Sebastián caminaba por los pasillos de la mansión cargando entre sus brazos a su pequeño amo, lo observaba como si fuera lo más hermoso del mundo y para él lo era, su pequeño ángel al cual por su seguridad debía dejar volar lejos de él, llego a la habitación del conde y lo dejo sobre su mullida cama con gruesas cortinas de color azul y lo admiro dormir pero como hace un rato atrás los colores de sus ojos cambiaron a un rosa fluorescente, repaso con su felina mirada el cuerpo delgado, para él hermoso, apetecible, indefenso de su amo recostado tranquilamente sobre la cama y reparo en su rostro, en sus facciones finas, su cabello un tanto desordenado por el ajetreo anterior, en sus delgadas cejas, sus ojos suavemente cerrados con esas largas y espesas pestañas, su nariz respingada, sus mejillas sonrosadas y sus labios, esos apetitosos labios que se le antojaba morder y devorar con hambre
El demonio apretó lo puños tratando de resistir pero era una tentación demasiado grande y no lo pudo aguantar, se subió a la cama sobre, se colocó sobre ciel y junto sus labios desesperadamente en un beso lleno de pasión saboreando esa boquita que tanto amaba mientras metía las manos debajo de su roba para acariciar su suave piel, le abrió la chaqueta verde botella y después su camisa deshaciendo el mudo del laso de su cuello en el proceso, acaricio su vientre plano y deslizo sus besos hasta su cuello mientras sus manos tomaban las piernas del peli-azul y las ponían alrededor de su cadera
Mmm… – guineo entre sueños el conde y ese sonido trajo de vuelta al mayordomo al mismo tiempo que sus ojos volvían a ser de color carmesí
Pero… ¿que estoy haciendo? – se preguntó, recordaba perfectamente lo que hacía, pero el problema era que no había podido parar y él sabía perfectamente porque
El demonio se levantó de la cama y ordeno la ropa de su amo con delicadeza para no despertarlo, después se alejó unos pasos de la cama mientras miraba el piso con molestia, no había podido contenerse por una sencilla razón, lo amaba, lo amaba tanto que le era imposible mirarlo sin querer mimarlo, besarlo, consentirlo, amarlo, saltarle enzima o acorralarlo en algún rincón oscuro de la mansión y que tuviera su marca de propiedad no ayudaba en nada ya que lo hacía sentirse con más derecho de profanar ese apetitoso cuerpo
Se acercó a su amo y le dio un beso en la frente, después se alejó rápidamente y salió de la habitación, necesitaba romper rápidamente ese sello ya que eso le ayudaría a controlarse y a detener la desquiciada necesidad de tener a su amo solo para él y eso ponía en peligro a su prometida ya que los demonios no comparten lo que les pertenece con nadie
Pero por ahora lo que le preocupaba más era deshacerse de ese bulto entre sus piernas, camino por los pasillos hasta el piso de servicio y se encerró en el baño de los empleados, necesitaba una ducha fría y a juzgar por el volumen de su entrepierna de preferencia con mucho hielo del polo sur
Amy se encontraba parada en el recibidor de la mansión, su hermano era aterrador cuando se enojaba pero por mucho miedo que le diese ella no se rendiría, tenía que lograr su objetivo, que estuvieran juntos y su objetivo personal, apoderarse del hilo de la vida de ciel phantomhive, esa era una de las más importantes razones por la que estaba en esa mansión, el hilo de ciel era el más fuerte que ella allá visto en su larga vida y mantenía preso el lado demoniaco que Hannah le otorgo para cumplir el deseo de alois, si se lo quitaba el oji-azul se convertiría en demonio y ella ocuparía ese hilo para cumplir su tan ansiado deseo aunque faltaban piezas en su plan pero quedaba poco para que lo lograra y para lograr apoderarse del hilo tenía un plan pero primero necesitaba distraer a su hermano y ya sabía como
Sonriendo camino por uno de los pasillos de la mansión hasta llegar a la cocina y allí vio al cocinero Bard tratando de cocinar carne con un lanzallamas y por la ventana del pasillo vio a finny asiendo abejeros en el suelo del jardín para sembrar flores pero se topó con una roca de gran tamaño, la saco de la tierra pero uso demasiada fuerza y esta se elevó en el aire y a amy se le ocurrió una brillante idea
La roca solo hubiese avanzado un par de metros en el aire de no ser porque la castaña uso sus poderes demoniacos para hacerla volar hasta la ventana de la cocina, Bard sintió el sonido de la roca acercándose y salió corriendo justo cuando entro destrozando el muro y cayendo justo sobre el galón de gas de la cocina, rompiéndolo y eso más el lanzallamas encendido del cocinero produjeron una gran explosión de gas que destrozo una, no tan pequeña parte de la mansión pero no hubo heridos
Sonriendo al estilo el gato Cheshire de Alicia en el país de las maravillas, amy desapareció como si estuviera hecha de humo como aquel minino y apareció en un árbol del jardín, busco la presencia de su hermano y lo encontró corriendo echo una bestia desde el baño de los empleados asía el lugar de la explosión, su plan funciono, escondió su presencia para que su hermano pensara que se había marchado y de un salto llego hasta la ventana de la habitación de ciel, la abrió dándole acceso a la habitación y una vez dentro la cerro con seguro, corrió asía la puerta he hizo lo mismo, luego miro al peli-azul, allí recostando, tendido indefenso sobre la cama sin nadie que pudiera ayudarle, a merced de sus intenciones, se acercó al joven aristócrata, lo tomo por los hombros y comenzó a zarandearlo – ¡¡despierta ciel!! – llamo
Sebastián… – llamo suavemente entre sueños
Amy sonrió, asta en sueños pensaba en su hermano y él como un gran tonto lo abandonaba, pero ella ya se encargaría de eso, siguió zarandeando al peli-azul pero no hubo caso no abría los ojos, el hechizo del peli-negro era bastante fuerte pero por suerte ella sabía cómo romperlo, se subió a la cama y acuno al conde entre sus brazos mientras tarareaba una canción, un antiguo conjuro demoniaco y acariciaba su cabello
Ciel se sentía perdido, vacío, le faltaba su oji-carmesí con el pero sintió una extraña calidez y unos brazos rodeándole eran reconfortantes pero no se sentía protegido como con los de Sebastián así que sabía que no era él, sentía como esos brazos lo sacaban de la inconciencia y lo traían lentamente a la realidad hasta que al fin abrió los ojos y vio unos ojos carmesís enmarcados en un ondulado cabello castaño cuyo rostro sonreía aliviado
Bien venido de vuelta ciel – le saludo abrasándole contra su cuerpo, rodeándole con sus brazos y se alegró al sentir que el conde hacía lo mismo
Ciel se sentía tranquilo entre los brazos de la castaña pero no eran como los de Sebastián en ellos se sentía protegido, amado, sentía que nadie podía dañarlo mientras estuviera enredado en esos fuertes brazos y le dolía que el mayor se empeñaba en negárselos, sin darse cuenta abraso con más fuerza a la oji-carmesí quien le devolvió el apretón
Amy se sentía cálida, esos brazos delgados y ese cuerpo delicado le recorvaban mucho a él, a su pequeño niño, a su amor a esa persona con la cual no podía estar por que otro demonio se había llevado su alma antes de que ella pudiera impedirlo y eso la torturaba día a día, el hecho de no haber sido valiente, haber luchado por el aun cuando su pequeño no supiera que ella le cuidaba
Se separó lentamente de ciel, no quería seguir recordando o se pondría a llorar y eso no estaba en sus planes pero el oji-azul pudo notar que tenía los ojos brillosos – ¿pasa algo? – pregunto sentándose en la cama
No… nada… bien… supongo que te preguntaras porque mi hermano actúa así – le dijo cambiando el tema, no le gustaba hablar de ello
Si… supongo que me mintió y en verdad no me amaba… – dijo sintiendo unas tremendas ganas de llorar
No… él te ama lo que pasa en que jane le metió cosas en la cabeza y lo hizo dudar si podría cuidar de ti – le aseguro sonriéndole
¿Jane?... ¿quién esa tal jane?... – dijo visiblemente celoso
Tranquilo tigre… jane es una mestiza de demonio con vampiro que engaño a Sebastián asiéndole creer que era su pareja destinada y estuvieron a punto de casarse pero el hechizo se quebró en pleno enlace y las marcas se borraron demostrando que eran falsas – soltó mirando al conde sonriendo al ver que al mínimo nombre de alguien que tenga que ver con Sebastián saltaban sus celos, era tierno a sus ojos
¿Qué marcas fueron las que falseo? – pregunto curioso
¡¿Qué no te fijas en tu cuerpo, despistado?! – regaño divertida
No… Sebastián es el que siempre me dice si tengo algo o me veo enfermo… ¿Por qué? – contesto el despistado conde
Haber ven – lo tomo del brazo asiéndolo levantar de la cama, lo puso frente al espejo de cuerpo entero que tenía ciel en la habitación y comenzó a desabotonar su chaqueta
¡¡hey!!... ¡¡que ases!!... ¡¡suelta!! – dijo sonrojado el conde, puso sus manos en las muñecas de la castaña para tratar de detenerla
Tranquilo… no me atraes en lo más mínimo… y aunque lo hicieras ya estás apartado así que no puedo tocarte o me despido de mi cabeza jijiji – bromeo aunque con los celos de su hermano era lo más probable
Cuando le quito la chaqueta y la camisa puso al oji-azul de lado en el espejo – ¡contempla… la marca del demonio! – dijo de forma teatral
Ciel abrió los ojos como platos… es su espalda donde recordaba sentir los filosos colmillos de Sebastián esa noche… había una marca, una “X” echas con dos plumas de cuervo negras que estaban enredadas en el centro por unas púas parecidas a las que tenía en su ojo derecho – que… ¿qué rallos… es esto? – pregunto sorprendido
Eso es lo que le dice al reto de los demonios… “¡¡a un lado bitches que tengo dueño!!” – bromeo la oji-carmesí – es decir la marca de propiedad de Sebastián… cada demonio puede dejar una… claro si es que de verdad está enamorado – aclaro
Ciel se sintió feliz de saber que su demonio le amaba y de saber que estaba marcado por él pero su felicidad no duro mucho…
Con permiso jov… – Sebastián abrió la puerta de improviso y se topó con semejante escena, SU CIEL estaba a TORSO DESNUDO, con junto a SU HERMANA, EN LA ABITACION Y BAJO LLAVE, al demonio se le encendieron los ojos en rosa fluorescente, los celos lo dominaron y sin pensarlo se abalanzo gruñendo contra amy para descuartizarla
¡¡Sebastián!! – grito en tono de reproche y el peli-negro se detuvo a punto de arrancarle la cabeza a la castaña quien tenía una mirada de completo horror, el oji-carmesí temblaba y jadeaba de pura ira manteniendo los puños tan apretados que los guantes se rasgaron y quedaron reducidos a simples trapos
Sebastián… amor… cálmate – le dijo dulcemente ciel recibiendo un gruñido fuerte por parte del mayor
Co… como quiere… q... que me calme… si lo encuentro… des… desnudo… frente a esta… – dijo con los dientes apretados y mirándole con unos ojos que parecía que le salían chispas
Oye james… yo no le he puesto una mano encima… – dijo retrocediendo – en serio… tócalo, revísalo yo no le hecho nada… – de defendió la castaña
Mas te vale sabandija… o te sacare las entrañas con un tenedor – amenazo
¿James? – pregunto ciel mirando a amy con un poco de curiosidad
Es el verdadero nombre de Sebastián – contesto mientras este se acercaba a su amo, puso una rodilla en el suelo y comenzaba a olerlo, hundió su rostro en su cuello
Mmm – ronroneo el conde asentir la nariz del mayor rosando su piel, pasando por su hombro hasta llegar a su brazo y gruño furioso
Tiene… tu olor… ¡¡lo tocaste pendeja!! – grito he iba al ataque otra vez de no ser porque ciel lo tomo de la cara y le hizo mirarle
Te amo… – susurro – te amo mucho… – volvió a susurrar mientras le daba besitos cortos en la boca – te amo solo a ti… – admitió mientras le pasaba los brazos alrededor del cuello – te necesito… – fu lo último que dijo antes de que su boca fuera devorada por una más experta, se besaron con desesperación, se necesitaban y eso se notaba en cómo se tocaban con desesperación, Sebastián llevo a su amo hasta la cama y se subió sobre el
También te amo… y te deseó… – admitió mientras le devoraba el cuello a besos y mordidas
Mmm… – gimió por las caricias dadas a su joven cuerpo y ese gemido devolvió a la realidad al demonio quien parpadeo confundido y miro temeroso a su amo ya que recordaba lo que estaban haciendo, se separó lentamente de su amo
Yo… amo… no quise – pero fue callado por un desesperado beso del peli-azul, el cual invirtió la situación y se posiciono sobre el pelinegro con las piernas a los costados de su cadera y sentándose justo sobre su miembro ya muy despierto, podía sentirlo claramente
Quería que fuera por las buenas pero al parecer será por las malas – dijo, le desabrocho la corbata a Sebastián y la uso para amarrarle las muñecas al respaldo de la cama – amy si quieres ve a dar una vuelta por la mansión mientras yo saldo cuentas con este demonio – dijo sonriendo malicioso el menor
Cla… claro… me retiro… ¡¡disfrútense!! – se despidió alegre y salió de la habitación cerrando la puerta tras de ella
Y tu – hablo mirando a un sorprendido peli-negro – no saldrás de aquí hasta que quedemos satisfechos – susurro en su oído para luego morderlo mientras le abría los botones de la chaqueta negra del traje de mayordomo
Noh!... amo… pare – pidió levemente sonrojado por la situación pero el oji-azul no lo le hacía caso