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Todas contra él por Naotsuki-chan

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Los rumores corrieron como pólvora, no sabía cómo, ni quien, ni el por qué pero ahora toda la escuela se había enterado de que habían rechazado al gran Sasuke Uchiha. Una pelinegra con los ojos perlados se encontraba llegando al almacén en donde todas le esperaban, hace apenas unos tres días el rumor había llegado a sus oídos y era el momento de comprobarlo con la una de las personas involucradas.

-        Hinata – la voz de la pelirroja del grupo le hizo voltear ambas venían por el pasillo que les conducía al almacén.

-        Karin –dijo con una ligera sonrisa la oji perla, mientras la otra llegaba a su lado.

-        Vamos o empezaran sin nosotros –menciono para tomar a la pelinegra de la mano y correr el pequeño tramo que les hacía falta.

Entraron al lugar observando que ya todas estaban ahí, cerraron bien la puerta antes de tomar asiento en algún sitio.

-        Bien ya estamos todas—dijo la peli rosa con una sonrisa—podemos comenzar Temari. —la “líder” del grupo se puso frente a la rubia de colas trenzadas.

-        Bien Naruto, los rumores que están circulando por el campus ¿son verdaderos?—cuestiono con un tono tranquilo

-        Si ttebayoo—la respuesta de la otra causo una explanación de sorpresa general.

-        ¿Por qué lo rechazaste? ¡Haz perdido la oportunidad!—dijo la castaña.

-        Ten-Ten tiene razón—la rubia de ojos opacos opino, aunque no había estado presente en las últimas reuniones estaba muy bien informada por Sakura.

-        Y aquí vamos de nuevo –suspiro el doncel con apariencia femenina—eso me quitaría importancia, ya les dije la última vez que estuve aquí, entre más me resista a sus “encantos” más rápido podre enamorarlo

-        ¿A si? –cuestiono la peli roja

-        Ash,-- hizo un gesto de fastidio—vamos ttebayoo, soy la “única” que le ha dicho que no a ese teme, eso es un golpe a su orgullo por lo tanto no descansara hasta que yo le dé el sí. –todas las demás chicas suspiraron aunque no estaban del todo de acuerdo con ese plan, algo les decía que iba a funcionar.

-        Está bien –resignada la rubia de cuatro coletas-- ¿y bien cuál es el siguiente paso?—dijo mirando al doncel.

-        ¿Siguiente paso?—ladeo la cabeza un tanto confundido.

-        No nos digas que no tienes lo que sigue del plan Naruto-kun –menciono angustiada la pelinegra.

-        La verdad es que no ttebayoo, lo planeo de acuerdo se vaya dando la situación –dijo con una sonrisa observando la cara de angustia y preocupación de sus compañeras de cuarto.

-        Cambiando de tema ¿Dónde está Gaara? –comento la rubia mayor, para no discutir con el rubito ya después platicaría con el mas tarde.

-        Entreteniendo a Sai –dijo como si nada el doncel.

-        Ese Sai se ha convertido en una molestia para Gaara-kun – menciono la pelinegra.

-        Pobre de Gaara –comentaron la tercera rubia y la castaña al mismo tiempo.

-        Yo no creo que le moleste tanto—pensaba el rubito mientras suspiraba.

En otra parte no tan lejano a donde se encontraban el grupo de chicas, un pelinegro tenía acorralado a un pelirrojo de tal modo que nadie podía verlos. El contacto de labios que llevaban les quitaba el aliento, el moreno quien recorría la boca contraria se las había ingeniado para que pudieran respirar durante esa danza de lenguas, el pelirrojo tenía un color carmín en las mejillas le costaba un poco seguir el ritmo que el moreno anteponía, con esfuerzo pudo separarse de esos labios que hasta el momento se habían convertido en una adicción.

-        Para… --dijo con la voz entrecortada.

-        Gaa-chan yo sé que te gusta –menciono con una voz calmada y seductora en la oreja del pelirrojo.

-        Eso… no es cierto –con enojo empujo al moreno para que se alejara de su persona por completo— ¡te prohíbo volver hacerlo!

-        Gaa-chan si no te gustara no me hubieras correspondido –anuncio con una sonrisa de lado distintiva de su familia.

El pelirrojo no pudo más que sonrojarse levemente tratando de aparentarlo, pero no podía negarlo cada vez que el moreno le arrinconaba en algún sitio de la escuela, siendo los más frecuentes los pasillos solitarios, su olor lo embriagaba lo dejaba “dócil” ante sus besos, sus carisias, sus palabras algunas dulce otras sucias, se golpeó mentalmente “estúpido soy un estúpido no debería pensar esto, se supone que debería solo “entretenerlo” para que no interfiera en el plan, esto puede ser muy peligroso, pero es que sus manos en mi cintura se sienten bien… espera ¿sus manos en mi cintura?”. El pelirrojo no se había dado cuenta al estar sumergido en sus pensamientos que el moreno se había acercado de nuevo y lo tenía fuertemente agarrado de su cintura, levanto la mirada quedándose encantado por los ojos negros de su acompañante hasta que sintió de nueva cuenta que era aprisionado contra la pared y besado ferozmente, ¿es que no se hartaba de besarlo? Y la respuesta era simple: No. El moreno sabía que estaba perdido se había enamorado de ese doncel pelirrojo, le encantaban sus labios, sus ojos, su piel, el cambio de actitud, algunas veces dócil y otras indomable, sonrió durante el beso al sentir los brazos del otro en su cuello, el pelirrojo estaba cediendo. Continuaron besándose hasta que la campana sonó para el cambio de hora.

En el vacío salón se encontraba un azabache de lo más molesto, toda la maldita escuela ya sabía que la Namikaze lo había rechazado y algunos de los rumores  decían que  le había bateado porque esta estaba enamorada de otra persona, que el Uchiha había perdido su encanto con las mujeres, que la rubia simplemente le dijo que no por mero capricho y una infinidad de cosas más, claro no le molestaba que la gente hablara, pero esos comentarios le estaban pegando en el orgullo. Ah su famoso orgullo él no podía permitir que su orgullo saliera lastimado claro que no, así que decidido haría que la dobe saliera con él a como dé lugar. Escucho la campana y rápidamente dejo una rosa de papel en el escritorio de la rubia, debía hacer uso de todas sus habilidades, en el tallo de la flor se podría ver un escrito.

-        “Te lo repito de nuevo, sal conmigo”—leyó en voz alta lo que decía el tallo. La rubia había llegado sola ya que no encontraba a su pelirrojo amigo así que ingreso al salón encontrando la flor o lo que esta fuera, miro a su alrededor cerca de ella se encontraban Kiba y Haku que sonrieron al ver el detalle, la rubia vio directamente al azabache que le miraba con una sonrisa ladina. —no –fuerte y claro fue su contestación y con una sonrisa arrugo la hoja de papel con que estaba hecha la flor y la tiro a la basura.

Una exclamación por los donceles y por algunas chicas que habían presenciado las acciones anteriores, se dejaron escuchar ante la firme y  seca respuesta de la rubia. El azabache sonrió eso no lo iba a detener, le importaba un reverendo cacahuate si la gente seguía hablando, el conquistaría a esa rubia de carácter fuerte. El profesor había ingresado y mando a todos a sentarse incluyendo a los que apenas ingresaban al salón, siendo estos el moreno y el pelirrojo, este último venía con la cabeza agachada y se le veía abochornado, de inmediato murmullos se escucharon siendo callados por el profesor. Gaara se sentó en su lugar escuchando algunos de los murmullos, su rubia amiga le miro con una sonrisa leve como dando el pésame, a lo que el pelirrojo rodo los ojos y le dijo con la mirada que necesitaba decirle algo, la rubia solo asintió y pusieron atención a la clase. Por el lado del moreno este sonreía de oreja a oreja ya todos se habían acostumbrado a la sonrisa de este aunque aún sacaba escalofríos en algunos por la rara que era, y es que una sonrisa real y natural en ese rostro pálido era para asustarse.

-        ¿No da su brazo a torcer? –dijo en un susurro el moreno, solo para molestar a su “adorado” primo.

-        Por desgracia no –aun en susurros el azabache contesto—pero poco a poco veras como cae.

-        ¿Sigues diciendo que ella solo va hacer un simple juego? –le cuestiono con voz serena, él sabía que su primo comenzaba a tener sentimientos por esa chica.

-        Por supuesto –menciono de inmediato.—ella golpeo mi orgullo

-        Sigues siendo un bastardo –suspiro un poco el moreno.

-        Claro yo no voy a caer como cierta persona –fue lo último que susurro.

El sabia, lo sabía y aun si lo negaba, esa rubia se había metido donde no quería a nadie, había llegado a su frio corazón, aun no estaba del todo seguro si eran sentimientos de amor los que sentía hacia ella, pero su sonrisa, su risa, ese hermoso gesto que  hacia al fruncir la nariz y los labios en un puchero, le cautivaban le llevaban a verla con ternura y fascinación, sabía que algo sentía por esa rubia pero lo negaría hasta estar seguro. Las clases pasaron igual que las anteriores, entre discusiones del azabache y la rubia, uno que otro comentario de Sai para Gaara, en fin clases normales.

Al día siguiente la rubia llegaba de nueva cuenta en sus patines, siempre le encantaba  llegar así pero como existía la oportunidad de que su amigo pelirrojo le pasara a recoger a casa era rara la vez que podía ir así. Era temprano no había muchos estudiantes y se sentía bien no le gustaba todo ese alboroto que se hacía minutos antes de la entrada, se quitó sus patines para cambiar de zapatos, fue en el momento de abrir su casillero que encontró varios presentes entre ellos chocolates y dulces, y también muchas pero muchas cartas, abrió los ojos al ver que mínimo había 10 cartas y diez paquetes de obsequios.

-        Vaya alguien se ha vuelto popular—dijo una voz que se escuchaba cansada proveniente de su mejor amigo.

-        Eso creo –miro las cartas y los dulces haciendo caso de una pequeña bolsa de color azul y rojo, en el frente se veía una pequeña nota.—“no hagas caso y solo sal conmigo” –leyó lo expuesto

-        Suena al Uchiha—comento Gaara al pararse junto a su amigo.

-        Gaara, ya sé que are—dijo con una resplandeciente sonrisa, acto que al pelirrojo le causo un escalofrió.

La rubia por su parte tomo el paquete de Sasuke y las otras cartas y obsequios y se dirigió al salón con un Gaara siguiéndole de cerca, cuando llego a este solo pocos estudiantes estaban en él, específicamente el azabache, un peli castaño con ojos perla primo de Hinata, y un peli café con una coleta alta conocido como Shikamaru, sin detenerse se dirigió al asiento del azabache y coloco la pequeña bolsa con lo que parecían chocolates en la mesa de la butaca.

-        ¿Qué no entiendes la palabra no? –comento con un falso enojo ya que por dentro estaba sonriendo.

-        Y yo que pensé que ya te ibas a rendir –resoplo el azabache con una sonrisa de lado.

-        Entiende que no es no teme –se cruzó de brazos mirándolo—ni aunque fueras el único hombre sobre la tierra saldría contigo ttebayoo –la sonrisa que le dirigió al azabache era de reto. El azabache iba responder cuando una tercera voz se escucho

-        Entonces ¿saldrías conmigo Namikaze-san? –el peli castaño se había acercado a donde se realizaba la conversación.

-        Piérdete Hyuga –con acidez salieron las palabras del azabache.

-        Claro  ¿Por qué no? Pasas por mí a las 4 hoy después de la escuela ¿vale? –las palabras de la rubia dejaron atónitos a todos ahí 

El azabache solo podía ver la sonrisa de la rubia, e inmediatamente fulmino con la mirada al Hyuga. La campana sonó haciendo que todos ingresaran al salón y la conversación finalizara con un asentamiento de Neji, una sonrisa de burla de la rubia hacia el azabache y unas ganas de matar de este último.


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