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Baby Blues por Pandora

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Notas del capitulo:

Notas iniciales de Pandora: Kyaaa xD…dije que actualizaría pronto ;_;…hoy lei un review en el beso de plata y me dio mucha risa…una chica decia ‘’no te pido que actualices pronto’’ jajaja xD…pobrecitas ;_;…soy una maldita en serio xD…lo siento, me hago esperar como si fuera la gran cosa, pero ven que en este fic no me demoré tanto?...(considerando lo que normalmente me demoro ;_;!!)…

Aviso que el fic contiene shota, rape, violencia psicológica (oh…me hago la importante)…y demas o.o…si no te agrada nada de eso no lo leas.

Si decepciono alguna con este capítulo perdónenme ;_; la verdad es que la mayoría del capítulo se constituye de pov’s pero eran para conocer algo más a Eiri, también retazos del pasado sobre la vida de Shu con Minako y una que otra anécdota. También algo de una nueva pareja…pero en fin, no escribiré mucho de ellos.

Fic propiedad de mi beta-reader Hikari-chan^^…esta maldita ;_;….si he actualizado rapido es por ella xD…agradézcanle ;_; quero complacer a mi raja y darle siempre capis que le gusten y pronto…y como este tiene su aprobación está aquí xDD…ojala y lo disfrutes xDD!!!...

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
Creo que te inventé en mi mente

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
Creo que te inventé en mi mente

Para Shuichi no es necesario que abra la boca, que ordene….

Basta con observar el dorado helado para saber que es lo que tiene y debe hacer exactamente.

Lo repite una y mil veces, para no olvidarlo… dejarse llevar, evitar mirarlo a los ojos, las manos breves alejando la molesta tela de su piel desnuda, exponiendo su cuerpo ante él sin ningún pudor y luego… callar, llorar, crecer.

La tela queda arrugada alrededor de sus pies desnudos, acaba de ducharse aprovechando el tiempo libre después del almuerzo, pensó hacer tareas, alimentar a las palomas que visitan el jardín, hablar con Tatsuha, pero él…

Su cuerpo tiembla escandalosamente ante la primera mirada, que suele ser la más agresiva la mayoría de las veces, trata de cubrirse con los brazos pero no puede moverlos, la cobardía, el miedo y el nerviosismo lo paralizan.

La rabia y la impotencia lo atacan de otra forma, se acumulan en sus ojos transformándose en inevitables lágrimas que derrama sin emitir ni un quejido.

Llora silenciosamente, aprieta los labios rosas y los ojos llorosos de vez en cuando, cuida que él no note cuanto le duele todo eso, a veces agacha la cabeza o la gira para ocultar su vergüenza.

Y frente a él, Eiri….sentando en el suelo, fumando despreocupadamente, y observándolo como si fuera un florero nuevo que acababa de comprar. Sin expresión, sin decirle nada, ni una palabra, ni un gesto….nada.

A Shuichi le aterra, la forma en que todo aquello se ha transformado en una rutina. Eiri entrando a su cuarto por las noches, para tomarlo dolorosamente, o Eiri entrando por las tardes, obligándolo a desnudarse para observarlo un rato, a veces tocándolo apenas, a veces tan solo limitándose a tenerlo ahí, desnudo y quieto, humillado y lloroso, mientras fuma un cigarrillo o lee un libro.

Los niños no deberían estar así, se dice a sí mismo, no de esta forma…no importa cuan malos hayan sido…si no son queridos…

Shuichi aún piensa, que al cerrar los ojos, todo pasará más rápido.

-Apuesto….a que me odias….-la voz varonil cala en sus huesos, mientras que él da una calada al cigarrillo para sonreír maliciosamente- apuesto a que quieres golpearme y matarme….o desaparecerme y cambiarme un momento por Tatsuha…-el cigarrillo se estrella en una de las paredes y cae al piso provocando un chasquido que regresa a la realidad a Shuichi- ¿quisieras que él te mire así no?....

El de ojos amatistas está tentado a retroceder por el sobresalto que le ocasiona la fría mano de Eiri sobre uno de sus costados.

-Quisieras que el te toque…-la mano sube por su vientre y pecho hasta alcanzar su cuello y posarse en su mentón- así…-acaricia la suave piel del rostro con brusquedad, embarrando las lágrimas tibias y dejando el rostro húmedo- y así….-atrapa la barbilla entre sus dedos, zamarrea el rostro infantil y lo obliga a mirarlo fijamente- y así….

Aprieta los ojos, y abre la boca tratando de gritar, pero Eiri es más rápido y lo silencia rudamente con la palma de su mano.

-¿Sabías que Tatsuha tiene muchas novias?...-Shuichi niega con la cabeza, tratando de soltarse del agarre, no quiere escuchar nada que Eiri tenga que decir, aún más si sabe que eso matará sus esperanzas con Tatsuha.

-Tiene muchísimas…y el muy don Juan se acuesta con todas…-atrae a Shuichi hacia sí – y tú…-lo señala con su mano libre- sigues esperando porque el baje los ojos y se fije en ti…-sus ojos dorados se estrechan y suelta a Shuichi-….pero no eres nada…¿o aún crees que él y tú podrán tener algo?...

Eiri lo sabe. Sabe que está siendo cruel, y que probablemente Shuichi jamás lo perdone.

Es su forma de demostrar interés, el fin justifica los medios.

Pero tampoco es como si Eiri buscara el perdón, menos aún la aceptación….pero el simple hecho de imaginar a Tatsuha tocando a SU huerfanito, lo enerva, lo pone de mal humor. La sangre hierve en las venas frías.

-Yo….nunca…he…pensado eso…-solloza

-Muy bien….porque tampoco tienes el derecho a hacerlo.

Eiri no busca nada.

.*.*.*.

A Shuichi le agrada Ryuichi.

De hecho hasta a dejado su timidez de lado, para imitar algo más a Ryuichi.

Porque Ryuichi es alegre, y bueno, amigable y dulce. Y a Tatsuha le encanta estar con él, ¿pero es su primo verdad?...eso es lógico.

Como también fue lógico que lo mirara con esa adoración y ternura refulgiendo en sus pupilas oscuras. Y que durmieran en el mismo cuarto…y los ruidos en la noche….

Para Shuichi todo tiene una explicación.

-Shu-chan, ¿me pasas las chispas de chocolate?

La voz de Ryuichi es suave, como el canturreo de una madre al adormecer a su niño. Lo reconforta, pero le agrada aún más la de Tatsuha, grave y divertida, ayuda a sobreponerse en tiempos difíciles, en días en los cuales se despierta rodeado de colillas de cigarrillos o corbatas finas.

-Aquí están- le sonríe a Ryuichi

El castaño se come algunas, cuidando que Tatsuha no lo mire, aunque sabe que muy en el fondo le gustará la forma de ‘’castigar’’ sus travesuras.

-¡Ryu-chan!...¿que te dije sobre comerte los ingredientes?- Ryuichi hace un adorable puchero- las galletas no saldrán bien si te comes todo…-Tatsuha arremete con falsa molestia.

-Perdóname Tat-chan…-se abraza a la cintura del moreno y lo mira suplicante- no lo volveré a hacer.

-Solo porque eres mi primo favorito… ¿eh?...-ambos sonríen, sabiendo perfectamente que detrás de la infantil escena, se oculta el amor y la atracción salvaje que experimentan desde que eran apenas unos niños. A Tatsuha le encanta que Ryuichi a pesar de tener tan solo 15 años, sepa exactamente que es lo que le gusta, y como le gusta.

Shuichi se odió a sí mismo la primera vez que se halló envidioso de esos dos juntos.

Él hubiese dado su alma por una de esas miradas, por una de esas peleas cariñosas, sin embargo no perdía la esperanza de que fueran simplemente primos, no podía perderla, no cuando era lo único que le quedaba, lo único que lo empujaba a salir adelante.

-¡Ryu-chan no!...

El grito de alerta se pierde entre la nube de harina y las infantiles risotadas del castaño.

Él se queda quieto, parpadeando, distinguiendo entre el aire turbio el rostro de Ryuichi lleno de harina, así como su cabello y parte de su ropa.

-Ven..-Tatsuha lo atrae hacia sí cuidadosamente, para apresarlo por la cintura y acariciar su rostro buscando limpiarlo- estás sucio…-murmura cuando el otro sonríe apenado.

El pelirrosa se queda mirando a ambos desconcertado…el también tenía harina en el rostro ¿porqué no lo limpiaba?...

Y entonces lo supo, esas miradas no eran fraternales, los gritos y jadeos nocturnos no eran juegos, todo encajaba, como un rompecabezas. Esa era la razón, por eso Tatsuha no lo quería, por eso le negaba su cercanía, ellos se amaban.

Nunca se permitió sentirse mal, aún cuando él lo forzaba por las noches, para hacerlo llorar. Pero saber que Tatsuha le pertenecía a otro le provocaba nauseas.

Retrocede lentamente, cuidando no hacer ruido para no interrumpirlos, él sobra, eso está más que claro.

Tonto Shuichi, ¿porqué lloras?...no era tu novio, no tienes derecho a sentirte traicionado. Él es mejor que tú, iba a pasar tarde o temprano, simplemente te ahorrarás dolor de esta forma.

Las lágrimas lo avergüenzan al salir de sus ojos, prometió no llorar. Está casi fuera cuando tropieza con la puerta, el vértigo recorre su espalda. Estaba cayendo, hundiéndose.

-Ya te diste cuenta- Eiri lo toma por sorpresa, lo sostiene por la espalda pegándolo a su cuerpo.

Él solo me sostiene para evitar que caiga, él me quiere mantener aquí, despierto, conciente, para torturarme.

Cierra la puerta con la mano libre, Shuichi mira la madera, perdido, tras la barrera que le evita ver la verdad.

-Nadie puede quererte crío, eres muy débil.

-¡Déjame!...- se suelta, los ojos llenos de lágrimas, el rostro transformado en tristeza- No me vengaré de ti, incluso cuando tenga edad para hacerlo…pero algún día sentirás lo que estoy sintiendo.

.*.*.*.

Eres un idiota ¿lo sabes?, fuiste el único en no notar lo que ocurría. Mi hermanito menor se follaba a nuestro primo. Ryuichi le hacía sexo oral detrás de aquel árbol en el jardín donde te gustaba treparte y tú ni lo sospechaste.

No se te pasó por la cabeza que alguien no puede jadear tanto por un simple juego de cartas, y que Ryuichi no grita porque se cayó y le duele.

Tampoco entiendo porqué lloras, ya te lo había dicho, el nunca te querrá, te considera su sangre. Yo no lo hago, nunca lo hice, cuando era más pequeño pensaba que no eras lo suficientemente digno como para ser un Uesugi, y créeme, no fue la influencia de las estúpidas ideas de mi madre, ella te apreciaba un poco, no lo que hubieras deseado, pero considerando las circunstancias deberías estar agradecido.

Y no sé porque te quejas, nunca te he maltratado, exceptuando la primera vez claro, e tratado de ser lo más suave contigo y no me lo agradeces, debe ser porque me odias, o dices odiarme, es divertido verte molesto. Cuando eras mas chico me llamabas hermano mayor, y yo solía mirarte con desdén, desprecio. Te apartaba de mi lado y corrías a llorarle a Tatsuha, como si te hubiese pateado.

El idiota corría a consolarte, a tomarte entre sus brazos, como si fuera un patético príncipe de cuentos o algo por el estilo…le encanta lucirse. ¿Has notado que lo detesto?, supongo que no, estás demasiado ocupado lamiéndole las botas y berreando por una caricia o una de sus vulgares carcajadas.

Iré a visitarte, tal vez charlemos, aunque no me soportes.

.*.*.*.

-No…no y ¡No!...-la mujer de cabellos rubios golpeó con una delgada vara los bracitos del niño.- Dije derecho, de-re-cho- lo tomó de los hombros para enderezarlo sobre la silla- si no aprendes a sentarte como se debe, ¿cómo esperas ser alguien de provecho?...

Shuichi asintió con el rostro contorsionado en dolor, debía soportar, Minako-san hacía todo eso porque se preocupaba por él.

-¡Mika!...¡Mika!...ven ahora mismo…

-Ya madre…no grites – la castaña se apareció en el jardín, donde se hallaba su madre, una silla y Shuichi sentado- oh…¿de nuevo?...¿no ves que ya es tarde?, Shuichi se va a resfriar …

-No entrará hasta que aprenda a comportarse, lo hago por su bien, no quiero que la gente diga que los Uesugi no saben criar a sus hijos…-aseguró la mujer con gesto serio.

Shuichi explayó sus ojos violetas…¿hijos?...¿ella había dicho hijos?...

-Madre…-Mika se llevo una mano a la boca asombrada. Ella nunca antes había aceptado a Shuichi como parte de la familia.

-¿Qué te pasa Mika?...-enderezó a Shuichi nuevamente y le levantó la barbilla con la mano- parece que hubieras visto a un fantasma.

.*.*.*.

Shuichi aún recuerda con nostalgia, sin evitar que las lágrimas caigan, el día en que Minako lo golpeó con la varita, y lo llamo hijo.

Esos días eran tan lejanos ya, se le presentaban en sueños, repitiéndose continuamente, como una vieja película que quería guardar en su subconsciente.

-Ahh…por favor, más lento…-habla como puede, mientras su cuerpo de rodillas y sobre sus palmas se sacude involuntariamente por las bruscas y profundas embestidas de su ‘’hermano mayor’’, que deposita pequeños besos de vez en cuando en su espalda, alternando los tirones a su cabello, y los movimientos de cadera.

.*.*.*.

-¿Jugamos a las escondidas?...- el de ojos negros tomó una de las manos de Shuichi.

-¡Sí!....- Shuichi asintió con entusiasmo.

-¡Contaré hasta 10!...-el grito de Tatsuha lo hizo sonreír y Shuichi corrió por el pasillo, sus pisadas sonando sobre la madera pulida y brillante, su rostro alegre e infantil. Dobló a la derecha y alentado por el ‘’ya voy’’ del moreno, tomó entre sus manos el pomo de la puerta introduciéndose en la habitación.

Aquí no me encontrará…se dijo a si mismo, relajando el cuerpo e inhalando aire para recuperar el aliento.

-¿Quién te dio permiso para entrar aquí?..

-¡Ah!- el pelirrosa se puso pálido, dio la media vuelta, estrelló la espalda en la pared, sin atreverse a gemir de dolor.

-Lo repetiré tan solo una vez más…¿quién te dio permiso para entrar aquí?

Eiri lo miraba sin expresión en el rostro, el pelirrosado rogaba por saber que significaba eso, tal vez estaba molesto.

-Yo…lo siento.

Aún se sentía como un extraño, incapaz de deambular por la casa libremente, porque aunque ya tuviera buenos modales y vistiera ropa decente, seguía siendo el mismo huérfano que papá Uesugi había recogido por lástima.

-Los bastardos no deberían andar por ahí, entrando a las habitaciones de los demás…

-¡Oye!...

Tatsuha apareció en el umbral , respirando agitado y serio, como si algo muy grave hubiese sucedido.

-¿Tu qué infeliz?

-Mira…puedes llamarme lo que quieras, no me importa, estoy más que acostumbrado pero no vuelvas a insultarlo ¿entiendes?, porque la próxima vez, no me interesará que seas el favorito o que me manden a un reformatorio, te partiré la cara de engreído que tienes…

.*.*.*.

Eiri lo tiene sobre sus piernas, con el pecho apoyado en su pequeña espalda, sosteniendo su cintura breve con las manos y presionando para embestirlo a un ritmo rápido.

Shuichi inclina su cuerpo de vez en cuando, pero el rubio no lo suelta.

Logra sonreír en medio del dolor que su rostro expresa ante el recuerdo. ¿Dónde había quedado el Tatsuha sobreprotector y valiente?, el que lo tapaba por las noches y lo protegía de Eiri y los niños malos de la escuela que se burlaban de su cabello.

Olvidado en algún sitio, o quizás yo soy el olvidado.

-¡Ay no!...-se queja cuando Eiri se hunde en su interior de un brusco empujón, que lo rasga- Eiri-san…no ¡por favor!…

-Él te olvidó Shuichi, así como Minako nos olvidó a todos cuando se fue de aquí…

Cierra los ojos y asiente con dos ríos de lágrimas humedeciendo las mejillas rojas- Fue…mi…culpa…¡lo siento!, ¡todo es mi culpa!...si yo no hubiese…venido…

Grita desesperado, dudando si es verdaderamente su culpa todo lo ocurrido, pero no vale la pena negarlo porque es lo que Eiri quiere escuchar.

-¿Porqué te culpas?- lo levanta para penetrarlo- ¿porqué siempre lo haces?...-jadea ante la estrechez del pequeño- ¿Por qué quieres hacerte la víctima?...tú no has hecho nada…

-Ah…yaaa…¡no quiero!...

Eiri voltea su rostro con violentamente con una mano, obligándolo a mirarlo directamente, sus ojos dorados y fieros, encontrándose en la oscuridad con los violetas destrozados.

Se tensa, aumenta el ritmo pero no rompe el íntimo contacto, un temblor parecido a furia contenida anuncia su orgasmo que se consume en el cuerpo de Shuichi.

Se encarga de no apartarse para observar el rostro que lloriquea, sonroja y relaja cuando su semen termina su recorrido.

-Tú sabes quien eres….y sabes lo que debes hacer.

A Shuichi a veces le parece, que no es Eiri el que está ahí, es Tatsuha, que no lanza improperios a sus oídos, más bien le parece que le dice pequeños ‘’te amo’’ contra las mejillas.

Le parece.

.*.*.*.

-No Shuichi, el arroz no debe comerse de esa forma, es mala educación.

Se sonrojó ante el comentario de Mika, era tan inútil para esas cosas que hasta se le había quitado el apetito.

-Ya deja, si el huérfano no aprendió eso en una semana, jamás lo hará- Eiri se sacó los lentes.

-¡Eiri!...no digas esas cosas en la mesa- Minako lo miró con reproche.

-Oh vamos mamá, no seas tan dura con Eiri, él solo estaba bromeando ¿verdad hermanito?- Mika sorbió algo de sake.

-Pues a mí no me agrada su sentido del humor- el menor de los Uesugi frunció el ceño y se paró de la mesa listo para retirarse.

-Lo mejor será que yo me vaya, ya comí lo suficiente- sonrió falsamente, dejando a un lado los palitos, su comida apenas había sido tocada.

-Sí, vete…-siseó el rubio, sonriendo apenas.

-Nos vamos los dos…-Tatsuha tomó de la mano al pelirrosa, y se retiraron en silencio, acompañados de los gritos de Minako y de una pasiva Mika.

.*.*.*.

Se arrastra hasta el rincón más cercano, resbalando varias veces, para al fin desistir sobre su alocada idea de ponerse en pie.

Toma lo primero que encuentra, la parte superior de un pijama claro que usa en las noches de verano.

No puede verlo entre tanta oscuridad y con los nervios destrozados pero puede oler la nicotina en un rincón más cercano, lo siente cerca.

-¿Me tienes miedo?...- el humo traza figuras irreales en el aire.

-No

-¿Me odias?

-No…

-¿Porqué tiemblas?

-El…frío

.*.*.*.

-Allá hay una mancha, ¿Qué no ves?...-señala de forma despectiva el piso, indicando que ese es su lugar, donde debe estar, reclinado para siempre.

-Sí Usami-san…-Shuichi gatea por el pulcro suelo y restriega la ‘’mancha’’ con un pañito húmedo.

Ella me odia porque sabe que su prometido se acuesta conmigo. Piensa que yo lo disfruto, y que me creo mejor que ella porque él si me toca.

Aún sigue molesta desde que Eiri-san pidió que la instalasen en una habitación separada, también porque la gritó cuando ella le reclamo su falta de aprecio y algo sobre que no la escuchaba nunca.

-¡No te distraigas!...¿que esperas?...

-¡Si!...

.*.*.*.

No es que la desprecie, simplemente no la quiero cerca de mí…¿entendido?. Su voz es molesta.

Desde aquí, mi punto de vista analítico, ella es la horrible madrastra del ridículo cuento infantil para niñas descerebradas y tu la jodida cenicienta que no hace más que mostrarse sumisa y desvalida ante sus caprichos.

Deberías mandarla al diablo, pero acabo de olvidar que te asusta la oscuridad…así que supongo no te atreverás a contradecirla siquiera.

No sé que hace aquí…pensé que me libraría de ella durante el verano pero parece que Mika se empeña en hacerme la vida imposible, y ni hablar del imbécil que tiene como marido. Estoy casi seguro de que el se lo sugirió.

No quiero casarme con ella, y en realidad ahora que lo discuto abiertamente, no quiero casarme con nadie. No me veo caminando al altar, con una ramera vestida de blanco, presumiendo la virginidad que ya no posee y sonriendo como si acabase de llegar de un viaje en el Caribe.

Esa pose te sienta bien ¿sabes?, agachado, sobre tus manos y rodillas, rogando por complacerla y que se largue de una vez a hablar con Mika, la única que parece soportarla, cabe decir que mi adorado ‘’hermanito’’ tampoco la pasa, y menos Ryuichi.

Me gusta esa cosa que haces, cuando chillas y gimes porque has tenido un orgasmo doloroso, y no trates de mentirme, has acabado varias veces conmigo, tampoco eres un santo.

Parece que la maldita loca se aburrió de mandar como si fuera la señora de la casa y vendrá a molestarme.

Tal vez escriba algo, luego dormiré, y pasaré a verte, justo como la última vez.

.*.*.*.

Notas finales de Pandora: Muchas ^^ gracias por los reviews ;_; muchísimas, no pensé que mi fic tuviera tanta aceptación y más porque no tiene mucho sentido que digamos aunque está inspirado en un tremendo fic xDD…espero que les haya gustado este capi, trataré de actualizar pronto el tercero y último capítulo.

Si alguien no entendió algo es libre de preguntar ^^…

Auf Wiedersehen!!


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