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Magical Dimension por isabellag203

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Notas del capitulo:

Holiss, He regresado!! he vuelto de entre los muertos... ok no xD pero si les traigo un nuevo capitulo, espero que lo disfruten :)

Disclamer: Knb ni HP me pertenecen.

Magical Dimension.

 

Chapter 6: Quidditch and the mysterious Akashi.

-Que bien- comentó el menor de los Weasley, con toda la  emoción que podía reunir a las siete de la mañana al mirar una hoja que tenia en sus manos.

-¿Qué cosa?- la chica castaña delante de él levantó la cabeza del profeta para mirarlo con curiosidad.

-No tenemos clases hasta dentro de una hora.

Hermione frunció el ceño- Por favor Ron, ¿Qué tiene de emocionante eso?

 El de pecas rodó los ojos -No todos somos adictos al estudio como tú; ¿Cierto Harry?

El chico en cuestión si bien se encontraba allí, justo al lado de ellos comiendo, su mente no; esta se encontraba muy lejos, específicamente en el momento de su duelo contra el slytherin, Akashi Seijuurou.

Había intentado olvidarse de ese encuentro con todas sus fuerzas, pero algo se lo impedía, sabia  que tenia que ver con el ojo izquierdo del chico; Harry habría querido creer que lo que vio fue un  producto de su paranoica imaginación; que su mente había quedado afectada por la guerra y que por eso se imaginaba cosas que no son, o tal vez simplemente era efecto de la luz.

El de lentes quería un año tranquilo por una vez en su vida, y si se ponía a averiguar sobre el slytherin sentía que no lo iba a conseguir.

Pero también, es cierto que desde ese día no había podido dejar de pensar en ello y en verdad su vena curiosa solo aumentaba conforme el paso del tiempo, eso no era muy bueno ya que siempre sus sospechas se terminaban haciendo realidad. Todavía no les había contado a sus amigos sobre lo que vio, pero se conocía lo suficiente como para saber que no se contendría por mucho más tiempo.

-…Si… genial-respondió finalmente.

Los gryffindors se miraron entre ellos con preocupación, no sabían lo que estaba mal con el moreno pero no eran tontos, algo tenía que ver con el slyhterin que le tocó batirse en duelo hace unos días.

-¿Harry que te ocurre últimamente?- cuestionó la chica suavemente, tratando de no presionarlo mucho.

-¿Por qué lo preguntas?-cuestionó haciéndose el tonto.

-Amigo, has actuado algo raro desde que perdiste con esa serpiente… ¿Esta todo bien?- preguntó Ronald con cautela.

Harry se lo pensó antes de responder… ¿De verdad valía la pena hablarles de ello?, ¿Era tan importante?, Aunque sabía que ellos le creerían.

-La verdad es que no, y si, tiene que ver con el duelo- se apresuró a contestar al ver que su mejor amigo abría la boca.

-¿Qué ocurrió exactamente?- Granger pidió explicaciones; allí el chico les dijo como fue su duelo con Akashi, sin omitir detalles, los dos se mostraron altamente sorprendidos.

-Tal vez hizo trampa- sugirió el de pecas a falta de una buena explicación.

-Me parece que no fue eso- contestó Potter. -¿Y en que le ayudaría su ojo izquierdo para ganar el duelo?

El pelirrojo se encogió de hombros.

-No, tal vez hizo un hechizo no verbal… pero la verdad es que no conozco un ninguno que haga brillar su ojo de esa manera- dijo muy pensativa Hermione, para después agregar- Creo que es mejor vigilarlo.

Los chicos intercambiaron algunas miradas preguntándose en silencio lo que quería decir la castaña.

-Me refiero a que no es solo su ojo lo que te intriga Harry; al menos eso es lo que diste a entender.

El de lentes se quedó pensativo, la verdad es que su amiga tenia razón, no podía explicarlo pero algo en el aura del chico se le hacia demasiado intrigante, tampoco podía explicar exactamente el qué, era una corazonada.

-Bien, esta hecho- el chico Weasley estaba entusiasmado, llegando a Hogwarts y ya tenían algo de acción.

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Mientras tanto en el gran comedor, se encontraban en la mesa de Ravenclaw un par de chicos conversando entre ellos mientras degustaban sus exquisitos desayunos. Bueno, si “conversando” se trataba de una sola persona hablando

-Me alegro tanto de que me invitaras a comer a tu mesa Shin-chan- comentó el chico con una sonrisa en su rostro mientras tomaba su jugo de calabaza.

-Yo no te invité, tú te auto-invitaste solo Takao- contestó el de lentes mirándolo de reojo.

-Ya pero, ¿Qué tiene que comamos juntos?, además somos los únicos que tenemos clase ahora- volteó a ver a su amigo para responderle con un simple “Huhm” y seguir comiendo su cereal.

Kazunari suspiró; últimamente no sabía que le ocurría a su mejor amigo, era extraño que no le respondiera, así que sea que le llamara “Bakao” o le regañara. No tenía ni la más remota idea de que era lo que le ocurría, solo sabia que se estaba tomando sus reservas con él; algo le ocultaba, pero iba averiguar el que, como que tenía el ojo de halcón.

-¿Y… como crees que será el profesor de adivinación?, ¿Sera mejor que Oho-Asa?

-¡Claro que Oha-Asa es mejor nanodayo!- replicó el de lentes tan alto que los estudiantes que se encontraban más cerca se le quedaron mirando con extrañeza, avergonzado volvió a centrarse en su desayuno.

-Solo lo dices porque es tu madre- dijo con una sonrisa divertida.

-Ya te he dicho que no es mi madre Bakao- el tono de exasperación en la voz en Midorima era notable; estaba mas que claro que al hufflepuff le encantaba molestarlo hasta límites insospechados- Ya termina para que nos podamos ir de una vez a clase.

- Todavía queda mucho tiempo para que adivinación comience- respondió el de ojos grises totalmente despreocupado.

- Tenemos que encontrar el aula de clase.

-Oh, buen punto- apresuró el paso para comer y en menos de cinco minutos Takao terminó con lo que había en su plato y juntos se dirigieron al aula de adivinación, no sin antes pedir indicaciones.

-Oye Shin-chan ¿Cómo crees que será la clase de adivinación?

-¿Y como quieres que lo sepa?- alzó una ceja a lo que su compañero se encogió de hombros.

-Yo solo espero que no nos manden a leer las hojas de té,  las palmas, y ver nuestro futuro en una bola de cristal o algo así.

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-Este año queridos repasaremos el valioso arte de leer el futuro con las hojas de té, las palmas de las manos y la bola de cristal…

-Eh… creo que no debí haber hablado- comentó Takao por lo debajo a su amigo; definitivamente la suerte no estaba de su parte ese día, lo cual era un tanto irónico si se lo pensaba detenidamente, porque no creía en esos brujos ni videntes que decían ver el futuro, no tenia problemas con ellos, solo que simplemente no confiaba; la única que se había ganado todo su respeto era Oho-Asa; ¡Esa mujer si sabia de lo que hablaba!

Sin embargo no podía juzgar a la profesora de buenas a primeras, así que solo escucharía la clase. ¿Qué tan mala puede ser?

Una hora después.

-Y eso es todo por hoy mis alumnos, no olviden traerme el trabajo que les pedí para la semana que viene- con eso los alumnos comenzaron a recoger sus cosas para retirarse del aula, lo más rápido de ser posible y alejarse de la loca que tenían por profesora.

Takao se cuestionaba el hecho de haber escogido aquella clase. ¿En que estaba pensando en aquel momento?, porque la profesora más chalada no podía estar, y eso que había conocido a personas faltas de un tornillo en este mundo, pero esto ya era demasiado.

Era pasarse de los límites el decir a más de cuatro personas, solo en esa hora de clase, que iban a sufrir la peor de las muertes, pero no conforme con eso la profesora va y le dice a él… ¡A él! que tuviera mucho cuidado porque ese año alguien iba a tentar contra su vida… ¿¡Él!?

¿¡Es que cada año esta profesora se inventaba algo horrible para el futuro de sus alumnos!?, además nadie se creería que existiera un ser humano tan horrible y perverso para querer hacerle el mas mínimo daño a una persona tan maravillosa y genial como lo era Takao Kazunari.

Soltó un suspiro quedo mientras se ponía a recoger sus cosas, volvía a su pregunta anterior ¿Por qué se había metido en esa clase?

Dirigió la mirada a su lado, a la razón de su entrada a la clase de adivinación, era alto, más de 1:80 m, de cabellos verdes como espinaca, de gafas cuadradas que resguardaban sus ojos color esmeralda, actitud un tanto seria y tsundere, ese a quien llamaba su mejor amigo.

Un cambio de actitud y una gran sonrisa se posaron en el rostro del hufflepuff.

-¿Shin-chan hacemos la tarea después de clases?

El más alto lo observó por un momento antes de desviar la mirada y responder.

-… Supongo.

-Genial- dijo el moreno para tirar de la mano de su acompañante e instarlo a ir más rápido a su siguiente destino, el aula de transformaciones.

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Ya eran aproximadamente las 8:00 de la mañana, hora de la clase de transformaciones con la directora McGonagall como principal y única profesora en la materia.

Y como era de esperarse de ella, también transformaciones formaba parte de las clases obligatorias  a las cuales los japoneses tenían que asistir. Pero no todo era malo, justo cuando la clase estaba a punto de comenzar la directora fue llamada, dejando a los alumnos libres de hacer lo que quieran mientras no salieran del aula.

Viendo que no podían hacer mucho, casi todos los alumnos se pusieron a hablar entre ellos.

-Ya te lo digo yo Tetsu, esta escuela nos quiere matar de cansancio, solo llevamos tres días y ya estamos al borde con las tareas.

La sombra de Seirin, ahora de Griffindor, solo negó con la cabeza.

-Creo que exageras un poco Aomine-kun, además tú eres el que menos de nosotros tiene clases.

-Si pero pareciera que quisieran compensarlo poniendo tarea hasta para navidad-  habló el Slytherin enfurruñado en su asiento.

Tetsuya negó una vez más, su amigo nunca cambiaria, ni porque hayan terminado en otra dimensión. Decidió que un cambio de tema no vendría mal.

-Por lo menos con las pruebas de quiddicth tienes otra cosa en que pensar además de las tareas.

-¿Pruebas de quiddicth?- cuestionó el moreno por primera vez interesado en la conversación.

-Si, lo publicaron en el tablón de anuncios de Griffindor esta mañana- hizo una pausa para preguntar- ¿No has visto el tablón de anuncios de tu casa?

Aomine alzó una ceja con altanería-¿Crees enserio que perdería mi tiempo leyendo un estúpido tablón de anuncios?

-¿…Ni siquiera sabias que tenían uno verdad?

-…No- admitió bajando la mirada.

-Deberías de leerlo, así sabrás cuales son los días que harán las pruebas de quiddicth en tu casa- sugirió el fantasma.

-Tal vez lo haga, después de todo es lo único interesante de aquí.

Kuroko observó su entorno, todavía no llegaba la profesora, los alumnos aprovecharon para conversar en voz alta, o hasta gritar como hacía felizmente Hayama al fondo del aula; se le podía ver riendo a carcajada limpia por algo que habrá dicho Miyaji a su lado; aunque este mantenía una expresión de querer matar en cualquier momento al menor. Oh bueno, tal vez solo era su imaginación.

Luego miró al frente y vio a su otro mejor amigo que conversaba animadamente con su hermano no biológico.

Mientras los mencionados tenían una conversación muy similar a la de hace un momento.

-Enserio Tatsuya, ¿Cómo terminaremos dos informes de más de 50cm para el viernes?- ni siquiera esperó la respuesta del slytherin y siguió con su monólogo- ¡Es imposible!, esos profesores nos quieren hacer la vida imposible.

Tatsuya negó divertido, a veces su hermano se ponía en plan exagerado y eso le causaba una gracia infinita.

-La idea era comenzar con esa tarea el mismo día.

-Si pero, ¿Y si no querías hacer todo el informe?

Himuro se colocó el dedo en la barbilla.

-Pues lo podrías haber hecho por partes, de hecho, yo todavía no he terminado el de defensa contra las artes oscuras.

-¡Pero el informe de defensa es para el viernes!, el de encantamientos si es para mañana- suspiró el tigre derrotado, parece que tendrá que pasar todo la tarde en la biblioteca.

-Si quieres te puedo ayudar con ello Taiga- ofreció el moreno al ver el aura deprimida de su hermano.

-¿Enserio?, eso seria de gran ayuda, gracias Tatsuya- el mencionado asintió, pero se preguntó porqué el pelirrojo parecía seguir triste.

-Esperaba poder entrenar un poco para prepararme con Kuroko y los demás para las pruebas de quiddicth…

-¿Pruebas de quiddicth?- cuestionó interrumpiendo el lamento del gryffindor.

-¿Eh?, ah si, eso es lo que decía en el tablón de anuncios de nuestra casa.

-Ya veo, ¿Y cuando son sus pruebas?

-El viernes de la semana que viene- contestó el pelirrojo un tanto afligido, era natural, después de todo eran prácticamente recién llegados y no eran tan buenos en el deporte mágico por ser tan diferente al basket.

-Debería de revisar el tablón de anuncios de mi casa entonces, tal vez ya hayan puesto las fechas de nuestras pruebas.

Kagami asintió ya más entusiasmado ante la idea.

-Si, así podre jugar contra ti- ambos se miraron desafiadamente por un momento antes de que el pelirrojo volviera con sus quejas sobre las excesivas tareas que les mandaba los profesores; Himuro lo escuchaba con paciencia mientras miraba a su alrededor; se encontró en su campo de visión a una cabellera morada muy familiar, este comía dulces sin parar como si no le importara, que probablemente no lo hacia, que la profesora/directora llegara en cualquier momento y lo viera comiendo en el aula, cuando se supone que estaba totalmente prohibido. Esa persona no podía ser otro que el reciente miembro de los tejones, Murasakibara Atsushi.

Tatsuya no tenia idea del porqué últimamente sus ojos grises aterrizaban en el hufflepuff de dos metros, era como algo magnético y no es que le desagradara precisamente, mas bien sentía una emoción parecida a la de jugar en un partido, era difícil de explicar, pero ya lo averiguaría, aunque ya tuviera una idea de que era lo que le ocurría con el de cabellos morados.

No le dio tiempo de pensar más en el tema puesto que en ese momento la directora abrió la puerta del aula haciendo acto de presencia y comenzando así la clase.

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-Para la siguiente clase quiero un pergamino de lo visto hoy, pueden irse- con eso los alumnos empezaron a salir apresurados del aula, con Kagami y Himuro, el primero iba recogiendo mas apresuradamente sus cosas que el otro.

-¿Tienes clases ahora Taiga?- cuestionó el moreno viéndolo con curiosidad.

-Si, tengo herbología

-Oh, ¿Entonces nos vemos después del almuerzo en la biblioteca?- el pelirrojo asintió con una sonrisa y salió del aula.

Himuro terminó de organizar sus libros y salió tranquilamente, como no tenia mucho que hacer hasta la hora del almuerzo decidió ir hasta su sala común a terminar su reporte de defensa. Mientras iba caminando de repente siente un peso extra en sus hombros, cuando se voltea extrañado se encuentra de lleno con la cara sonriente de Hayama.

-¡Hola Himuro!

-Eh… hola Kotarou- todavía le costaba acostumbrarse a la efusividad del rubio.

-Tío, ¿Ibas a la sala común?- cuestionó ladeando la cabeza mientras seguían caminando.

-Si, de hecho…

-Hey- de repente la voz profunda y perezosa de Aomine interrumpe al slytherin, mientras este se colocaba a un lado para caminar a la par de ellos.

-¡Aomine!, ¿También vas a la sala común?

El de piel morena se encogió de hombros- Supongo, igual tengo que ver algo allí.

-¡Entonces vamos!-exclamó Kotarou, sin embargo los otros chicos siguieron caminando dejándolo un poco atrás-Eh… ¡No me dejen!

-Entonces apúrate… cielos- se revolvió el cabello el más alto mientras el slytherin se ponía al día con sus compañeros.

-Parece que todos vamos al mismo sitio- dijo una voz a la derecha del grupo.

-¡Akashi!- efectivamente era el pelirrojo que faltaba; los cuatro llegaron a las mazmorras y en unos segundos ya estaban al frente de la estatua de Salazar Slytherin.

-¡Yo lo quiero decir esta vez! ¿Puedo?- Hayama los miró con ojos de cachorro para convencerlos; Aomine no le importaba en lo mas mínimo, así que solo se encogió de hombros; Akashi respondió afirmativamente y Himuro murmuró un “¿Por qué no?”

Se aclaró la garganta como si estuviera a punto de cantar un solo- Verde y plata- con eso la estatua que custodiaba la entrada de la sala común se hizo a un lado, permitiéndoles el paso.

Al llegar se encontraron de lleno con el increíble mueble de terciopelo verde esmeralda que estaba al frente de la elegante chimenea, todos tomaron asiento menos Aomine quien buscaba algo con la mirada en el tablón de anuncios.

Sus amigos lo miraron extrañados pero ninguno dijo nada, eso hasta que Kotarou no pudiera resistir las ganas de preguntar.

-Aomine… ¿Qué estas buscando?

El moreno abandono la búsqueda un momento para voltearse y responder-Tetsu me dijo que en su sala común publicaron los días para las pruebas de quiddicth…

-Ah si, Taiga me dijo lo mismo- interrumpió Himuro.

-Atsushi también lo mencionó- dijo Akashi.

-¡Eso es genial!, ¿Entonces cuando son nuestras pruebas?- el más alto volvió su atención a la pizarra y respondió de inmediato.

-No lo sé, aquí no hay nada que diga de las pruebas- los demás se miraron las caras; Himuro fue al lado de Aomine para comprobarlo él mismo.

-Mmm, es cierto, de hecho el tablón de anuncios esta completamente vacío.

-Probablemente lo coloquen hoy, solo tenemos que esperar - aconsejó el pelirrojo del grupo.

-Si, tienes razón- como siempre Himuro es el positivo.

-Bah, solo quiero que lo digan de una vez- dijo el impaciente moreno.

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Ya en la mañana del día siguiente, después de pasar por la terrible odisea de despertar a Aomine, los cuatro slytherins se reunieron en su sala común antes de la hora del desayuno.

-¿Por qué no nos vamos de una vez al Gran comedor?- cuestionó Hayama reprimiendo un bostezo.

-¿No recuerdas?- miró a Himuro sin entender- Quedamos en ver primero el tablón de anuncios antes de ir a desayunar.

-Pues no está- habló por primera vez Aomine.

-¿Cómo?

-Eso, sigue tan vacío como ayer- informó con expresión de aburrimiento.

-¿Qué hacemos?-cuestionó el más bajo del grupo viendo a sus amigos, sobretodo a Akashi quien estaba muy impasible desde que despertó.

En ese momento pasaba por la sala común un chico de piel oscura, de cabellos negros y ojos oscuros, de casi la misma altura que el as de Tougo. Enseguida a los nuevos se les hizo conocido, el chico estaba en su mismo año y por ende compartían varias clases.

Antes que atravesara la sala común Aomine lo paró en seco.

-Oye, ¿Sabes cuando colocaran los días que harán las pruebas de quiddicth?- cuestionó señalando el tablón de anuncios para hacer mayor énfasis, el chico se quedó mirándolo fijamente antes de negar.

- Slytherin ya no tendrá quiddicth.

Miles de preguntas pasaron por la mente de los estudiantes de intercambio, incluso Akashi se veía algo descolocado, pero antes de que pudieran pedir explicaciones al slytherin este había aprovechó su confusión para irse y ahorrarse las explicaciones.

-Bien… eso no me lo esperaba- comentó el de cabellos negros dejando ver su creciente sorpresa.

-¿Enserio no podremos jugar quidditch?- preguntó Hayama disminuyendo considerablemente su tono habitual de voz.

-A menos que ese chico nos haya mentido para tomarnos el pelo- razonó Aomine viendo por dónde se fue el slytherin.

-No creo que…

-No estaba mintiéndonos- habló por primera vez Akashi desde que llevaba allí.

-¿Pero porque solo a Slytherin?

-No se, pero todo el mundo parece tener algo en contra de esta casa- comentó el moreno desordenándose sus cabellos azules.

Los cuatro se quedaron en silencio, eso era cierto, desde su selección a la casa de las serpientes han notado cierto desprecio hacia ellos, como si hubieran hecho algo realmente malo, ¿Pero que podrían haber hecho si solo llevaban allí tres días de clases?, prácticamente no los conocían de nada.

-No puedo decir que no lo he notado- el primero en confesarse fue el de Yosen.

-Es imposible no notarlo, tendrías que ser…

-Yo no lo había  notado- dijo Hayama señalándose a si mismo.

-Serás…

-De seguro que es porque pasas mucho tiempo en tu propio mundo Kotarou- dijo Himuro antes de que Aomine le diera tiempo de decir algunas de las suyas.

-¿Entonces nos quedaremos sin jugar quidditch?

-No se preocupen, arreglaré este asunto- les aseguró Akashi como quien diría, con una determinación de hierro.

-¿Puedo preguntar cómo?- en ese momento Tatsuya parecía un niño, alzando la mano para preguntar.

-Iré a hablar con el profesor Slughorn después de clases y le diré de nuestro problema- explicó cruzándose de brazos.

-Ya veo, como es nuestro jefe de casa a lo mejor puede hacer algo- el pelirrojo asintió en respuesta.

-¡Si! ¡Podremos jugar!- alzó Hayama su puño en señal de victoria.

-Entonces Akashi lo arreglará, caso cerrado, vayamos a comer.

Y sin esperar respuesta Aomine se dirigió a la salida con los demás siguiéndole los talones.

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 -Bueno eso fue todo por hoy, no olviden dejarme sus trabajos en el escritorio antes de irse, pueden retirarse- así fue como los alumnos salieron de aula de pociones, no sin antes hacer lo dicho por el profesor.

Slughoun se sentó en su escritorio tranquilamente mientras observaba por encima algunos de los trabajos de sus alumnos, eso hasta que sintió una fuerte presencia delante de él. El anciano levantó la cabeza y se sorprendió un poco al encontrarse con uno de los estudiantes de intercambio.

-Oh, Señor Akashi ¿Qué puedo hacer por usted? ¿Algo que no entendió de clase?

-No verá, mis amigos y yo tenemos un problema en nuestra casa y pensamos que usted podría ayudar a resolverlo- el profesor inmediatamente arqueó una ceja interesado.

-¿Y cual podría ser?- el profesor invitó al pelirrojo a sentarse en el puesto que estaba al frente de su escritorio.

-Al parecer Slytherin no tiene derecho de jugar al quiddicth y me pregunto el porqué de esto, y por su puesto si hay alguna manera de cambiarlo- dijo taladrando con la mirada al profesor de pociones, este se puso repentinamente nervioso, Akashi hizo nota mental de aquello.

-Bueno… la verdad es que nadie le ha prohibido a Slytherin jugar al quiddicth…

-¿Entonces por que no hay pruebas en nuestra casa como en todas las demás?- contraatacó el menor con una ceja alzada poniendo cada vez más nervioso al profesor.

- Los actuales jugadores son los que no quieren que haya quiddicth; hace dos días el capitán vino a mi oficina para notificármelo.

Akashi se quedó en silencio por unos momentos antes de cuestionar-¿Hay alguna posibilidad de crear un nuevo equipo de quidditch?

-Uhm… si, solo tienen que entregarme un pergamino con los nombres de los jugadores… ah y la autorización del capitán y el vice-capitán.

-¿Y como se llaman?

-… Draco Malfoy y Blaise Zabini- el profesor tuvo algo en decir dichos nombres, el pelirrojo se pregunto porqué.

-Ya veo, ¿hay alguna fecha límite para entregarle el pergamino?- el anciano pareció pensárselo.

-Realmente no… pero seria más fácil si me lo entregaran esta misma semana, para que así puedan hacer las pruebas de quidditch la semana que viene junto con las demás casas- el menor asintió.

-Tendrá ese pergamino mañana mismo- aseguró el más bajo y el profesor lo despidió.

Bien, ahora sabia que podían jugar y por supuesto que conocía de algo la situación en la que se encontraban Slytherin en esos momentos, aunque poco importaba su opinión de todo eso, uno porque todavía no conocía la historia completa, y dos, tenia que decirle a sus compañeros y después tendrían juntos que ir a hablar con Draco Malfoy y Blaise Zabini.

Con esa idea se fue a su siguiente clase.

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Mientras tanto en la clase de aritmética, Mayuzumi Chihiro se aburría como una ostra, y eso que solo llevaba unos diez minutos de clase; en serio ¿Por qué tenia la desdicha de escoger las clases más aburridas?; primero era  historia de magia, en el que era más fácil seguir la clase por medio del libro que prestarle atención al profesor; y ahora esto. La profesora se encontraba explicando alguna cosa y él ni siquiera fingía que la escuchaba, daba igual si no lo iba a notar, ventajas de su misdirection.

De repente llegó Akashi a la clase; eso era realmente raro, ¿Akashi Seijuurou llegando tarde a una clase?, Así solo sean escasos diez minutos era incluso una locura pensar algo así del “Señor Absoluto, me arrancaré los ojos si llego a perder”; vale, exageraba, sabia bien que el pelirrojo había cambiado en ese partido contra Seirin, pero aun así todavía le resultaba algo raro.

Bueno, con esto quedaba bien claro de que no tenía vida social y lo único interesante que le podía parecer era la tardanza de su capitán.

La verdad no es que a Mayuzumi le gustaban mucho las matemáticas, que es básicamente lo que trataba esa clase, pero si debía admitir que era una buena forma de dejar de pensar en lo miserable ser que era por no haberse traído alguna novela ligera, sobretodo las que tenia en un atril de su cuarto; esas de edición limitada de su querida Ringo-tan. La vida era algo muy cruel.

-Bueno alumnos, quiero que resuelvan esta serie de ejercicios utilizando el método que les acabo de enseñar, pero háganlo en parejas para que les sea más fácil.

Chihiro hizo una mueca, a él no le importaba trabajar solo, de hecho, a lo largo de su vida a comprobado de que es mil veces mejor que hacerlo con alguien a quien no soportas o en todo caso no conoces y no tienes ni idea de cómo trabaja.

-¿Te parece hacer los primeros cien ejercicios y yo hago la otra mitad?- preguntó el chico al lado de Mayuzumi, en tono bajo pero perfectamente entendible notándose también que era cuidadoso al hablar.

-Esta bien- y con eso comenzaron a trabajar cada uno concentrados en su parte del trabajo.

Casi, Chihiro giró un poco sus ojos grises para ver de reojo a su compañero de banco; era el mismo con el que se había sentado en defensa hace algunos días. No se sabia su nombre aunque estaba seguro de haberlo escuchado; parecía un tanto cauteloso, queriendo pasar lo más desapercibido posible. Suspiró pesadamente y volvió a su parte de ejercicios, de nada le servía pensar en eso ahora, no cuando tenía cien problemas que resolver.

Sin darse cuenta pasó la media hora restante de clase en un abrir y cerrar de ojos; la profesora, al ver que ninguna pareja pudo completar sus interminables ejercicios, lo dejó como tarea para entregarlo la próxima semana.

En ese momento Mayuzumi se encontraba recogiendo sus útiles ya para salir; sabia bien que tenia que hacer el trabajo con el chico que tenia al lado pero simplemente no podía ir a preguntarle cuando se reunirían para terminar los dichosos ejercicios de aritmética, es decir, podría… pero no significaba que quería hacerlo, no estaba hecho para entablar conversaciones, o en todo caso, iniciarlas, y él en su rabieta de niño infantil no iba a dar el primer paso.

Tampoco admitiría que le daba algo de vergüenza, eso nunca. Aunque necesitara del slytherin y la hoja de ejercicios que tenia en su posesión para poder terminar su parte del trabajo.

Antes de que pudiera levantarse de su asiento el moreno le tocó el hombro para llamar su atención.

-¿No te importaría encontrarte conmigo en la biblioteca después del almuerzo para terminar de una vez con el trabajo?- cuestionó el chico mirándolo sin pestañar.

Chihiro frunció un poco el ceño, ya daba por sentado que no tenía vida social ni algo que hacer por la tarde… ¿A quien engañaba?, él no tenía vida social, ni aquí ni en su dimensión; así que relajó sus facciones cambiando a su expresión neutra de siempre.

-Me parece bien- el otro asintió dándose la vuelta para irse del salón. Ya cuando finalmente salió del aula Chihiro soltó el aliento que sin darse cuenta había estado conteniendo.

“Bueno, eso salió mejor de lo que pensé”

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Ya después la única clase que tocaba era Cuidados de las criaturas mágicas, no muchos de los japoneses se habían querido inscribir allí, pero uno había sido el tigre de Seirin, sin embargo tenia la desdicha de su estómago le recordaba cuando tenia que almorzar, así que en toda la clase no estaba muy atento sino en cuanto tiempo faltaba para acabar de una vez.

Ya cuando indicó el fin de la clase él fue el primero en irse de inmediato al gran comedor, eso con Kuroko siguiéndole los talones, o al menos intentándolo; los demás prefirieron quedarse un poco para hablar con sus compañeros de otras casas.

Por otro lado estaban Kagami y Kuroko en la mesa de gryffindor ya con los platos servidos hasta el tope, Kuroko solo tenia unas cuantas cosas en el plato, y según él era demasiado. En cambio se entretenía viendo como su mejor amigo devoraba la comida.

-Kagami-kun toma agua, te vas a atragantar- el pelirrojo le hizo un gesto vago y siguió comiendo hasta que por fin terminó con todo lo que había en su plato, hizo lo recomendado por la sombra para después hablar.

-Haaa, creo que volví a la vida- dijo con una mueca exagerada.

-Nunca me voy a dejar de sorprender de tu gran apetito Kagami- comentó Miyaji quien había llegado con Kasamatsu hace unos minutos, viendo con asombro el plato vacio del de Seirin.

-Por otro lado… tú todavía no has tocado tu plato Kuroko- dijo el azabache viendo con su típico ceño fruncido al fantasma.

-Estoy en eso Kasamatsu-san, estoy en eso.

En eso los tres gryffindor se pusieron a hablar más que todo de la clase de Cuidado de las criaturas mágicas, Kuroko no porque estaba comiendo, pero en eso llegó alguien inesperado a la mesa de los leones e hizo que los estudiantes más viejos lo miraran con  completa desconfianza.

-Hey Tetsu- habló Aomine Daiki colocándose al lado del nombrado, luego notó a los demás alrededor.

-Ah hola, Miyaji, Kasamatsu- el moreno colocó su brazo en la cabeza del as de Seirin como si fuera lo más casual.

-¡Quita tu brazo de mi cabeza Aho!- gritó empujando al Slytherin en un intento de quitárselo de encima, el moreno en cambio lo miró con fingida sorpresa.

-Oh Kagami, no sabía que estabas allí.

-No bromees, es imposible no notarme- dijo refiriéndose a su cabello rojo.

-No te creas tanto Bakagami, no eres el centro de mi universo.

El Gryffindor bufó- Como sea ¿Qué haces aquí de todos modos?

-¿Qué no puedo venir a preguntarle como le fue en su clase a mi mejor amigo Tetsu?- cuestionó Aomine haciéndose el ofendido.

Esa era la cuestión que todos ponían en duda, al más alto le encantaba molestar demasiado al tigre.

-Eso lo pongo en duda Aomine-kun- con eso el aludido abrió la boca dispuesto a reclamar pero el gryffindor se le adelantó- Ahora estábamos hablando de la clase de cuidados de las criaturas mágicas.

El de cabellos azules hizo un espacio entre Kuroko y Kagami para poder sentarse, claro que el gryffindor masculló maldiciones pero el más alto no le hizo ningún caso y en cambio fijó su atención en el fantasma.

-¿Pasó algo interesante en esa clase?

-Varias cosas, pudimos alimentar a un grupo de cangrejos de fuego-respondió como si fuera cosa de todos los días.

-Aunque fue difícil, te pican si te acercas mucho-comentó Miyaji frunciendo el ceño.

-Bueno tienes que agradecer que eso fue lo único que te hicieron - dijo Kasamtsu viendo como una parte de su túnica quedó algo incinerada por tratar de alimentar a esos cangrejos.

El pelirrojo reflexionó unos momentos con el ceño fruncido.

-Apropósito Aomine ¿Por qué no te inscribiste en cuidados?- el aludido lo miró con una ceja alzada.

-Vaya… no sabia que me quisieras a tu lado las veinticuatro horas del día, me alagas- enseguida la cara de Taiga se deformó y sus mejillas adquirieron un fuerte tono rosado por la rabia… solo eso.

-¡Idiota!, lo digo porque como en las vacaciones decías que querías salir más al aire libre…

-Me sorprende que lo recordaras- apoyó uno de sus brazos en la mesa mostrando su sonrisa llena de arrogancia.

-Si lo decías cada cinco minutos dudo mucho olvidarlo- Miyaji y Kasamatsu miraban la conversación como si de un partido de tenis se tratase.

-Es obvio, Aomine-kun quiere tener el menor número de clases posibles para poder dormir…

-Exactamente- admitió el slytherin sin rastro de vergüenza.

-Eso es lo que normalmente diría, pero la verdad es que Aomine-kun le tiene miedo a las criaturas mágicas.

-¡Tetsu!- exclamó el moreno, ahora si con la vergüenza pintada en el rostro.

Los Gryffindor en parte lo entendían, solo llevaban dos clases y ya podían decir que las criaturas que les mostraban eran de todo menos normales; sin embargo eso no evitó las sonrisas burlonas, sobre todo de cierto pelirrojo.

-¿Es enserio?- parecía que se estaba conteniendo para no partirse de la risa en ese instante.

-No hables mucho Bakagami, apuesto que lloraste como una niñita cuando tuviste que darle de comer al cangrejo- Kasamatsu negó.

-No, de hecho Kagami fue el primero en ofrecerse como voluntario- esta nueva revelación hizo a Aomine parpadear de la sorpresa.

-Si, Kagami-kun puede ser idiota y se precipita mucho, pero siempre lo hace por las personas que ama y aprecia, aunque tenga miedo siempre se enfrentará a ello por sus amigos… excepto a los perros- allí mismo Kuroko acabó con la escena dramática que él mismo había creado.

-¡Kuroko!- exclamó el pelirrojo con las mejillas sonrojadas de la vergüenza.

-¿Eso no fue lo que te dijo el sombrero seleccionador?, solo repito lo que él dice- dijo el de cabellos celestes pareciendo inocente.

-La última parte la haz incluido tú- dijo el pelirrojo furioso, su mejor amigo solo se encogió de hombros mientras se excusaba con su comida.

Daiki pareció reflexionar en algo, puesto que no le quitaba la mirada de encima al de Seirin;  luego asintió.

-Bueno lo admito Bakagami, si eres valiente.

-¿De verdad?- en esos momentos Kagami deseaba tener una cámara, ni siquiera, su teléfono seria más que suficiente, no todos los días escuchabas a Aomine Daiki alagar a alguien que no sea a sí mismo.

-Claro que eso no te quita lo idiota, pero por no tenerle miedo a Akashi te doy puntos- y allí estaba el insulto que faltaba.

-Por cierto Aomine-kun ¿Ya sabes cuando son las pruebas de quiddicth en tu casa?- cuestionó Kuroko cambiando de tema.

El moreno frunció el ceño - Sobre eso…

-¡Aomine, Aomine!- el moreno no pudo continuar puesto que Hayama Kotarou llegó como un torbellino a la mesa de Gryffindor.

El aludido suspiró, todavía no se acostumbraba a la efusividad e hiperactividad de su compañero de casa. Era incluso más molesto que Kise.

-¿Qué quieres Hayama?

Pero el rubio ya no le prestaba atención, en su lugar miraba casi con estrellitas en los ojos a Miyaji Kiyoshi, este trataba de no devolverle la mirada, pero vaya que el chico era insistente; el rubio mayor estaba a punto de gritar uno de sus improperios, pero en eso el menor habla.

-¡Miyaji-senpai hola!- dijo como no, gritando y agitando  los brazos para que lo viera, como si estuviera a metros y metros de distancia el uno del otro, cuando en realidad solo estaban a unos 100cm cuando mucho- ¿Cómo le fue en cuidados de las criaturas mágicas?

Era incluso curioso que el rubio le preguntara y esperara pacientemente la respuesta del mayor, en una situación normal, Hayama lanzaría un montón de preguntas para él mismo contestárselas, eso cuando tenia un nivel de energía por encima de la media.

Miyaji lo único, ¡Lo único! que quería en esos momentos era una gran piña, y no para comerla precisamente… sino para estampársela en la cara del Slytherin; pero antes de que si quiera pudiera responderle Aomine se le adelantó agarrando al efusivo rubio por las mejillas y estirándoselas como castigo por ignorarlo.

-Tú Hayama, te pregunté que querías

El aludido intentó explicarse pero lo único que logró era balbucear cosas incoherentes, eso hasta que Aomine se hartó de castigarlo y lo soltó.

-Ah sí, es que Akashi nos esta llamando- explico rápidamente.

Aomine solo asintió levantándose de la mesa de los leones- Bueno ya me tengo que ir, hasta otra- con esa despedida el moreno tomó rumbo a la mesa de las serpientes donde en la otra esquina pudo divisar una cabellera roja que pertenecía a Akashi.

Por el camino se llevó a Kotarou por el cuello de la camisa dado que este no pretendía moverse hasta hablar con Miyaji, así lo arrastró hasta la mesa de las serpientes.

-Ya estamos aquí- anunció a sus otros dos compañeros de Slytherin, sentándose con un Hayama algo molesto.

-No tenías porque arrastrarme todo el camino- reclamó frunciendo el ceño.

-Si no lo hacia no te hubieses movido por tu cuenta.

-¡No es cierto!, solo quería hablar con Miyajji-san un poco- replicó el rubio con un puchero.

Daiki no dijo nada, solo rodo los ojos mostrando así lo que pensaba.

-Ya no discutan- dijo Tatsuya a lo que asintieron a regañadientes; después se volvió a Akashi- ¿Pudiste hablar con Slughorn?

-Si, y podremos jugar al quiddicth.

De repente el rubio había cambiado de estar refunfuñando como un niño que lo mandan a dormir temprano a uno de felicidad absoluta; y todo en el mismo maldito segundo, este chico era inentendible.

-Sin embargo todavía tenemos algo que hacer- los demás se miraron entre si.

-Todavía no nos has dicho el porque habían cancelado el quiddicth para Slytherin- comentó Aomine con expresión aburrida.

-El profesor ni nadie del la dirección ha cancelado nada para nuestra casa- ya cuando sus amigos iban a volver a intervenir el pelirrojo les hizo una señal para que le dejaran hablar- Al parecer el capitán del equipo tomó tal decisión, dado que solo estaban él y el vice-capitán.

-¿Pero porque cancelar el quiddicth solo por la falta de jugadores?, es decir ¿Para eso no existen las pruebas?- por increíble que parezca el de cabellos azules tenia toda la razón en este punto.

-No dispongo de todos los detalles, eso fue lo que me dijo el profesor- el más bajo frunció el ceño, ciertamente había algo raro en todo eso.

-¿Y cual es la solución?- cuestionó el de cabellos negros.

-Mañana tenemos que entregarle un pergamino a Slughorn con el nombre de los jugadores y una firma del capitán y sub capitán.

-¿Y crees que será así de fácil?-preguntó Aomine incrédulo.

-Siempre podemos intentarlo-dijo Himuro sonriendo de manera positiva.

-Pero de no ser así, tendré que convencerlos- dijo Akashi con una sonrisa digna del emperador de Rakuzan.

-¿Y cuando hablamos con ellos?- cuestionó esta vez Hayama.

-La mejor opción seria en la noche.

-Vale.

-Bien.

-Podremos jugar al quiddicth con los demás- dijo Kotarou con los ojos brillantes.

En definitiva iban a jugar quiddicth y de paso averiguar lo que estaba pasando en Slytherin.

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Después de haber terminado la hora del almuerzo Mayuzumi se encontraba en la entrada de la biblioteca, dudando entrar.

Soltó un largo suspiro , a la final decidió entrar; la biblioteca era grande, más que cualquiera en la que haya estado antes; tenia numerosas mesas y como era de esperarse por la hora no había muchos alumnos, tan solo unos tres o cuatro, y para su alivio el slytherin era uno de ellos.

Se acercó hasta la mesa que se encontraba relativamente cerca de la entrada, hizo una mueca, él prefería estar en la parte más alejada y escondida de todas aunque sabia bien que nadie lo notaría se sentara donde se sentara.

Al  arrimar la silla hizo ruido apropósito para que el chico se diera cuenta de su presencia, este que estaba concentrado en su tarea levantó la mirada y cuando lo miró asintió, si se sorprendió no lo demostró en lo mas mínimo.

Sin necesidad de palabras, ambos chicos reanudaron el trabajo que habían empezado en clase, sin embargo pasó una hora y el slytherin ya había terminado por lo menos la mitad de su trabajo, pero no se podía decir lo mismo del Ravenclaw quien le estaba costando bastante los ejercicios, incluso desde clase, pero por andar pensando de más se perdió la explicación que dio la profesora antes de empezar.

Chihiro dio su cuarto suspiro en lo que llevaba sentado allí, frunció el ceño y trató de meterse en el pergamino en un intento de concentrarse y descubrir en que estaba fallando.

A Theodore se le hacia difícil no notar que el chico a su lado no se le estaba complicando la existencia con unos simples ejercicios de aritmética; aunque fuera su compañero no tenia la obligación de ayudarlo, después de todo la profesora a la final los evaluaría individualmente, pero tenia que reconocer que le daba un poco de pena.

-¿Necesitas ayuda con eso?- el de cabellos grises estaba tan concentrado que al escuchar la voz de Nott se sobresaltó un poco y se volvió a mirarlo sorprendido, le tomó unos segundos analizar lo que el moreno le había preguntado.

-No… estoy bien- con eso regresó su atención al pergamino.

-¿Seguro?, pareces tener problemas con los ejercicios.

-Es que…-

Pero el slytherin no dejó que terminara de hablar cuando ya le había arrebatado el pergamino donde estaba haciendo los ejercicios y se puso a analizarlo todo, pero como tenia siempre la misma seria expresión, Mayuzumi no podía saber que pensaba al ver su trabajo.

-Creo que ya se cúal es tu error- Chihiro abrió los ojos sorprendido- ¿No entendiste la explicación de la profesora?

-No mucho- mintió porque la verdad es que no quería parecer un vago ni mucho menos.

El de ojos oscuros asintió, allí comenzó a explicarle al Ravenclaw sobre el método que estaba usando no era el más indicado ya que daban resultados vagos. Así pasaron otra hora y es cuando por fin pudo entenderlo todo, pronto comenzó a realizarlos bajo la atenta mirada de Theodore; rato después Mayuzumi ya había terminado la mitad de su trabajo.

El Slytherin después de unos minutos le dio el visto bueno.

-Están bien- declaró el slytherin, el de cabellos grises dio un suspiro de alivio

Así cada uno continuó su parte del trabajo, pero después de unas horas se sintieron muy cansados.

-Puedo terminar los ejercicios que quedan por mi mismo- habló repentinamente el moreno sorprendiendo a Mayuzumi en el proceso.

Comenzó a fruncir el ceño sin entender que iba todo esto, No le gustaba tener que deberle y ciertamente si el slytherin no le hubiese ayudado no podría haber terminado nunca;  aunque técnicamente era trabajo de los dos.

-No, te ayudaré- con eso Mayuzumi dejó en claro de que no iba a irse hasta que terminaran todo el trabajo.

El moreno se le quedó mirando tan fijamente que al que cabo de unos segundos Chihiro comenzó a sentirse incómodo- Si eso quieres; pero sugiero dejarlo por hoy y reunirnos mañana para poder terminar con el trabajo.

-Me parece bien- ya se encontraba exhausto de pasar casi media tarde en una misma posición, el suelo de Rakuzan era más cómodo que esas sillas.

Con eso recogieron sus respectivas pertenencias y cada uno se fue por su propio lado.

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-¿No deberíamos de estar haciendo otra cosa?- cuestionó el moreno viendo a sus compañeros de casa con el ceño fruncido.

-¿Cómo que?- le preguntó intrigado Tatsuya, deteniéndose un momento en su tarea.

-No se, tal vez buscar a esos chicos para que nos firmen la autorización y poder jugar al quiddicth- habló con evidente sarcasmo.

-Hablaremos con ellos después de la cena- respondió el pelirrojo del grupo.

-Amigo no desesperes- aconsejó el rubio palmeándole la espalda al ver que el más alto estaba dispuesto a reclamar otra vez.

Este bufó- Bien.

No volvieron a hablar hasta que llegó la hora de la cena en donde los cuatro recogieron sus cosas y se dirigieron al gran comedor; al llegar se sentaron en el extremo derecho de la mesa en un intento  que no les llegaran las miradas de odio de los demás estudiantes de las otras casas, eso y que Akashi andaba paranoico con que alguien lo estaba vigilando. A saber.

No hablaron mucho en toda la cena, terminaron de comer e inmediatamente fueron a la sala común de su casa, se sentaron a esperar y como fueron los primeros en terminar de comer era natural no encontrar a nadie más en la sala común.

-¿Y ahora qué?- preguntó Aomine.

-Tendremos que esperar a que lleguen los alumnos- respondió Himuro.

-Al primer slytherin que pase le preguntaremos por Draco Malfoy y Blaise Zabini- decidió Akashi.

-Bien- el de Tougo fue y se acostó en el sofá largo- Despiértenme cuando lleguen.

-Esta bien,  siempre y cuando no comiences a roncar como la otra vez tío- comentó el rubio con una sonrisa traviesa, menos mal que el otro no le hizo caso porque sino saldría llorando.

Pasaron cerca de veinte minutos hablando de cualquier cosa en general hasta que el primer alumno atravesó el retrato, iba a seguir de largo sin mirarlos hasta que Kotarou llamó su atención.

Luego allí los tres slytherin se dieron cuenta que era el mismo chico que les habían dicho esa mañana que Slytherin no tendría quiddicth… coincidencias de la vida.

-Disculpa que te molestemos otra vez, pero estamos buscando a unos chicos llamados Blaise Zabini y Draco Malfoy, ¿Sabes donde…

-Yo soy Blaise Zabini- interrumpió el moreno antes de que Himuro pudiera terminar - ¿Para qué me necesitan?

Himuro y los demás parecían sorprendidos unos segundos por la curiosa coincidencia, luego se recuperaron.

-Es por algo del quiddicth.

-¿Todavía siguen con eso?- murmuró Blaise por lo debajo creyendo que no fue escuchado.

-¿Qué tiene de malo?- le cuestionó Kotarou con la cara tatuada en confusión.

Con esa expresión Blaise se rascó la cabeza incómodo, casi lo hizo sentir culpable- Olvídenlo, ¿Qué quieren conmigo y Draco?

Pero las palabras quedaron en el aire cuando un ruido en la entrada de la sala común los distrajo a los cinco slytherins; se trataba de otro estudiante, este era de una tez muy pálida, tal vez demasiada para considerarla normal, rubio platinado, como tenia la cabeza gacha probablemente metido en sus propios pensamientos, no pareció notar al grupo de chicos allí reunidos.

-¡Draco!- el chico en cuestión se sobresaltó por un momento hasta mirar que Zabini era el que lo había llamado, se mostró un tanto inseguro si debía de acercarse o no, pero un asentimiento del  moreno le hizo acercarse.

-Él es Draco Malfoy, capitán del equipo de Slytherin- explicó.

-Bien, lo que necesitamos de ustedes son sus firmas en este pergamino para que se nos permita jugar al quiddicth- explicó el emperador de Rakuzan, sorprendiendo un poco a los slytherin por el tono, casi parecía que les estuviera ordenando.

Blaise miró inseguro a su mejor amigo; por un lado quería evitarle todo este tipo de situaciones, y no sabia que opinaba acerca del esto.

-Miren no creo que…

-Esta bien- el de piel morena se le quedó mirando interrogante.

-¿Entonces se unirán al equipo también?, todavía estamos incompletos.

Ellos lo miraron como si le hubiera crecido otra cabeza para luego negar, casi frenéticamente.

-No, lo siento- Draco asintió a lo dicho su amigo.

-¿Por qué no?- cuestionó una vez más Kotarou.

Hubo una pausa de unos segundos, en donde la tensión era palpable en la sala, que incluso Aomine no se atrevió a romper.

-… Ya no estamos interesados en jugar- dijo Zabini respondiendo por él y su amigo.

Akashi estrechó su mirada en ellos, había una especie de impotencia en sus palabras; presentía que a ellos les gustaba tanto el quiddicth como a él y sus amigos el basket. Pero era evidente que por alguna razón no se lo podían permitir.

-¿Eh? ¿Enserio?, pero si es tan divertido- protestó el rubio de ojos verdes.

-¿Bueno donde tenemos que firmar?- cuestionó el de piel morena cambiando drásticamente de tema y visiblemente incómodo; Akashi asintió entregándoles el pergamino.

Firmaron y rápidamente se despidieron subiendo a sus habitaciones; los demás se quedaron hablando por un tiempo frente a la chimenea, eso hasta que se sintieron muy casados y decidieran irse a acostar, solo quedaron así Himuro y Akashi en la sala común.

-Bueno supongo que eso es todo, yo también me voy a acostar- habló el moreno levantándose del sofá.

-Antes de que te vayas quiero que en el pergamino agregues a la lista los nombres de Draco Malfoy y Blaise Zabini.

Ante esta petición Tatsuya levantó una ceja claramente extrañado.

-¿Puedo preguntar porqué?

-Prefiero decirlo con todos reunidos- el más alto asintió escribiendo dichos nombre y guardando el pergamino. Estos meses le han servido para aprender que es mejor no cuestionar las órdenes de Akashi, solo sentarse y observar.

-Iremos a entregárselo al profesor después del desayuno-  así ambos chicos se dieron las buenas noches y subieron a su habitación.

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Tal como había Akashi, los cuatro estuvieron a primera hora de la mañana en el despacho del profesor de pociones con el pergamino en las manos, cabe resaltar que el anciano se sorprendió de ver anotados los nombres de los dos estudiantes que se supone que no iban a jugar más, cuando preguntó por esto obtuvo una enigmática sonrisa del pelirrojo y el comentario “Logré convencerlos”

De allí en más el profesor no hizo preguntas, en cambio les dijo que podían seguir adelante y preparar las pruebas de quiddicth; emocionados y bastantes satisfechos por haber resuelto el problema hicieron lo sugerido y ya para el mediodía había una hoja con los días de las pruebas en el tablón de anuncios.

Ahora solo quedaba esperar a que la gente lo viera y se anotaran.

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Precisamente en ese instante en la sala común de Slytherin dos chicos que eran capitán y sub-capitán del equipo mantenían una conversación.

-¿Por qué los dejaste?, ahora es muy probable que formen el equipo de quiddicth- habló un chico de color pareciendo indiferente al tema.

El otro chico simplemente se encogió de hombros sin responder concretamente la pregunta de su amigo.

-¿Sabes bien lo que les pasará si consiguen lo que quieren?- Draco lo miró expectante- Los odiarán… más de lo que deberían hacer por el solo hecho de ser serpientes.

-No es mi problema.

-Tampoco el mío, sin embargo pensé que te negarías a firmarles ese permiso- Blaise se reclinó en su asiento en busca de comodidad.

-¿Y que me dices de ti?, ¿Por qué lo hiciste?- cuestionó el rubio estrechando los ojos.

-Sabes que estoy de tu lado,  si crees que hacer eso es lo correcto entonces te apoyaré.

Draco decidió no decir nada, aunque el moreno sabía bien que apreciaba el gesto.

-¿Y tú como estas?, ¿Te has alimentado bien últimamente?, porque no te he visto en el gran comedor- Malfoy le regaló una mirada escéptica.

-No me mires así, estoy preocupado por ti- el rubio rodó los ojos, ya se había esperado un sermón por parte del otro- No te estas alimentando bien, se nota que tampoco duermes bien, todo el tiempo andas desaparecido e incluso andas saltándote algunas clases; sé que quieres pasar desapercibido y también andas preocupado por la salud de tu madre, pero no te reconozco, no en estos momentos al menos.

Bajó la mirada ante la verdad innegable que se presentaba delante de él; lo sabia, sabia que Blaise tenia razón, se había convertido en alguien muy alejado de su personalidad, ya no sentía orgullo de su apellido como en el pasado, ya no era una bendición sino una maldición con la que tenia que cargar toda su vida, al igual que aquel tatuaje en su brazo izquierdo. Antes caminaba tan altivamente por los pasillos de Hogwarts, ahora lo hacia encorvado, con la cabeza gacha y escondiéndose de la mirada de todos, como si fuera menos que una rata.

Ni siquiera le pudo sostener la mirada a Potter en el gran comedor, era patético, todo en él era patético.

-Así que están aquí- estaban tan abstraídos en la conversación que no notaron cuando Theodore Nott hizo su aparición en la sala común y se dirigió a ellos.

-¿Nos estabas buscando?- cuestionó Blaise.

-Si, creí que este año iban a mantener un perfil bajo.

-¿Por qué lo dices?, eso es lo que estamos haciendo.

-No creo que jugando en el equipo de quiddicth vayan a conseguirlo- habló el slytherin de cabellos negros con una mirada escéptica.

-¿Qué?

-Nosotros no jugaremos al quiddicth, ya se lo dijimos a Slughorn  -explicó Blaise frunciendo el ceño.

-Eso no es lo que dice en el tablón de anuncios- ambos se precipitaron a dicho tablón, Nott siguiéndoles de cerca, allí pudieron comprobar sus palabras, sus nombres aparecían allí junto a las fechas para las pruebas.

-… ¿Cómo es posible?- cuestionó el rubio a nadie en particular.

-Tal vez… fueron ellos-  murmuró Zabini.

-¿Quiénes?

El de piel morena dio un largo suspiro- Verás, ayer se nos acercaron los estudiantes de intercambio de nuestra casa a pedirnos nuestras firmas para entregárselo a Slughorn  y poder formar su propio equipo de quiddicth, pero también nos preguntaron si queríamos participar, obviamente los dijimos que no…

-¿Y…?- cuestionó Nott esperando que termine.

-Eso, creo que ellos fueron los que pusieron nuestros nombres aún cuando les dijimos que no íbamos a jugar; es la única explicación que se me ocurre

Sin decir nada a sus compañeros Draco salió de la sala común.

-¿A dónde crees que va?

-No lo sé, pero será mejor que lo acompañe- y con eso Zabini también salió de la sala común a toda prisa, ahora a ver como arreglaban este problema.

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Casi al otro lado del castillo se encontraban el tan conocido trió dorado, hablando entre ellos.

-¿Y cómo te ha ido?- cuestionó el pelirrojo del grupo.

-Pues, lo vi en la clase de aritmética y no parecía haber nada fuera de lo normal. Solo llegó diez minutos tarde.

-Nosotros también estuvimos atentos a él y no hay nada que se pueda resaltar- informó Harry.

-Pareciera ser un chico normal- los tres se quedaron pensativos por un momento- Es obvio que esto no esta funcionando, ¿Cómo vamos a averiguar más sobre ese slytherin?

Hermione se mordió el labio pensativa- Estaba pensaba en eso, creo que lo único que podemos hacer es preguntarle a los que lo conocen- Potter se encogió de hombros aceptando la idea.

Vieron en una esquina de la sala común a algunos de los nuevos leones, con paso decidido se acercaron a ellos.

-Hola- dijo Harry un poco incómodo de ser él que tuviera que empezar la conversación.

-Hey ¿Quieren jugar a los naipes explosivos?, ahora Hyuuga y yo le estamos dando una paliza a Kasamatsu- el aludido resopló con fastidio.

-No gracias, queríamos preguntarles acerca de uno de sus compañeros.

-¿De quién se trata?- cuestionó el capitán de Seirin.

-Seijuurou Akashi- el trío notaron como los nuevos intercambiaron miradas nerviosas.

-Ah bueno, él es… ¿Cómo decirlo?

-¿Fuerte?, si fuerte- Miyaji y Hyuuga intentaban, en vano, de describir a Akashi sin que su personalidad sonara muy perturbadora; estaban bastantes consientes que el chico había cambiado pero no quería decir que el emperador no les haya dejado cierta huella, y más ellos  que tuvieron la oportunidad de jugar contra él.

-Nosotros no somos tan cercanos a Akashi como para contarles sobre él, pero pueden preguntarle a Kuroko- los dos chicos japoneses miraron esperanzadores a su salvador, que no era otro que Kasamatsu.

-¿Y dónde esta ahora?- cuestionó Ron.

-Conociéndolo  debe estar con Kagami…

-Y conociendo a Kagami debe estar en el Gran comedor- completó el de lentes.

-Bien, Gracias- habló la castaña por los tres, con eso se fueron al lugar indicado.

En cuanto llegaron pudieron notar que no había demasiados alumnos ya que todavía faltaba casi una hora para el almuerzo; pudieron distinguir a la cabellera roja de Kagami en la mesa de Gryffindor así que no dudaron en ir allí.

-Hola Kagami, ¿Sabes dónde esta Kuroko?- cuestionó el de lentes apenas tuvo al pelirrojo de frente.

-Estoy aquí- murmuró el aludido ocasionando que el trío pegaran un salto.

-¿C-cuando apareciste?- señaló Weasley con el dedo medio sorprendido medio asustado.

-He estado aquí todo el tiempo con Kagami-kun- los chicos vieron como el as asintió confirmando lo dicho- ¿Querían hablar conmigo?

-Uh si, queríamos preguntarte sobre Akashi- el grupo de cinco se quedó en silencio, Kuroko alzó una ceja, muy seguramente preguntándose el motivo, pero afortunadamente para el trió dorado se abstuvo de preguntar el porqué; también le dijo a Kagami con la mirada que no cuestionara nada.

-¿Qué quieren saber exactamente?- se miraron por un momento antes de darle el control a Hermione.

-¿Hace cuanto que lo conoces?

El más bajo se detuvo un momento a pensar- casi cuatro años.

-¿Se conocieron en su tercer año?- Kuroko la miró con tal confusión que la castaña se vio obligada a explicarse.

 -Me refiero, que a pesar de estar juntos en la misma escuela desde los 11 años, no se conocieron hasta los 13.

-Si, eso es correcto.

-Espera, ¿No se supone que conociste a Akashi en el club de basket?- cuestionó Taiga en el momento menos oportuno. A Kuroko no le quedó remedio más que asentir.

Los leones estaban más que confundidos.

-¿Cómo es que hay un club de basket en su colegio de magia?- la pregunta de Potter le hizo darse cuenta a Kagami de la metida de pata que acaba de hacer.

-Bueno, el programa de nuestra escuela se basa en conocer también la parte muggle de nuestro mundo, eso incluye los deportes como el basket, natación, tenis, fútbol, atletismo- Hermione y Harry se miraron entre sí bastantes impresionados al respecto, Ron en cambio no tenia idea de que estaban hablando.

-Con respecto a su pregunta; Akashi-kun es una persona bastante organizada, respetoso, orgulloso, amable…

El tigre de Seirin no pudo evitar bufar ante eso, ganándose una mirada de Kuroko.

-¿Y… como es con la gente nueva?- cuestionó la chica.

-Es cordial  y muy tratable…

-Siempre y cuando no le ofendas o menosprecies estarán bien- interrumpió Kagami.

-¿Cómo?- por alguna a Harry le parecía importante cada mínimo detalle.

-Nada, Kagami-kun no creo que deberías de contar eso…

-No, dinos- insistió el elegido.

-Cuando lo conocí fui a desafiarlo y casi me deja sin un ojo- señaló Taiga tan normal como si hablara del clima mientras que los demás se pusieron pálidos.

-¿En… serio hizo eso?- preguntó Ronald aterrado.

-Kagami-kun eres idiota.

-¡Solo dije la verdad!

-Le diré a Akashi-kun que intentas arruinar su reputación- dijo Kuroko estrechando los ojos, luego se volvió al trío- Si ocurrió, pero Akashi-kun no lo hubiera hecho si no supiera que Kagami-kun podía esquivar su ataque; y ya no es el mismo, ha cambiado y ahora es mucho más tolerante, sin embargo si recomiendo que no lo ofendan.

-Quisiera saber algo- dijo Potter ganando la atención de todos- En el duelo que tuve con él me pareció ver brillar su ojo izquierdo… quería saber si sabían algo.

Luz y sombra intercambiaron miradas por un momento sin saber como responder.

-¿Su ojo izquierdo dices?

El de lentes asintió.

-Eso puede tratarse de un efecto de la luz, ¿No lo has pensado?

-No… estoy seguro que no se trata de eso.

-Pues realmente no hay nada en especial con los ojos de Akashi-kun- dijo Kuroko escogiéndose de hombros.

-Si pero

-¡Kurokocchi! ¡Kagamicchi!

-¡Prometieron comer con nosotros!

Los gritos provenían de la mesa de Hufflepuff, los salvadores del mundo mágico vieron que se trataba de dos de los estudiantes de intercambio. Los de Seirin pidieron disculpas y se fueron rápidamente con sus amigos, una huida exitosa.

-¿Por qué les tuviste que contar eso Kagami-kun?, ahora van a creer que Akashi-kun es un chico violento- le reprochó la sombra.

-Y no se equivocarían; pero no lo dije con mala intensión, era para que entendieran como no deben acercarse a Akashi.

-Mmm… no estoy seguro de que se quieran acercar a él.

El pelirrojo se encogió de hombros-En un principio me pareció que si. Entre tanto ¿Por qué no le dijiste la verdad a Potter?

-… Porque pienso que a Akashi-kun no le agradaría revelar nada del ojo del emperador… no todavía al menos.

-Como quieras.

Notas finales:

Bueno, eso es todo, espero no volver a tardar tanto para subir el proximo capitulo.

Nos leeremos (esperemos que pronto), bye ^J^


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