Llegando a la tercera atracción se encontraron con un enorme maizal que formaba un laberinto, sin duda una trampa clásica para turistas que visitaban el campo, bajando de la casa rodante cada uno tenía una caja en sus manos, pintura de guerra y una cinta de camuflaje atada en la frente.
- Muy bien, pasemos lista una vez más – dijo el tío Stan que cambió su sombrero por un casco militar con el mismo diseño de pez al frente – saltamontes
- Listos – dijo Candy levantando su caja
- Sanguijuelas, esas van para las zonas lodosas
- Aquí, creo que les agrado – respondió Mabel con algunas sanguijuelas en la cara
- quita eso de tu cara niña, deja algunas para los turistas – la regañó – continuemos, pesticidas nocivos para la salud
- Preparado y listo para disparar en la cara de las personas – obviamente, ese fue Bill
- Malicioso y calculador, me agrada. Lo que sigue en la lista, hormigas de fuego mexicanas
- Aquí las tengo, están molestas porque les estuve cantando todo el viaje – Greta agitaba el frasco de un lado al otro poniendo más furiosas a las hormigas
- Bien, bien, ahora las babosas
- Presentes y asquerosas señor – Dipper se tomaba muy bien el papel de soldado en medio de una batalla
- Excelente, ahora sólo nos falta Soos con las arañas ¿Soos? – dijo levantando la vista de su planilla - ¿dónde se metió Soos esta vez
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- Me pregunto dónde podré encontrar arañas en un lugar así – decía caminando por el maíz – que extraño, creo que ya había pasado por este lugar antes – dijo examinando el suelo – si, definidamente esas son las mazorcas que me acabo de comer, no te alarmes Soos, sólo recuerda lo que te dijo tu abuela ‘’si te llegas a perder en un laberinto no te muevas de donde estás y alguien te encontrará pronto’’, estoy seguro que los chicos no tardarán en darse cuenta de que no estoy ahí – suspiró tranquilo mientras se sentaba en el suelo – en cualquier momento vendrán a rescatarme
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A la señal de Stan dieron inicio a la operación, Bill llevaba una máscara de gas y arrojaba pesticida cerca de las personas, de vez en cuando sobre las personas, Mabel caminaba por el laberinto arrojando sanguijuelas a su paso, apenas se le acabaron dio la vuelta y se marchó. Greta dejó caer el frasco de hormigas de fuego como una granada y se echó a correr mientras las hormigas picaban a las personas, al mismo tiempo Dipper y Candy atacaban desde extremos opuestos del laberinto con babosas y saltamontes.
En poco tiempo las personas salieron corriendo del laberinto aterradas, algunos derribando las paredes destruyendo el lugar, una vez cumplida su tarea el grupo huyó de la escena
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- En cualquier momento aparecerán, oh hola amiguita ¿también estás perdida? – levantó una sanguijuela del suelo que de inmediato se prendió a su cara – creo que hice una nueva amiga
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Bill notó como cada vez que se acercaba al pino éste de alguna forma huía o las chicas lo apartaban de su lado con cualquier excusa tonta. Trataba de leer su mente pero todo lo que recibía era el mismo mensaje repetido una y otra vez ‘’púdrete’’. Cansado de la situación se dirigió hacia los cuatro niños que reían sentados en la parte trasera del vehículo pero apenas lo vieron las chicas rodearon a Dipper en forma de escudo y éste simplemente le dio la espalda
- Pino, quiero que hablemos
- Él no tiene nada de hablar contigo – respondió Mabel en tono autoritario
- Estrella fugaz, esto es entre nosotros, por favor déjame hablar con Dipper – Mabel dudó por un segundo pero miró a Dipper y éste dio una señal afirmativa
- Esta bien, pero más te vale que no lo lastimes, vamos chicas – las tres fueron a la parte delantera dejando a la pareja a solas, cuando el tío Stan los vio salir sólo suspiro
- Sabes que no entiendo del todo las emociones humanas, si no hablas conmigo nunca sabré las cosas que te molestan y las que no – dijo mientras lo rodeaba con sus brazos
- Ayer con esa chica, la abrazaste, delante de mí – respondió volteando para hundir su cabeza en el pecho del mayor
- Sólo intentaba que el candelabro no la aplastara, eres tan sensible que creí que eso te espantaría – respondió acariciando su cabeza
- No me molestó que la salvaras, me molesta que la abrazaste, y luego la acariciaste como haces conmigo ahora, esa zorra trepadora nos estuvo siguiendo, vi su auto en la estación de camioneros y otra vez en la casa invertida o como se llame y me dio miedo
- ¿miedo? ¿pero por qué?
- Porque es linda y yo solo soy un niño con un cuerpo extraño y de voz chillona, y tenía miedo de que te fijaras en ella – lentamente la camisa de Bill se comenzó a humedecer
- Nunca, nuca vuelvas a pensar asi – dijo levantando su rostro para que lo mirara a los ojos – tu eres todo para mí, mi vida era solitaria y vacía, firmando tratos con las personas buscando aquello que fuera importante para mí, y ese eres tú, mi Lompy, Lompy, Lompy – dijo mientras lo besaba – aun nos queda una parada antes de ir a casa, tengamos otra cita, vi los folletos que siempre tiene esa chica asiática, podemos pasear en el teleférico, tienen una exhibición de momias, aunque no creo que eso te agrade
- No, eso está bien, siempre y cuando podamos pasar un rato a solas.
Finalmente el ambiente dentro de la casa rodante se relajó, el sentimiento de manejar un tanque de guerra por un campo minado había desaparecido y por fin todos estaban en paz. Las chicas declararon un cese al fuego provisorio y ahora Dipper estaba sentado sobre las piernas de Bill con su cabeza apoyada en su pecho, profundamente dormido.
Lentamente el Vehículo estacionó y con cuidado Bill despertó a Dipper, aunque recibió una mordida en la mano por eso, suerte para él que era un demonio, un humano normal ya se habría desangrado
- Este es niños, nuestro último destino, la montaña del misterio – decía mientras las niñas bajaban primero seguidas de Bill que cargaba a un somnoliento Dipper - este lugar me enferma, es cinco veces más grande que la cabaña del misterio, y la peor parte es que tienen atracciones reales y lo que más me irrita es esa estatua de Paul Baunyan, sólo mírenlo, montañés asqueroso ¿Quién sabe qué cosas hacía con ese toro? – mientras las niñas perdían lentamente su inocencia Bill se llevaba a Dipper lejos del grupo para tener su cita.
Apenas Dipper se despertó por completo fueron corriendo a comprar las entradas, si el tío Stan los viera seguro le daría un infarto, aunque para Bill eso lo haría más divertido. Pasando por el estacionamiento Bill notó el auto de su acosadora pero nadie adentro, tomó la manó de Dipper quien se sonrojó por el sorpresivo contacto pero luego estrechó el agarre mientras sonreía de forma tierna.
- ¿qué quieres ver primero? – preguntó sonriente aparentando que nada pasaba
- No finjas, sé que quieres ver las momias, no me molesta, de hecho me da curiosidad – literalmente Bill llevó volando a Dipper hasta el pabellón de las momias - ¿te volviste loco? Alguien nos pudo ver
- No había nadie mirando, relájate, estamos en nuestra cita, si alguien más nos molesta lo haré desaparecer – lo tomó de la mano otra vez sintiendo que alguien los seguía pero no le dio mucha importancia, como dijo, si alguien interfería lo eliminaría
- Este lugar es un poco aterrador – dijo el menos sosteniendo el brazo de Bill
- Ves cosas peores a diario, la gran mayoría vivas, esto debería ser como un paseo por el capo para ti
- Lo sé, pero ese cartel me perturba un poco ‘’nuevas momias todos los días’’
- Tal vez yo pueda explicarles – ambos reconocieron la voz en seguida y voltearon para ver cara a cara a la acosadora de Bill – ningún hombre me rechaza Bill Cipher, ninguno
- ¿cómo sabes quién soy? – gritó furioso mientras escondía al pino detrás de su cuerpo
- ¿quieres ver? – sus piernas comenzaron a crecer hasta dividirse en ocho patas peludas
- Una mujer araña, debí suponerlo
- ¿me explicas que pasa aquí? – susurró sin quitar la vista de la mujer delante de ellos
- Es una mujer araña Dipper, engaña a los hombres para llevarlos a su nido y alimentarse de ellos, todas estas momias deben de ser sus presas anteriores
- Exacto, lo descubriste, todos estos tontos vinieron a mi tela engañados por mi apariencia, pero tú, tú fuiste el único que no cayó en mi trampa ¿por qué? No importa si es humano o demonio, todos caen ante mí ¿qué te hace a ti diferente? – gritaba colérica mientras pequeñas arañas salidas de entre las grietas la rodeaban
- Porque tengo el amor de Dipper, y eso es mucho más fuerte que cualquiera de tus trampas
La mujer araña enloqueció de ira y lanzó sus redes sobre ambos, Bill invocó su bastón cubierto por la flama azul y hábilmente cortó las redes antes de que siquiera los alcanzaran, pero eso no era más que una distracción. Mientras Bill peleaba con la mujer araña las más pequeñas se trepaban en Dipper envolviéndolo con su tela.
- BILL – gritó desesperado mientras trataba inútilmente de de romper los hilos que lo tenían atrapado
- PINO – corrió en su ayuda pero la mujer araña sujetó sus piernas haciéndolo caer
- Es una pena, tan joven, no tendrá buen sabor – comenzó a reír despertando la furia del demonio
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Mientras tanto en el estacionamiento Stan repartía hachas a las niñas, sin notar que le faltaban dos de sus cómplices.
- ¿en dónde se metieron los tortolitos? – preguntó con dos hachas en las manos
- Seguramente dando un paseo romántico por las montañas – respondió Mabel con una sonrisa
- Voy a tratar de no vomitar, tanto romanticismo me hace daño, por el momento los dejaremos en paz, nosotros vamos a destruir unas cuantas momias
- Señor Pines, no me parece correcto hacer eso – dijo Candy mirando hacia todos lados
- Vamos niña, será divertido, es como romper una piñata, pero con huesos viejos en lugar de dulces
- Pondré el cráneo debajo de mi cama para asustar a mi mamá – respondió animada
Obviamente Stan Pines no pagaría entrada, antes sería más probable que pagara sus impuestos, lo que hicieron fue usar la fuerza sobre humana de Greta para derribar la cerca y así poder pasar. Tomaron un sendero que no aparece en los mapas, en caso de que un guarda bosques los encontrara fingiría tener demencia senil y que esas valientes niñas exploradoras lo ayudaron a regresar al sendero correcto, un estafador siempre será un estafador.
Al ver la entrada del pabellón de las momias Mabel corrió para ser la primera en entrar, quería elegir a la mejor momia, pero en su lugar vio algo que la dejó impactada, Bill Cipher, el demonio triangular de un solo ojo que ahora estaba rojo de ira peleaba contra un monstruo para defender a su hermano
- A la que le ponga una pata encima la reduciré a cenizas – gritaba furioso con su voz demoníaca
- Bill, alguien puede verte, ve a buscar a los otros, yo estoy bien – decía débilmente
- ¿y dejarte aquí solo? Estas más loco que yo – Bill Cipher peleaba por Dipper, Dipper ama Bill, el chico rubio y el demonio de los sueños son un solo ser, finalmente Mabel lo entendió
- Chicos apresúrense – gritaba al grupo que venía tras ellos – Bill y Dipper están en problemas – los otros tres corrieron a la cueva y al entrar vieron a Bill ya en su forma humana sosteniendo a Dipper mientras una loca con patas de araña quería atacarlas
- Señoritas – habló Stan conteniendo la ira – preparen sus armas y no tengan piedad
Entre los cuatro atacaban a las arañas mientras Bill llevaba a Dipper al exterior de la cueva y volvía a entrar con su bastón en mano dispuesto a moler a golpes a esa bruja de ocho patas por haber osado tocar a su mayor tesoro. Cuando por fin tenían acorralada a la mujer araña y ya todas las demás estaban muertas en un último intento por escapar la mujer levantó su mano mostrando el collar que Bill le regaló a Dipper en su primera cita.
- Devuélveme eso ahora antes de que te mate – gritó furioso a punto de perder el control
- ¿qué se supone que es? ¿una cuchara o algo así? – decía con burla paseando el dije entre sus dedos
- Es la osa mayor araña inculta – gritó Mabel arrojando su hacha clavándola en una de sus patas
- Maldita niña, si tan importante es para ustedes ven e intenta recuperarlo Cipher – la mujer araña comenzó a reír sin notar el círculo lila que se abría bajo sus patas - ¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo? – gritaba aterrada mientras unos brazos de color negro salían del interior del círculo y la capturaban – Cipher, pagarás por esto
- ¿de qué estás hablando loca? Yo sólo soy un chico de quince años, es imposible que haga algo como eso – literalmente se burlaba del dolor de la araña, aunque por otro lado no mentía al decir que él no era el responsable, ese truco es el favorito de la reina. Cuando la mujer araña entró por completo dentro del círculo uno de los brazos se extendió hasta Bill entregándole el dije de Dipper y desapareciendo
Todos salieron de la cueva, Candy no se quedó con las ganas y decapitó una de las momias, Bill nunca le dijo de su procedencia y la dejó ser. Dipper seguía inconsciente, con cuidado Bill le colocó el collar y lo cargó en sus brazos de regreso a la casa rodante.
El viaje de regreso duró dos días, en todo ese tiempo Dipper no despertó, seguro producto del shock, y Bill se quedó a su lado todo ese tiempo
- Bill, quiero hablar contigo – dijo acercándose a la cama donde su hermano dormía
- ¿estrella fugaz? ¿Qué sucede? – preguntó sin despegar la mirada de su niño
- Te vi, tu verdadera forma – al decir eso Bill volteó asombrado – antes de partir noté que Dipper había dejado el diario en casa, cuando le pregunté el por qué sólo respondió ‘’no lo necesito, tengo a Bill a mi lado’’
- ¿por qué me estas contando eso? – preguntó regresando la vista a su pino
- Porque Dipper es todo lo que me queda, y si él confía su vida ciegamente en ti entonces no tengo nada de qué preocuparme, hoy me demostraste que de verdad lo amas, no te importó quedar al descubierto con tal de protegerlo asi que haré de cuenta como si nada, para mí sigues siendo un adolescente cualquiera que duerme con mi hermano
- Gracias estrella fugaz, quiero decir, Mabel – dijo con una sonrisa – espera, ¿tu como sabes lo de…? – gritó completamente sonrojado
- Dipper es malo para mentir, me fue fácil adivinarlo
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- Estoy seguro que la ayuda está en camino, sólo han pasado seis días y ya me comí casi todo el maíz, en cualquier momento podré encontrar la salida e ir a casa