Hobbiton no estaba tan revuelta desde hacia bastante tiempo, cuando Bilbo Bolsón había festejado su centecimodecimoprimero cumpleaños y se había esfumado asi sin mas.
Ahora quizás, se podría decir que era mucho peor. Porque el problema era que Peregrin Tuk y Meriadoc Brandigamo, hijos de los dos mas importantes apellidos de la comarca, habían desaparecido sin dejar rastro hacía dos semanas.
Ambas familias eran constantemente bombardeados con preguntas de los vecinos. El señor Paladin Tuk, furioso, tuvo que cancelar la mudanza y contratar a los mejores investigadores para que encuentren a su hijo y al estupido de su sobrino. Su mujer y sus hijas lloraban constantemente. No podían entender como Pippin se había ido asi sin mas. Sin siquiera dejar una nota...
Los Brandigamo estaban igual. El señor Saradoc comenzó una busqueda exaustiva él mismo para encontrar a su hijo.
Todo un caos.
Frodo y Sam estaban terribles. Sentian una tristeza y preocupación inmensas. Al mismo tiempo que insertidumbre y rabia.
Por un lado contemplaban la posibilidad de que sus amigos se hayan escapado, cosa que los enfurecía mucho por no dejar una carta o algo. Por otro lado estaba la temible teoría de que algo malo les podría haber sucedido. Pero, a pesar de que la posibilidad estaba, no lo veían como algo muy probable.
Conocían a sus amigos y sabían que ellos podían defenderse bastante bien.
A demas, era la comarca, ¿que podría haber de peligrosa en ella?
Toda la situación los tenía tan estresados, que estaba generando problemas en su relación.
-Tienes que salir Frodo-le dijo Sam aquel día.-Has estado aquí encerrado todo el día. Necesitamos tomar aire fresco.
El ojiazul rodo los ojos con fastidio. Estaba tirado en la cama de Sam, con la tarea del colegio a un lado aún sin hacer.
-Tenemos que hacer la tarea...
-Pero no te puedes concentrar. Vamos amor, salgamos a dar una vuelta. No hemos salido en días.
Frodo bufó y se levantó de la cama con pezades. Pasó por al lado de su novio sin siquiera verlo y fué hacía la puerta.
Cuando vió que Sam tenía intención de seguirlo, lo detuvo.
-Tu quedate aquí Sam, por si tenemos noticias-dijo y salió.
Sam, triste pero resignado, miraba a Frodo alejandosé por el camino preguntandose que noticias podría recibir...
Frodo tenía muchos lugares que le gustaban, lugares que le recordaban momentos vivídos con sus amigos. El bosque detrás de la escuela, el lago, el granero del papá de Sam, pero había uno en especial. Uno que se encontraba casi a la salida de hobbiton. Era un gran roble viejo que tenía un hueco en el medio. Lo suficientemente grande como para guardar un par de cosas ahí. Durante su infancia lo utilizaban para dejarse mensajes o para esconder sus dulces de sus padres.
Frodo se recargó en el roble y lo miró con nostalgia. Aun estaba algo apenado por como había tratado a Sam, pero realmente necesitaba estar solo...
Como si lo llamara, volteó a ver el agujero....¿cabía la posibilidad?
No lo veía muy probable, pero no perdía nada con intentarlo.
Metió su mano y fue recorriendo el pequeño agujero del arbol. Llegó hasta el fondo y cuando ya estaba por retirar su brazo resignado, se topó con lo que se sentía como un trozo de papel.
Lo sacó y, no solo era un trozo de papel, sino una carta.
La abrió sin tanto entusiasmo como el que se esperaría, puesto que aún estaba la posibilidad de que fuera una carta vieja de esos juegos de niños que jugaban hacia años atrás.
La carta estaba llena de tierra, pero podía leerse asi que lo hizo.
Se le paró el corazón un segundo.
Queridos Frodo y Sam:
Como se habrán dado cuenta, Merry y Yo no estamos.
La razón es simple: Hemos decidido escapar. Huír de mis padres, de los prejuicios, de la sociedad, tomando muy poca ropa, comida y algo de dinero.
Tranquilos, estamos bien y comodos en alguna cama de motel que encontramos (aunque no se en que momento esten leyendo esto).
Chicos, ustedes son nuestros mejores amigos. Lo unico bueno en este mundo. Por eso los conocemos muy bien, y pudimos suponer que por la tristeza de nuestra desaparición, como son unos sentimentales, querrían pasear por aquellos lugares tan importantes para nosotros. ¿Y que mejor lugar para dejar una carta que este?
Queremos decirles que los amamos mucho, los extrañamos, y por favor, no digan nada. Haganlo por nosotros. Pronto nos volveremos a ver. Es una promesa.
Y nosotros siempre cumplimos nuestras promesas.
Firman: MB y PT
Frodo no pudo evitar reir a carcajadas. Una senzación de alivio, felicidad lo invadió. Para luego darle paso a muchas preguntas: ¿Cuano habían decidado escapar? ¿Había sido muy a último momento y por eso no les habían dicho nada? ¿A que se referían con "escapar de la sociedad"? ¿A caso ellos....?
¡Tenía que contarle a Sam!
Guardo la carta bien en su bolsillo y salió corriendo hacía la casa del rubio.
Llegó casi sin aliento, pero llegó.
-¡Sam! ¡Cariño, no sabes lo que encont-!
Quedó paralizado dando un frenazo, con la mano en el bolsillo, en cuanto vio la inminente figura de Paladin Tuk erguida en medio de la sala.
Sam estaba siendo sostenido por un oficial.
-¿Que hace? ¡Sueltelo!
-Alto ahí pequeño mocoso-dijo Paladin.-¿Acaso te referiste a este imbecil como "cariño"?
Frodo se lo quedó mirando con furia. Miró a Sam y le hechó una mirada de "tranquilo, estoy aquí"
-¿Que hace aquí señor Tuk?-preguntó.
-Bueno...supongo que tiene entendido que mi hijo y mi sobrino desaparecieron misteriosamente....
-Claro que si...
-Bueno, justamente le estaba explicando a tu....amigo, que ustedes dos al ser los hobbits con los que ambos se juntaban mas, ustedes son los principales sospechosos de la desaparicion de Peregrin y Meriadoc-Para ese momento tanto Frodo como Sam tenían cara de espanto.-Por lo que ambos estarán tras rejas hasta que se demuestre su inocencia.
-¡No puede hacer eso!-gritó Sam recibiendo mayor agarre por parte del oficial.
-Mira, ya lo hago...y supongo que luego tendrán que explicar ese "cariño"
Otro oficial que Frodo no había visto, lo tomó de los brazos y lo arrastró hacia afuera.