MadaMina| Capitulo 8
[Minato no podía creer que enserio se había acabado su relación con Madara, y eso que ya habían pasado tres meses de eso. Aun hablaba con él, prácticamente a diario, pero no era lo mismo y lo sabía, aun lo amaba, pero cada vez que pensaba en regresar con él, ese sentimiento de que no merecía a ese hombre regresaba, por lo que evitaba hacerlo, no quería lastimar más a Madara. Otro de los temas que azoraban su vida, era el incomodo e incesante coqueteo de su pediatra, un varón de 35 años, quien curiosamente ya conocía, había sido el mismo hombre a quien meses atrás había insultado en la calle, ese mismo hombre, que desde que le había visto entrar a su consultorio le había pedido una cita, sin importarle que Madara lo estuviera matando con su mirada, o que Minato le rechazara tan abiertamente que dolía hasta cierto punto, pero nada le importaba, ese rubio tenía algo que hacía imposible el no enamorarse de él, por lo que no descansaría hasta verse en una relación con él]
Vamos Minato, tu y Madara no están saliendo, solo te pido una cita y ya, apuesto que a él no le molesta- La enojada mirada de Madara lo hizo callarse y seguir revisando a Minato, quien no podía quitar la mirada de la pantalla frente a él- Te llevaría a un hermoso lugar, casi tan bello como tu- Eso hizo que Minato lo mirara atentamente, él sonrió creyendo que con eso había impresionado al rubio, pero lo único que recibió fue la mirada aburrida de este-
¿Por qué no entiendes que al único hombre que amo es Madara?- El mayor ya estaba familiarizado con esa respuesta, Minato parecía muy seguro al decir esas palabras, por lo cual nunca se preocupaba si las decía enfrente de él, ya que era la realidad, aparte de eso, quería que Madara lo tuviera presente- Puede que no estemos juntos, pero aun lo quiero y siempre lo voy a hacer, y aunque salga contigo, no estaré feliz- Esa pareció una pequeña esperanza para el pelirrojo, quien no dudó en volver a hablar, ignorando las fastidiadas miradas que los otros dos le dirigieron-
¿Y si me das solo un par de citas después de que nazca tu bebé? Solo un par, y si no te interesa mi compañía, podemos dejarlo ahí y no volveré a molestarte más- Esa oferta pareció agradarle al menor, que vio la oportunidad de que Rasa dejara de fastidiarle la vida-
Está bien, si sigo soltero cuando Deidara tenga 2 años saldré contigo, pero si lo mencionas nuevamente el trato se cancela, ¿Te quedó claro?- El pelirrojo solo agitó la cabeza, no queriendo decir nada que hiciera al menor cambiar de idea. Al terminar la cita médica, Madara y Minato salieron del hospital en el auto del mayor, yendo directamente a la casa del Uchiha, ya que Minato vivía ahí hasta el parto del bebé, todo esto a petición del padre-
¿Enserio vas a salir con ese? Sabes que ese hombre no me agrada para nada- Y vaya que lo sabía, Madara no soportaba tener cerca a Rasa desde que este había empezado a coquetearle, ellos aun no arreglaban su relación, pero eso no le quitaba las esperanzas a Madara de poder reconquistar a Minato, ya que no pensaba perderlo- No tienes que hacerlo, simplemente nos cambiaremos de hospital y ya está- Y esa era como la quinta vez que el mayor sugería un cambio de hospital para que Minato no estuviera cerca del pesado ese, no le apetecía para nada que su hijo naciera en las manos de ese medicucho de cuarta, mucho menos que Minato callera en las garras de ese degenerado-
Tranquilo, que si tengo que salir con él solo estaré pensando en ti- Cualquier persona que los viera pensaría que su relación eran flores y azúcar… Bueno en cierta parte así era, ya que aunque terminaron, desde que Madara y Fugaku prácticamente le obligaron a vivir en la casa con la escusa de que no podía estar solo todo el día y menos embarazado, ellos dormían en la misma cama, sin sexo, pero compartían habitación, si hasta se bañaban juntos, por lo que los sirvientes de la casa y Tobirama e Izuna no se lo creían del todo- ¿Quieres que te haga de cenar?- Esa era una de las pequeñas costumbres de Minato, aunque la casa tuviera un chef (Que gustoso le dejaba usar todo en la cocina, hasta le ayudaba con lo que el rubio necesitara), él se ofrecía a prepararle las comidas a Madara y este no podía decir que no-
[Antes de que pudiera responder, ya Minato estaba en la cocina. Detrás de él, entró Fugaku, quien ahora con su embarazo intentaba aprender a cocinar, ya que después del nacimiento de su hijo, planeaba mudarse con su novio, con quien tenía planes de casarse en el futuro. Minato era muy bueno en la cocina, por lo que se había ofrecido a enseñarle un poco del arte culinario a Fugaku, quien aprendía pero a paso lento, ya que al parecer eso de no saber cocinar venia en los genes Uchiha y por lo que le contó su madre nunca había aprendido a cocinar. Hashirama no era un tema tabú en la casa (No como su padre cuando era pequeño), el mismísimo Madara hablaba por teléfono con él perfectamente y como si fueran los mejores amigos, aun no lo había visto más que en algunas fotos que Madara y Fugaku le habían mostrado, pero podía decir que era una muy buena persona]
Sabes, no quiero meterme en donde no me han llamado, pero si no lo pregunto me voy a morir de la incertidumbre- Al ver la cara extrañada de Minato por el abrupto cambio de tema procedió a hablar- ¿Tu y mi padre volverán a estar juntos?- Esa sí que lo había golpeado fuerte, claro que quería volver con Madara, pero sentía que no era el momento, tenía que esperar, algo le decía que llegaría el momento adecuado, el cual le aclararía todas las dudas al respecto de su relación con Madara-
Eso creo, y espero que sea pronto- Fue su simple respuesta, Fugaku no preguntó más al respecto, no quería incomodar más a Minato, por lo que siguieron preparando la cena, aunque no en silencio, ya que Minato le fascinaba hablar mientras cocinaban, por lo que media hora después la cena estaba servida-
~ ~
[Madara no pudo pensar en otra cosa al ver la bonita pieza frente a sus ojos. Un pequeño babero que había caído frente a sus pies en la tienda de bebés, a la cual había ido con Hashirama, quien no había parado de mirar todo con ojos embelesados. Aun no le había hecho llegar el mensaje de que nuevamente seria padre a Hashirama, quien creía que estaban ahí para comprarle algo a su primer nieto. Esa pequeña pieza de tela, quería decirle algo, y lo sabía, quizás era una señal de que su pequeño hijo en camino iba a ser doncel, ya que este tenía dibujado en pequeñas letras plateadas, ‘Soy un hermoso doncel’. Hashirama al verle acariciar tan feliz ese babero, se acercó a él]
Eso es para doncel Madara, Shino será varón- Ese era el momento, era la ocasión para decirle a su ex-esposo y madre de su hijo adulto que iba a volver a tener otro hijo, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Hashirama no dejaba de verlo, ya que parecía que Madara quería decirle algo, pero estaba o espantado o muy nervioso, por lo que prefirió darle su tiempo para que se animara a decirle que le pasaba-
Voy a tener otro hijo- La expresión calmada de Hashirama se la esperó, ya que es muy raro verle enloquecer por cualquier cosa, pero por lo menos esperaba que se sorprendiera un poco- ¿Qué no te sorprende?- Le preguntó, haciendo que este se riera ligeramente-
La primera vez que lo escuché sí, a Fugaku se le salió en una de nuestras conversaciones- Madara suspiró, bueno, por lo menos seria menos difícil hacerle llegar la información- Si tu único hijo te dice, ‘por lo menos podrá jugar con su tío, ya que van a nacer el mismo mes’, no creo que no te lo sospeches, aunque me hubiera gustado conocer al doncel que será madre de todos los niños que quieres tener, tengo que advertirle que si se deja convencer por ti, no dejará de parir nunca- Terminó de decir mientras colocaba varias prendas para su nieto en el brazo de Madara, poniendo entre ellos el pequeño babero que había captado la atención de su ex-esposo-
Pronto le vas a conocer, eso te lo aseguro-