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DONDE HUBO FUEGO... por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí vemos como las cosas van cambiando, y las consecuencias de lo que antes pasó, uyyyyy... espero que les guste lo que viene

Capítulo 9.- Recuerdos y arrepentimientos

 

El sábado de esa semana, Seiya estaba sentado en el suelo del garaje de la casa de los papás de Han, escuchaba tocar a la banda de su hijo y seguía el ritmo de la música con la cabeza, Ryu estaba sentado en su regazo y estaba entretenido con el teléfono de su papá cuando Ikky llegó, él venía con la cena, por lo que tenía varios contenedores en las manos, al entrar sonrió al ver tocar la guitarra a su hijo y se sorprendió al reconocer la canción, los muchachos estaban mejorando

 

Ikky dejó las pizzas sobre el capó del auto que estaba fuera del garaje y entró para sentarse junto a Seiya luego de saludar a todos con una seña, Ryu abrazó a Ikky y se trepó en él, Seiya se estiró y parecía el rey de la comodidad, sentado como estaba apoyado en la pared.  El ensayo duró media hora más y luego los chicos se dedicaron a la pizza, Seiya no se había levantado del suelo porque estaba hablando con Ryu que se había vuelto a sentar sobre él, y en eso estaba cuando Ikky llegó con un pedazo de pizza y un vaso plástico con refresco

- Te traje este pedazo antes de que se acabe, ve Ryu por tu pizza, pídesela a tu hermano – dijo Ikky acercando el plato desechable a Seiya que lo tomó algo sorprendido, Ikky no tenía ese tipo de detalles usualmente

- Gracias…

- Estás bien?, te veo un poco más flaco, como que estás algo ojeroso, estás estresado solamente o has estado enfermo? – preguntó Ikky sentándose nuevamente en el piso junto a Seiya, ahora podían hablar un ratito ya que los chicos estaban comiendo y había un poco de silencio, cuando la banda tocaba no podían escuchar ni sus pensamientos

- En serio?, yo me veo igual, pero creo que estoy estresado, y  tienes razón, si me ha costado dormir estas últimas noches – respondió Seiya desestimando el asunto, él estaba consciente de que había bajado de peso pero… ya lo superaría, esperaba que con el tiempo le dejara de doler el alma, la ausencia de Kanon le había pegado más de lo que había supuesto, eso no se lo vio venir, dioses…

- Te ves bien de cualquier manera – dijo Ikky codeando a su ex y sonriéndole de medio lado

- Gracias, tu tampoco estás tan mal, solo estás algo ojeroso también, será que ya nos estamos poniendo viejos o es que Hyoga no te deja dormir?

- No no no, eso no lo digas ni en broma, estamos en la flor de la juventud – dijo Ikky con vehemencia, eso hizo reír a Seiya que preguntó:

- Qué flor?

- No sé, alguna flor debe haber, no? – respondió Ikky con una sonrisa, a él le estresaba pensar es que estaba viejo y se negaba a aceptarlo, eso a Seiya le parecía divertido, por lo que con un suspiro contesto:

- Pues si… esperemos que si

- Pero bueno… ya que lo preguntas, pues no… me tiene hinchado con todo, tu dijiste que los cambios de humor vendrían cuando tomara las hormonas, supuestamente ahora está en franco plan de desintoxicación, pero yo creo que está en drogas o algo, no sé qué bicho le picó y se pone insoportable a veces – el fastidio en el tono de voz de Ikky era palpable

- No le ha picado ninguno, el proceso de desintoxicación es así, solo necesitas un poco de paciencia, no lo molestes y complácelo en todo lo que puedas – respondió Seiya encogiéndose de hombros

- Me está volviendo loco, te lo juro, y no en el buen sentido de la palabra – Ikky apoyó su cabeza en la pared y cerró los ojos con cansancio, Seiya le palmoteó la pierna y le dijo:

- Ánimo, que el camino es arduo, pero tranquilo… ya está programada su cirugía y ya tengo diseñado su nuevo tratamiento hormonal y todo, así que ten fe, pronto podrás volver a tu vida normal, o bueno… lo más normal que se vuelve la vida de uno cuando tiene hijos – Seiya sonrió al mirar a sus hijos, Ryu estaba sentado en el capó del auto y miraba a su hermano que estaba apoyado al auto a su lado, la llegada de ese par de niños había cambiado completamente la vida de Seiya y la de Ikky

- Cuando nació Tak, yo estaba tan asustado porque tú te pusiste tan mal y no salías de la cirugía, yo estaba en la sala de neonatología y solo lo miraba mientras dormía en la cuna, cuando el doctor lo puso en mis brazos y lo sostuve, fue… fue algo irreal, él dejó de ser una idea, una noción, era una persona, una persona completa que dependía totalmente de mí y de ti, ese momento me cambió la vida – dijo Ikky recordando lo asustado que estaba, lo joven que era, y lo aterrorizado que se sentía de tener un ser tan indefenso bajo su cuidado

- Lo sé… a mí me pasó lo mismo, a veces me siento abrumado pero… no lo cambiaría por nada, ese sentimiento al cargarlos por primera vez… eso es épico, son mis pollitos – Seiya sonrió dulcemente al ver a sus hijos reír divertidos ante algo que Han estaba diciendo

- Pues si… no sabes cómo los extraño Seiya, es duro… es muy duro ver la mirada fría de Tak, él solía ser muy pegado a mí, recuerdas cuando íbamos al parque a volar cometas?

- Yo sí, ellos también, pero llegó un tiempo en donde nos preguntábamos si tú lo recordabas – esto dijo Seiya y su tono de voz fue bastante seco

- Sé que he sido un mal padre y no he estado ahí para ellos

- No eres un mal padre Ikky, solo… has estado un poco ausente, pero vas por buen camino

- Crees que Tak me llegue  a ver sin resentimiento?, algún día?

- Supongo que sí, solo no los vuelvas a abandonar, y cuando nazca tu nuevo hijo, no olvides a este par de niños que han sufrido mucho tu ausencia, si lo haces Ikky, ahí si los perderás para siempre, mira que te lo estoy diciendo y tú sabes que soy adivino – eso lo dijo Seiya muy serio, esta era la última oportunidad de Ikky, y él también lo sabía, si fallaba nuevamente aquí se terminaría todo

- Si… eres muy buen adivino – Ikky rió divertido y Seiya lo miró confundido, Ikky se subió la manga de la camisa y le enseñó a Seiya una pequeña cicatriz sobre su muñeca, el castaño estalló en risas al entender a lo que Ikky se refería

- Eso no fue mi culpa, yo te dije que te ibas a quemar, debes hacerme caso, yo siempre tengo la razón en todo – dijo Seiya entre risas

- Pues si… pero aprender eso me costó, sangre, sudor, lágrimas y mucho dolor, esta es la prueba – Ikky estiró mucho más el brazo haciendo más visible su cicatriz y Seiya se volvió a reír

- Solo a ti se te ocurre tratar de cerrar la puerta del horno sin guantes, en serio Ikky, en que pensabas?

- Esto fue tu culpa y no te hagas el desentendido, cómo esperas que me concentrara el algo si tú estabas ahí de pie, usando solamente mi camisa y sonriéndome de la manera en la que lo hacías, llamándome a la cama, se me nubló el cerebro porque toda la sangre de mi cuerpo fluía hacia abajo, no hacia arriba

- Lo recuerdo muy bien, pero no te quejes, que te curé el brazo y te atendí muy bien

- Me atendiste tan bien que rompimos la mesita de la cocina, te acuerdas? – Ikky codeó a Seiya que sonrió al recordar todo aquello, Ikky se ponía como bebé con el mínimo corte, entonces por esa quemadura hizo un escándalo épico, Seiya la había atendido y curado, luego de vendarlo lo llevó a la cocina para darle agua y que tome un analgésico, una cosa llevó a la otra e hicieron el amor en la mesita que finalmente con todo el movimiento se rompió, ellos rieron mucho ese día, el inicio de su relación fue llena de risas, romance, pasión, era muy fácil estar juntos y ellos se amaban con locura en ese tiempo

- Es cierto… dioses… fuimos felices verdad? – Seiya se puso un poco triste al preguntar esto, su vida ahora era tan complicada y se puso algo nostálgico al recordar una época en la que todo encajaba con una facilidad abrumante y él era feliz, simplemente feliz

- Si… lo fuimos, esos fueron los días más felices de mi vida – Ikky también sonó un poco triste cuando dijo esto, Seiya suspiró y cerró los ojos al arrimarse a la pared y decir:

- Los míos también…

- E hicimos un buen trabajo, solo mira a nuestros hijos… nos salieron bien - Ikky miró a los chicos que reían y sonrió también

- Si… nos salieron bien

 

Esa noche Ikky llegó a su casa y suspiró, esa casa siempre estaba inmaculadamente limpia, tenía un aroma a pino fresco, sus adornos estaban siempre en su lugar, la alfombra blanca no tenía ni una mancha, todo lucía como sacado de una revista, al caminar por los pasillos lo hizo sin problemas hasta que llegó a su habitación, en su inmensa cama encontró a Hyoga dormido, el rubio usualmente dormía hecho bolita en el filito de la cama, Ikky suspiró una vez más y fue al cuarto de baño, se desnudó, se puso sus pantalones flojos de pijama y se acostó, iba a voltearse para abrazar a Hyoga pero no lo hizo, se quedó recostado sobre su espalda y cerró los ojos recordando el departamento de Seiya al que había entrado esa noche.

 

El auto de Seiya se había dañado y cuando se acabó el repaso, el castaño no tuvo forma de encenderlo, así que llamaron una grúa y un taxi, pero Ikky se ofreció a llevarlos a casa y así lo hicieron, Ryu se quedó dormido en el asiento trasero por lo que Ikky se ofreció a llevarlo hasta su cuarto, Seiya aceptó de buena gana, su pollito era pesado y él estaba cansado, que Ikky se ofreciera había sido un muy buen gesto.

 

El departamento de Seiya era amplio y funcional, se mantenía más o menos limpio y arreglado pero se notaba que alguien vivía en aquel departamento, no parecía salido de ninguna revista aunque los muebles eran acogedores y bonitos, el departamento estaba decorado con muy buen gusto pero tenía ese ambiente hogareño que a su casa le faltaba, porque además al entrar, Ikky pudo oler el inconfundible aroma a galletas, Seiya siempre horneaba galletas, es lo único que él sabía hacer en términos culinarios, y las hacía cuando estaba contento, cuando estaba triste, cuando estaba ansioso o relajado, y especialmente cuando tenía insomnio, Ryu le ayudaba a hacerlas, Tak también, entonces ellos hacían galletas siquiera unas tres veces a la semana, era una de esas cosas que hacían y los unía como padre e hijos, además Seiya usaba las galletas como medio infalible para hacer conversación y sacarle los secretos a Tak, así él estaba enterado de todo y podía aconsejar a su muy reservado y callado hijo, entonces el hacer galletas tenía funcionalidad múltiple

 

En el sillón estaba un buso de Tak, Ikky asumió que era de Tak porque tenía una calavera estampada, por la sala estaban algunos juguetes de Ryu y en la mesita estaba un rompecabezas a medio armar, ese debía ser de Seiya, al castaño le encantaban hacerlos y siempre tenía varios a medio armar por toda la casa, Ikky vio un par de zapatos por ahí, vio una botella de jugo en el pequeño mesón de la cocina, un platón de frutas y uno de galletas.  En el cuarto de Ryu había muchas cosas por todas partes, era el cuarto normal de un niño de 5 años, luego de que Ikky lo acostó, Seiya lo cambió de ropa y ambos salieron de la habitación. Ikky tomó una galleta y luego de despedirse de su hijo mayor y de Seiya se fue.

 

Esa galleta le supo a gloria, él extrañaba su vida familiar como no pensó hacerlo, antes se moría de las iras cuando veía cosas tiradas por ahí, cuando pisaba los juguetes de sus hijos en el pasillo, cuando llegaba para encontrar la casa llena de humo porque se le habían quemado las galletas a Seiya, cuando encontraba el jugo fuera del refrigerador o las puertas abiertas de los cajones de la alacena, ahora las cosas eran muy diferentes, ahora tenía lo que siempre quiso, o lo que pensó que siempre quiso pero… no se sentía satisfecho, antes le molestaba el ruido de los niños en la casa cuando llegaba cansado de su trabajo, ahora el silencio de su casa era aplastante, antes le molestaba que Seiya comiera galletas en la cama, ahora se sentía cohibido porque Hyoga le recriminaba si él osaba comer algo fuera de la cocina o el comedor, y mucho peor si su rubio esposo se enteraba que comió carne o algo que no debía, antes resentía que Seiya no cocinara nada y siempre compraran comida, ahora en cambio estaba podrido de comer las ensaladas saludables y las cosas vegetarianas que Hyoga preparaba para él, Seiya era carnívoro, entonces en su casa siempre había comida real, no la comida de conejo que Hyoga le daba, dioses…

 

Ikky se volteó en la cama y suspiró, no le iba a hacer ningún bien en pensar en lo que no debería, pero este tiempo que había pasado cerca de sus hijos y su ex esposo, le había hecho recordar muchas cosas, valorar tantas otras, se había dado cuenta que no era feliz en su matrimonio y que estaba aburrido, se había dado cuenta que sus sentimientos por Seiya no estaban tan muertos como él pensaba, pero… ese era su pasado, historia muerta y enterrada, no podía hacer nada al respecto, o si?

 

***

Seiya estaba caminando por uno de los pasillos que conducían al quirófano, había sido llamado porque una mujer embarazada había estado en un accidente de tránsito, la iban a operar pero necesitaban a alguien de neonatología y Seiya estaba de guardia ese día, el castaño se preparó y entró al quirófano, la cirugía fue larga y complicada pero lograron salvar a la madre y el bebé estaba en la incubadora, y fue allí en donde Seiya encontró a Kanon, el peliazul estaba de pie frente al cristal de neonatología mirando ausentemente a los bebés que estaban allí

- Kanon… qué haces aquí?

- Vine a averiguar sobre el bebé de mi paciente, la que operaste en la mañana – respondió el peliazul

- El bebé está delicado, necesita muchos cuidados, yo me voy a quedar la noche monitoreándolo, las primeras 24 horas son críticas, pero por el momento está estable

- Ok., - Kanon ni siquiera regresó a ver a Seiya y simplemente se volteó para irse pero el castaño le salió al paso y lo tomó del brazo para detenerlo al decir:

- Espera por favor, podemos hablar un momento?

- No… no tenemos nada de qué hablar – respondió el peliazul y Seiya pudo ver furia en sus ojos

- Kanon por favor…

- No, yo te dije que me cansé de jugar, y tú lo único que quieres hacer es jugar, no quiero hablar contigo o verte porque me hace daño, yo no estoy hecho de piedra como aparentemente tú si estás,  y me duelen muchas cosas, en este punto necesito espacio y lo que menos necesito es tenerte cerca

- Yo nunca quise lastimarte – Seiya dio un paso hacia adelante, él quería abrazar a Kanon, acariciarlo, algo, pero el peliazul dio un paso hacia atrás marcando las distancias y levantando una de sus manos para impedir que Seiya lo toque y dijo muy molesto:

- Tampoco quiero tu lástima, solo déjame en paz, es mucho pedir?

- Lo siento… no volveré a molestarte - Seiya vio a Kanon alejarse y se le encogió el corazón, las cosas con él estaban muy mal, muy muy mal

 

En la hora del almuerzo ese día, Seiya estaba sentado en una de las mesas de la cafetería y miraba ausentemente su burrito, porque no lo estaba comiendo, y así hubiera pasado la hora entera si Shyru no se hubiera venido a sentar a su lado

- Otra vez no tienes hambre?

- Ah?

- Distraído también?, uy amigo…

- Si te estaba escuchando, y si tengo hambre, pero… creo que cambiaron de chef o algo porque mi burrito sabe extraño, ughhh…

- A mi no me engañas, el burrito está como siempre ha estado, yo más bien creo que el amor te pegó fuerte esta vez – dijo el pelinegro dándole una entusiasta mordida a su burrito

- De que estás hablando?

- De tu y Kanon, y déjame decirte que no solo tu andas suspirando por los rincones, él anda de un genio de los mil demonios y sus internos lo quieren envenenar o conseguir un revuelque a ver si se le quita el histerismo compulsivo porque los está volviendo a todos locos – dijo Shyru y Seiya suspiró, por lo menos no solo él estaba sufriendo

- Que no le consigan el revuelque, eso no se vale, yo no me estoy revolcando con nadie – dijo Seiya antes de que se diera cuenta de lo que estaba admitiendo, porque Shyru casi se atora al preguntar:

- Entonces si es cierto?, tú y Kanon?

- What???, no…

- Estás insultando mi inteligencia, no que éramos amigos?, por qué no me lo habías contado?, ya no me tienes confianza?

- Ok., ok., perdóname que no te lo conté, no es que no te tenga confianza pero es que no lo estábamos contando a nadie, y si… si es cierto, pero por favor no lo hagas público, espero que no todo el mundo en este hospital lo sepa, no me agrada que los detalles de mi vida sean de conocimiento general

- Si querías ser discreto con esto, no debiste acostarte con él en la sala de emergencias en donde todo el mundo los escuchó, me contaron que casi tumban la pared – dijo Shyru y Seiya abrió mucho los ojos

- Todo el mundo escuchó???

- Ohhh si…

- Dioses… - en ese momento Seiya entendió algunos de los comentarios que le habían hecho esos días, algunas de las miradas, él honestamente no lo sabía

- Pero tranquilo que aquí siempre hay rumores de todo tipo, ahora están diciendo que uno de los residentes internos de Kanon lo desea con pasión, pero que él está tan mal genio por lo que sea que haya pasado contigo, que no está de humor ni para un revuelque

- Qué interno?

- Uno de cabellos celestes, míralo está allá – Shyru señaló una de las mesas y Seiya vio a ese residente al que Kanon estaba enseñando a entubar a un paciente, el muchacho estaba tomando un jugo de cajita de cartón, los mismos que él compraba para Takeshi y Ryu, dioses… es que no se podía ver más joven y hermoso, eso le llegó al ego a Seiya, ese muchacho debía tener unos 25 años a lo mucho, él tenía 33 y dos hijos a cuestas, era lo mismo que le había pasado con Ikky y Hyoga, Hyoga era menor a él, lozano, su cuerpo hermoso y perfecto sin una sola marca, él en cambio tenía la cicatriz de sus cesáreas, tenía un par de kilos demás, una que otra arruga, una que otra cana, los años no pasan en vano y le pasan la factura a uno, dioses…

- Es un niño… - dijo Seiya meneando la cabeza

- Para un revuelque está bastante bien – el pelinegro se encogió de hombros cuando dijo esto y Seiya le lanzó un pancito que le pegó a Shyru en el pecho, él solo sonrió divertido, pocas veces había visto tan derrotado y triste a Seiya, él quería subirle el ánimo pero no lo estaba logrando

- No estás ayudando Shyru

- Lo siento… oye quieren ir a cenar esta noche a casa?, Shunrey dice que no tenemos suficientes invitados a la casa, y Ryuho se siente abandonado, como mami está embarazada, pues mi bebé se siente… relegado, una noche de juegos con tu Ryu podría ser justo lo que necesita, además me darían a mi un descanso, mi amada esposa me está volviendo loco, sería genial que su atención se dedicara a alguien más, porque a ti no te ve los peros, pero a mi si – dijo Shyru y lo dijo en serio, él amaba a su esposa, pero se notaba cansado, los estragos de su segundo embarazo habían sido peores que los del primero

- Gracias Shyru, en verdad gracias, Tak quiere ver no se qué película de terror y te juro que es lo último que quiero hacer esta noche – Seiya no era fan de las películas de terror, y mucho menos en su actual estado de ánimo

- A las 8 y no lleguen tarde, porque si no Shunrey me saca el aire

- A las 8 estaremos

- Ok., y mejor vámonos, no es bueno que Kanon te vea penando como lo estás haciendo, hazte desear amigo, tienes que verte bien para sentirte bien y a ti te hace falta dormir un par de horas y comer algo, pero ya no ese burrito que debe estar frío

- Vamos por un café?

- Si…

 

Seiya se levantó y prácticamente se chocó con Kanon, o él pensó que era Kanon pero no… aquel no era Kanon, era Saga

- Lo siento, no te vi – dijo el castaño todo conmocionado, había estado a punto de caerse pero Saga lo sujetó del brazo para darle estabilidad

- Seiya hola, cómo estás? – preguntó el peliazul un poco incómodo

- Bien… bien, qué haces aquí?

- Busco a Kanon, no he sabido de él en algunos días y me preocupa, cuando se pone en plan histérico es medio… complicado así que vine a verlo, por cierto, no lo has visto?, quedé en venir para llevarlo a comer pero no lo encuentro y no me contesta el teléfono

- Lo vi temprano en la mañana, debe estar en la sala de emergencias, la verdad no sé que decirte – Saga pudo darse cuenta de la tristeza en el tono de voz del castaño y eso le agradó mucho, su hermano no estaba sufriendo solo

- Ok., lo voy a llamar otra vez, y espero que las cosas se arreglen entre ustedes, no había visto a mi hermano tan feliz desde que entraste en su vida, o tan triste cuando saliste de ella

- Ohhh… yo… dioses… no sé qué decir… - Seiya abrió los ojos como platos, de todo lo que Saga pudo haber dicho, eso fue lo que menos esperó que dijera, Kanon si le había dicho que su hermano era brutalmente directo, y no había exagerado, pero ellos solo se habían visto esa vez, por lo que Seiya no necesariamente se sentía en confianza suficiente como para decirle a Saga todo lo que sentía con respecto a Kanon, el peliazul sonrió levemente y dijo:

- Siento haber dicho nada, solo me preocupa Kanon, eso es todo, es el derecho de los hermanos mayores no crees?

- Yo… no sé… dioses esto es tan extraño – Seiya pasó su mano por sus cabellos como si lo estuviera acomodando, esa era una manía suya que Kanon encontraba adorable y que se la había comentado a Saga que sonrió al decir:

- Solo un poco extraño, espero verte pronto y en mejores circunstancias, cuídate mucho, adiós

- Adiós…

 

Seiya se sintió abrumado, pero caminó con Shyru por el pasillo, cuando regresó la mirada vio a los gemelos hablando en la puerta del comedor, algo estaba diciendo Saga y Kanon parecía indignado, la molestia del médico parecía divertir sobremanera a su hermano mayor, al verlos Seiya se sintió muy mal, él daría todo por volver el tiempo y arreglar las cosas con Kanon, ese era el tipo de hombre que necesitaba en su vida, ese hombre valía la pena…

 

Notas finales:

Eso de los recuerdos es complicado, uyyyyy

Espero que les guste lo que viene, las cosas se van complicando, no se pueden perder el capítulo del lunes, está veneno

Muchas gracias por leer, saludos, bye


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