Naruto es el tipo de persona que cuando está aburrido, llama a Sasuke para gastarle una broma telefónica, hasta ponerlo mas pálido o enojado de lo normal...
(...)
-Venga, Sasuke-teme, coge el maldito teléfono'ttebayo.- Golpeando la mesa en unos incesantes y molestos ruídos, el rubio sujetaba fuertemente el teléfono, en un estado que él denominaba comomortalmente aburrido.
Pero su novio no contestaba.
(...)
Después de un gran plato de Ramen, su cosa favorita en el mundo -aunque nunca le diría eso al mayor-, volvió a intentar llamarlo, y es que hoy se había propuesto gastarle una... bromita.
-¡Sasuke-teme, por fin!.
-¿Qué quieres Naruto?- Ni un saludo ni nada, como siempre su novio seguía siendo el ser más seco y frío del mundo.
-Estoy embarazado.- Tajante, directo y totalmente serio. Las palabras salieron de su boca antes de poder hacer algo al respecto.
-¿Qué dices, usuratonkachi? ¿Ya te ha sentado mal el Ramen o qué?- Había dicho eso, pero en realidad, el pelinegro estaba temblando al otro lado de la línea. ¿Embarazado? ¿Un hombre? ¿Qué mierda? Aunque era Naruto y nunca se sabía...
-Sí, embarazado.
-Imposible, Naruto. Deja las tonterías, que estoy limp...
-¡Vale! Pues si no quieres a este niño, porque sí, será un niño, ya lo criaré yo solo y tú no tendrás ningún derecho sobre...
-No, no, no. Ese niño también es mío... es solo que... ¿Sabes que eres un hombre, no, idiota?
-Pero...- Naruto cerró el ojo derecho y pensó en una excusa.
Mientras tanto, Sasuke, al otro lado del teléfono, estaba saliendo hacia casa de Naruto, totalmente tembloroso y con un nudo en la garganta.
-Está bien, es broma... Es solo que me aburr...- Y se escuchó una explosión justo en la entrada de su casa. A los pocos segundos, un Sasuke tenebroso aparecía frente al menor.
-Ahora sí que te voy a hacer un hijo, Naruto...
Naruto y Sasuke son el tipo de pareja que querrían cocinar juntos y lo intentarían, hasta que...
-Bueno, mejor echémosle esto, Sasuke.- Naruto, con unas extrañas especias en la mano se acercaba a su obra de arte.
-¡Ni hablar, usuratonkachi, no le echarás eso a nuestra sopa de miso especial!- Gritó, para en segundos, posicionarse frente a la olla, como defendiéndola de su enemigo, en este caso, el mortal Naruto y sus raras especias.
-¡Pero debemos innovar, Sasuke, ese es el trabajo de todo chef!
-¡Podemos innovar en la cama, pero esto se queda tal cual!
(...)
Y al final de una pelea, terminaron comiendo Ramén, tal y como siempre.
-Fue tu culpa, teme.
-Fue la culpa.
(...)
Y de nuevo otra pelea, pero bueno, lo que realmente era agradable, eran las reconciliaciones, ¿no?
Sasuke es el tipo de persona que se arrodilla frente a Naruto, y cuando ve que a este le empiezan a brillar los ojos con intensidad, suelta una carcajada y aclara con burla:
-Solo estoy atando mi zapato, dobe.
(... Muchos minutos después...)
-¡Uzumaki, abre la maldia puerta!- No escucha sonido alguno desde el otro lado de la puerta.- Es pleno invierno y hace menos cinco grados, ¡no puedes dejarme aquí, es mi casa!
Nada.
(... Muchos minutos después, caminando hacia casa de Sakura...)
-¿Sakura, puedo quedarme aquí?
-¿Otra vez te echó?- Pregunta la chica a lo que él solo asiento, evitando el tema. Claramente ella no iba a dejar eso en el aire.- ¿Qué has hecho esta vez?- Ante la mirada del mayor, carraspeó y se corrigió a si misma.- Quiero decir, ¿qué pasó?
-No le pedí matrimonio.- Dice como si nada, y se va al sillón, dejando a Sakura con una gran cara de confusión.