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Falling Down por reina izanami

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-          Tiene que ser una broma – gritaba furioso Stan a su gemelo

-          Me temo que no, ¿acaso parezco el tipo de persona que bromearía con algo asi? – se defendía Ford igual de molesto – acaban de llamar de un hospital en California, dijeron que los padres de los chicos habían programado una cirugía de reasignación para Dipper y querían que un especialista viniera a verlo a la cabaña antes de someterlo a la operación

-          Ni de broma dejaré que uno de esos doctores entre a esta cabaña y mucho menos que sometan al niño a una de esas locas cirugías – gritaba más alto sin dar constancia a lo que pasaba a su alrededor – tiene doce años por el amor de dios, podría no resistir a la cirugía ¿en qué demonios piensan esos dos? ¿Pretenden matarlo?

-          La mujer que llamó era una de las enfermeras, tal parece que la operación se hace antes de la pubertad para que el organismo no se vea alterado por los cambios hormonales.

-          ¿y qué hay de los riesgos? No estamos hablando de una simple apendicitis aquí

-          No sé en qué demonios piensan sus padres, tal vez simplemente no saben cómo o no quieren lidiar con un hijo que es……diferente – dijo mirando sus manos con seis dedos

-          Eso es absurdo – dijo adivinando su pensamiento – papá te amaba incluso con tus seis dedos y jamás expuso tu vida sólo para mantener las apariencias. Agarra tus cosas Ford, nos vamos a Piedmont.

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El sol entraba por la pequeña ventana triangular dando directo en sus ojos haciendo que despertara por más que no lo deseara. Miró a su acompañante un momento, no sabía que los demonios necesitaran dormir, trató de sacar su brazo de debajo del cuerpo de Bill pero al estirarse sintió un fuerte dolor en su parte trasera.

-          No deberías levantarte aún – sintió que le hablaban con suavidad mientras lo recostaban otra vez

-          No quería despertarte, tampoco sabía que podías dormir – dijo mientras Bill lo volvía a tapar

-          Nos es como si lo necesitara, pero físicamente soy capaz de hacerlo – respondió mientras se levantaba y con un chasquido de sus dedos ya tenía puesto su usual traje amarillo

-          ¿A dónde vas? – preguntó mientras se quedaba dormido

-          Alguien debe prepararte el desayuno, y como lo más parecido a un adulto responsable aquí soy yo supongo que iré – te despertaré cuando todo esté listo

Bill besó la frente de Dipper y cerró las cortinas para que la luz no lo despertara otra vez y sin hacer ruido salió de la habitación, bajó las escaleras pero antes de llegar a la cocina el teléfono comenzó a sonar

-          Si despiertas al pino te destruiré – amenazaba mientras levantaba la bocina – si es la policía jamás en mi vida conocí a nadie llamado Stan Pines

-          Olvida el protocolo de seguridad, soy yo – al otro lado era Stan el que hablaba – ¿los niños están ahí?

-          Mabel está en casa de esa niña que parece orangután y Dipper duerme en su cama

-          Perfecto, escucha bien – la voz de Stan sonaba agitada, como si se estuviera conteniendo de alguna forma – necesito que seas la niñera de esos dos, Ford y yo tenemos un par de asuntos que arreglar y posiblemente nos tome un par de días

-          ¿Todo está bien?

-          Desearía decir que sí pero temo que esto pueda afectar a Dipper más que a nadie – Bill comenzó a apretar el puño y sin darse cuenta una llama azul comenzó a envolverlo mientras escuchaba el relato del tío Stan – no tengo mucho tiempo, debo colgar

-          Pino… no dejaré que te lastimen

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Casi al amanecer Stan y Ford llegaron a la ciudad donde nacieron Dipper y Mabel y ni bien bajaron del autobús tomaron un taxi que los llevara al hospital donde los esperaban los padres de los gemelos, Melissa y Richard Pines.

-          Ahí están par de tontos – gritaba furioso Stan entrando al hospital

-          ¿tío Stan?... y… ¿tío Stan? – dijo confundida la madre de Dipper al ver a Stan y Ford juntos

-          Más tarde hablamos de eso, ¿cómo se les ocurre pensar en someter a su hijo a una cirugía innecesaria? Podrían matarlo

-          Dipper necesita esa operación antes que sea tarde – interrumpe el padre de los niños – en cualquier momento podría comenzar a sufrir los cambios en su cuerpo y queremos evitarle la vergüenza

-          ¿vergüenza? – gritó Ford furioso – Dipper es un chico brillante y perspicaz, él no tiene nada de qué avergonzarse, más bien son ustedes los que se avergüenzan de él

-          No tienes idea de lo que dices – gritaba la madre colérica – no tienes idea de lo que es criar a un hijo anormal con problemas, no sabes lo difícil que es para nosotros pasar cada día pensando en qué pasará si alguien lo descubre, en cómo reaccionar si su cuerpo comienza a cambiar y comienza a hacer preguntas

-          Debo decir que nunca esperé algo así de ustedes dos – dijo Stan decepcionado – esperaba más ambos, pero al parecer fue pedir demasiado

-          No vamos a permitir que arriesguen la vida del niño por algo tan absurdo como el no querer enfrentar la realidad, venimos a ofrecer un acuerdo – dijo Ford tratando de resistir el deseo de partirle la cara a Richard – queremos la custodia de ambos niños, pueden hacerlo por las buenas o podemos llevarlo a juicio, ustedes deciden – Richard y Melissa se miraron unos segundos analizando sus opciones

-          Aceptamos – respondió Richard

-          Que asi sea – dijo Stan dándoles la espalda, pero a partir de hoy no volverán a acercarse a los niños, ya no son parte de la familia

Los hermanos abandonaron el lugar y fueron a buscar un hotel para pasar los días mientras se terminaban los trámites legales y Stan adoptara legalmente a Dipper y Mabel, una vez instalados Stan llamó a la cabaña en la madrugada siendo Bill el que respondiera

-          ¿qué tal lo tomaron? – preguntó Ford acercándose a su hermano

-          Ninguno estaba ahí, Bill respondió, parece que a él también le cayó mal la noticia – respondió dejando escapar un gran suspiro – Ahora nos costará un poco más devolverte la cabaña, tal vez hasta que ellos cumplan los dieciocho

-          Supongo que sin ustedes ahí la casa se sentiría sola, además prefiero que esos niños enfrentes monstruos como gárgolas y zombies a devolvérselos a esos monstruos que llaman papá y mamá.

Tardaron dos días en terminar de firmar los papeles antes de poder regresar a Gravity Falls, no sería fácil pero tenían que decirle a los niños lo que había pasado, ahora sus vacaciones de verano se habían prolongado por varios años más

 

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666: hijos de perra, ¿y se atreven llamarse padres? – gritaba furiosa lanzando todo y a todos los que se le cruzaban adelante por los aires

-          Lo sé, si todos los humanos fueran así ya no necesitarían a los demonios – Bill seguía en su forma humana mientras flotaba maldiciendo

666: ese par de idiotas sabrá lo que les espera, no tendré compasión con ninguno de los dos – golpeó el suelo con su tacón y desapareció en una explosión, Bill por su parte sólo chasqueó los dedos apareciendo otra vez en la cabaña.

Llegó en medio de la noche por lo que los niños nunca notaron  que se había ido, sabía perfectamente lo que pasaría por contarle a la reina lo sucedido y no le importaba en lo más mínimo, eso se sacaban por jugar así con su amado pino.

-          Bill, ¿Cuándo crees que vuelvan el tío Stan y el tío Ford? – preguntaba Mabel angustiada mientras Bill servía el desayuno

-          Deberían llegar hoy en la tarde según seis dedos – respondió sirviendo ahora el de Dipper

-          ¿estás seguro que no te dijeron a donde iban? – cuestionó Dipper cortando sus waffles

-          No, ni una palabra – odiaba tener que ocultarle cosas a su pino, pero era mejor que escuchara la historia directamente de sus tíos.

Llegada la tarde, tal como dijo Bill, Stan y Ford llegaron exhaustos a la cabaña mientras Bill y los niños criticaban la programación en la televisión

-          Niños por favor acompáñenme, tengo algo muy delicado que contarles – Stan se llevó a los niños arriba mientras Ford y Bill se quedaban solos en la sala

-          La reina sabe de esto – dijo simplemente sin molestarse en ver a Ford

-          Imaginé que le dirías a Cereza sobre esto – respondió mirando la pared - ¿qué crees que haga?

-          Tu sabes lo que hará – respondió saliendo de la sala caminando hasta las escaleras – ven seis dedos, nos necesitan arriba

Bill y Ford subieron la escalera y entraron a la habitación de los niños donde Stan acababa de contarles todo a Dipper y Mabel. La estrella fugaz parecía triste pero no abatida, en cambio Dipper se desmoronó llorando y pataleando mientras se culpaba a si mismo

-          Esto…..esto tiene que ser mentira…nos dejaron…. ¿por mi? ¿por mi culpa? …. ¿hermafrodita? ¿qué se supone que es eso?...no … entiendo – balbuceaba llorando mientras Mabel y Stan trataban de consolarlo

-          Todo está bien, aun me tienes a mí – decía Mabel abrasándolo – sabes que nunca me iré de tu lado

-          ¿nunca?

-          Por supuesto que no bobo, ninguno de nosotros iremos a ningún – Dipper levantó la mirada mientras se limpiaba las lágrimas y sonrió

-          ¿Cómo es que eres tan fuerte?

-          Soy la hermana mayor, es mi trabajo cuidarte – Bill se acercó discretamente y abrasó a Dipper por detrás

-          ¿cualquier oportunidad es buena para ti? – preguntó mientras comenzaba a reír

-          Por supuesto que si

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Cereza: Mírenlos, tan apacibles, tan tranquilos, como si ya nada en el mundo les preocupara, como si no fueran los bastardos que acaban de abandonar a sus hijos a su suerte ¿y me llaman a mí la madre monstruo? Es hora de que sus dulces sueños se conviertan en pesadillas  - la reina apareció frente a los padres de Dipper mientras dormían en su cama, los miró con desprecio mientras arrojaba sobre ellos la arena negra – veamos cuánto tiempo pueden resistir

La arena de las pesadillas entró por sus poros transportando sus mentes al juego especial que Cereza les tenía preparado. Una vez abrieron sus ojos se encontraron en un claro en un bosque quemado, las cenizas flotaban en el viento y el aire era frio haciendo que se les dificultara respirar.

-          ¿En dónde estamos? – preguntaba asustada la mujer aferrándose al brazo de su marido

-          Bienvenidos – las cenizas comenzaron a arremolinarse frente a ellos formando una silueta conocida para ambos

-          Dipper – dijo Richard sorprendido

-          Eso desearías – comenzó a reír mientras su cuerpo se transformaba a su verdadera forma – bienvenidos sean a mi mundo de las pesadillas, donde la única forma de escapar es muriendo – la mujer chasqueó los dedos mientras el suelo temblaba y el paisaje a su alrededor cambiaba apareciendo asi en el interior de una mansión abandonada - ¿les gustan los juegos? Porque a mí me encantan las escondidas ¿qué les parece? Si puedo encontrarlos el juego se acaba – dijo con una sonrisa psicópata mientras levantaba un hacha del piso – les doy cinco minutos de ventaja

Ambos adultos salieron corriendo desesperados buscando la salida de esa espeluznante mansión mientas Cereza aguardaba pacientemente que el tiempo se acabara. Una vez finalizados los cinco minutos comenzó a buscarlos.

 

DIng dong sigo al otro lado

Déjame pasar, tu miedo no sirvió de nada

Ding dong, resisten en vano

Te puedo asegurar,

Correr estando aquí es iluso

Ya lo sé, eres tú

Nos bastó cruzar miradas

Congelado y mudo

Aterrado, pobrecito

 

Cada paso que daban llevaba a un callejón sin salida mientras tanto Cereza se acercaba cada vez más a su presa, jugando con ellos de forma sínica.

 

Ding dong, mientras tú te escapas

Corre rápido

Abúrreme y mi rabia explota

Ding dong, te sigo de cerca

¿No te ocultas ya?

Las escondidas me fascinan

Pasos a tu nombre van deprisa mientras huyes

Agitado corres

Sin salida ya eres mío

Tonto, se que estas ahí (te veo)

Tonto, si es que ya te vi (te veo)

Tonto, se que estas ahí (te veo)

Tonto, si es que ya te vi (te veo)

 

Aterrados corrían por los pasillos temiendo lo peor, cada escondite que buscaban Cereza los encontraba, Melissa se aferraba aterrada al brazo de su esposo mientras éste trataba de buscar una forma de sobrevivir. Se encerraron en una habitación esperando que su perseguidora se cansara.

 

Knock, knock, mira que educada

Mas no pediré permiso cuando al cuarto entre

Knock, Knock, adentro no hay nada

¿Dónde, dónde estás?

¿Quieres que pierda la paciencia?

¿Dónde estás querido?

Casi vi toda la casa

Ya vi en tu closet, tal vez vuelva e insista

Ding dong, ya te encontré (tu turno)

Ding dong, aquí estuviste (tu turno)

Ding dong, yo ya encontré (tu turno)

Ding dong, asi que gané (tu turno)

Ding dong, te castigaré

 

Derribó a golpes la puerta del closet donde se escondía la pareja y con una sonrisa levantó su hacha poniendo fin a ambos.

 

Ding dong, el juego terminó (no hay nadie)

Ding dong, mejor diré adiós

 

En el mundo real Cereza contemplaba cómo los cuerpos comenzaban a arder de forma espontánea mientras sus torturadas almas los abandonaban

-          Bienvenidos al noveno círculo, donde personas como ustedes que son capaces de vender o incluso matar a sus hijos pasarán el resto de la eternidad. Sus almas son mías ahora, ya nada los puede salvar

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-          ¿Bill? ¿estás despierto? – Dipper golpeaba la puerta del cuarto de Bill, no podía dormir y no quería despertar a Mabel, ya sentía que le había hecho un gran daño y no podía enfrentarlo

-          Pasa pino, ¿aun sigues preocupado? – Bill abrió la puerta y de improvisto se vio rodeado por los pequeños brazos de Dipper – no llores Dipper, no me gusta verte triste, menos por quien no lo vale

-          ¿Puedo pasar aquí la noche?

-          Por supuesto que sí, vamos – Bill recostó a su niño en la cama mientras lo tapaba con las mantas y lo abrasaba apegándolo a su cuerpo – yo siempre estaré aquí, no tienes nada que temer.


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