Era ya de noche en Beijín, el parque principal de la ciudad estaba desierto, todas las personas que estaban ahí se fueron, a excepción de un joven cuyo cuerpo se encontraba recostado bajo la estatua de un ángel.
Ya despierto, miró a su alrededor, para reconocer donde estaba, se paró con cuidado y miró hacia la estatua, esta estaba normal, la cara del ángel miraba hacia el frente, la cara del humano si tenía ojos y el demonio no lo miraba, más confuso aún fue cuando al mirar las fotos de su cámara, estaba la imagen que le sacó al chico de rubio, pero esta vez, el chico se proyectaba en la imagen, tal como estaba cuando lo vio, ahora asustado empezó a caminar rápido, para salir de aquel parque, los pasos empezaron a ser más rápidos y largos mientras su cabeza era bombardeada con el acontecimiento raro que acababa de pasar.
Su cabeza no podía entender lo que acababa de ver, la estatua, el chico, y esa horrible pesadilla, su cerebro no podía encontrar una explicación razonable para lo que acababa de pasarle, y eso era lo que más le aterrorizaba.
Paso tras paso, rápido y más rápido, aunque repitiera ese procedimiento sentía como el camino se hacía más largo, y como el ambiente se volvía peor, el parque se estaba convirtiendo como un cementerio, y aunque sabía que eso solo era producido por su imaginación, se dejó llevar por ella, porque en un momento como ese no es posible imaginar unicornios y rosas por todas partes, no cuando acababa de pasarle aquello, era imposible para su débil cabeza.
Su respiración se hiso más agitada, y la garganta se le empezó a cerrar, su imaginación podía contra él, y empezó a ver como del suelo salían unas paredes y estas empezaban a juntarse, como queriendo aplastarlo, el olor a temor y asfixio lo rodeaban por completo, las paredes ya muy cerca de aplastarlo estaban, y ya estaba decidido a tomar la mano de la muerte.
-Mentira, todo es una mentira...-una voz masculina y fría resonó en su cabeza.
Entonces se dio cuenta que era su imaginación la causante de esto, cerró los ojos y respiro profundo, se concentró en no imaginar que las paredes existían, y finalmente abrió los ojos, y las paredes ya no estaban.
-Corre, vete...-la misma voz de hace unos momentos resonó nuevamente en su cabeza.
Y a como pudo echó a correr lo más rápido posible de ese lugar, cuando finalmente pudo salir de aquel parque , siguió corriendo hasta llegar a su casa, metió las llaves y entró rápidamente, para luego ponerle traba a todas las puertas de la casa, ya que la sensación de peligro le rondaba por todos lados.
-Hola...-la misma voz se escuchó, pero esta vez la escuchó más cerca de lo normal.-Estoy atrás de ti...
Al escucharla fuera de su cabeza se le heló hasta el alma, y el bello del cuerpo se paró al poniéndole la piel de gallina.
-''no gires, no gires''-se repetía en la cabeza.
-Girar...no es una opción..-advirtió.
Y como pudo empezó a girar, revelando al intruso.
~Fin del capítulo~