corazón.

 No importa si eres tú el que lo hace pedazos…”.

Suspiró un par de veces para calmar su respiración y encontrar un pasamiento coherente, se desarregló el cabello con las manos para luego intentar ordenar sus mechones acuamarines. A pesar de costarle ubicarse en el tiempo y espacio donde estaban sucediendo tantas cosas sobre su corazón razonó que lo mejor era alejarse, no pensar en lo sucedido sobre sus labios hasta no sentirse calmado y solo, cosa que no conseguiría hasta que no esté en su propio Templo.

Sin ser capaz de asir su concentración total intentó tele transportarse un par de veces al Santuario, sin tener éxito. Las obvias barreras se lo impedían, tanto del Castillo como del Santuario, así que sin más opción tuvo que alejarse del Castillo y tele trasportarse en el pueblito cercano. Quizá Hades si pudo hacerlo por tener una especie de permiso especial o algo parecido.

Tres pares de ojos siguieron a Camus en su ofuscada marcha de los terrenos del Castillo.

- ¿Vieron eso? - dijo Radamanthis que había presenciado el beso de su dios con el Caballero de Acuario. Acompañado de los otros jueces que no perdieron detalle de la reacción de Camus al salir del Castillo.

- ¿Ese era Acuario, verdad? - Aiacos abrazaba de la cintura a Minos - ¿Qué hacía aquí? Hoy note que Hades tiene la expresión diferente cuando están juntos…

- ¿Acuario no estaba ennoviado con Escorpio? - refutó Minos.

- Al parecer ya no - dijo Radamanthis - Escuche que tiene más de un pretendiente ahora, incluyendo al pedazo sexi de Milo que lo quiere recuperar, Saga de Géminis y Hades.

Minos arrugó el entrecejo y soltó una carcajada.

- ¿Tres al mismo tiempo? ¿Qué tiene? ¿Los pezones de sabores?

Los jueces rieron al unisonó.

- No van a negar que esta bueno - dijo Radamanthis con esa sonrisa seductora que lo caracterizaba -  Y tenemos la boda de Shura este sábado para ir al Santuario…  haré lo que siempre quise ahora que tengo la oportunidad.                      

 

 

Se golpeaba la cabeza sobre la superficie de la mesa de su cocina, repetidas veces con la intención de ver si con esas sacudidas lograba formular un pensamiento que le ayude a encontrar un norte en el camino caótico que estaba llevando su vida.

Por lo sucedido ya no había vuelto a los Archivos, ni buscado a Milo para mostrarle los manteles… no quería ver a Milo, sentía que no podía. Como si le hubiera sido infiel… todo estaba tan reciente…

“No, Milo pertenece al pasado, Milo no es más que una excusa”.

La voz de Hades le resonó en la mente como un eco que lo mantuvo quieto unos segundos sobre la mesa… sin importar lo que diga Hades, la verdad era que si consideraba que era muy pronto para aceptar tener sentimientos por otra persona.

Tenía que ordenar su vida amorosa antes que esta se enrede peor, debía hablar con Saga sobre verdades absolutas… el Saga que fue su amigo seguía ahí, el que lo apoyó y ayudó… no podía dejar que las cosas se salgan de control con él. Hades… prefería evitarlo un tiempo hasta que ese beso se enfrié sobre sus labios y si Milo preguntaba, porque no le debía explicaciones, pero si preguntaba, iba a ser honesto.

Unos pasos lo sacaron de sus cavilaciones, y la inconfundible voz de Saga y Kanon. Por el silencio en las paredes pudo escuchar su conversación.

- Te dije que tenían algo - era Kanon - se fue con Hades y no volvió.

- Me cuesta creer que Camus sea… - no terminó de hablar al ver al aludido salir a su encuentro entre los pilares de su Templo.

- ¿Decían algo sobre mi? - No les dio oportunidad a responder - No fui de paseo con Hades, fui a conseguir esto - les mostro la bolsa de manteles blancos - Son para la boda de mis amigos. No volví a los Archivos porque la compañía de ustedes hizo que el trabajo sea demasiado incomodo, saben a lo que me refiero. Así que razonen su actitud conmigo, - miro a Saga a los ojos y la intensa mirada le fue devuelta - especialmente tu Saga, creo que tenemos temas pendientes por arreglar que están perjudicando lo que podíamos llamar amistad.

Kanon fue el primero en moverse, con la ligereza que lo caracterizaba camino en dirección a la salida del templo.

- Bien hecho Camus, sabía que ibas a ser directo. Te veo luego Saga.

Una vez solos, Saga se rascó la nuca demostrando su incomodidad.

- Lo siento - empezó el caballero de Géminis -  no debí reaccionar de esa forma y me cuesta aceptar que tengas razón… No hablemos aquí en los pasillos, vamos a mi Templo a almorzar…

- No, tengo listo mi almuerzo aquí - le dijo - pero pasa un momento.

Una vez que estuvieron sobre los sillones del Templo de Acuario fue el turno de que Camus hable.

- Yo también tengo que disculparme, no era mi intención hacerte sentir que estaba jugando contigo. Pero, ese día en los Archivos tus palabras me alertaron lo que eres capaz de pensar de mí, si me ves paseando con un hombre. Por el hecho que salí a cenar con Hades tú ya me emparejaste y en tu imaginación hice todo con él.

- Lo lamento Camus… No debí hacerte tal escándalo en los Archivos pero, me di cuenta que puedo sentir celos por ti. Que mis sentimientos son más allá que la amistad. Me equivoque, lo siento.

- Y te disculpo - le dijo - pero esa discusión definió nuestra relación…

- ¿A qué te refieres?

- Que sin ser nada, ya te sentías como dueño mío. Antes tal vez me hubiera parecido algo inofensivo, pero habiendo superado las cosas malas que me hacia Milo, no pienso ni quiero soportar algo parecido de nuevo.   

- Camus - Saga parpadeó un par de veces - perdóname, tienes razón, no tenía derecho de decir ese tipo de cosas y luego hacerte a un lado en los Archivos. Pero no me alejaré de ti sin luchar un poco más, te falle ahora pero no lo volveré a hacer.

Se puso de pie dejando a Camus sin más palabras que esas para marcharse dejando una caricia sobre los cabellos acuamarines.

 

 

Fue una pena que no halle a Shura con tiempo libre para desembocar su corazón de tan enredados sentimientos que le pesaban. Aguantar todo eso solo le estaba pesando.

Supo que Milo, Mascara de Muerte, Kanon y Aldebarán se habían llevado a Aioria de despedida de soltero a un bar del pueblito cercano, así que esa noche buscó la compañía de su mejor amigo. Fue una decepción que al llegar a Capricornio encontró a Shaka, Mu y Afrodita.

- Camus, estaba yendo a buscarte - dijo su amigo - Quería verte pero… - señaló con la cabeza a sus compañeros que se servían un poco de vino - Aioria los mando  para evitar que hoy la pase solo.

Con el carácter estridente y amigable de Afrodita no fue difícil levantar una pequeña fiesta. Camus se integro a ellos con facilidad y bebieron champagne y licores exóticos. Ahí se enteró que Mu y Shaka llevaban algunas semanas saliendo y que Afrodita era el siguiente en planear un matrimonio.

- ¿Y tu Camus? - le preguntó Afrodita tomando de golpe su margarita - Escuche que pronto podríamos hacer fiestas en el Castillo de Hades.

Mu y Shaka rieron por lo bajo mientras Shura arrugaba el entrecejo, él no sabía nada, mientras Camus contenía el aire para no responderle a Afrodita, pero como le había dicho Shion un par de días antes, sus encuentros con Hades ya habían dado qué hablar.

- No estoy con Hades - respondió manteniendo la sonrisa congelada - Sólo es un amigo.

- ¿Hades? - dijo Shura que no terminaba de entender.

- Quisiera explicarte amigo - le dijo por lo bajo mientras los otros tres ya hablaban de otra cosa - De verdad tengo tanto que contarte…

Shura abrió grande los ojos.

- ¿Pasó algo con él?

- No - negó Camus sin sacarse de la mente el beso del dios.

- Entonces…

- Tengo que contarte pero no ahora.

- ¡Shura se nos casa mañana! - exclamó Afrodita poniendo en los labios del aludido una copa de un trago adornado con su sombrillita.

Las horas trascurrieron con asombrosa facilidad sobre ellos, llegado el momento Shura estaba un poco mareado y Camus sintió la responsabilidad de hacerlo descansar para que el día de su boda este realmente deslumbrante.

- Si mañana tienes ojeras, apuesto que Aioria me mata - le dijo mientras le ayudaba a llegar a su alcoba, el resto de sus compañeros también se alistaban para irse.

- Mañana me caso… - hipó Shura sonriendo tontamente - Mañana Camus…

- Si, que feliz estoy por ti. Se cuanto lo quieres.

Ayudo a Shura a sentarse sobre la cama y luego le quitó los zapatos.

- Si… lo amo… - Shura se dejó caer en la cama mientras Camus lo arropaba. Era inútil siquiera intentar que Shura lo escuchara en esas condiciones, al terminar de arroparlo ya estaba dormido. Camus lo contemplo un poco antes de salir.

El día siguiente iba a ser un gran día.                          

     

              

         Continuará…

Notas finales:

Dejen sus comentarios q me ayudan tanto a continuar e inspirarme por favor los espro ahi

gracias por leerme

actualizo pronto


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