No me acuerdo de nada, solo me acuerdo de que fui secuestrado por Satán y los dos hermanos. No se porque ahora estoy solo con unos pantalones, con una cadena en el cuello y con esposas. Veo como una puerta se abre y aprieto fuerte los puños. Es Amaimon, pasa adentro, cierra la puerta de la habitación y se aproxima hacia a mi con una sonrisa.
-Oh, por fin te despiertas, Rin.- Dice mientras se sienta junto a mi.
-Déjame en paz, Amaimon, no quiero saber nada de vosotros.- Digo en tono serio, lanzándole una mirada desafiante.
No puede evitar reírse y me abraza
-Tranquilo, no te voy a hacer nada, solo he venido a verte y... Además podríamos jugar los dos juntos.- Esboza una sonrisa mientras me acaricia lentamente.
Me sonrojo un poco y sin pasarlo muy detenidamente, sonrío.
-Vale...
Amaimon salta al oír mi respuesta, me mira y no puedo apartar la vista de sus verdosos ojos, le brillaban mucho de la alegría.
-¿E...Enserio?- decía mientras se le formaba una gran sonrisa.
Yo asiento con la cabeza, con una sonrisa leve.
Amaimon me empuja de forma de quede tumbado, el se acerca lentamente con la misma sonrisa de antes.
-Ya verás, hermano. Te lo vas a pasar bien.- Dice mientras se acerca más a mi.
-¿Eh...? -Me sorprendo un poco, sin saber que decir.
Sus labios estaban rozándose con los míos, su manos me sujetan las manos.
Me sonrojo más y noto como sus labios empiezan a besarme lentamente.
Intento separarme de el, pero no podía ya que el me tenía bien sujeto. Su lengua empieza a jugar con la mía, sabía dulce.
Mientras nos besábamos, me sentía mucho mejor que antes. Se separa de mí, sonriéndome. Me acaricia la cara y susurra:
-Te estas divirtiendo, ¿verdad? -Dice mientras tiraba la cadena hacia a el.
-B...bueno, la verdad... Me gusta.- Digo rojo, agarrándome a sus hombros y mirando a otro lado tímidamente.
Sonríe y me susurra al oído:
-Todavía no he terminado. Para seguir divirtiéndonos te quitaré las esposas.
Asiento con la cabeza y me quita las esposas.
Se acerca a mi cuello, empieza a darme besitos mientras sus manos rodean mi cadera.
No puedo evitar lanzar algún que otro jadeo, me muerdo el labio inferior.
Empieza a bajar hasta llegar a mis pezones, los lame y los muerde suavemente mientras que sus manos acarician mi vientre.
Mis jadeos se vuelven más seguidos, noto como una de sus manos me desabrocha el pantalón.
Sigue bajando hasta llegar a los pantalones, me los baja lentamente y se sonroja
-¡Buah! ¡Qué grande es! -Dice sorprendido.
Me rió y me rasco la cabeza sin saber que decir.
Se empieza a desnudar, hasta quedarse solo con los guantes.
-Esta es mi parte favorita...-Su mano acaricia mi trasero mientras me mira a los ojos.
Acerca dos dedos a mi ano, empieza acariciándolo hasta que empieza a introducirlos.
Me sonrojo más, lanzo un gemido agudo. Empezó a mover rápidamente y abrir los dedos seguidamente.
No podía parar de gemir, se sentía genial, se me caía la baba del placer.
Saca los dedos y sonríe.
Me acerca hacia el y me agacha.
Me sonrojo más, el acaricia mi pelo esperando a que empiece.
Empiezo a lamerlo lentamente, lo acaricio al mismo ritmo hasta que empiezo a chupar. Oigo como gime de placer, me sigue acariciando el pelo hasta que me se paro del miembro.
-Creo... Que deberíamos empezar.- Digo con una sonrisa
Amaimon asiente con la cabeza
Me acerco a el de rodillas, introduzco poco a poco el miembro dentro de mi hasta meterlo entero. Me abracé a el, jadeando un poco.
El me coge de la cintura y empezamos a movernos.
No se lo que me está pasando... Me está gustando mucho.
Comencé a gemir fuerte, cerca de su oído. Sentía que iba a explotar.
El empezó a moverse de manera mas rápida, se acerca a mi oído y susurra:
-Te gusta de verdad, noto como tu miembro va explotar...- Saca una sonrisa pícara y una de sus mano empieza frotar mi miembro.
Gimo cada vez más fuerte hasta que nos corremos a la vez.
Recoge un poco de mi semen y se lo lleva a la boca, yo jadeando, le cojo la cabeza y le beso.
He perdido el control, he liberado el demonio que habitaba dentro de mi.
Nos pasamos así toda la noche, hasta que yo caí rendido.
Al día siguiente, despierto acurrucado a Amaimon, sin cadena y sin ropa.
Esbozo una sonrisa y le beso, Amaimon se despierta y me abraza fuerte.
-Lo de ayer fue muy divertido, ¿cierto? -Sonríe, acariciando mi pelo.
Me rió y susurro:
-Si, es cierto, fue divertido. Aun tengo mi interior desbordando tu semen.
Me llevó a una especie de ducha que hay en el cuarto.
Nos duchamos y nos vestimos al momento. Salimos del cuarto, Amaimon me ofrece una piruleta. Entramos al salón, mientras nos comíamos las chuches.
Ahí se encontraba Satán:
-Konichiwa, Amaimon y Rin.- Dice mientras desayuna.
-Ohayo, papá.- Dice Amaimon, feliz.
Yo no quería ver a ese asqueroso, me separó de Yukio.
-Fuffufu, ¿qué pasa, Rin? ¿Aún cabreado?
Se acerca a mi y juega con mi pelo.
-...¿Y mi espada?- Digo sin mirarle a la cara, en tono serio
- ¿La Kamoken? Tranquilo está intacta. -Dice con una sonrisa, aún jugando con mi cabello
¿Que le pasa la gente con mi pelo? ¿Está mal o qué? Yo lo veo muy bien. (Es suave, por eso todo el mundo se lo toca)
Terminamos de desayunar, yo me voy al exterior para explorar un poco el terreno. Aparece Amaimon, cogiéndome del brazo.
-¿Qué haces, Amaimon?- Pregunto algo rojo.
-No quiero que te pierdas además, ¡yo te puedo guiar!- Saca una sonrisa inocente.
No tuve más opción que aceptar su propuesta, ya que se le veía muy entusiasmado.
Me coge de la mano y me arrastra por todo los escombros y enseñándome cualquier cosa...
¡Ven ya, Yukio!
♥b34;FIN DE LA 2 PARTEb34;♥