MadaMina| Capitulo 9
¿Y no te duele al dormir?- Le preguntó Rie, ya que estaba realmente impresionada con el tamaño que tenía la pancita de Minato, ella no había estado ni remotamente cerca a una persona embarazada, mucho menos a un bebé, por lo que intentaba preguntar todo lo pertinente para cuando se decidiera a tener uno, bueno si es que eso pasaba- ¿Y te quedaras así de gordo después de tenerlo?-
Me molesta un poco al dormir, porque no encuentro posición. Y no, no me quedaré con la pancita después de dar a luz- Rie acercó suavemente la mano al abultado vientre del rubio, quien silenciosamente le permitió tocarlo. La mujer aun no podía creer que Minato fuera a tener un bebé, mucho menos que la relación de Minato y Madara haya tocado fondo, o bien, que Minato la terminara por sus miedos-
Minato, se que te molesta que te siga insistiendo con esto, pero no te parece que ya va siendo tiempo de que reconsideres volver con Madara, el hombre te está esperando sin pedirte nada ni presionarte, pero yo no soy como él, no puedo dejarte hacer esto- Los ojos azules de Minato no pudieron sostenerle la mirada a Rie, sabía que debía elegir entre tener a Madara o perderlo para siempre. Ese hombre era muy especial y si él lo vio, ¿Qué le decía que otra persona no podría hacerlo?- Ahora que tienes la ventaja tienes que quedarte con el hombre que amas, no puedes esperar que se quede solo para siempre, si no te apresuras en darte cuenta otro te lo va a quitar y después te vas a quedar lamentándote-
Lo sé, pero no puedo simplemente decirle a esto que siento que se largue a molestar a otra parte. Solo necesito más tiempo…- Si que sabía que en un pestañeo Madara podría encontrar a alguien que lo amara sin miedos, que no estuviera tan roto por dentro como él, alguien a quien no tuviera que rogarle por amor incondicional. Y le dolería mucho que cuando por fin estuviera listo, Madara ya esté en brazos de alguien más-
Recuerda que el tiempo no perdona Minato- Y eso había sido suficiente para Minato, que después de esa conversación había decidido irse a su casa, al que era su antiguo apartamento, del cual aun conservaba la llave de repuesto, a pensar con total libertad en lo que debería hacer con la situación de Madara-
[Al llegar no pudo evitar ver el vacio lugar, si aun estuviera con el Uchiha este estaría ahí esperándole para hacer cualquier cosa, pero ese no era el caso. Se sentó en silencio mirando a la nada, intentando pensar en lo egoísta que parecía ser con él mismo, con su bebé y con el padre de este, no podía quedarse ahí dándole evasivas a ese hombre para siempre, no podía pensar en ser el causante de que muriera de tristeza o que se quedara solo hasta la muerte porque él nunca superara sus múltiples problemas emocionales. Entonces se le ocurrió lo que para él sería la respuesta a ese problema]
[Sin perder tiempo se levantó de la cama y a paso lento se dirigió a la consulta de su pediatra. En el camino puso cada pensamiento en su lugar, esperaba seriamente que lo que iba a hacer fuera la respuesta a su problema y que no se equivocara con nada. Estaba triste al pensar que si todo salía como planeaba, Madara se casara con otra persona, pero era lo mejor que podía pasar, ya que sabía que era muy posible que nunca pudiera entregarle toda su confianza y amor, nadie querría ser amado a medias, a excepción de Rasa, quien parecía más que feliz de tenerle a su lado, aunque solo recibiera indiferencia. Al llegar tuvo la suerte de encontrarlo fuera, y al parecer se sorprendió de verle llegar, más aun cuando le devolvió el saludo]
Me gustaría saber si la oferta de salir contigo aún está disponible- El pelirrojo pareció morir y resucitar al escucharle decir eso, así que se apresuró a responder con una afirmativa, sonriendo como si hubiera ganado la lotería- Entonces solo debes decirme cuando quieres que nos veamos, y quiero que sepas que con nada de esto te estoy prometiendo amor eterno, ni sexo alocado, mucho menos que tengamos sexo en todo este tiempo, así que por favor no me presiones con ese asunto- No pudo evitar sentirse culpable por utilizar a ese hombre que solo quería tenerle a su lado para amarlo. Se sentía como una rata al jugar con el corazón de otra persona de esa forma, tanto que no pudo evitar que unas lágrimas se resbalaran por sus mejillas, preocupando al doctor-
Si no estás seguro de esto, mejor lo dejamos para otra ocasión, como ya te dije antes, te esperaré- Eso lo hizo sentirse aun peor, así que sin poder contenerse más, le contó al pelirrojo cual era su plan, este parecía más que comprensivo con él, ni siquiera le gritó por intentar usarlo para su plan- Sé que quieres lo mejor para Madara, pero sería mejor que hablaras esto con él como lo has hecho conmigo, así sabrá que no estás haciendo esto para lastimarlo. La cita aun sigue en pie si aun quieres, si es así, solo envíame un mensaje y dime cuando quieres que nos veamos- No podía creer que aun después de decirle que solo sería un remplazo para hacer que ambos (él y Madara) se olvidaran el uno del otro, ese hombre aun quería salir con él-
Ya te dije que voy a salir contigo, así que si puedes ir a buscarme esta noche para ir a cenar yo estaría más que encantado, te enviaré un mensaje con mi dirección- Y sin esperar una afirmación o una negativa por parte del doctor, salió a paso rápido del lugar. Sacó su celular y le marcó a Madara, este respondió prácticamente al instante- Madara, ¿Puedes venir a buscarme al hospital? Sí, estoy bien… ¿Puedes venir? Necesito que hablemos de algo muy serio…-