Sasuke miraba al rubio con una cara pétrea pero rayana en la curiosidad--¿Naruto? ¿Tú y ese bijuu están hablando de lo que creo?—
¡Nooooo!—mintió el ojos azules con una cara boba.
¿Y que crees que yo creo?—preguntó el astuto Uchiha con una ceja levantada.
¡Bueeeeno!—el ojos azules intentaba pensar en una salida y entonces… ¡Se le ocurrió!--¿Y qué crees que yo creo de lo que tú crees que yo creo?—
Los ojos negros se achicaron dentro de los párpados señalando que el Uchiha no estaba nada feliz con tremenda zandes.
¡Dime de una vez de lo que están hablando o en este bosque va a correr sangre!—le advirtió el pelinegro desde muy cerca.
¡De tu ropa!—se le ocurrió decir a Uzumaki—Es que Kurama no conoce tu ropa y yo…--
¡JA! ¡COMO SI ESE IDIOTA SE CREYERA TAN TREMENDA ESTUPIDEZ!—dijo el demonio interior del rubio.
“¡Cállate desgraciado!” reclamaba en su interior Naruto “Que no me dejas concentrar”
¡COMO SI ESO SIRVIERA PARA ALGO! LA ULTIMA VEZ QUE TE CONCENTRASTE PASABLEMENTE FUE PARA IR AL BAÑO, POR CIERTO, YA TOMA UN LAXANTE PORQUE TODA ESA FUERZA QUE HACES CON EL ESTÓMAGO ME HACE MAL—contestó el zorro.
Si intentas sonar más estúpido de lo que sonaste hace un rato lo estás consiguiendo—aseguró Sasuke ahora muy cerca—Estabas hablando de esto. ¿Cierto?—preguntó el ojinegro señalando hacia abajo y entonces el rubio vio la empuñadura de la espada.
¡Exacto!—dijo el ojiazul feliz de encontrar una alternativa—Estaba hablando de tu katana, de lo reluciente y larga que es—sonreía hasta con dientes que no tenía un poco agachado mientras agarraba la espada ceñida al cinto del Uchiha.
¡Naruto!—dijo Sasuke y el otro pestañeó feliz en dirección a su cara desde su posición inclinada a su lado—Yo no me refería a la espada y tú lo sabes—
Entonces el otro cayó en la cuenta y miró de a poco hacia cierto lugar bastante central en la anatomía del pelinegro. Como resorte saltó hacia atrás.
¡Que va! Yo no…--dijo Uzumaki y de pronto se encontró de nuevo la cara del otro muy cerca.
¿De que rayos hablaban tú y el bijuu?—inquirió el de ojos negros, sus bocas a un centímetro y siete milímetros de distancia.
Al tenerlo tan cerca al rubio se le secó la boca y tras unos segundos de aguantar una oleada de calor se dijo:
“¡A la miércoles todo!”
Y le plantó flor de beso al Uchiha que sorprendido se quedó estático mientras además el ardoroso rubio lo tiraba contra el piso y se le subía encima.
Tal vez por la similitud de ese pedorro sueño que tuvo con el mismo rubio el shckeado Sasuke no reaccionó a tiempo.
¡BIEN POR EL MUCHACHO! AL FIN TE ATREVES. ¿SABES? TANTA TENSIÓN ACUMULADA ME ESTABA AFECTANDO LOS NERVIOS—dijo el zorro dentro de Naru.
Una imagen poco clara de Naruto apareció ante la jaula abierta del bijuu y le mostró un dedo corazón antes de desaparecer tan rápido como hubo aparecido.
El zorro que estaba acostado con el cuello erguido se quedó algo extático porque en su vida le habían mostrado una señal semejante aunque bien la conocía, luego sonrió como quien ha visto una picardía y apoyó su mentón en las patas delanteras que permanecían cruzadas, luego cerró los ojos y murmuró despacio para que la consciencia no lo oyera—¡BIEN HECHO CHICO! ¡DEJA QUE YO ME OCUPE UN RATO DE LOS PROBLEMAS! ¡TE LO MERECES! ES HORA DE QUE LA VIDA TE DE ALGUNOS FRUTOS DULCES—
Los frutos dulces que se comía Naru estaban acompañados de castañas bien puestas. El pelinegro lo empujó para rodar y quedar arriba—Te dije que yo soy el seme—replicó.
¡Ah, pues tú me dijiste que querías ser el uke!—recordó mirando hacia arriba, o más bien hacia adelante porque estaba acostado, Uzumaki.
¿Estas bien de la cabeza? ¿Cuándo dije yo eso?—preguntó el Uchiha sospechando una artimaña.
¡En la cueva! ¡Me lo dijiste en la cueva! Me dijiste que querías tener el lugar del otro Naruto. ¡Lo recuerdo bien!—le retrucó el ojos azules y entonces el dueño del poderoso sharingan recordó la susodicha conversación y el mentado diálogo y se dijo que había sido un idiota porque en ese entonces pensaba que el otro rubio era el seme y no el uke y que su otro yo estaba embarazado.
Aprovechando la confusión del Uchiha, el rubio lo volteó volviendo a ponerse encima--¡Ahora planeo hacer tu deseo realidad Sasuke!—dijodesatando el cordón que mantenía el pantalón de Sasuke en su lugar. El otro lo miró horrorizado.