¿De qué hablas?—preguntó el sorprendido peligris--¿Por qué no me lo dijiste?—reclamó después. Otra cosa que el otro le ocultaba.
Iba a decírtelo pero tu empezaste con eso de que no quieres saber de mí y no quería que pensaras que quería atraparte. Eres libre de hacer lo que quieras—dijo el pelinegro sin mirarlo. Se sentía cansado de las confuciones y malos tratos.
¿Desde cuándo lo sabes?—preguntó el abogado.
Desde hace un par de días…--dijo Obito.
¿Un par? Entonces no puedes estar seguro—exclamó Hatake.
¡Créeme que lo estoy!—dijo Uchiha.
¿Cómo puedes estar seguro? Hemos estado entre ninjas, venenos y esas cosas. A lo mejor te has sentido mal por eso del golpe en la cabeza—dijo el peligris y el otro lo miró más serio de lo que el otro recordara.
Si prefieres pensar eso adelante. Yo estoy seguro de lo que pasa—dijo Obito molesto y algo triste.
¡No puedes estarlo! Hasta que volvamos y te hagas un test como la gente no lo creeré—dijo el peligris apuntándole con su dedo.
¡Puedes creer lo que desees!—dijo el otro con un tono sombrío—Además… ¿Quién dijo que tendrás que hacerte cargo? Yo puedo valerme muy bien por mi mismo. ¿No soy estúpido recuerdas?—
¡A veces lo olvido!—dijo enojado Kakashi sin saber muy bien porque--¿Quién dijo que tendrías opción? Si es mi hijo yo…--alegó el abogado.
¿Si es?—preguntó Obito, su corazón había dado un vuelco con esas sencillas palabras. Lo que implicaban fue un duro golpe. Él había sido el primero y lo sabía. ¿Creía que él podía…? No podía respirar bien de la profunda pena.
¡Sabes a lo que me refiero! Si hay…--pero el otro no escuchó más a Hatake.
¡No lo sé y no me importa! Recuerda algo Kakashi, este niño no es solo un simple humano—le contestó con ojos oscuros Uchiha y entonces el otro cayó en la cuenta de que su hijo sería mitad vampiro.
¡Hablando de eso! ¿Hay otros como él?—preguntó el abogado.
En el interior Obito sintió una tibia emoción pues el otro sin darse cuenta había aceptado la existencia del niño, le respondió—Nunca he sentido de uno. Ni siquiera sabía que era posible entre razas, aunque nosotros alguna vez fuimos humanos jamás se concibió el mezclarnos o tal vez la posibilidad de engendrar hijos—
¿Fueron humanos?—preguntó Hatake sorprendido pues hasta ahora solo pensó que su apariencia era fruto de una coincidencia o que era una evolución para acechar a su presa.
¿Qué pensaste? ¿Qué somos extraterrestres?—preguntó Uchiha casi ofendido—Se dice que nosotros descendemos de personas que se alimentaron de un demonio. La teoría es que por eso nos odian estos. Posiblemente se alimentaron de más de uno y así nació el odio mutuo—le informó después.
O sea que en parte eres humano—dijo el peligris sintiéndose algo feliz de que el otro no fuera un simple monstruo.
La sonrisa triste que esbozó Obito le sorprendió.
¡O sea que te consuela que no sea un monstruo del todo!—le dijo.
Kakashi sintió el peso de esas palabras y quiso estirar su mano hacia él para alguna manera aliviar la distancia que ahora los separaba pero el otro volteó de pronto. Antes de que se fuera encontró algo de lo que seguir hablando--¿Los vampiros como lo tomarían?—
El otro se detuvo—Como dije nunca he sabido de algo igual pero dudo que les alegre algo como esto—lo pensó por primera vez Uchiha.
Hatake se vio sorprendido por su propia reacción—¡Él no es una cosa y tendrán que…!—el pelinegro volteó a verlo con una rara expresión en su rostro.
¿Tú lo… defendiste?—preguntó algo paralizado Obito.
Si es que existe, es mi hijo. ¿No?—preguntó Hatake.
Si es que lo du…--dijo el pelinegro volviendo a cerrarse, le dolía que el otro creyera en la posibilidad de que no fuera suyo.
¡No dudo que sea mío, idiota! Dudo que estés em…--ahí se le trabó la palabra porque si todo iba en serio significaba que…
¿Em…?—preguntó con una mirada curiosa el Uchiha.
¡Iba a ser padre! Eso era una locura. Se sentó en el suelo con las manos sobre la cabeza. Jamás ni en sus más locos sueños se imaginó que… De hecho él se cuidaba mucho. ¿Cómo era que…? Entonces el peligris recordó la pasada fiesta de año nuevo en la casa de Sasuke y Naru, la vuelta en auto, la parada intempestiva en un edificio parqueadero porque él no se aguantaba y como estaba medio borracho…
Es obvio que no deseas esto así que déjame lidiar con todo. Cuando estés preparado yo…--decía Obito y Hatake lo miró oyendo vagamente lo que decía mientras su mente divagaba.
La paternidad para él nunca había sido una opción. Fue sincero consigo mismo ese día al decirse la verdad. Era un cínico y los cínicos no creen en la gente o que todo saldrá bien. La única excepción había sido Obito. Ese Obito que le ofrendaba que lo dejara a cargo y se largara, si era lo que quería y se preguntó si aceptar y porque lo haría.
La única razón de todo sería su padre.
Recordaba vagamente su espalda aquel día cuando entraba al sótano mientras él jugaba con su trencito de navidad. Recordaba todavía aquel sonido sordo que lo sorprendió minutos después y como desesperado había corrido por las escaleras que descendían a él. Lo único que vio fue su cara, lo miraba sin verlo desde el pie de la escalera, un líquido pegajoso y rojo estaba esparcido por abajo.
Muchos años después supo que estaba en la bancarrota después de ser despedido. La solución más fácil.
Esa debía ser la causa por la que siempre se resistió a la idea de una familia, la causa de que se ahogara en su profesión antes de darse cuenta de que había algo más que aunque no quería aceptar estaba afuera y le esperaba, algo como compromiso, deseo, amor y la posibilidad de tener un futuro juntos.
Algo crecía mientras sus oídos apenas iban captando la oferta del Uchiha.
…será lo mejor para ambos—terminó Obito.
¡Pues yo no lo creo!—dijo el peligris levantándose lánguidamente pero con expresión decidida. Al ver sus ojos tan punzantes el cuerpo de Obito vibró.
¿A qué…?—trató de preguntar.
¡Si ese bebé existe es también mío y yo me haré responsable tanto de ti como de él!—afirmó con una nueva voluntad Hatake.
El otro frunció el ceño—¡Pues eso no es lo que quiero!—dijo antes de voltear y dejarlo atrás con cara de “¿Qué rayos pasó aquí?”
¡JAJAJA! ¿TE GUSTÓ NO ES ASÍ?—preguntó el sonriente zorro desde las entrañas de su cuerpo.
“¡Déjame tranquilo!” dijo internamente Naruto “Es extraño hablar contigo de eso”.
PUES PEOR ES ESTAR ESCUCHANDO TU ¡DALEDALE! CON EL UCHIHA—dijo Kurama antes de afeminar su voz para continuar--¡AYAY NARUTO! ¡AYAY SASUKE! ¡QUE ASÍ DUELE! ¡QUE ASÍ NO ES! ¡TIENES QUE METER EL DEDO! ¿DÓNDE? ¿PUES DONDE CREES?—
Con cada expresión del kyuubi la vergüenza en Naru no hacía más que crecer al tener conciencia de que tenían un espectador insalvable pues estaba dentro suyo. Se levantó tieso y Sasuke lo arrastró de nuevo al suelo.
Sorprendido lo miró pues pensaba que seguía dormido pues ambos se habían recostado.
¿Qué… ¡Mpf!?—trató de preguntar Naruto y el otro le señaló silencio con su índice para luego indicar su espalda pues estaba de costado. Uzumaki frunció el ceño.
¡Alguien nos observa!—susurró el Uchiha.