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Rosas Blancas por Azalea tsuki

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Tea los había estado observado desde que estos dos ingresaron al salón, no pudo evitar mirarlos con una expresión dura y despectiva.

 

Entonces poso su mirada en el rostro de Atem fijándose en sus labios. De ellos se asomaba una tierna sonrisa que mostraba demasiada dulzura para su gusto. No pudo evitar sentirse irritada al presenciar como este le dedicaba esa muestra de afecto a su hermano y de inmediato empezó a molestarse, perdiendo un poco el control de sus movimientos sin percatarse de que estaba comiendo su carne asada con demasiada prisa.

 

-Hija, no te alimentes tan rápido o la comida te caera mal-Dijo preocupada la condesa al ver como devoraba su platillo hasta dejarlo casi vacío.

 

-Así es como suelo comer madre, no te preocupes. -Espetó la joven de pelo castaño.

 

No dijo nada más a su hija, estaba clara la indirecta de que no quería que la molestara. La Condesa decidió dejarla cenar por hoy como quisiese. Al menos había cumplido como madre con advertirle a su niña de que fuera precavida. Ya luego tendría tiempo para hablar con ella al respecto, y de paso, preguntarle por su extraño comportamiento.

 

Cuando todos terminaron, el padre de Atem se levanto de su asiento y anuncio a todos sus invitados que había llegado el momento de iniciar con el baile. Todos se dirigieron al gran salón. La música de la orquesta dió comienzo y todos se encontraban bailando al ritmo tranquilo de la misma.

 

Atem al ver a todos ocupados en la pista de baile, aprovecho la oportunidad para tratar de buscar a sus padres, que seguramente se encontraban más adelante, disfrutando de la fiesta. Deslizó su brazo y tomó con firmeza la mano de Yugi y lo guió por el salón hasta al fin encontrarse frente a frente con los padres de éste.

 

-Madre, padre-hizo una pequeña  reverencia para luego mirar a ambos a los ojos-, quiero presentarles a alguien muy importante, su nombre es Yugi- .Cuando Atem le atrajo hacia él, Yugi caminó con pasos suaves hasta posicionarse junto con el chico de piel norena a la altura de los nobles, se reverencio con el mayor respeto y cuidado, evitando que se le notara lo tenso que en verdad se encontraba. Carraspeo un poco y saludo con la mayor cortesía a los señores.

 

-Mucho gusto, es un gran placer y un verdadero honor conocerlos finalmente...

 

Los padres de Atem observaron con ojos impertuvablemente inquisitivos a la persona que se encontraba al lado de su hijo. Como si quisieran diseccionarlo con la mirada. Trato de mirarles con la misma intesidad que ellos, demostrando una apariencia fuerte e impasible, aunque en realidad, por dentro, estaba que se moria de los nervios. Intentó tranquilizarse o de seguro le daría un ataque de pánico y se desmayaria.

 

-Jajaja, pero que personita tan más modesta.-río con gracia y sutileza la esposa del noble. En su vida que no se había esperado esa reacción por parte de ella.-No hace falta que seas demasiado formal al presentarte, jovencita... ¿dime Atem, es una amiga tuya?

 

-Eh... No precisamente madre, es mi pareja.-aclaró-Hemos estado saliendo hace un par de meses y hace poco decidimos consolidar nuestro relación, por lo que venimos hasta aqui para hacerles saber de ello.-al escuchar las palabras de Atem, su madre se sintió muy emocionada.

 

-Oh por Dios, hijo... esto sí que es una sorpresa, me has dado la mejor de todas ellas. Me alegro muchísimo por ustedes.-dijo la mujer que se encontraba muy extasiada de felicidad.

 

-Bueno, no por nada había estado esperado este momento para poder decirtelo en persona. Ya sabía yo que te encantaría recibir esta clase de noticias.-Yugi observó el rostro de su ahora novio con una expresión más que confusa. "Pero que demo... espera, entonces... eso quiere decir que..." No pudo evitar sonrojarse al descubrirlo ¿Acaso Atem ya sabía desde un principio que él aceptaría?

 

-Ay cariño, tú siempre tan condescendiente. -Gracias madre.-agradeció tomando su mano para darle un suave beso en sus finos y delgados dedos.- ¿Y usted qué opina al respecto, padre?-el hombre mayor permaneció todo ese tiempo en silencio, observando a las tres personas con una mirada helada e impenetrable. Después de varios segundos su expresión se relajó y sonrió con verdadera satisfacción.

 

-Vaya... Es bueno saber que a mi único hijo y heredero, Atem, se le conozca finalmente una pareja-dijo con voz alegre-, pero díganme, ¿Y para cuándo piensan casarse?

 

Atem se quedo pasmado ante su inesperada pregunta, mientras que Yugi, estaba sumamente congelado. No le quizo creer al hombre cuando lo dijo en el momento, pero cuando vio el brillo de la sinceridad reflejada en sus ojos, supo que el noble hablaba en serio. Muy en serio. No pudo evitar que se le subieran los colores a la cara.

 

-Eh... pues no lo sé..., es decir, ni siquiera lo hemos hablado, padre.-Dijo Atem algo abochornado.

 

-Esposo mío-Intervino la mujer-, creo que esa es una pregunta demasiado precipitada. Los chicos apenas han iniciado su relación, no hay que acelerar su noviazgo. Solo es cosa de darles tiempo para ver si en un futuro se dan las cosas entre ellos. No hay que ser impacientes.

 

-De acuerdo, en eso tienes toda la razón mujer. Lo que ocurre es que estoy muy contento. Por eso es que no pude evitar preguntar por ello.

 

-Comparto el mismo sentimiento que el tuyo cariño, pero ante estas situaciones, no queda de otra más que esperar y ser tolerantes.

 

-Lo entiendo-Dijo mientras dejaba salir un suspiro de resignación-. Pero si eso llegara a pasar un día de estos, ustedes ya saben que tienen mi consentimiento.-Los presentes rieron amigablemente ante su comentario.

 

-Gracias padre, cuando eso suceda serás el primero en saberlo.-el noble le sonrió complacido. Giró su rostro para mirar esta vez a la pareja de su hijo. -Y dime, Yugi, ¿tus padres ya saben de tu relación con mi hijo? Digo, si es que no es que se han enterado, pues, me gustaría ser yo quien se los dijera personalmente para poder hablar de ello...

 

-Cariño...-le reprendió con la mirada a su esposo.

 

-Oh por favor, querida...

 

-Bueno, en realidad mi señor, solo tengo conmigo a mi madre, mi padre murió desde hace tiempo cuando yo era apenas un bebé, por lo que jamás lo llegue a conocer. -Dijo lo último un poco triste.

 

A veces no podía evitar pensar que hubiera pasado si su padre estuviera aquí, con vida. Quizá a él también le hubiese alegrado la noticia de su noviazgo al igual que al noble. De repente, se sintió deprimido por ello. Cómo le hubiera gustado al menos recordar su rostro, pero no tenía nada que lo hiciera, ni un recuerdo. Nada. Ni siquiera una pintura como prueba. Eso a veces lo abatiá bastante.

 

-Ya veo, lo lamento mucho, pero, ¿podriá saber quién es su madre?

 

-Por supuesto, mi madre es la condesa, la viuda del conde que fue uno de los más importantes y poderosos nobles de Inglaterra.

 

-Vaya. Que interesante... Yo recuerdo haberlo conocido, fue un gran hombre. Muy afable.

 

-Ya veo, a mí me hubiese encantado conocerlo.

 

-¿Dime, eres acaso su hija la más pequeña? -Yugi inmediatamente comprendió que el padre de Atem lo estaba confundiendo con su hermana Tea, quien era unos meses más joven que él. Por lo que trato de aclarar el asunto.

 

-No mi señor, no lo soy.

 

-¿No? - Respondió extrañado- Si no eres su hija, ¿entoces que eres de él?- Fue ahí donde Yugi no supo cómo responderle- Recuerdo que también poseía otro hijo, un varón...  a menos que... -En ese momento el noble poso de nuevo sus impenetrables ojos en él. Yugi se vió algo acorralado, no supo si decirle abiertamente la verdad o tratar de inventar alguna otra cosa. Empezó a vacilar. La mirada del hombre lo estaba poniendo muy incómodo, haciendo que empezara a temblar. Sabía que mientras más se demoraba en darle una respuesta al noble, más se complicaba el explicarle la situación. Menos mal, Atem intervino al ver su propio nerviosismo.

 

-Suficientes preguntas por hoy padre, más tarde harás todas las que quieras.-Dijo, poniéndose entre su novio y su padre. Agarró su mano y la apreto con algo de fuerza, tratando de transmitir un poco de calma.

 

-Muy bien, por ahora lo dejaremos  así, ya después tendré el tiempo para conocer más a fondo a tu pareja, Atem.

 

-Pero bueno, vayan a divertirse. La noche es corta para que se la pasen todo el tiempo aquí, parados.-Dijo la mujer poniendo sus manos en los hombros de cada uno, invitando a los jovenes a que se fueran a la pista donde se encontraban las demás personas.

 

-Con su permiso, padres.

 

-Un placer conocerlos, esperemos volver a tener otro encuentro para poder hablar nuevamente. Con su permiso.-Dijo Yugi. Ambos jóvenes dieron una reverencia y se marcharon directo a la pista, perdiendose poco a poco entre la multitud de gente.

 

 

Tea se encontraba en una esquina recargada en la pared, sintiéndose abandonada al ver que ni su madre estaba junto a ella, pues la había dejado cuando las amigas de la condesa la arrastraron directamente a la pista. Suspiró con irritación.

 

Aburrida de permanecer en el mismo sitio, decidió entonces buscar a su hermano. Cuando lo diviso entre tanta gente ella intento acercarse, pero se detuvo al ver que se encontraba acompañado de Atem, ambos riendo y gozando de la fiesta.

Desde lejos podía ver lo felices que eran.

 

En ese momento, sintió que su presencia no la echarian en falta, bastaba con verlos divertirse juntos. Solo ellos dos y nadie más. Tampoco es que quisiese estar ahí en medio de ambos, sinceramente no deseaba ser inoportuna, por lo que decidió solo esta vez tratar de alejarse.

 

-¡Hey, Tea!-escuchó su nombre a lo lejos. Miro hacía donde la llamaban y observó a su hermano, corriendo hasta posicionarse justo a su lado.

 

-¿Yugi?

 

-Hermana. Ven con nosotros a divertirte.-A lo que la castaña alzó una ceja, un poco dudosa.-Vamos.-Y sin que le diera el tiempo suficiente para responder, tomó su mano y la guió hasta donde se encontraba Atem.

 

La orquesta comenzó a tocar una nueva melodía, y Atem le tendió la mano para invitar a la castaña a bailar esta pieza, la cuál ella inmediatamente le concedió encantada. Posó una mano delicadamente en su cintura y la otra en su hombro, de esa manera empezó con el vals.

 

Sintió un aleteo en su estómago cuando le toco, provocando que su cuerpo se tensara, y por ende, a que su cara se sonrojara. En ese instante, Tea alzo su rostro, observando los atrayentes y exóticos ojos de Atem. Eran intensamente rojos, como las rosas de ese mismo color. Terminado el vals, ambos se separaron y se dirigieron hacia donde estaba Yugi, iniciando una amena charla, y por primera vez en toda la noche, Tea sonrió.

 

Después de unos pocos minutos, los padres de Atem aparecieron a su lado.

 

-¿Se están divirtiendo?-Hablo la esposa del noble, atrayendo la atención de todos.

 

-Por supuesto.-Contestó Atem con amabilidad.

 

-Claro que sí, señora.-Le siguió Yugi.

 

-Felicidades por su día Señora, ha sido una fiesta estupenda.

 

-Muchas gracias. Pero disculpe señorita, ¿podría saber su nombre?

 

-Oh, perdone mis modales. Mi nombre es Tea y soy la hermana de Yugi. Es un placer conocerla.-se reverencio.

 

-El gusto es mío.-Correspondió, sonriendo con amabilidad.

 

-¿Así que usted es su hermana de la pareja de mi hijo? No se parecen mucho.-Dijo mirándola fijamente. -¿Su... pareja, dice?-Se quedó muy impresionada.  -Yo... no tenía idea.-De repente, una inexplicable ira creció en su interior- Vaya, es tan... Sorpresivo. Pues por lo normal mi hermano Yugi no suele ser muy comunicativo sobre su vida personal, él es muy reservado, ¿no es así, Yugi?-

 

-¿Cómo que su hermano? No comprendo señorita Tea-dijo el noble con confusión, pero su tono de voz también expresó enojo.

 

-Disculpe señor, pero debo irme, no me encuentro de todo bien. Ya hablaremos en otra ocasión, con su permiso.-Se reverencio y de inmediato se marchó, sin poder disimular una sibilina sonrisa.

 

La actitud de su media hermana lo dejo desconcertado. "¿Pero que diablos?" Se dijo así mismo. ¿Qué le pasaba a su hermana? Hace un rato se encontraba bien, incluso muy risueña, y de la nada su actitud se transformo, como si algo la hubiese molestado, y mucho. Preocupado por la joven decidió también retirarse. -Discúlpenme, pero yo también me retiro.-Se despidió de Atem y se fue apresurado, atravesando a la multitud de personas para tratar de alcanzar a la castaña.

 

Después de unos minutos buscándola, finalmente la halló. Estaba barada cerca de la enorme puerta de la entrada junto a su madre, con un brazo de ella alrededor de su cuello sirviendole de apoyo. Caminó hacia estar a su lado y ayudo a su hermana, poniendo el otro brazo de la condesa en su cuello. Al ver el estado de su madre supuso que se encontraba pasada de copas. Como pudieron, los dos caminaron y llevaron a su madre hasta el carruaje. Una vez dentro, se marcharon. Ninguno habló durante el trayecto a casa.

 

 

Cuando la castaña bajo apresurada del carruaje, Yugi trato de detenerla tomándola del brazo.

 

-Espera Tea, ¿pero que te...? -Sin dejarlo terminar la castaña se desprendió bruscamente de su mano.

 

-¡Suéltame, no quiero verte, déjame sola!-Y se fue corriendo hacia la entrada de su casa dejando a su hermano afuera en espera de su madre, quedándose muy desconcertado ante su comportamiento hacía este.

Notas finales:

Animetal : Gracias por la paciencia yo fui quien estuvo a cargo de este cap y espero continúen con esta maravillosa historia

Azalea: Como castigo lo subi tal como me lo entregaste 7-7 

Yami : Solo hablan de Atem aquí y halla creo que mi contrato decía solo Puzzleshipping las fans lo piden a gritos todos quieren a Yami

  Azalea : En especial a Animetal a ella se le va la baba por ti , si fuera por ella hace mucho te hubiera raptado , en fin espero les haya gustado el cap gracias Animetal por tu colaboración  Besos a todos      

 


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