Pippin suspiró una vez mas. Otra mañana, un día nuevo.
Ya iban a ser casi dos meses que se había escapado junto con su amante y ahora vivían juntos en un apartado lugar.
No había sido todo fácil. Ambos añoraban muchísimo casa. A veces incluso estaban tentados a regresar. Pero era preferible quedarse apartados, lejos de todos aquellos que pudieran lastimarlos.
El castaño sintió como unos cálidos brazos lo rodeaban.-Buenos días-susurró el rubio antes de plantarle un beso en la mejilla.
-Buenos días cielo.
Ambos se encontraban en el jardín de la humilde pero acogedora casita que habían conseguido.
No estaban muy lejos de la Comarca. Se habían asentado bien a las afueras de Bree y ambos comenzaron a trabajar como camareros en un pequeño bar. Tenían una vida tranquila y ya se habían hecho un par de amigos de por ahí.
Lo mejor, es que a diferencia de la Comarca, Bree tenía un alcalde muy abierto, y a casi nadie le molestaba o le incomodaba que ambos fueran pareja. Salían a pasear agarrados de la mano sin ningún problema. Cosa que en la Comarca era imposible.
-¿Que hacías aquí afuera?-preguntó Merry mientras repartía pequeños besos a lo largo del cuello de su pareja, haciendo un poco de énfasis en las marcas que había dejado la noche anterior
-El ruido de un pájaro me despertó. Como te veías tan hermoso durmiendo no quise molestarte, así que salía tomar algo de aire.
-Ya entremos, te vas a resfriar...
-¡Pero tu estás sin camisa!-dijo Pippin riéndose.
-Entonces con mas razón entremos...
Al rato ambos ya estaban desayunando unas tostadas con té. La casa era tan pequeña que todo estaba en un mismo cuarto, la cocina en un pequeño rincón, la mesa en el centro y la cama a un costado. Fue raro al principio puesto que ambos estaban acostumbrados a una vida de lujos y casas grandes, pero lo que realmente importaba, es que estaban juntos.
Pippin miraba detenidamente a su novio, quien estaba concentrado en un viejo libro (uno de los pocos que había podido traerse). El rubio terminó sintiendo la mirada penetrante de su pareja y levantó la vista.
-¿Tengo algo en la cara?
Pippin sonrió y tomó la mano de Merry entre las suyas.-Solo pensaba-dijo.
-Últimamente estas muy pensativo…
-Creo que si no pensara sería muy estúpido ¿no crees?
Merry suspiró, cerró el libro, y centró su mirada en el castaño.-¿Qué te ocurre cielo?
Pippin bajó la mirada en un intento de no caer rendido ante los ojos del mayor. Sabía que no podía mentirle a esos ojitos azules.
-Pip…-Merry reforzó mas el agarre de sus manos.-Sabes que puedes decirme lo que sea.
-No es nada Merry solo… ya sabes, aun no me acostumbro al cambio.
-Lo se, yo tampoco… Pero es lo mejor, para estar juntos.-dijo el rubio colocando su mano libre en la mejilla de su pareja, quien cerró los ojos ante el tacto.
-Merry yo…-suspiró.-A veces deseo tanto volver. Mas que nada por Frodo y Sam.
El mayor cerró los ojos por unos segundos mientras agachaba la mirada. Ellos, sus mejores amigos, a quienes les debían todo.
Y a quienes habían abandonado.
-¿Crees que hayan encontrado la carta?-preguntó.
-Conociéndolos, obviamente. Ellos saben que nosotros no los dejaríamos si ningún motivo.
Merry asintió ante la respuesta del menor. Tenía lógica.
-Me pregunto como estarán ellos…
-Devastados, supongo. Eso muchas veces no me deja dormir.
El rubio se quedó pensando un rato, mientras con el pulgar acariciaba la mano de su pareja. ¿Quizás….? Si eran precavidos y hacían todo con cuidado…
-Deberíamos…ir a ver como se encuentran.
Esto hizo que Pippin abriera bien grandes los ojos, mientras Merry lo miraba con una media sonrisa.
-¿L-Lo dices enserio? P-Pero si nos descubren…
-No nos descubrirán, lo haremos en la noche.
-¡Oh cielo!-exclamó el castaño abalanzándose a los brazos de Merry, quien le correspondió gustoso.-¡Veremos a Frodo y a Sam!
-¿Esta noche?-preguntó Merry sonriendo muy feliz
-Esta noche…
Varios kilómetros más adelante, dos Hobbits cumplían ya casi un mes y medio en la cárcel. Un puto mes y medio encerrados. Lo único relativamente bueno es que ambos estaban juntos en la misma celda.
Aun así, eso no era para nada equitativo al horror en que vivían. Lo habían descubierto todo. Descubrieron la carta de sus amigos, descubrieron por medio de conjeturas que Frodo y Sam sostenían algo mas que una amistad, por lo que tuvieron que confesar. Confesar que se amaban, mas que ser liberador y glorioso, resultó ser lo mas parecido a su fin. Ambos fueron golpeados por los policías y condenados a prisión preventiva hasta que se haga un juicio. Ahora no estaban encerrados por sospecha de asesinato, sino por “sodomía”
En cuanto los padres de Sam se enteraron de que su hijo y su cuñado estaban presos, se presentaron inmediatamente en la cárcel. La señora de Gamyi armó tanto escándalo que casi la encierran a ella también. No tenían el dinero suficiente para pagar su salida, por lo que se resignaron a tan solo visitas cada fin de semana.
Frodo y Sam trataban de estar lo mejor posible. Trataban de no darle importancia a la burla de los otros presos, a la mirada despectiva y de asco con el que el señor Paladin los había mirado en cuanto confesaron.
-Era de esperarse… con esta abominación se juntaba mi hijo…-dijo.
El Thain, en cuanto le entregaron la carta, mando al cuartel de búsqueda hacia otros pueblos cercanos. Pero sin mucho éxito, ya que varios de estos pueblos al ser enemigos de la comarca, no permitían el paso. Paladin, comenzó a sospechar que quizás, su hijo y su sobrino también cometían esos terribles crímenes contra la moral. Esto lo aterró tanto que mando a varios de sus empleados a interrogar en todo el pueblo si alguna vez, habían visto una conducta extraña en alguno de los dos jóvenes.
Como era de esperarse, nadie dijo nada mas allá de “Eran mejores amigos” “Estaban siempre juntos” “Eran unos revoltosos”…
Claro, hasta que llegaron a la casa de Estela Bolger.
La joven vivía con sus abuelos quienes eran muy ancianos, por lo que ella solía hacer casi todas las tareas de la casa. Por eso no es de extrañar que ella fuera la que abriera la puerta.
En cuanto la interrogaron, Estela vió su oportunidad perfecta para: 1) Quedar bien con la familia Tuk y con todo el pueblo al haber desenmascarado a Merry y a Pippin, y 2) Como una especie de venganza.
-Esos dos están enamorados-dijo haciendo que a Paladin y a su ayudante se les cayera la mandíbula.- No se si sabían, pero Merry y yo… tuvimos algo por un tiempo. Pero el me termino dejando porque, según él, “no podía olvidar lo que sentía por Pippin” Al parecer ambos escaparon juntos. No me extraña, ¡con los dos maricones con los que se juntaba! Ya todo el mundo sabe que Frodo y Sam son novios y los quieren quemar vivos…
El Thain se volvió loco. Llegó a su casa, golpeó a su esposa culpándola de todo, golpeó a sus hijas, y finalmente se comunicó con el alcalde.
Había una nueva orden que lanzar.
Un pedido de captura.