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Todas contra él por Naotsuki-chan

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Tres días, tres días habían pasado desde la gran demostración del azabache y la rubia y para entonces ya todo el instituto sabía de su relación. Gaara estaba preocupado desde que su amigo le contó el trato que estaba recibiendo  por parte del azabache, tenía ese como le decían sexto sentido, el cual le decía que su amigo ya no estaba del todo seguro de seguir con esta farsa y a decir verdad el tampoco deseaba continuar. Había visto esas sonrisas brillantes, esos sonrojos en las morenas mejillas, y ese destello especial en la mirada, su amigo estaba cambiando, y ese cambio significaban solo una cosa: Dolor.

-        ¿Qué puedo hacer para ayudarte?

Suspiro de nueva cuenta hablando consigo mismo. Hoy no iba su hermana con él a la escuela puesto que hoy su padre la necesitaba en casa, su madre había salido de viaje y su hermana debía hacerse cargo de las cosas del hogar. Un nuevo suspiro salió de sus labios, en verdad estaba preocupado y no solo por su amigo, sino también por el mismo. El llevaba un "mes" de “noviazgo” con el moreno y si bien al principio solo era “pasión y hormonas” con el tiempo vio al moreno como él quería que lo viera, como su pareja. No podía decir más solo la verdad, se había enamorado del chismoso Sai, una sonrisa divertida surgió ante el seudónimo que le había puesto, pero  de inmediato cambio a una mueca de disgustó.  Él había estado solo, a palabras de su hermana, “entreteniendo al primo” y la verdad es que eso ya no era lo único que hacía, con el paso del tiempo aprendió a divertirse con él, a convivir, a sonreír, y amarlo, si porque eso era, lo amaba y ya no podía seguir así. Y era justo ese pensamiento en donde volvía al rubio, porque si esto le paso a él, que hasta hace un poco se creía imposible de amar, para el rubio era más fácil de caer en ese amor, puesto que él simplemente  “daba amor a todos”.

-        Joven amo hemos llegado.

No se había fijado de que ya estaban en el colegio, hasta que la voz de su chofer se lo indico. Sin  decir nada solo hizo un asentimiento  con la cabeza y bajo del auto, suspiro por quien sabe cuanta vez en la mañana y al levantar la vista ahí los vio, como desde hace tres días, el azabache y "la rubia" llegaban felices y agarrados de la mano. En su distracción no noto como unos fuertes brazos se enredaron en su cintura.

-        Buenos días, ¿me estabas esperando Gaa-chan?

Un pequeño sobresalto fue lo que sintió el moreno, puesto que el pelirrojo fue consiente del agarre. Una fracción de segundo  y ese cálido abrazo fue lo que necesito el pelirrojo para saber qué hacer, ya lo había decidido y no se retractaría o eso era lo que esperaba. En un movimiento rápido y firme sin romper el abrazo hacia su cintura, dio media vuelta sobre su eje para quedar frente a frente con el moreno, el cual lo miro con una interrogante que aunque no era visible para los demás, Gaara sabía que ahí estaba, con una sonrisa que dejó aún más confuso al moreno, le beso, así como el azabache lo había hecho con la rubia con la  diferencia de que ya todos en la escuela sabían de su relación y este beso no causo tal conmoción, pero eso no importaba para ellos dos, puesto que se besaban como si no hubiera mañana. El moreno había sido sorprendido una fracción de minuto pero rápidamente correspondió el beso que era desesperado, la batalla de lenguas que llevaban a cabo los estaba dejando sin aliento.

-        Wow ¿a qué debo este recibimiento? -pregunto el moreno al momento de separarse.

-        Ha nada en especial solo se me antojo - dijo con diversión

-        Espero que se repita -la sonrisa del moreno se hizo presente, era esa sonrisa verdadera que pocas veces ponía.

-        Tal vez --menciono el pelirrojo con un susurro con un tono que en moreno no pudo descifrar.

-        Gaa...--las palabras de Sai murieron en su garganta

-        Sai tenemos que hablar --el tono serio más serio del normal hizo estremecer al oji negro.

-        ¿de qué...? -- de nueva cuenta sus palabras no salieron al ser interrumpido por aquel pelirrojo.

-        ya hablaremos en la hora de receso.

Gaara ya no dejo que el otro hablara lo beso de nuevo como hace unos minutos dejando a Sai en las nubes. No lejos de ahí las chicas estaban contentas ya que "su" plan iba de maravilla, ellas no eran conscientes del daño que le harían a su ejecutora. Cada una desde distintos puntos de vista observaban a la nueva parejita, en sus pensamientos solo esperaban el gran desenlace y ya habían decidido en qué lugar se daría tal acontecimiento.   

Las clases pasaron muy rápido, y la hora del descanso llegó, para un moreno las primeras horas se le hicieron eternas y más porque aún estaba en su cabeza la conversación con su novio, sin duda eso le tenía preocupado puesto que él conocía todos los tonos de voz de su pelirrojo, al ser poco expresivo aprendió a identificarlos, y en especial ese tono solo le hacía pensar que en verdad era importante. Suspiro y se dirigió al a azotea había visto al pelirrojo salir y como buen novio lo siguió, después de todo su " queridísimo" primo ya no comía con él. Entro por la puerta del servicio de la azotea y ahí lo vio. Gaara había estado pensando la mejor manera de decírselo al moreno, cuando la campana sonó para el comienzo del receso se apresuró a salir sabiendo que Sai le seguiría, tomo camino a la azotea donde se acercó a la baranda observando la vista que daban los jardines traseros de la institución donde pudo ver a su mejor "amiga" y su "novio", escucho la puerta del servicio cerrarse y sabía que había llegado la hora.

-        Gaara..--el moreno no sabía que decir.

-        Sai -- el nombre pronunciado por esos labios siempre le había gustado pero en esta ocasión no había sido dicho con enojo o reclamos sino con un profundo tono serio.--no quiero que hables, solo necesitó que escuches. -- menciono sin voltearse a mirarlo.

-        Gaara ¿qué es lo que pasa?--los segundos de mutismo por parte del pelirrojo preocupaba más al moreno.

-        Tu tenías razón Sai --al momento de mencionar esas palabras el pelirrojo se volteo viendo la cara de confusión del moreno.-- Naruto y yo venimos aquí con una meta, una meta que hemos perdido --el moreno prefirió no interrumpirlo.-- todo esto empezó por un estúpido plan yo solo vine como la compañía de mi mejor amigo-- ahí es cuando el moreno se quedó extrañado ¿qué amigo? ¿a qué iba todo esto?-- pero nunca me imaginé que solo con un simple " distráelo" iba encontrar el amor,  Sai lo que te trato de decir es que yo vine aquí junto con mi mejor amigo Naruto para enamorar a tu primo y dejarle el corazón roto.

-        Espera, espera no te estoy entendiendo. —confusión eso sentía el moreno.

-        Sai, yo solo vine aquí para ayudar a la venganza que un grupo de chicas planeo contra Sasuke Uchiha.

-        ¿Eso era lo que estabas escondiendo? –solo le basto unos minutos para hilar todo, desde las reuniones que tenía el pelirrojo y la rubia en el segundo piso, hasta el momento de hoy. —entonces ¿Naruto es un chico?

-        Es un doncel como yo…

-        ¿Cómo es que se prestaron a esto? Sé que mi primo es un bastardo pero llegar a tal extremo – el moreno había comprendido la situación en cuestión de segundos.

-        Fuimos amenazados por estas chicas y tomaron a su favor los valores y sentido de justicia de Naruto, nos contaron todo lo que les hizo tu primo con tu ayuda, y Naru siendo tan noble de corazón acepto, aunque hubo algunos chantajes de por medio—recordó todos los acontecimientos pasados.

-        Y como Naruto es “una gran actriz” se les hizo fácil –dijo en un suspiro el moreno.

-        Sai… en verdad yo no quería esto y Naruto menos…

-        Pero aun así siguieron con eso —interrumpió las palabras del otro.

-        Sai… nos vimos entre la espada y la pared, nuestras madres también las apoyaron, nosotros…--su voz se había cortado, no sabía por qué pero sus ojos se llenaron de lágrimas, el moreno estaba sorprendido el pelirrojo estaba llorando.

-        Gaara –no sabía que decir, lo único que pudo fue abrazarlo fuertemente—bueno mi bastardo primo se lo merece –el tono divertido del moreno que el pelirrojo le mirara confuso.

-        Yo…te amo y no quiero que esto…

-        Shh –de nuevo corto las palabras del pelirrojo—todos cometemos errores yo los cometí con todas esas chicas, porque me era divertido, pero ahora te tengo a ti y no te liberaras de mi –le beso la frente y le limpio las pocas lagrimas que aún estaban es sus ojos-- ¿sabes que es la primera vez que me dices que me amas?

-        Yo…si... –el pelirrojo no sabía por qué el cambio de conversación.

-        Y el que me hayas dicho es más que suficiente para mí, pero supongo que hay otra razón ¿no?

-        Naruto se ha enamorado de tu primo

-        ¿he?

Después de una larga conversación del por qué el moreno creía que eso no era posible puesto que su primo era un bastardo en como trataba a las chicas, y el por qué si era posible del pelirrojo al saber cómo era su querido amigo de hacer que hasta el más fiero “animal” cayera ante sus pies. Las clases se reanudaron y el día termino.

Todo pareció normal los días que le siguieron hasta que en la noche del sábado una rubia con un hermoso vestido lila con un suéter ligero llego a la casa de su mejor amigo. Una sirvienta le abrió la gran puerta de la casa de los Subaku indicándole que su joven amo estaba en su habitación, “la rubia” cuya apariencia no era para nada extraña para las domesticas de esa casa, se dirigió a la ya conocida recamara. El pelirrojo  estaba en su cama cuando una rubia se le arrojo encima.

-        Naru..—sus palabras fueron interrumpidas.

-        Ya no puedo Gaara ya no puedo seguir con esto… yo…¡yo lo amo!

Las palabras del rubio sorprendieron al pelirrojo, pero él ya lo sabía, ese era su límite. Naruto ya no estaba actuando, ahora simplemente era el doncel que  sufría por un amor.


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