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Tomando tu mano una vez mas por ANGEL DEL SOL

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Notas del capitulo:

Buenas noches a todos, ya que aqui ya son mas de las 12 de la mañana, pero no queria irme sin haber terminado de arreglar el primier capitulo. Espero les guste y dejen sus comentarios de que les parecio. 

UN AÑOA ATRAS.


Salíamos del entrenamiento y tome la mano de Kuroko para irnos juntos a casa como lo veníamos haciendo desde que nos hicimos novios hace 8 meses. Ya ambos éramos alumnos de segundo año y nos estábamos preparando para las competencias de invierno de basquetbol.Mientras caminábamos Kuroko no había dicho ninguna palabra. Es verdad que era callado pero por alguna razón este silencio no me gustaba.

 
- El entrenamiento fue muy pesado ¿verdad? –


Le pregunte intentando hacer algo de plática. Volteo a verlo y él solo naciente con la cabeza mientras continúa caminando con la mirada agachada.


-Crees que Kise ya se le haya declarado a su sempai.- Pregunto algo nuevamente para que la tensión del ambiente cambie. Pero sigo sin tener éxito.

Después de eso todo el camino fue un pesado silencio y yo caminaba despacio sin intención alguna de soltar la mano de Kuroko. Cuando llegamos a su casa el intento soltar mi mano sin mirar atrás para entrar a su casa, por lo que yo desesperado por su comportamiento lo jalo antes de que me suelte para que volteara a verme. Una vez que tuve sus ojos en mi le dije sin titubear. 


- Te amo, ok –

 Kuroko abrió sus ojos completamente sorprendido y un hermoso color rojo invadió sus mejillas. Yo sonreí ante su reacción, amaba verlo así. Siempre estaba todo el tiempo con su rostro indiferente, pero cuando oía de mí este tipo de palabras su rostro cambiaba por completo y me encantaba ser yo quien provocara esto. El agacho su mirada aun sonrojado para luego mirarme nuevamente con una hermosa sonrisa.


- Yo también te amo Kagami-kun.- Me dijo esto para después darme un beso de despedida en los labios. 


-Nos vemos mañana. Que descanses. – Camino a su casa y sentía que un pedazo de mi corazón se arrancaba de mi pecho cada vez que su mano comenzaba a soltar la mía.

Entro a su casa y yo camine a la mía. Al llegar le mande un mensaje a Kuroko como siempre lo hacía cada vez que lo llevaba a su casa. Me lo pidió la primera vez que nos hicimos novios, ya que decía que le daba miedo de que algo pudiera pasarme de regreso. Recibí rápidamente su respuesta y le escribí que ansiaba que ya sea mañana para estar con él y de igual manera el me respondió lo mismo. Amaba en verdad a ese hombre, no podía sabes cómo es que había podido vivir tantos años sin él antes, ya que ahora los minutos alejados de él se me hacían eternos.

Entre a mi cuarto a dejar mis cosas y tome ropa nueva para meterme a bañar. Al salir prepare la cena y me senté a ver un poco la televisión. Mientras la miraba llego a mí la situación que paso hoy. No era la primera vez que sucedía, Kuroko ya llevaba así más o menos una semana y yo tenía miedo de preguntarle que sucedía.

 Cansado de tanto pensar me dio sueño, así que apague el televisor y me fui a tirar a la cama. Me prometí a mí mismo que si Kuroko seguí así mañana, me aseguraría de preguntarle qué pasaba aunque tal vez lo que me dijera no me gustara. 

Al llegar el amanecer me levante, desayune y cambie rápidamente para ir a recoger a Kuroko. Cuando llegue a la casa, él salió rápidamente y me recibió con un beso y una hermosa sonrisa. Ya no nos importaba si sus padres nos miraban, ya que después de 2 meses de estarlo ocultando su madre nos descubrió una vez que estábamos en una cita. Ambos creímos que estarían en desacuerdo, pero por alguna extraña razón ninguno de los dos dijo nada. Fue todo lo contrario ambos estaban muy felices y aprobaron nuestra relación. Tanto a Kuroko como a mí se nos hizo extraño, pero no quisimos tomarle importancia a algo que no tenía sentido.

Caminamos tomados de la mano y de iguálenmela que el día de ayer todo paso en silencio. 
Cuando llegamos a la escuela en la entrada nos encontramos a Aida-sempai Kuroko soltó mi mano de forma brusca y corrió hacia ella dejándome estupefacto por lo sucedido. Cuando iba a ir a ver que platicaban Teppei-sempai me detuvo colgándose de mí.


-Buenos días Kagami.- Me dijo sonriente como siempre.


- Deja de colgarte de las personas Kiyoshi. - le dijo Hyuga-sempai que venía detrás de él, dándole un golpe en la rabadilla haciéndolo doblarse un poco.


-Deja de ser tan celoso Junpei, ya sabes que yo solo tengo ojos para ti.- le dijo Teppei-sempai mientras lo abrazaba como un koala a un árbol.

Pude ver como el rostro de sempai se tornaba rojo por el exceso de contacto físico en público, así que dando un fuerte grito.- Quien esta celoso.- acompañado por un fuerte golpe hacia el rostro de Teppei-sempai, Hyuga-sempai se fue al salón dejándolo tirado en el suelo tocando su mejilla. Esto pasaba todos los días desde hace 5 meses que comenzaron a salir juntos, no entendía como a esto se le llamaba amor, pero bueno.

Cuando el alboroto termino voltea a buscar a Kuroko y Aida-sempai pero no los encontré en ningún lado, por lo que decidí ir al salón. Cuando entre Kuroko aún no llegaba, así que me preocupe, quise ir a buscarlo pero al salir me topé con el profesor por lo que no me dejo abandonar el aula.

La primera clase termino y Kuroko aún no llegaba, decido salir a buscarlo pero mis intentos no tuvieron éxito. Cuando entre al salón me encontré con Kuroko sentado en su lugar como si nada hubiera pasado, corrí rápidamente hacia el para preguntar por qué había faltado, a lo que él solo me respondió.


- no te preocupes Kagami-kun solo no me sentía bien y estaba en el baño.-


¿Que no me preocupara?, ¿que no me preocupara? dijo. Que acaso esta idiota, es mi novio, la razón de mi existencia, la razón de que siguiera respirando, la persona a la que amaba más que mi propia vida y él quería que no me preocupara si había algo en lo que él estuviera en peligro. Quise decirle lo que pensaba pero en eso el maestro entro haciendo nos guardar silencio. Las clases transcurrieron hasta la hora del almuerzo, por razones del destino y mi mala suerte no pude hablar con Kuroko en todo la mañana, así que subí rápidamente a la azotea donde comíamos juntos siempre con la mentalidad de que preguntaría que sucede. Al abrir la puerta me encontré con un Kuroko tirado en el suelo, sentí como mi corazón se detenía y mi cabeza pensaba un sin número de cosas horribles. Corrí hasta su cuerpo y lo tome entre mis brazos mientras intentaba hacerlo reaccionar.


- que sucede Kagami-kun, déjame dormir.- 


Me dijo el maldito. Lance un suspiro de alivio al saber que solo dormía y me senté a su lado recostando su cabeza en mi pierna.


-Si lo que quieres es dormir dime tonto, no me hagas preocupas de esta manera.- le dije tapándolo con mi chaqueta.

Me quede venido a Kuroko dormir durante toda la hora del almuerzo y al sonar el timbre lo desperté para irnos al salón. Cuando íbamos bajando las escaleras Kuroko por delante de mí al fin hice la pregunta que quería hacerle desde la mañana.

- ¿hay algo que quieras decirme?- Kuroko giro a verme a los ojos y me respondió.


-De que hablas Kagami-kun.- Yo fruncí el ceño ante su respuesta indiferente y hable.


-Últimamente te has estado comportando un poco extraño y aún más  extraño es que te la pases mucho tiempo con Aida-sempai.-

 Kuroko bajo la mirada ante mis palabas y comenzó a jugar con sus dedos. Pude notar como se ponía nervioso y sus mejillas se tornaban un poco pálidas.


- Tienes razón hay algo que debo decirte, pero por más que lo pienso no encuentro las palabras correctas para decirlo.-  termino de hablar aun con la cabeza agachada y jugando con sus dedos. Yo di un gran suspiro de rendición y me acerque a él para abrazarlo.


- Pase lo que pase y sea lo que sea, solo recuerda que te amo y estaré contigo en todo.- Kuroko escondió su rostro en mi pecho y me abrazo mientras comenzaba a llorar.


-Gracias Kagami-kun, yo también te amo, te amo mucho.- Era verdad lo que me decía, en ningún momento pensé que sus palabras eran mentira. Por lo que estaba seguro que sus intenciones no eran dejarme, tal vez se trataba de un problema de su familia o algo en él que aún no estaba preparado para decirme, por lo que yo esperaría el tiempo que el necesitará para explicármelo.

Sin entender que paso Kuroko me separo de él con fuerza y rapidez, comenzando a bajar los escalones rápidamente. Yo asustado por su reacción corrí de tras de él hasta que lo vi entrar al baño. Cuando entre pude escuchar como Kuroko vomitaba, abrí la puerta del cubículo donde estaba y lo vi con su cara pegada en el excusado. Comencé a darle palmadas en su espalda en un intento de ayudarle a sentirse mejor.  Cuando termino le bajo a la palanca y se limpió con la
manga de su camisa los restos de vomito que quedaron en sus labios.


-Lo siento creo que lo que comí no me callo bien.- me dijo mientras caminaba hacia el lavabo para limpiarse la boca.


-¿Estás seguro que solo es eso?- le pregunte de forma angustiante.

 

Él se terminó de limpiar y con una amplia y hermosa sonrisa me contesto.


-Si Kagami-kun, no te preocupes es solo por la comida. Anda vamos al salón que si no te van a regañar por llegar tarde.- me tomo de la mano y salimos del baño.

 En eso tenía razón debido a su baja presencia los profesores no se percataban si llegaba tarde, pero yo, era un blanco fácil para identificar. Caminamos en silencio hasta el salón y nos sentamos en nuestro lugar sin problema ya que el maestro aun no había llegado. Kuroko recostó su cabeza en sus brazos y nuevamente se quedó dormido. En verdad esto no me estaba gustando nada. Kuroko se miraba más pálido que de costumbre, se cansaba más rápido en los entrenamientos y todo el tiempo tenía sueño, aunque lo del vómito era nuevo. Conforme las clases avanzaban sentía como mi pecho dolía. Y si Kuroko estaba enfermo de algo grave y no me quería decir, pende angustiado.

 
Las clases terminaron y desperté a Kuroko quien durmió durante todas las clases. Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos al entrenamiento. Cuando llegamos al gimnasio Aida-sempai corrió hacia Kuroko y le pregunto preocupada.


-¿Estas bien?, escuche que vomitaste, ¿si vas a poder entrenar?- Kuroko solo le sonrió y asentido con la cabeza.

Desde que comenzamos a salir Kuroko se hacía cada vez más expresivo, lo mirábamos sonreí más de lo habitual o sea nunca y hablaba más también. 

 El hecho de que Aida-sempai le preguntara que si podía entrenar me dejaba aún más preocupado. Ya que ella no era nada amable con nosotros así estuviéramos muriendo. Un momento, muriendo… muriendo... esa palabra retumbaba en mi cabeza, gire a ver a Kuroko que estaba estirando con Kouki y mis ojos no se pudieron apartar de su rostro. Morir… Kuroko morir… Sin saber comencé a caminar a paso valor hacia él y lo abrace de forma posesiva frente a todos. Todos se quedaron sorprendido hasta Kuroko que me correspondió el abrazo y me pregunto preocupado. 


-¿Sucede algo Kagami-kun?, ¿te sientes mal?- yo inunde mi cabeza en su cuello y aspire su aroma. Vainilla como siempre.

 -No pasa nada solo quería oler tu aroma- Kuroko soltó una pequeña risa mientras me daba palmadas en la espalda.

De pronto sentí un fuerte golpe en la cabeza con un balón y yo volta cabreado a ver quién había sido. En mi búsqueda me encontré con la mirada de la entrenadora arder y con otro balón en su mano.

-Kagami déjate de estupideces y ponte a entrenar o te trapicare el entrenamiento.- me dijo hecha una fiera.

Me dio un escalofrío ante solo pensarlo y Kuroko lo percibió puesto que me tomo de la mano y me sonrió diciendo.


-Anda vamos a entrenar antes de que nos deje sin poder caminar- yo le correspondí la sonrisa y bese su mano para después soltarla e irme a correr.

Todos corrimos 10 vueltas de calentamiento para después seguir con los ejercicios. Ya íbamos a medio entrenamiento cuando voltea a ver a Kuroko y percibí que sudaba más de lo normal. La entrenadora parece que también lo tono puesto que se acercó a él diciéndole algo que por la lejanía que me encontraba no lograba escuchar, pero Kuroko solo negó con la cabeza y alejo la mano que puso la entrenadora en su hombro.  Camine hacia él para ver que había pasado con la mirada en los balones para que no me golpean cuando el grito de la entrenadora me asusto.


-Alguien agarre a Kuroko.-

 
Mi mirada giro en dirección a donde se supone camino Kuroko y vi cómo se cuerpo se balanceaba. Corrí lo más rápido que me daban mis piernas pero un poco antes de poder atrápalo él se desplomo lejos de mí. Mis ojos se fijaron en como caí sin yo poder alcanzarlo y apreté los dientes desfigurado un poco mi rostro por la rabia de no alcanzarlo. Antes de que lograra tocar el piso Kouki se deslizo frente de él haciendo que Kuroko callera sobre él.


-Lo tengo- grito Kouki con una sonrisa victoriosa.

 Aida-sempai y yo llegamos hasta donde estaba Kuroko y yo lo tome entre mis bazos. Quería llevarlo a la banca como lo hacía siempre que se exigía de más cuando Aida-sempai me grito.


-Bakagami llévalo a la enfermería- yo volta y lo vi con cara de ¿qué? A lo que ella corrió hacia mí jalándome fuera del gimnasio. 


-No hay tiempo que perder hay que ir a la enfermería.- Me dijo nuevamente mientras camina vamos hacia haya.


Yo no entendía que pasaba puesto que esto le sucedía siempre a Kuroko y solo después de descansar un rato se componía. Pero debido al semblante en el rostro de Aida-sempai la seguí. Cuando llegamos a la enfermería deje a Kuroko en la cama y Aida-sempai me comenzó a sacar del cuarto diciendo que ella se encargaría y que podía venir una vez que terminara el entrenamiento. Cerró la puerta frente a mis narices y se quedaron Aida sempai y la enfermera en la habitación. Yo sin comprender que pasaba decidí hacerle caso puesto que no quería hacer enojar a la entrenadora.

 
Cuando el entrenamiento término todos nos sorprendimos por que no había señal de Aida-sempai, así que todos se fueron a bañar mientras yo corrí a la enfermería preocupado. Cuando llegue e iba abrir la puerta lo que escucharon mis oídos fue como un disparo directo al corazón.


- Ya le dijiste a Bakagami de tu estado – Era la voz de Aida-sempai.


- No. No sé cómo decirle. Tengo miedo de que cuando se entera no me comprenda y me deje. No sabría que hacer si el me dejara.-respondió Kuroko llorando. 


Estado... dejar... miedo... mi mente comenzó a conjeturar todo. Se cansa más de lo normal, tiene sueño todo el tiempo y vomita cada vez que come. Mi razonamiento solo llego a algo extremo. No... no... no… Kuroko no podía morir... morir y dejarme. Sin saber lágrimas comenzaron a invadir mis ojos y abrí de golpe la puerta encontrándome aun Kuroko llorando sorprendido en la cama.


-Kagami-kun.- fue lo único que dijo Kuroko al verme.

Notas finales:

Muchas gracias por leerlo hasta el final y si les gusto, los espero en el siguiente capitulo. 


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