Usualmente el perro bulldog de Kakashi lucía unos desorbitados ojos, quizás por eso nadie se dio cuenta de lo que su mirada trataba de gritar. Nadie en su manada que buscaba frenética y aisladamente había venido con él y es por eso que no vieron lo que él vio.
Kakashi lo miró con una ceja levantada cuando volvió a su lado y se lo quedó mirando un rato. El otro siempre actuaba como la voz de la manada pero en este caso solo observaba silencioso mientras los demás iban y venían.
¿Encontraste algo?—preguntó finalmente Hatake.
El perro lo miró unos segundos y luego miró hacia otro lado.
No querrás saber—le dijo.
Naruto y Sasuke buscaban al que los vio. Sasuke podía rastrear muy bien por eso llegaron ante los perros de Kakashi que los llevaron con el shinobi.
¡Uff, que bien! ¡Veo que se han calmado los ánimos!—les dijo alegre el peligris.
¡Ni tanto!—murmuró el bulldog.
¿Dijiste algo?—le preguntó Hatake.
¡No nada!—respondió el otro haciéndose el distraído.
Todos se alegraron cuando los vieron llegar sanos y salvos. Excepto Sakura que se puso a aporrearlos y sermonearlos como era su costumbre. Naruto se quejaba y luego reía con su jejeje y cara boba mientras el pelinegro los miraba serio porque a él no le gustaba andar de camaradería.
Llevaron a Kabuto a Konoha 3.
Cuando llegaron un pelilargo corrió hacia ellos invocando el nombre de Narutoko. La sorprendida rubia se dejó abrazar sorprendida.
¡No vuelvas a hacer eso! ¡Mañana es la boda y aún no te pruebas el vestido! ¡Vamos ya!—dijo él y sin más preámbulo se la llevó de allí ante las miradas atónitas del grupo.
Sasuke los vio irse con una mirada que decía demasiado. Narutoko se volvió antes de doblar en una esquina y sorprendió ese rostro con sus retinas antes de que su vista desapareciera.
¿Estás bien?—le preguntó Itachi a su hermano después de acercársele por la espalda mirando a donde había desaparecido la ojos azules.
¡Si! Siempre ha sido un dolor de…--no continuó pero el otro Uchiha sabía como terminaba. El menor había puesto una mano en la cabeza y luego se marchó.
Esa noche Naru y Sasuke compartían cuarto pero antes de eso compartían baño, pero con Kakashi sensei por lo que las ideas quedaron un poco relegadas.
¡Chicos! Yo me voy a dormir—dijo el mayor.
¡Que duerma bien, sensei!—gritó el rubio demasiado esplendoroso dando ideas de lo que planeaba a su compañero.
¡Naruto! ¡Estás muy alegre para estos momentos!—le dijo algo sorprendido Hatake.
¡Que va! ¡Son ideas suyas, datebayo! Es solo que el agua caliente me relaja—dijo el ojos azules con su cara con sus ojitos como rayas de la sonrisota que mostraba.
Kakashi no sabía que pensar pero como siempre que no era problema suyo se encogió de hombros y siguió adelante--¡Como sea! Hasta mañana—y se fue.
Ni bien el otro desapareció por la puerta la sonrisa de Naruto se ensanchó y usó un poco de chacra para hacer un clon de sombras que corrió a la puerta a ponerle el seguro. Luego, de una manera un poco macabra pensó Sasuke, su cabeza, que era lo único que se veía sobre el agua, giró hasta quedar de frente con la de Uchiha.
¡Sé lo que estás pensando pero de ningún modo yo…--decía el pelinegro cuando el grito del otro lo interrumpió.
¡Banzai!—
Estilo sapo saltó con sus cuatro extremidades y fue a dar justo sobre el cuerpo del deseado ojos negros.
¡Quítate de encima!—le gritó Sasuke.
¡Sé que me quieres!—canturreó el rubio.
¡Que te quites de encima o yo…!—la amenaza fue fugaz porque los labios de Naru estaban sobre los suyos y una importante parte de la anatomía Uzumaki estaba rozándose con una de las piernas Uchiha bajo el agua. Los colores se le subieron al pelinegro cuando eso le hizo recordar ciertas sensaciones—Naru… ¡mpf!—el otro no lo dejaba hablar con su deseo y parece que iba en serio pues cierto dedito apareció en cierto lugarcito y se puso a jugar muy a gustito.
La boca del rubio se separó un poquito para decir—Desde que te vi desnudo el otro día yo…--la voz de Naruto sonaba muy distinta a la normal, era ronca como siempre si, pero tenía un tono… lascivo que afectó un ciento por ciento al ojos negros que ya luchaba por no estremecerse sin conseguirlo por las aventuras de “don índice” bajo el agua.
¡Naruto esto no está…! ¡Ah…ah!—empezó a exclamar de pronto y como las cosas siguieran así no paraban hasta…
¡Toc, toc, toc!
En la puerta. A Sasuke fue al único que le importó el golpeteo.
¿Qué pasa? Nosotros también queremos bañarnos. Este es el baño del hotel. ¿No?—preguntó Obito 2 que venía con sus sobrinos.