PoV Mabel
Pasaron dos días desde que vimos a la mamá de Zero de esa manera, él me explicó que ese día era el aniversario de sus padres, pero que su padre murió antes de que él naciera y cada año su madre llevaba ese vestido, pero era la primera vez que la veía en ese estado. La mujer del cabello rosa se la llevó a su habitación donde ninguno de nosotros la pudiera ver.
- Creo que es algo bueno – dijo Zero levantando los trozos del vestido del suelo – siempre odie este maldito vestido
- ¿por qué? – me atreví a preguntar mientras me sentaba en la cama de su mamá
- Porque ella estaba triste siempre que lo usaba – tomó los retazos blancos y los arrojó por la ventana – tal vez ahora significa que pueda avanzar
No entendí mucho de lo que estaba pasando, pero si Zero dice que es para mejor entonces confiaré en él, incluso se me acaba de ocurrir una idea
- Dipper me advirtió de lo que podía pasar si ponías esa cara – dijo mientras caminaba en reversa hasta dar contra la pared
- Sólo confía en Mabel
- También dijo que pasarían cosas malas si decías eso – Dipper me las pagará más tarde
- Como sea, vámonos – y literalmente lo arrastré fuera de la casa
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PoV Dipper
No sé en qué momento me quedé dormido, pero cuando desperté estaba solo en mi habitación, creí que tal vez Bill estaría peleando otra vez con el tío Ford asi que bajé a detenerlos, pero para mi sorpresa el tío Ford estaba solo y la mesa fue reparada.
- Dipper – me nombró desviando la mirada – lamento lo que pasó en la mañana
- Esta bien – respondí más calmado – debe ser difícil para ti asimilar que tu enemigo mortal será el padre del hijo de tu sobrino – decía mientras me sentaba, sabía que era difícil para él, lo es para todos, más para mí
- Eres muy maduro para tu edad – fue lo que respondió cuando se levantó al momento que el agua en la tetera comenzó a hervir - ¿quieres un poco de té? Es manzanilla, es bueno para relajarse
- Esta bien – le respondí sonriendo mientras me daba mi taza
- Antes de que me lo preguntes Bill está en la estación de policía
- Tío Stan – no había que ser un genio para saberlo
- Al parecer ahora trafica con ponis y lo descubrieron cuando uno de ellos salió volando
- ¿lo golpearon con el auto? – pregunté preocupado por el pobre animal
- No, me refiero a literalmente, el poni tenía alas - ¿por qué ya nada me sorprende?
Comenzamos a hablar normalmente, como si lo ocurrido esa mañana nunca hubiera sucedido, no pregunté por qué habían peleado esta vez, tampoco lo quería saber, sólo quería mantener un poco de paz en este hogar al menos por cinco minutos.
Le di un sorbo a mi té y comencé a sentir un ligero movimiento en mi interior, no le di mucha importancia ya que por lo que investigué es algo normal, pero luego comenzó a dolerme mucho el estómago y para cuando me di cuenta estaba en el suelo vomitando
- Dipper – el tío Ford corrió a mi lado mientras me ayudaba a sentarme otra vez, no estaba mareado, sólo sentía algo de náuseas
- Creo que no le gustó el té – dije mientras trataba de sonreír pero el dolor volvió – tío Ford, me duele
Me cargó hasta el sofá donde me recostó mientras llamaba a un doctor, estaba asustado, creí que algo le pasaba al bebé y comencé a llorar.
No tardaron mucho, tal vez quince minutos, cuando los paramédicos entraron con una camilla, en ese tiempo el tío Ford no dejaba de dar vueltas como loco mientras yo trataba de calmarme. Los doctores me recostaron en la camilla y el tío Ford entró conmigo en la ambulancia, sólo quiero que mi bebé esté bien, sólo eso.
Llegamos al hospital en poco tiempo, mientras los doctores me revisaban el tío Ford trataba de contactar con alguien, es todo lo que recuerdo ya que me inyectaron un sedante y comencé a quedarme dormido otra vez.
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PoV Cereza
- adiós – dije al ver los retazos del vestido por toda la habitación - ¿Zero? ¿estrella fugaz? – por un momento me sentí tan confundida que ya ni recordaba que ellos estaban ahí
- ven conmigo – también estaba Artemisa, quien me levantó del suelo y me llevó a su habitación - ¿cómo debo interpretar esto? – odio cuando se pone seria, se le arruga la cara
- digamos que finalmente lo logré – dije caminando por la habitación hasta sentarme en su cama – logré dar el primer paso – ella se sentó a mi lado y me abrazó con mucha fuerza, un día esta osa me dejará sin columna
- estoy orgullosa de ti – susurró en mi oído mientras se separaba de mí – voy a buscarte algo para que te cambies – salió de su habitación dejándome sola en la cama en ropa interior, la sola imagen hizo que comenzara a reír
por fin logré tranquilizarme cuando Artemisa entró con una blusa roja con escote y pantalones de mezclilla azules, esperó afuera a que me cambiara y cuando terminé salí de la habitación para encontrarme con Zero y la estrella fugaz que me miraban sorprendidos.
- ¿qué? – pregunté al ver sus miradas clavadas en mí - ¿sucede algo malo? – están comenzando a ponerme nerviosa
- Tu cabello – habló Zero al fin – te ataste el cabello
- ¿Me veo mal? ¿debería volver a soltarlo?
- No lo hagas – se apresuró a responder la estrella fugaz – te vez bien asi, de todas formas tenemos una sorpresa
- ¿sorpresa? No sé por qué pero me da miedo escucharte decir eso – eso lo dije o lo pensé, creo que lo dije en voz alta porque me esta mirando fijamente otra vez
- Esa parece la frase del día – se limitó a responder
Salimos de la mansión y ahí estaba Artemisa, otra que se me queda mirando, sólo me até el cabello, no es como si me hubiera crecido un pene.
Subimos al auto, yo iba atrás junto a Zero, Artemisa conducía y la estrella fugaz le daba indicaciones, tengo el presentimiento de que algo malo va a pasar, y justo cuando pensé eso mi maldito celular comenzó a sonar, y de todas las personas en el mundo tenía que ser él quien llamara
- Seis dedos – respondí a la llamada con total indiferencia
- Dipper está en el hospital – lo sabía, algo malo tenía que pasar
- Artemisa frena el auto – le grité y ella frenó de golpe, que bueno que se inventaron los cinturones de seguridad – habla – le ordené a seis dedos del otro lado de la línea
- Los doctores lo están examinando ahora, comenzó a vomitar y a decir que le dolía el estómago – parecía nervioso, como si omitiera algo importante
- Estaremos ahí en un minuto – dije mientras colgaba – Artemisa cambio de planes, ve al hospital lo más rápido que puedas, no me importa si te pasas las luces rojas
Artemisa aceleró como corredora de carreras llevándose media ciudad por delante, al parecer las personas ven un auto y por instinto saltan sobre él, al menos nadie murió por eso, sería mucho papeleo.
Llegamos al hospital en tiempo récord, Artemisa al volante es un peligro, no para mi claro está. Apenas entramos vi a seis dedos sentado en una de las bancas del pasillo de espera y nos acercamos a él.
- ¿Cómo está el bebé? – ese fue el detalle que intentó omitir, como si yo fuera tan tonta
- Es lo que están averiguando ahora – quería golpearlo justo en ese momento pero Artemisa me sujetó antes de poder hacerlo y apenas me soltó un doctor apareció frente a nosotros
- Familiares de Dipper Pines
- Somos nosotros – respondió seis dedos mientras el doctor se acercó a nosotros
- Dipper está estable ahora, se encuentra dormido debido a la medicación pero despertará en poco tiempo
- ¿y el bebé? – gritamos todos a la misma vez espantando al hombre de cabello castaño y gafas
- El bebé se encuentra en buenas condiciones, lo que sufrió Dipper fue provocado por una fuerte ansiedad ¿saben si ha pasado por alguna situación de estrés?
- ¿te doy la lista o te lo digo como caiga? – no pude evitar decir eso, y de lo único que me arrepiento es de estar parada junto a Artemisa en ese momento porque la osa pega fuerte
- Sus padres mu… lo abandonaron – ni Dipper ni la estrella fugaz saben la verdad, maté a sus padres por ser unos desgraciados
Pasamos el resto de la tarde esperando a que Dipper despertara para poder llevarlo a casa, linda forma de pasar un sábado, pero por lo menos el bebé está bien, sólo hizo un berrinche dentro de su mami.
- Voy a dar un paseo
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PoV Bill
Qué lindo sábado, primero la pelea con seis dedos que se pasó de la raya, luego Dipper deprimido y ahora tengo que conducir hasta la comisaría para sacar a Stanley, y como si eso no bastara Artemisa me llamó y dice que Dipper está en observación en el hospital.
Apenas recogí a Stan fuimos directo al hospital
- ¿de dónde salió este auto? – fue lo que preguntó al salir de la comisaria
- Lo tomé prestado sin el consentimiento de sus dueños, ahora vámonos que tampoco tengo licencia de conducir
- Es como verme en un espejo – tétrico
Al llegar vimos a seis dedos, la estrella fugaz, la osa y a mi hermano, sólo faltaba la loca. Nos sentamos a esperar a que despertara, odio esperar, si por mi fuera lo sacaría de esa habitación ahora mismo.
- El paciente ya despertó – dijo una enfermera que salía de su habitación, más le vale no haberle dado el baño de esponja o aquí se muere, obviamente empujé a todos y entré primero para ver a mi Pino
- Hola Bill – apenas puede hablar ¿qué clase de medicamentos dan aquí?
- Hola pino – respondí sentándome a su lado en la cama – ustedes dos nos dieron un buen susto, eso también va para ti – dije colocando mi mano sobre el vientre de Dipper – ¿cuándo va a crecer?
- Apenas va el primer mes Bill, tienes que esperar al menos cinco meses para que se note – respondió colocando su mano sobre la mía – por un momento logró asustarme
- Lo castigaremos cuando nazca
- Tú serás el padre, no puedes castigarlo más que eso
- Veo que ni la anestesia te quita el humor – le dije mientras lo besaba suavemente en los labios – en un par de horas podremos ir a casa, sólo tienes que evitar situaciones de estrés
- Claro, sólo debo evitar ser atacado por una araña gigante
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PoV Cereza
Si hay que de verdad detesto son los hospitales, aquí los doctores parecen hasta disfrutar el ver a las personas enfermas, nunca entenderé a los humanos, mandan a un hombre a la luna pero no se molestan en encontrar una cura para cada enfermedad.
Fui al pabellón de maternidad, siempre me anima ver a los recién nacidos, lo bueno de ser una diosa es que los conozco a todos, sé quiénes son sus padres, a qué hora nacieron, puedo sentir su energía vital desde el momento que llegan al mundo.
- Hola – esto es extraño, un niño apareció junto a mi pero no sentí su energía vital hasta ahora
- Hola – respondí al saludo un tanto confundida mientras el niño de pelo castaño claro y ojos verdes me miraba con una sonrisa
- Ten – dijo mientras me daba una flor, una rosa amarilla – me gusta el amarillo porque me recuerda tus ojos – no puede ser, esto no puede estar pasando, tiene que ser una broma, cuando por fin doy el primer paso pasa esto.