Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te Amo y Por Eso Tienes el Poder Para Destruirme por Arwen Diosa

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Muchas gracias por los mensajes, me ayudan mucho a continuar. Este capi ha sido difícil porque se ha borrado muchas veces y tuve que reescribirlo  más de una vez, espero les guste este capítulo porque me costó mucho terminarlo Pero cada vez esta historia me gusta más espero sus mensajes con ansias. Sin más pasen Y lean

TE AMO Y POR ESO TIENES EL PODER PARA DESTRUIRME
PERO CONFIO EN QUE NO LO HARAS

Capitulo 12. ¿Feliz?
La fiesta estaba montada en el salón del Santuario, destinada a extendidas reuniones y sobrios eventos, ésta era la primera vez que se celebrada algo parecido y más particular aún eran todos los presentes. Estaban los caballeros de Bronce que habían sido jalados por Shiryu que al ser amigo de Shura, tenían su mesa esperando por ellos, también Hades y sus jueces espectros que daban un aire emocionante a la fiesta porque nunca los habían visto así, entre música y comida que se mezclaban con risas y más voces.
Seiya y Shiryu bailaban su segunda canción al ritmo movido de la música, en las manos tenían sus copas de bebida con hielo, pues se habían propuesto disfrutar la fiesta. Shun, Yoga e Ikki estaban en una de las mesas comiendo algunos bocaditos salados y tomando bebidas sin alcohol, Ikki le agregaba ron cuando creía que Shun no se daba cuenta, siempre quería ser buen ejemplo y pensaban también en bailar en algún momento cuando Saga de Géminis termine su conversación con el Caballero de Andrómeda. En otra de las mesas de mantel blanco y centro de mesa de rosas blancas y velas del mismo color estaban Mu y Shaka conversando sobre las banalidades de la vida, el Caballero de Virgo tenía encantado a Mu sobre su forma de ver las cosas o quizá la forma en como hablaba de ellas. Horas y horas conversando de todo y nada, ahora sobre el valor que tiene el matrimonio y lo rentable que era una boda... Mu simplemente babeaba por su pareja, Shaka podía ser latoso o demasiado cerrado en su forma de pensar pero con el de Aries estaba demostrando una faceta en la que podían compartir más que una conversación amena, ahora en la fiesta disfrutaban de vino y bocaditos, quizá también podrían bailar después. El Caballero de Tauro bailaba desde el principio y quería hacerlo todo lo que pueda, en ese momento bailaba con la misma Athena y Pandora también diciendo que con las dos podía al mismo tiempo. Máscara de Muerte estaba en una de las mesas mas ruidosas con su novio Afrodita, Aioros y Camus, este último sólo buscaba rodearse de buena vibra y contagiarse de las risas estridentes del Caballero de Piscis, pensó que mientras más cerca más rápido se disiparía la tristeza de su mente. En otra mesa se encontraba Kanon con Milo que conversaban con Minos y Aiacos, estos dejaron la charla después de un rato para ir a la pista de baile. en la ultima mesa que era la mas grande era la de los novios, tenía un centro de mesa con numerosas rosas blancas y una docena de velas aromáticas encendidas, la compartían con Hades, Shion Dhoko, Athena y Pandora los novios se paseaban por el salón incitando a los demás a unirse al baile y chocando copas. Hades hablaba con Shion y Dhoko, la conversación parecía entretenida porque entre sorbos moderados de ron ninguno se había movido.
Cuando los recién casados llegaron a la mesa de Camus, Máscara Mortal, Afrodita y Aioros, se sentaron un momento, todos levantaron sus copas y las terminaron de un sólo trago. Los hermanos se abrazos fuerte para luego sentarse juntos, Shura se sentó al lado de su esposo y Camus.
- ¿Todavía no llega el encargado de la cena?
- Shura estaba al pendiente de esos detalles.
- Lo he llamado y dijo que llegaba dentro de poco, te aviso cuando venga.
- Milo me ayudó a hacer el encargó, él tiene el detalle del pago - recordó Shura - Pero no te preocupes yo se lo pediré.
Camus sonrió a su amigo por ahorrarle el tema de Milo, no quería hablar con él.
- ¿Y ese saco? Te vi con eso desde hace rato, pero no es tuyo - para mala suerte de Camus, Shura había hablado muy fuerte.
- Es de Hades - intervino Aioria que había escuchado eso, ahora todos los de mesa eran parte de la conversación. Camus había puesto el saco de Hades en su silla pero pensó que al apoyarse lo arrugaría o tal vez terminaría por olvidar devolvérselo así que lo dejó sobre la mesa, delante de él. Los demás miraban intercaladamente entre a Camus y el saco, intentar ocultarlo en ese momento era penoso.
- ¿Cómo que de Hades? - La curiosidad de Afrodita pudo más que su recato.
Camus no quería que nadie hable ni media oración que contenga su nombre y el de Hades y ahí estaba toda una mesa diciéndolo en voz alta.
- Sí, no es nada olvídenlo - Camus lo dijo con expresión de póker.
Shura arquero una ceja entendiendo que era mala idea hacer preguntas, escucho a su esposo reír por lo bajo y continuó hablando con Aioros, Afrodita sólo carraspeo y volvió a lo suyo con su novio de Cáncer. Shura sólo susurró un "lo siento".
- ¿Cómo estás en tus primeras horas de casado?
- Me siento fantástico, es... amo a mi león - Shura no dejaba de abrazar a su esposo por la espalda - Estoy feliz. ¿Cómo estás tú?
- Necesito un par más de estas para estar mejor - Vacío en su boca la copa que recién había llenado Máscara de Muerte - llénala de nuevo - pidió, Afrodita y el mencionado lo ovacionaron.
- ¿Cuántas has tomado?
- Hoy pretendo tomar todas las que no tomé en la vida.
Shura se rascó la ceja, no quería que su amigo se emborrache a sobremanera, más que todo porque no tenía experiencia con el alcohol, pero como se lo iba a decir...
- No Shura, no - Afrodita lo sacó de sus pensamientos - Camus nunca ha estado así con nosotros, pensábamos que era un refrigerador con peluca.
- Si, se nota que querías pararle el coche - secundó Máscara de Muerte al momento de pasarle otra copa llena - Es la primera vez que lo escucho reír.
Camus quería decir algo como "Estoy aquí, los escucho" pero era más fácil reír y beber de nuevo, provocando más ovaciones, está ves los hermanos se unieron también.
- Bueno, bueno... pero cuídate Camus. El estanque esta lleno de tiburones ¿Entiendes?
Suspiró por lo bajo, comprendía lo que decía su amigo, no era para menos su deseo de querer olvidar un poco su situación, por eso pretendía que beber esa noche era una buena idea. En un extremo estaba Milo con kanon, conversando aún, al otro lado Saga hablaba con Shun y en la mesa del centro estaba Hades con Radamanthis, Shion y Dhoko bailaban en la pista.
- Toma come algo - le alcanzó Shura unas albóndigas de carne después de darle a su esposo - Iré a bailar con Aiora, si surge algo sólo dímelo.
- Gracias Shura, estaré bien - así se sentía, que esa noche nada podía salir mal. Quería beber, bailar, reír y pasarla bien... estaba en una fiesta lejos de los deseos de Milo. Si se iba a equivocar sería sólo culpa suya y aprendería y si la pasaba bien sería por él.
La pareja se levantó, caminando en un abrazo hacia la pista de baile por un momento sus amigos desde la mesa los vieron bailar.
- Es increíble que mi hermano se haya casado - dijo Aioros mirando al que siempre sería un niño a sus ojos - ¿Es impertinente preguntar cuándo van a formalizar ustedes?
Máscara de Muerte y Afrodita se miraron entre ellos, era un tema que tocaban cada aniversario de su relación de 4 años y cada vez que sus problemas los asechaban. Sus discusiones no eran abusivas ni estaban centradas en problemas de celos. Eran tan diferentes uno del otro que ahí radicaba sus líos, en la cotidianeidad.
- Cuándo pidan mi mano, lo pensaré - dijo Máscara de Muerte extendiendo la mano y mostrando la falta de anillo. Todos en la mesa, incluyendo a Afrodita rieron.
- Y tú Camus, van a volver con Milo - Afrodita hizo la pregunta que quiso hacerla desde un principio, Máscara de Muerte lo codeo por lo bajo.
- No lo creo - respondió sin trémula .
- Milo está convencido que quiere recuperarte - por su forma noble de ser Aioros no entendía que tocaba fibras sensibles en Camus.
- Si lo aceptas o no, éste es tu momento de saberlo Camus - Afrodita señaló con la mirada en dirección a la mesa de Milo , por reflejo todos miraron ahí.
No fue necesario preguntar a qué se refería Afrodita, era obvio que quería que vea a Milo a centímetros de los labios de Kanon. Se miraban intensamente y hablaban casi labio con labio, bebían y parecía que podían besarse en cualquier momento...
Pudo ser kanon o cualquier otra persona, Camus comprendió en ese instante que lo contrario al amor no era el odio, era la indiferencia, si Milo se besaba o empezaba una nueva relación no estaría molesto, tampoco sentiría una desinteresada alegría condescendiente, sería nada. Ya no quería a
Milo, nunca iban a volver...
Milo era una pregunta de la que nunca conocería la respuesta, su relación durante todos esos años era una promesa de amor a la que había entregado todo su corazón y cuerpo, no existía nada que no haya hecho para demostrar su amor por él, pero ahora entendía que sólo era una promesa vacía que se desvanecía, unos ojos que se cerraban a la oscuridad y un destino juntos que no era posible más... un sueño al que renunciaba y nunca sabría si tendrían un feliz final.
- No creo que volvamos - dijo Camus con simpleza, apartando la mirada y comiendo unos bocaditos de atún y pollo. Decirlo en voz alta se sintió diferente, pero lejos de lastimado le dio valor para seguir adelante, sin esperar la piadosa aprobación de Milo para hacerlo.
Bebió un par de sorbos mas, quería beber esa noche y divertirse como siempre quiso, divertirse por el mismo.
- Vengan a bailar - los llamó Aioria desde la pista de baile. Afrodita y Máscara de Muerte casi de inmediato fueron abrazados y con sus copas en la mano. Por unos segundos Aioros y Camus se miraron expectantes.
- ¿Bailamos Camus?
Sonriendo por la invitación se puso de pie a modo de respuesta, levanto su copa y Aioros lo siguió hacía la pista de baile.
Aioros resultó ser divertido para bailar, igualaban los pasos con su hermano y hacía movimientos graciosos adrede, bailaba más con la letra de la música que con el ritmo. En algún momento se unió Radamanthis a ellos, abrazaba a Shura del cuello y le daba más de esa bebida que le ofreció antes de la boda.
Aioros y Máscara de Muerte fueron un momento al lavabo y Camus se quedó bailando con Afrodita. Era otro personaje sobre la pista, lejos de hacer movimientos coquetos o estilizados se movía natural y enérgico. En un momento que no esperaba Afrodita sujetó a Camus de la cadera y le dio la vuelta, fingió darle unas nalgadas que iban con el ritmo de la música. Camus se alejó ofuscado y atolondrado, no esperaba tal cosa pero todos seguían bailando, nadie le dio importancia.
-- Perdona, así es el paso... - se levantaba de hombros divertido - Llenare tu copa a modo de disculpa.
Afrodita se alejó rumbo a su mesa, Camus sonrió sintiendo que estaba lejos de estar molesto.
- ¿Bailamos? - Radamanthis había dejado de abrazar a Shura y se acercó a la audición de Camus aprovechando el alto volumen de la música para hablarle al oído. Buscó a Afrodita con la mirada, en la mesa ya estaba acompañado con su novio de Cáncer - préstamelo Aioros - el mencionado había vuelto a bailar con Camus pero ante tal intervención afirmó con la cabeza.
Sintiendo que otra vez todo pasaba muy deprisa, en menos de nada Camus estaba bailando con Radamanthis.
- Toma, al parecer tu copa tardará en llegar - Radamanthis le alcanzó la botella marrón que contenía ese líquido rojo y dulzón. Dudo en extender la mano y coger la botella pero convencido en divertirse al máximo esa noche bebió sin pensar más.
Bailar con Radamanthis fue diferente a lo que esperaba, no pretendía coquetear o insinuarse de algún modo, era casual y con buen ritmo, lo suficiente para lograr soltarse y entrar en confianza con la música Sus propios movimientos, no había bailado así antes pero se dejaba llevar por el ritmo y sus propias ganas de divertirse.
Casi todos bailaban en la fiesta, la luz principal estaba apagada y el salón era alumbrado entre luces de colores que se movían con velocidades diferentes sobre el techo, el piso y sobre sus cuerpos. Camus se sentía ligero y caluroso, bailaba levantando las manos y agitaba de vez en vez el cabello. Afrodita cumpliendo su palabra, le había devuelto su copa llena. Se sentía flotar a momentos, que cualquier cosa que se proponga podía lograrlo esa noche, las luces de colores parecía que se quedaban en sus pupilas y veía todo distinto...
La música paro y las luces normales volvieron, Camus entrecerró los ojos hasta lograr acostumbrarse, sin embargo, la cabeza le rezumbaba y sentía los primeros síntomas de la bebida.
- ¿Puedo ayudarte en algo? - Radamanthis se acercó y le habló al oído nuevamente. Camus lo sintió demasiado cerca.
- Iré al lavabo - explicó, quería lavarse la cara y respirar aire fresco.
- Te acompañare.
- No es necesario.
A pesar de rechazarlo Radamanthis lo siguió con unos pasos de distancia.
Todos los demás volvían a sus asientos, la música estridente y movida había sido reemplazada por una más lenta y delicada para dar paso al momento de la cena. Después de usar el lavabo Camus tenía que ir a la cocina y cerciorarse que todos los menesteres estén a los deseos de sus amigos.
Al ingresar a la pequeña habitación se dio frente a frente con Kanon, hubiera pasado de largo, pero el gemelo de Géminis tenía algo que decir.
- Nunca te vi bailar así - era difícil saber si se burlaba o sólo lo comentaba, Camus apretó los labios percatándose que sí había bebido mucho si no lograba distinguir lo que quería Kanon - Camus estas ebrio...
Soltando una risilla se fue sin más, Camus lo maldijo por lo bajo eligiendo mejor ignorarlo y apresurarse en lavarse la cara.
Una vez sólo se miro en el espejo por unos momentos, controlando su respiración para lograr que las nuevas sensaciones que dominaban su mente se disipen. Se mojó las manos y luego la cara, varias veces con agua del grifo. ¿Tenía razón Kanon? ¿Estaba ebrio? En todo caso era la segunda vez que se sentía así, la primera había sido el día de su cumpleaños en la fiesta que le habían organizado, pero ese día había bebido más si lograba recordar bien... Ahora se sentía más mareado, casi enfermó... Pero dentro de él una sensación indescriptible luchaba por salir a flote, sus pensamientos eran dominados por la necesidad de sentirse bien... Era demasiado extraño.
Se arregló el cabello pensando que lo mejor era apresurarse y no perder más tiempo, Shura contaba con él para los detalles de su boda.


Kanon escucho las palabrotas que le dedicaba Camus, pero no respondió al ver que Radamanthis estaba a unos pasos, como un novio que acompaña a su pareja al baño en una fiesta. Se miraron intensamente sin poder evitar sonreírse.
- Hola Rada ¿Qué haces aquí?
El aludido sonrió a Kanon, su primer amor y aquel que pensaba que no extrañaba más. Pero su corazón le recordó como le hacía falta ese hombre en su vida... increíble, unas palabras y le temblaban las rodillas.
- Kanon, estoy acompañando a Camus.
- No puede ser, ¿tú también? ¡Estoy harto que el mundo gire alrededor de él! - Antes de pensar en algo Kanon soltaba su rabia - Es el único tema que tiene Milo en la boca, mi hermano no deja de darle vueltas y hasta tiene prendado a Hades, tu jefe por cierto...
Radamanthis no pudo evitar soltar una carcajada ante tal explosión de Kanon, habían sido novios y conocía sus niveles de irá y celos también
- No me cuentes en esa lista - dijo Radamanthis - soy inmune.
Levantó la cejas varias veces para hacer reír a kanon, él le devolvió el mismo gesto.
- ¿Inmune? Pues no lo parece, tus pasos de baile y tu guardia en la puerta dicen lo contrario.
- ¿Celos? - Se arriesgó a argumentar.
Kanon cambió de expresión casi de inmediato, tomo aire aceptando en sus adentros que sentía precisamente lo que Radamanthis decía, celos... el Juez había sido su primer amor y gran confidente, frente a frente, en ese momento podía recordar las razones de su ruptura, el dolor que significaba separarse y no verlo más... pero era más intenso el recuerdo del calor que sentía al estar entre sus brazos... toda la marea de sentimientos que le traía un beso... no estando seguro del todo de a dónde le llevaría esa conversación prefería cambiar de tema.
- Cómo sea - dijo Kanon aplastando sus emociones - los hechos son que estas esperando a Camus, y no se para qué, si quieres estar al lado de un refrigerador tengo uno en mi templo, incluso te dejaré abrazarlo.
- ¿Me estás invitando a tu Templo? - Radamanthis no pudo evitar sonreír, quizá sus planes de esa noche cambiarían pero no para mal, pensaba que Kanon no estaría dispuesto a intercambiar palabras siquiera, pero una invitación no estaba dispuesto a declinar. De hecho sus planes con Camus eran su segunda opción, esperaba poder estar con Kanon esa noche, invitarlo a bailar y amortiguar un poco la falta que le hacía, pero su ausencia en la ceremonia de bodas le hizo creer que no estaría esa noche.
No quería sonrojarse, es más no lo hizo pero Kanon apenas afirmó moviendo la cabeza y respondió un simple - Si. Pero lastima... tienes planes mejores - dijo señalando con una mueca en dirección a la puerta del lavabo - Mejor me voy.
- Nada de eso, mis verdaderos planes con Camus eran estos - de entre sus ropas, sacó una botella pequeña y marrón, Kanon apretó los labios demostrando que no entendía nada - Esta bebida se la estoy dando a Camus, el primer sorbo que dio lo hizo desmayar antes de que empezará la fiesta. Hace poco que tomó el segundo sorbo... ¿Has notado cómo se comporta esta noche?
Sin acabar de entender Kanon no dejaba de prestar atención a cada palabra, Radamanthis había disminuido notoriamente el volumen de su voz y por la forma que lo decía era obvio que todo era un secreto.
- Sólo lo vi, como decirlo... creí que estaba bebiendo más, eso es todo.
- Pues si que está bebiendo - rio Radamanthis.
- ¿Qué hay en esa botella?
- Quería diversión está noche y Camus de Acuario me aburre un montón - Kanon rio pensando que en eso se parecían - Esta bebida expone tu verdadero "yo", te da la desinhibición que necesitas para hacer cosas que deseaste siempre pero por moralidad te niegas. Dale un trago y buscas con desesperación divertirte, sólo puedes pensar en cosas
Sólo puedes pensar en cosas que te darán felicidad.
- No he visto Camus muy feliz que digamos...
- No Kanon, no te hace feliz, te hace buscar sentirte feliz, ahora Camus piensa que bailando y bebiendo se sentirá feliz pues lo hará... - Kanon empezaba a comprender lo peligroso que era esa bebida y por qué se la había dado a Camus - Bebe dos tragos y empezarás a aceptar proposiciones que nunca te las habías planteado, o que sí lo habías hecho pero tu moralidad no te dejaba hacerlo... casi todo parecerá buena idea.
- Te he visto beber también de esa botella y a Shura - replicó Kanon.
- Tengo dos iguales - nosotros ambas - para no levantar sospechas, ahora sólo tu y yo lo sabemos...
- Camus es un refrigerador estrecho ¿Pero esto no es demasiado? - kanon no estaba seguro del todo, al pensarlo mejor, llegó a una conclusión - ¡Querías acostarte con él!
Ya lo había dicho, Camus le parecía demasiado encuadrado en su manera fría e inexpresiva de ser, y dada la naturaleza de Radamanthis sólo estaba pensando en él mismo esa noche. Sí quería acostarse con Camus, su plan original era sacarlo de la fiesta en algún momento a tomar aire, entablar una charla entretenida y entre algunos pilares y la sombra de la noche robarle un beso, y luego tener sexo ahí mismo, por los efectos de la bebida Camus estaría dispuesto... si es que tener sexo espontaneo era parte de su naturaleza... luego cada quien por su rumbo, sin trámites ni despedidas... Pero no quería ser tan honesto con Kanon, respondió bordeando la verdad.
- La bebida sólo saca tu verdadero yo - dijo, eso sí era cierto - Yo esta noche, sólo quería divertirme - medio cierto - Si algo pasaba con Camus iba a ser casualidad - completamente falso - ¿Es que acaso no te intriga saber hasta donde es capaz de llegar?
Kanon pensó su respuesta, si hablaban de verdades, él estaba podrido de oír sobre Camus, pero eso no era culpa del susodicho. Ahora estaba ahí, con su antiguo amor y la posibilidad de tenerlo cerca de nuevo... Pero lo encontraba en afanes turbios que no terminaban de gustarle...
- ¿Alguna vez me has dado esto a mi?
- De ninguna forma - respondió Radamanthis de inmediato - Te conozco y contigo no es necesario escarbar para verte como eres en realidad, Camus tiene la reputación de ser frío y calculador, casi no se lo ve sonreír. Kanon sólo era por diversión - Kanon tenía más preguntas pero Radamanthis las saco de su mente - Creí que no querrías hablarme más, si hubiera sabido que está noche tenía la posibilidad de hablar contigo nada de esto hubiera pasado. Vine a esta boda con ganas de verte, pero temía el no poder hablar contigo, temía el verte con alguien más, necesitaba otra forma de... algo para no pensar en ti...
Kanon tenía tantas opciones para responder pero prefirió actuar pensando en lo gracioso e irónico de esa noche. Un sorbo de un mejunje exótico te hace actuar como debería ser siempre, para buscar la felicidad, cada acción destinada a mandar señales de felicidad a tu cerebro, y dos sorbos a encontrar lo divertido y positivo en casa momento que se atraviese. Esperando no equivocarse y que esa felicidad que embriagaba el cerebro y nublaba los sentidos de alguna forma llene el corazón y se quede para siempre.
Kanon quería darle la espada a Radamanthis, para salvar un orgullo del pasado, como un viejo instinto de protección aprendida a base de dolor, Radamanthis era su antiguo amor, pero también aquel que lo había lastimado tanto...
- Kanon... - dispuesto a olvidar por completo todos sus planes con Camus, Radamanthis busco tomar las manos del gemelo que amaba con las suyas. Pero estas, estando milímetros cerca le rehusaron.
- No - se alejó un par de pasos también, al comprender que el pasado le pesaba como una tonelada. Que su amor por Radamanthis seguía ahí en su pecho, y dolía... encontró sus pasos para alejarse de la bulliciosa fiesta y del resto de la gente, pronto se vio rodeado de pilares y la penumbra de la noche. En el cielo la brillante luna amarilla, redonda y silenciosa gobernaba apacible.
Kanon camino sin mirar atrás, pero sabía que era seguido por Radamanthis, de alguna forma eso lo torturaba y complacía al mismo tiempo, comparado a la necesidad de rascarse una picadura de insecto.
Se detuvo cuando una mano fue presa de Radamanthis, el agarre carecía de fuerza pero no era necesario, Kanon volteó y se miraron intensamente.
- Kanon, escúchame - Radamanthis tenía tanto que decir y sabía que tenía poco tiempo para hacerlo - Me haces falta todo el tiempo, te extraño...
- Suéltame - y luchaba por alejar a Radamanthis de sus manos, luchaba por no escucharlo más.
- Actúe mal, déjame explicarte todo... Kanon, Kanon...
Sobrepasado por la situación, sintiendo que el aire le faltaba y sin poder retroceder más Kanon cedió a su corazón... estúpido corazón...
- Suéltame... suéltame - Su voz aún luchaba, luchaba escuchando a su cerebro, sus manos estaban presas entre los tibios dedos de Radamanthis y sus labios demasiado cerca - No me sueltes más...
Meses de sequía terminaron con ese beso, segundos que se marcaron infinitos para un largo camino que tenía un cúmulo de momentos rotos, un beso era el preludio apenas... había tanto de decir, tanto que sanar, tanto por lo que luchar...
- Perdóname Kanon, perdóname - dijo al tener libre sus labios apoyando su frente sobre la de él - Te amo.
Kanon no respondió, sentía la respuesta a esa declaración en el pecho, creciendo como un zepelín pero su silencio daba paso a aquello que necesitaba, quería que sus dudas del pasado terminen esa noche, para así plantearse un futuro.
- Puedes venir conmigo esta noche a mi Templo - le dijo - Te dejaré abrazar el refrigerador - bromeó.
- Olvida eso por favor - dijo Radamanthis devolviendo la sonrisa, en verdad se arrepentía en darle esa bebida a Camus, sólo lo estaba usando como distracción esa noche para ocultar su dolor - Camus no significa nada.
kanon torció los labios, admitiendo que el problema no era Camus, sino el pasado que tenían ambos.
- Tenemos mucho que hablar Rada - le dijo al momento que acariciaba los cabellos rubios, algo que le gustaba hacer. Al mismo tiempo las manos del otro le sujetaban la cintura, tal como había pedido Kanon, no lo iba a soltar.
- Se que necesitas explicaciones, te las daré todas las que quieras, hasta que me creas, hasta que estés tranquilo.
Su relación era intensa y honesta, su único error había radicado en comenzar demasiado pronto terminado la guerra santa que lo había enfrentado, demasiados temas políticos estaban frescos, y no podían estar cerca la cantidad de tiempo que querían por cumplir con sus respectivas tareas... pronto problemas de infidelidad saltaron y los separaron.
Convencido que era hora de irse a Géminis a trabajar en reparar aquello que consideraba valioso, beso con dulzura los labios de Radamanthis. Aún no estaba seguro si iba a compartir su lecho pero sí que quería ser abrazado y sentir que Radamanthis podía sanar sus heridas.
- Vamos a Géminis, ahí tendremos la oportunidad de hablar.
- Si - Radamanthis no daba crédito de su suerte, temía ver a Kanon con otra persona o ser ignorado y así profundizar la herida que este había dejado con su adiós, pero ahora estaba abrazando su silueta y con la oportunidad de volver a formar la pareja que eran.
- Espera, le diré a Saga que me voy, se volverá loco si desaparezco sin más - Antes de soltarse de la mano, recordó una última pregunta sobre la debida - Se que es latoso preguntar sobre el tema, pero debo saber...¿Qué pasa si alguien toma tres sorbos de esa cosa?
Radamanthis no culpó su curiosidad es más había prometido responderle todo.
- De pensar que todo es buena idea y aceptar proposiciones locas, con tres sorbos empiezas a hacer las proposiciones indecentes... Pero sólo si antes te las habías planteado, saca tu verdadero yo - Radamanthis beso en los labios a Kanon, uno corto - Kanon no se lo digas a nadie. Lamentablemente Camus ya bebió dos sorbos, pero ahora estará con sus amigos... tendrá una noche diferente, seguro memorable...
Ambos compartieron sonrisas cómplices deseando enterarse al día siguiente del espectáculo que Camus era capaz de dar sin tanta inhibición.
Con un beso más, kanon fue en busca de su hermano. Era imposible no pensar en Camus en esos momentos, odiándose él también por tener que pensar en Camus, la bebida que tenía circulando en sus venas era una bomba de tiempo que podía llevarlo a mil situaciones distintas, pero si sacaba a Radamanthis de la jugada sólo quedaban Saga, Milo y Hades... Kanon pensó que básicamente le estaba haciendo un favor a Camus y consideró a esa bebida como una muleta para su personalidad. Si esa bebida saca quien eres en realidad y te hace buscar tu felicidad... pues esa misma noche Camus tendría que elegir.
Pensado eso Kanon se lavo las manos...


Se cubrió el rostro con el antebrazo, con la otra mano se sujetó la cabeza. Le retumbaba con fuerza y agudeza... Camus apenas pudo abrir los ojos por la luz del sol que lo cegaba, con un par de parpadeos se percató que se encontraba en su habitación, sobre su cama y la luz del sol entraba con fuerza a través de sus cortinas de satén blanco.
No estaba seguro del todo cómo había llegado ahí, era muy poco lo que recordaba del día anterior y la fiesta...
Busco con la mirada su infaltable jarrón de agua que dejaba en el buro de noche, pero se sentía incapaz de moverse, le dolía a sobremanera el cuerpo como si toda la noche hubiera practicado algún ejercicio de impacto.
Se cubrió la cara con una manta de terciopelo azul para amortiguar el dolor de cabeza y las crecientes nauseas pero ni en la oscuridad podía escapar de la realidad que se marcaba en su cuerpo pasándole factura de sus afanes. Estando bajo su manta se dio cuenta de otro detalle más...
Con las nauseas en crecimiento y una terrible sensación de suspenso se sentó de golpe, ignoró su propio dolor para ver que desde la entrada a su habitación hasta la cama estaba su propia ropa botada, incluyendo el bóxer dejando su cuerpo completamente desnudo bajo la manta. Busco con la mirada indicios de que alguien más estuviera con él esa noche. Por mucho que se esforzara no recordaba detalles, pero era imposible... Se sonrió... él no dejaría pasar a nadie a su cama...
Se relajó unos instantes antes de tomar fuerza para servirse un vaso de agua. Pero le temblaron las manos al escuchar movimientos en su cuarto de baño y luego la puerta se abría para dejar paso a quien había pasado la noche en el Templo de Acuario.
De estar cerca a beber agua, está terminó en el suelo por la impresión.

 
                                                                                                                     Continuara…

Notas finales:

Espero sus comentarios con muchas ansias eso me ayuda mucho a continuar y encontrar espacio en mi apretado día para escribir. Es la primera vez que escribo un kanon por Radamanthys así que no sean rudos ni rudas y espero les haya gustado.

Muchos abrazos y cuídense nos leemos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).