Como un sueño…
Su vida de casado era como un sueño, hace 10 años que Hanamiya había aceptado casarse con Kiyoshi, ahora ellos tenían una vida tranquila en la ciudad donde vivían.
-papá…despierta-en la cama tamaño matrimonial se podía ver como un hombre de cabellos castaños dor mía tranquilamente y a su costado estaba una chica de 8 años tratando de despertarlo, ella era su primera hija.
Un año después de la espléndida boda que tuvieron ellos, vino su primera hija, una hermosa niña de cabellos negros como los de Hanamiya, ojos como los de su padre llamada Hitomi y poseedora de la encantadora personalidad de Kiyoshi. Tres años más adelante vinieron los gemelos Kazuya y Kazuga, estos dos niños eran similares a su padre, pero tenían una actitud tranquila y a veces se les salía ese toque de su madre.
-Oto chan esta con el desayuno listo papá-Kiyoshi abrió sus ojos y vio a su pequeña, su vida era realmente feliz al lado de sus hijos y de su pareja.
Cuando salió de la cama camino por los pasillos con su hija en mano, al entrar al comedor se dio cuenta que allí estaba Hanamiya con su mandil cocinando la lonchera que los niños llevarían al jardín.
-Makoto…
-buenos días Teppei.
En una mesa sentados los cinco integrantes de esta familia comenzaron a comer, sonrisas y alegría por doquier, que hermosa era su familia.
-aja…cof cof…-dijo Hanamiya a la familia, tratando de llamar su atención.
-¿Oto chan estas bien?-preguntaron los gemelos.
-si mis cariños, pero tengo algo que decirles y es muy importante.
-ah!!!-Grito la pequeña mujer de la familia- te juro que yo no lo hice Oto chan! Es que había un gato y eso paso tan rápido… ¡no lo volveré a hacer!-de una manera exagerada la pequeña buscaba una manera de salvarse por el error que cometió el otro día.
-¿de qué hablas Hitomi?
-¿eh?...bueno nada Oto chan, puedes continuar.
-ya descubriré lo que has hecho pequeña renacuajo.
-ya tranquilo Makoto y dinos que es lo que pasa.
-bueno…estos días no me eh sentido bien así que…-de repente el pelinegro callo por el estrépito ruido que produjo un golpe en la mesa por parte de Kiyoshi.
-no digas más…yo sé lo que debo hacer…Hitomi llama al hospital, Kasuga y Kasuya traigan las cosas de Oto chan-ante la sorpresa de Hanamiya vio como Kiyoshi daba órdenes como si fuese un sargento y como sus hijos obedecían como si fuesen los fieles soldados que obviamente no son.
Caminaban rápidos y sin tomar atención a Hanamiya, cumpliendo las órdenes de su padre por el bien de su oto chan que había dicho que no se sentía bien.
-idiotas…-susurro Hanamiya-…deténganse!!!-grito-…todos ustedes idiotas siéntense a la mesa ya!!!-los otros cuatro que estaban con las cosas listas para salir, tuvieron que obedecer callados, ya sabían cómo era el genio de su Oto chan cuando se enojaba, aunque el único lastimado siempre era su padre y no ellos.
-Makoto, si estas mal vamos al hospital, allí te podrán atender…
-ah…a veces me pregunto por qué me case contigo teniendo tan buenos partidos por allí.
-porque me amas, por eso te casaste conmigo Mako chan-el pelinegro al oír eso se comenzó a ruborizar, su pareja no había cambiado en todos estos años, siempre fue así de sincero.
-bueno…lo que quería decirles es, chicos van a tener un hermanito y Kiyoshi vas a ser padre otra vez.-silencio, la habitación se llenó de silencio hasta que solo se pudo escuchar el ruido de las sillas de los gemelos moverse y tocar el vientre de Hanamiya.
-¿vamos a ser hermanos mayores?
-si mis pequeños…van a tener un hermanito-dijo Hanamiya acariciando la cabeza de ambos niños.
-¡yo quiero que sea una niña! Quiero una hermanita con quien jugar.
-bueno Hitomi, aún no sabemos cuál es el género del bebé.
-Makoto…-de un golpe Kiyoshi se levantó y abrazo a Hanamiya entre sus brazos, fuertemente estrechándolo, tratando que este nunca se aleje-…me has hecho la persona más feliz…no puedo creer, un bebe tuyo y mío.
-eh tranquilo grandote que ya me lo habías dicho antes con los otros dos embarazos.
-sí, pero soy feliz; tú, yo, nuestros hijos y ahora un nuevo bebé en camino, no sabes cuanta felicidad siento…ah…parece que mi corazón fuese a estallar de felicidad-Hanamiya entonces también lo abrazo y a eso abrazo también se unieron sus tres hijos.
…Ellos eran una familia feliz.
-ya es tarde, chicos tienen que irse a la escuela y tu grandote vete a trabajar que luego Hyuuga me llama la atención por retrasarte.
-sip!-dijeron los otros cuatro soltándose del cálido abrazo de familia, agarraron su cosas y fueron a la puerta-ya nos vamos!!!-volvieron a decir los cuatro en una solo voz.
-los veo luego…-la puerta se cerró y Hanamiya vio por donde se habían ido su familia, se sentó en la mesa a beber un té y pensó.
Las cosas habían cambiado, todo había cambiado; ya no estaba solo, ahora tenía una familia, un marido que lo quiere todos los días, tres niños muy monos, el trabajo que él deseaba y ahora…un bebé en camino, ¿Qué más podría pedir? Hanamiya estaba viviendo la verdadera felicidad al lado de aquellas personas, era feliz…era realmente feliz.
Su vida era como un sueño…
…un sueño del que tenía que despertar.
CAPÍTULO IV: ‘‘TRATANDO DE AVANZAR HACIA EL MAÑANA’’
Cuando el llanto recorre tus frías mejillas
Y se te ha acabado el tiempo
Buscas la luz entre toda la oscuridad
Pero ésta se ha alejado.
('KAGAYAKU SORA NO SHIJIMA NI WA’)
El alegre sonido de las casas, las pequeñas luces que adornaban las calles, ese aire de felicidad que rondaba por las calles al celebrar las vísperas de la navidad era hermoso. A la media noche estallarían los fuegos artificiales en el cielo, como flores abriéndose e iluminando en medio de la oscura noche, todos estarían felices, ya que pronto seria 25 de diciembre, seria navidad.
Pero todo eso no le importaba a Hanamiya.
El dolor interminable se aferra a mi
Eternamente quiero proteger la efímera calidez
Así inmóvil me quedo aferrando el silencio
Que aislado esta
(AOKI-‘Tsuki Michite’)
La nieve caía sobre su cuerpo pero Hanamiya solo caminaba, a lo lejos pudo oír una canción y le pareció gracioso, ya que esta reflejaba lo que a él le había pasado, un sentimiento que no había sentido en mucho tiempo, desde la separación de sus padres. Sin mirar por donde iba se tropezó con una piedra cayendo en el frio piso cubierto de nieve.
-que cómodo…-pensó el pelinegro, su vida poco a poco comenzaba a desmoronarse y eso estaba resultando algo molesto para el, nunca le importo pero ahora…ahora si le importaba, porque había perdido a la persona que amaba, aunque nunca tuvo la oportunidad de decírselo. Aun cansado y sin ganas, se paró y siguió caminando adelante, al departamento donde vivía con su madre.
En todo caso, no tenía nada más que perder.
Hanamiya había decidido vivir con la carga de no volver a ver a Kiyoshi, de desaparecer de sus recuerdos, pero si eso podría traer la felicidad al castaño, entonces Hanamiya estaba dispuesto a hacerlo, aunque en el proceso el tenga que arrancarse el corazón para dejar de sentir ese dolor.
Cuando abrió la puerta de aquel departamento, el sinceramente no espero verla ahí, ella era una mujer que constantemente no estaba en casa y cuando estaba solo se ignoraban el uno al otro, ella era su madre.
-ya llegaste…-fueron las frías palabras de la madre de Hanamiya al verlo, ella era una mujer hermosa, de cabellos rubios y ojos verdes olivo, similares a los de Hanamiya.
-…
-ah…-suspiro-seré breve Makoto, la próxima semana me caso, pero a partir de hoy me iré a vivir con mi novio, para serte sincera ni él ni yo queremos que vivas con nosotros ya que vamos a comenzar un matrimonio y tu serias un recuerdo de mi primer compromiso fracasado, así que decidí que te vas a quedar a vivir aquí, ya eres bastante grandecito para poder vivir solo y seguro que quieres tu privacidad.
-…-Hanamiya solo se quedó en silencio, escuchando las palabras de su madre.
-no te preocupes, el departamento lo seguiré pagando y también pagare tu colegiatura, además aun no has terminado la escuela, hablando de eso cuando te falta para terminar ¿dos meses? ¿Tres?
-…dos semanas…
-bueno no me importa, si vas a ir a la universidad aun pagare tu matricula, te dejare un depósito de dinero cada mes a tu cuenta, ya sabes cómo entrar ¿verdad?, bueno ya me tengo que ir-la mujer se levantó del sillón donde estaba sentada y camino hacia la puerta-prefiero que a partir de hoy el único medio por el que nos contactemos sea por medio de mensajes, pero si es por una emergencia llámame al celular, no olvides tu tarjeta y no te preocupes del dinero que aun te llegara, dentro de dos días vendrán unos chicos de la mudanza a recoger mis cosas, ese es el último favor que te pido como tu madre.
-¿….madre?, me pregunto si algunas vez actuaste como una madre.
-mocoso…no seas malcriado, bueno, no quiero discutir más, adiós.
La puerta se cerró y en ella desapareció la figura de la mujer, Hanamiya podía ver como poco a poco las cosas empeoraban para el…Kiyoshi lo había olvidado y ahora su madre lo abandonaba, aunque esta nunca había asumido el papel de una madre… ¿Qué más podría salir mal? Con pesadez marcho hacia el baño, se miró largo rato en el espejo y luego solo lo golpeo haciendo que su mano sangre.
-…eres de lo peor… ¿una madre? Ni siquiera pudiste actuar como una, solo eres…una mujer inservible.
Hanamiya veía su reflejo por los vidrios rotos, sentía que la imagen que proyectaba el espejo se comenzaba a acercar cada vez más a su verdadero ser, sentía asco de sí mismo de ver esa imagen reflejada, de repente busco entre los cajones y saco unas tijeras, volvió a ver su reflejo en el espejo roto y solo se comenzó a reír.
-jajajaja! Yo aquí lamentándome por mi suerte y allí esta ese imbécil…tratando de reconstruir su vida, ambos….dejándome atrás…olvidándome…jajaja…como quisiera, como quisiera…como quisiera desaparecer…
El piso se llenó de sangre y se escuchó el sonido de las tijeras cortar algo en la oscuridad de aquella habitación.
Sin poder dormir, miro hacia la luna a través de mi ventana…
Pensando en el pasado, desde ese día
he subido la escalera que se extendía hasta el cielo
paso a paso pero, no importa donde busquen mis ojos
no había nada, nada en lo que pueda confiar.
(L’arc ~en~ciel-ANATA)
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Mientras que al mismo tiempo, pero en otro lugar, un joven de cabellos castaños se comenzaba a despertar, lentamente abrió los ojos y solo para toparse con un techo que se le hacía desconocido.
-es bueno que ya despertaste-Kiyoshi pudo oír claramente la voz de una mujer vestida de blanco-soy la enfermera que estará a cargo de usted, me llamo Saeko Miura, es un placer conocerle señor Kiyoshi Teppei.
-…-por su parte Kiyoshi solo la vio en silencio, analizando cada movimiento de esta, la chica que se presentaba era una mujer de tez clara, cabellos negros y ojos azulados acompañados de una hermosa sonrisa en su rostro joven.
-sus amigos han estado esperando a que despierte desde hace mucho tiempo, de seguro se alegraran al oír que ya despertó, ¿le gustaría verlos?
-…si.
-espere aquí, ahora entraran, si ocurre algún problema, solo tiene que presionar el botón que está a su izquierda.-sin decir más, la mujer salió.
Una cama fría y un techo desconocido eran los que le daban la bienvenida a este mundo, Kiyoshi estaba confundido por una parte, ni siquiera sabía quién era en primer lugar y en un segundo lugar tenía una extraña sensación en su pecho, algo como si le faltara.
-…un beso-susurro para sí mismo, tocándose los labios. Kiyoshi podía sentir como si alguien hubiese estado antes ahí-…una promesa…-lo sabía, había algo que había olvidado, aquella promesa, estaba seguro que alguien vino y le hizo una promesa a él, ¿pero que era aquella promesa? ¿Por qué no podía recordar? ¿Quién era esa persona?
-Kiyoshi!-de la puerta habían entrado sus compañeros de equipo y un médico que estaba a cargo de su mejoramiento-que bueno que despertaste…-había dicho Hyuuga.
-yo…lo siento, pero no sé quiénes son ustedes.
-¿puede decirme su nombre?-intervino el medico anotando algo en unas hojas
-yo…no lo recuerdo.
-su nombre es Kiyoshi Teppei, ¿hay algo que usted pueda recordar?
-yo…-Kiyoshi se tocó la cabeza como tratando de recordar algo, pero no podía, toda su cabeza estaba en blanco; pero luego vinieron vagas imágenes, un hombre, una mujer, un niño, algunos paisajes…hasta que apareció una vaga imagen de una persona con el cabello negro con una mariposa en la nieve-…yo, puedo recordar algo, una mariposa en invierno.
-¿algo más? ¿Familia? ¿Amigos?
-no…trato de hacerlo, pero me es imposible.
-señor Kiyoshi, usted perdió la memoria, los chicos que están aquí son sus amigos de instituto.
-¿…amigos?
-si…-dijo Hyuuga al verlo algo desorientado-…bueno nos presentaremos todos, yo soy Hyuuga Junpei, capitán del equipo de básquet de Seirin y estoy en tercer año.
-soy Riko Aida, entrenadora y una muy buena cocinera-Kiyoshi sonrió al verla, la voz animada de la única mujer de ese grupo, pero al ver la cara de los otros chicos al oír a su entrenadora, supo que eso era una broma de la chica.
-Kiyoshi…-había dicho Reo con un tono de voz melancólico, con la mirada baja y llena de tristeza, pero al ver los ojos de Hyuuga supo lo que tenía que hacer, aunque esto no le gustara-…soy Mibuchi Reo, tercer año del instituto Rakuzan, soy tu compañero del club de básquet de secundaria y amigos.
Así las presentaciones se habían hecho por parte de cada uno, de los chicos de segundo a los de primero, cada uno sonreirá para darle ánimos a su senpai, cada uno con un sentimiento de alegría al verlo vivo. Pero Kiyoshi a pesar de estar rodeado de buenas personas, aun así sentía como algo le faltaba.
-disculpa que pregunte esto, ¿pero no hay alguien a quien este olvidando?
Todos se miraron entre si, pero nadie dijo nada porque todos habían acordaron hacer desaparecer a esa persona de la mente de su amigo. Si, borrar cualquier rastro de la existencia de alguna relación con Hanamiya hacia su senpai, todo esto por su bien y claro estaba de más decir que cierto pelinegro estaba en completo desacuerdo con esa decisión tomada por el capitán de Seirin.
-no…tal vez a la persona que olvidaste sean tus abuelos Kiyoshi-dijo Hyuuga a su amigo, mientras sentía una especie de culpa en su persona.
-¿…mis abuelos?-pregunto el chico de cabellos castaños.
-si Kiyoshi-respondió la única mujer de aquel grupo-pero ellos van a venir hasta mañana por lo de su viaje, así que por ahora nosotros estaremos cuidando de ti.
A donde vayas depende de ti, pero
¿Te podrías salir de mi camino?
Trágicamente
Estos sentimientos
Nunca me di a conocer por ti
Cuidadosamente me alejo
Una mirada de día especial, una buena predisposición
Solo ahora, hay una excepción especial
hombre, el tiempo cambia muy rápido
Volando por el viento y la brisa de la ciudad,
Si tan solo pudiera acercarme un poco más
Quiero verte
Pero aun así jamás pasara
Pero deseo.
((L’arc ~en~ciel-'JIYUU E NO SHOUTAI')