Seth se revolvió entre las sábanas y suspiró al sentirse completamente despierto. Por más que intentara, no podía conciliar el sueño.
¿Cuánto tiempo había dormido? ¿Tres? ¿Cuatro horas? La habitación estaba a oscuras y el silencio era interrumpido por la constante respiración del hombre que se acurrucaba a su lado.
A comparación de él, Dean dormía sin problemas.
Tal vez su insomnio se debía a todos los sucesos del ultimo mes: buscar el perdón de Dean, luchar cada semana por ello, sentir la cercanía del hombre, compartir su vulnerabilidad, ser un equipo otra vez, obtener el campeonato de parejas en SummerSlam y aparecer dos lunes seguidos en RAW como una fuerza imparable y consolidada.
Ellos también se dieron una nueva oportunidad en el amor, llendo despacio e intentando tranquilizar el miedo y la duda que aún los invadía. Sin embargo, no todo era color de rosas y las redes sociales estaban para demostrarlo. Mientras que Seth leía portales y comentarios de aficionados que los apoyaban, otros... expresaban su disgusto de una manera maliciosa. Bueno, era un hecho que no era del agrado de muchos. Estas personas apostaban quién sería el primero en ser el traidor. Aquellos que emitían su odio, creían que Dean esperaba el momento justo para demostrarle a Seth que la venganza podía ser lenta y efectiva.
A veces el pánico se apoderaba de él y se preguntaba si Dean era capaz de hacerlo. Sabía que esos pensamientos demostraban su desconfianza, pero ¿Qué pasaría si Dean le estaba mintiendo? ¿Acaso sería ojo por ojo?
Aunque su voz racional le repetía estas cosas como una especie de advertencia, su corazón estaba puesto en Dean y en su presente juntos. Parecía ser que nada era fácil para los dos.
Unos murmullos despejaron sus pensamientos y escuchó como el otro hombre hablaba en sueños. Seth sonrió y se deslizó mas cerca, no dejando ningún espacio entre ellos.
Dean Ambrose. Era muy afortunado de estar una vez más con el hombre.
En un comienzo, no muchas personas creían que él estaba interesado en el medio lunático, porque... vamos, era obvio que todos los rumores se centraban en la inestabilidad de Dean. En su pasado oscuro y desconocido.
Sin embargo, eso no significaba nada para Seth. Es decir, él era quien compartía trabajo con Dean y en ningún momento su vida fue puesta en peligro o algo por el estilo. Si bien el hombre de cabello sucio y mirada desafiante poseía un aura de peligro inminente, su interacción no lo era. Dean siempre fue amable y gracioso a su manera. Era tan diferentes que eso motivó a Seth querer conocerlo en profundidad.
—Duermete, princesa...—gruñó Dean de la nada y Seth se asustó por las repentinas palabras. Estaba sorprendido por la habilidad del hombre en darse cuenta de las cosas aún estando dormido.
Seth cerró los ojos y suspiró. Dentro de pocas horas sería un nuevo día y una nueva hoja sería escrita para Dean y él. Ya de nada valía revolver el pasado cuando el futuro era incierto y el presente estaba lleno de sorpresas por descubrir.