Jajajajaja, ¡cuánta resistencia! – dijo con sarcasmo una castaña sentada sobre a rama de un árbol, había terminado ase unos momentos de conversar con finny porque él debía regar el jardín así que decidió espiar que hacía la parejita y se topó con semejante espectáculo
Veamos… quedan 5 días para la visita familiar… – dijo con su mano en su mentón en gesto pensativo – 5 días aproximados porque si se les pega la gana llegan antes… necesito tenerlos dándose cariño antes del sábado… - dijo y sonrió maliciosamente – wajajaja tengo un par de ideas buenísimas que compartir con el conde pero… quiero ver primero si logra seducirte solito… – dijo y se quedó espiando la mansión desde el árbol, con su presencia escondida – creo que me he vuelto algo pervertida – dijo mientras seguía espiando la mansión
¡¡Puto libido demoniaco!! – gruño el peli-negro quien estaba otra vez bajo el agua helada de la ducha con toda la ropa puesta, se había metido allí tan desesperado y acalorado que se le olvido desvestirse
Estuvo un rato más en la ducha, para cerciorarse de haber apagado el incendio en su interior producido por su joven amo, luego se cambió el uniforme de mayordomo, se peinó y salió del baño asía el pasillo de servicio el cual recorrió pasando por la cocina hasta llegar a su destino: el comedor, donde su amo lo estaba esperando ya sentado en la silla a la cabeza de la gran mesa de álamo pulido con un mantel de color blanco
Joven amo, lamento la demora en seguida le traigo su comida – se disculpó haciendo una reverencia y dándose media vuelta se disponía a ir por lo antes mencionado pero…
No te reocupes sé MUY BIEN que tenías un… “problemilla” que resolver en el baño… espero, hallas pensado en mí… – dijo coqueto lo que estremeció notoriamente al mayordomo quien no dijo nada y salió de allí con la cara levemente sonrojada
El peli-negro regreso después de un par de segundos con una charola con la comida para su amo – para la comida del día de hoy prepare: salmón a la plancha con salsa de champiñones y un poco de arroz como acompañamiento y de postre: una rebanada de pastel de chocolate blanco con frutillas – anuncio mientras serbia para después situarse junto a su amo para esperar que comiera, el oji-carmesí le sirvió una copa de vino tinto para acompañar el salmón
ciel por su lado comía feliz las delicias que su amado mayordomo le preparaba solo a él – mmm… que sabroso te ha quedado el almuerzo – alago relamiéndose los labios sabiendo que el mayor no le había quitado los ojos de enzima – me muero por saborear… el postre – dijo mirándole lascivamente, mandándole una pequeña indirecta que hizo tragar grueso a su demonio
Sebastián le acercó el platillo con la rebanada de pastel para el cual el conde tenía planes ya de antemano, comenzó a comer “normalmente”, con la cuchara tomo un poco de betún del pastel y comenzó a lamerlo, lento, insinuante, pasando la lengua por todo el cubierto, lleno de crema, leves gemidos se escapaban de su boca mientras tragaba y se relamía los labios
Sebastián estaba tenso, apretaba entre sus manos la charola de metal dejándole los dedos marcados mientras sus ojos miraban con deseo al conde, veía su pequeña lengua salir para lamer el cubierto hasta dejarlo limpio, esos pequeños sonidos que hacía solo lograban alterarlo más hasta que después de un par de minutos ya no se pudo controlar, la charola voló asía un costado mientras el peli-negro empotraba a su amo contra la mesa del comedor, las manos de Sebastián comenzaron a recorrer el delgado cuerpo del conde mientras su boca buscaba desesperadamente la contraria para darle un apasionado beso
Mm!!... – gimió gustoso al recibir un beso de los labios de su querido demonio
El conde debería dejar de acosarme… – le susurró al oído al separarse del beso mientras sus manos se perdían debajo de la ropa ajena, hábilmente desabrochaba los botones de la estorbosa camisa y la chaqueta, desesperado por sentirse lo más cerca posible del peli-azul
Y… y tu deberías… dejar de acerté… el difícil… – jadeo al sentir las carisias de su amado demonio
Sabes por qué lo hago… pero me cuesta resistirme a ti… – jadeo sintiéndose estremecer de placer con solo tocarle encima de la ropa, el mayor dejo caer todo su peso sobre el pequeño cuerpo bajo el dejándole atrapado mientras sus guantes volaban por el aire y sus manos desnudas se colaban bajo la ropa ajena
El peli-negro le abrió los pantalones y metió su mano en la ropa interior del conde acariciándolo despacio, torturándolo mientras la otra mano se colaba por su camisa para acariciarle el vientre y luego subir hasta sus botoncitos rosas que comenzaban a endurecerse por la excitación del momento
Ha!... mmm… ya te… extrañaba… ha!!... – gemía de placer por las carisias, a pesar de no haber pasado mucho tiempo desde su último encuentro el menor ya lo extrañaba mucho, no le agradaba estar legos del peli-negro mucho tiempo
El oji-carmesí ya no podía más, tenía que tener contacto con su pequeño o sentía que moriría, sin importarle que alguien pudiera verles le bajo los pantalones y la ropa interior al conde dejando su redondeado trasero expuesto ante el
El menor separo las piernas, se sentía más que listo y dispuesto para recibirlo lo que hizo sonreír al demonio
Jejeje – rio en su oído mientras comenzaba a pasar la cabeza de su miembro por entre las nalgas del menor, el cual se estremecía de ansiedad
Vamos… te necesito… no me tortures… ha!!... – gimió al sentir el miembro del oji-rojo presionar levemente contra su entrada
En un vano intento por calmar ambos cuerpos junto las piernas del conde y metió su miembro entre ellas estimulándose él y rosando los testículos y pene del menor al cual el cambio de planes no le gusto
No… sebas… entra!!... – reclamo muerto de vergüenza pero Sebastián lo callo con un apasionado beso mientras que comenzaba a moverse rápidamente
La mesa temblaba y los platos y adornos tintineaban debido a las fuertes arremetidas del peli-negro, sus respiraciones erráticas, no pronunciaban palabra alguna solo jadeos y gemidos de placer, el oji-carmesí recorría con sus manos el cuerpo del menor, apretándole el trasero, subiendo sus inquietas manos por sus costados y acariciando con la yema de sus dedos los duros pezones de su amante mientras su boca se entretenía dejando chupetones en su cuello y hombros, una de las manos del ardiente mayordomo bajo por su vientre hasta su intimidad la cual masajeo de arriba abajo junto con la suya que pasaba entre las piernas del conde
Un vaso de cristal rodo por la mesa asta quebrarse en el suelo pero a ninguno le importo que se sumara a los montones de adornos que estaban hechos añicos en el piso, solo importaba el placer que se daban al estar juntos y el sentimiento que compartían
Todo el ruido que asían alerto a mey-rin que pasaba cerca del comedor del amo, ignorante del caluroso almuerzo del conde
Mm?... – dijo ella mientras se dirigía al lugar de donde provenía el ruido
Mierda!!... – amy que miraba desde lejos, vigilando que todo marchara en orden salto del árbol y entro por una ventana, corrió por el pasillo alfombrado y limpio de la mansión para detenerse justo enfrente de la sirvienta de la familia phantomhive, quien estaba a punto de llegar al comedor e interrumpir todo el acto carnal entre ellos
¡¡Hola!! – saludo efusiva para despistar
Buenas tardes, señorita – saludo la peli-burdeos sonriendo
em… me ayudas… es que no sé cómo… se usa un corset… - dijo lo primero que se le vino a la mente para llevársela de allí
Claro yo le ayudo, es muy sencillo – sonrió amable la sirvienta
Gracias… hem… ven te llevo a mi habitación – dijo mientras se encaminaban por el pasillo hasta los dormitorios de invitados, lejos del lugar, amy no sabía a qué habitación llevarla, solo sabía que tenía que ser lejos de la acción de la cocina…
Sebas!!... mm!!... si más!!... – pedía el conde mientras el placer le inundaba los sentidos
Y Sebastián le daba lo que quería, subiendo la intensidad de sus envestidas a estas alturas todo lo que había sobre la mesa estaba roto en el piso, los vasos, los platos, candelabros y velas, el mantel tirado a los pies de los amantes que se perdían en la pación del momento
Ya… no puedo!... más!!... – el conde estaba en su límite, a punto de llegar al orgasmo mientras trataba de sujetarse de la mesa, mientras el demonio se abrazaba a su cuerpo y mordía su cuello
Jadeos y gemidos daba el demonio ya a punto de llegar también al clímax mientras comenzaba a masturbar más rápido el miembro del conde – vámonos… juntos…
Las respiraciones eran más agitadas, ambos corazones latían acelerados hasta que en un fuerte gemido se corrieron juntos, manchando el piso y el mantel del comedor, muda testigo de esa travesura
Agotados sobre la mesa, jadeando, sudorosos y con la ropa totalmente arrugada y desordenada
Espero… se allá… calmado… – dijo, se apoyó en sus codos para dejar un beso en la nuca del conde
No por… completo… falto algo… importante… – susurro el menor sonrojado Sebastián no respondió solo ordeno la ropa del conde, arreglo el desorden a una velocidad impresionante y se despidió de su amo con un beso en su frente cosa que molesto al conde el cual quería seguir recibiendo mimos por parte de su mayordomo pero para eso ya habría tiempo
Pronto serás mío demonio… ya lo veras – dijo sonriendo al parecer con más planes en su maquiavélica mente