Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rosa Blanca por Naotsuki-chan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

parte 4

Después del incidente con la sopa, el ambiente entre ellos se relajo. Empezaron hablar de cómo eran ellos de sus gustos y otras trivialidades mientras comían. Luego de una amena comida el moreno guio al oji plata hacia a la plaza que se encontraba cerca de ahí, donde se ponían muchos puestos ambulantes. Parecía una mini feria ya que había muchos puestos de destreza, en los cuales se detenían de vez  en cuando para demostrar que tan hábiles eran. Fue en uno de los juegos de tírale al blanco en donde Natsuki vio su segunda oportunidad. Distraídamente le dijo a uno de los tantos jóvenes que le daba la cantidad que el quisiera, si le pegaba con la pelota al moreno de larga cabellera, cosa que el muchacho de ojos verdes no se negó y asi lo hizo lazo una de las pelotas para pegarle al moreno. No se sabe si fue cosa del destino o el karma por querer estropear la cita, pero justo cuando la pelota se iba a estampar con la cabeza de Kanda este se agacho a recoger una de las  pelotas que se le habían caído de las manos, y la pelota que fue lanzada reboto en  uno de los postes del pequeño puesto regresando a su antiguo dueño pero el golpe no lo recibió el joven de ojos verdes si no que fue a caer directamente a la cara de la peli plateada  que en esta ocasión seria de la rubia.

-          ¿Que fue eso?—pregunto Allen al escuchar un leve grito de dolor.

-          No tengo idea—dijo Kanda acercándose a el con un pequeño peluche en forma de panda—toma—dijo extendiéndole el peluche.

-          Gracias—dijo tímidamente y con un lindo sonrojo, agarrando el lindo muñeco.

-          No es nada.

 Con  ese lindo detalle siguieron su camino sin notar que una rubia estaba semi consiente en el piso cerca de los juegos, con una morena divertidísima a su alrededor.

-          ¿Estas bien?—dijo con una sonrisa burlona.

-          Eso creo—dijo la rubia con espirales en ves de ojos.

Luego de un rato en los juegos y observando lo que había  en los puestos, fue el turno de Allen de guiar al moreno en dirección opuesta pues el día anterior había escuchado de una galería ambulante en donde por unos cuantos centavos te hacían un retrato. Asi que se dirigieron al parque Nikkö donde se llevaba acabo dicha exposición. No tardaron mucho en llegar, puesto que solo se encontraba a unas cuantas cuadras hacia el norte de su antigua posición. Los chicos se dirigieron a observar lo que un grupo de chicas y chicos realizaban en un mural que habían colocado. Los chicos que estaban realizando una gran pintura fueron sobornados por Natsuki para que incluyeran al moreno. Claro pero con lo que no contaba es que no solo incluyeron al moreno si no a Allen y a ellas dos. El mural se tenia que pintar con todo el cuerpo ya que era extremadamente grande, asi que a los cuatro se les colocaron un protector para sus ropas y cabello y los empujaron a unos grandes recipientes con diferentes pinturas  y después eran sacados y guiados para aventarse contra el mural. Nat vio que podía separar a Allen de Kanda a si que tomo una de las esponjas con las que estaban hechas sus trajes y la aventó hacia Kanda pero como Natsuki tiene mala puntería  la esponja dio directamente en la cara de uno de los chicos que se estaba divirtiendo  con sus amigos pintando, esto dio rienda suelta a una guerra de pintura por todo el lugar. 

-          Esto no me gusta Uki—dijo la morena mientras esquivaba esponjas llenas de pintura.

-          ¿Y crees que a mi si?—dijo Nat realizando la misma acción que la morena.

-          Es mejor correr—menciono para luego darse a la fuga.

-          ¡¡¡Espérame!!!

Después de una de las guerras mas divertidas para ambos, el moreno y el peli plateado se dirigieron a uno de los lugares mas tranquilos del parque. Ya se encontraba atardeciendo y era perfecto para descansar por eso optaron por sentarse en una de las bacas del lugar, bajo un hermoso roble.

-          Jajajaja—Allen seguía riendo por todo lo que había vivido en estas ultimas horas—asido divertido

-          Lo mismo pienso—dijo con una leve sonrisa el moreno. Sin que supiera por que pero ver contento a Allen lo hacia estar tranquilo.

-          Gracias—dijo en un susurro.

-          ¿Por que?—pregunto Kanda un poco confundido.

-          Por este día tan maravilloso—dijo mirándolo con una hermosa sonrisa.

-          El que debería estar dando las gracias soy yo—dijo mientras desviaba la mirada.

-          ¿Porque  lo dices?

-          Porque estar contigo me hace sentir tranquilo, en paz conmigo mismo—dijo aun mirando hacia enfrente. – contigo siento que puedo ser yo mismo, —Allen solo lo escuchaba atento mientras su corazón latía fuertemente—y no el que quieren que sea

-          No entiendo—dijo un poco confundido—¿que es lo que tratas de decir?

-          Te contare algo que a nadie mas le he contado—dijo mientras lo miraba a los ojos y le acariciaba la mejilla, acto que causo un leve sonrojo en Allen—mi familia es un tanto tradicionista—dijo con un suspiro—existe una tradición que dice que cuando uno cumple la mayoría de edad y ya tiene lo necesario para casarse y sostener a una familia se debe plantar una semilla de flor  en el jardín trasero de la casa, si la flor que nace de esa semilla es de color blanca la familia tendrá felicidad  y amor, pero si en cambio la flor sale negra la familia tendrá sufrimiento y dolor

-          Eso es…— Allen no pudo terminar ya que el moreno lo interrumpió.

-          Absurdo –dijo con la mirada hacia delante—lo se, pero aun asi todos los miembros de mi familia lo han hecho por generaciones – dio un largo suspiro—mi abuelo una vez me dijo que nunca habría una flor blanca en ese jardín

-          ¿Por que dijo eso?

-          Por que en ese jardín solo crecen rosas.

-          ¿Rosas?

-          Si, rosas negras—dijo mirándolo a los ojos— o eso es lo que el pensaba

-          ¿Como?—pregunto confundido.

-          Hace dos días fui a visitar a mi abuelo a la casa principal de la familia...

Flash Back

Hacia un día muy lindo, el sol brillaba como nunca o eso pensaba Kanda. Había quedado de ir a ver a su abuelo pues se cumplían dos años que su abuela había fallecido y quería que su abuelo no estuviera solo ya que después de que su abuela se fuera sus hijos por ende la familia entera lo había abandonado.

-          Hola abuelo—saludo cortésmente al señor de edad avanzada que se encontraba en el jardín.

-          Hola hijo—saludo con una sonrisa—¿como has estado?

-          Bien y usted—dijo mientras lo ayudaba a levantarse del suelo donde se encontraba plantando unas cuantas semillas.

-          Pues digamos que bien—dijo sentándose en uno de los camastros del jardín.

-          ¿Aun cree que nacerán flores blancas?—pregunto al ver los pequeños orificios en la tierra para las semillas.

-          La esperanza nunca muere hijo—dijo mirándolo directo—¿por que no lo intentas?

-          Aun no pienso en casarme—dijo serio.

-          Pero ya estas en edad de hacerlo.

-          No lo creo.

-          Inténtalo—dijo con una sonrisa—piensa en esa persona que acabas de conocer—Kanda solo lo miro sorprendido al escuchar tales cosas.

-          ¿Cómo es que…

-          Los viejos nos damos cuenta de muchas cosas hijo—dijo mirándolo—vamos inténtalo—Kanda lo dudo un poco pero aun asi acepto, al fin y al cabo no perdía nada.

-          De acuerdo – dijo para luego arrodillarse y tomar unas cuantas semillas. Las sostuvo en sus manos por un corto tiempo mientras cerraba los ojos y visualizaba en su mente la linda imagen de un peli plateado sonrojado, estiro las manos y dejo caer suavemente las semillas en el orificio, luego lo tapo con un poco mas de tierra y le hecho un poco de agua.

-          Con eso es suficiente—dijo un sonriente abuelito—vamos adentro por un poco de limonada ¿quieres?

-          Esta bien—dijo sacudiéndose la tierra de su pantalón.

Fin del Flash Back

-          Hoy en la mañana fui de nuevo a la casa—dijo mientras tomaba de la mano a un sonrojado Allen – y me recibió con una enorme sorpresa

-          ¿Una.. sorpresa?—Allen ya ni sabia que decir aunque le intrigaba  a que quería llegar el moreno.

-          Asi es—dijo mientras le acariciaba el cabello—me guio hasta el jardín donde había plantado las semillas ¿y sabes que encontré?

-          ¿Que?

-          Una hermosa flor blanca—le dedico una tuene sonrisa que a Allen la pareció bellísima.

-          ¿Una flor blanca? – dijo un poco sorprendido.

-          La semilla que plante hace dos días, ha retoñado en una rosa blanca—explico calmadamente.

-          Eso es…

-          ¿Imposible?—dijo mientras apretaba la mano de Allen—yo también pensaba eso—se quedaron un momento en silencio— pero gracias a eso me he dado cuenta de una cosa

-          ¿Que cosa?—dijo con  curiosidad.

-          Que me gustas mucho Allen—dijo agarrando por sorpresa a Allen que inmediato se le subieron los colores a la cara.

 

La cara de Allen mostraba sorpresa, confusión y sobre todo un sonrojo hermoso. No podía creer lo que había escuchado, ese moreno de larga cabellera con cuerpo de infarto, se le estaba declarando, eso sin duda no podía ser, apenas hace unos días que se habían conocido. Todo esto iba demasiado rápido.

-          Yo—dijo Allen parando al moreno, puesto que este se le estaba acercando peligrosamente a los labios.—Espera—dijo poniendo una mano en el pecho del moreno para alejarlo—esto va demasiado rápido

-          ¿Eso crees?—pregunto un poco desilusionado por no haber podido probar esos hermosos labios que poseía el oji plata.

-          Si – dijo aun con en lindo color rosa en las mejillas y con un tenue toque de tristeza al ver como el moreno se alejaba de el.

-          Tal vez tengas razón—dijo con una voz un poco fría—pero me conformo con que sepas una cosa

-          ¿Qué… cosa?—tartamudeo pues la sonrisa que el moreno  le mostraba era maliciosa.

-          Que yo no acepto un no como respuesta—dijo aun sonriendo. 

-          Eres diferente—dijo Allen bajando la cabeza, aunque estaba sorprendido por semejante respuesta

-          ¿Eh?—pronuncio confundido ¿a que venia eso de diferente?—¿a que te refieres?

-          A eso—dijo con una tuene sonrisa—a que eres diferente

Mientras ellos platicaban las chicas se habían escondido para poder escucharlos.

-          Vamos Kasumi—dijo la rubia en un susurro.

-          Pero que pasa con—ni bien termino de decir cuando la rubia la interrumpió.

-          ya no importa—dijo cabizbaja—vámonos – dijo para luego retirarse con una morena intrigada siguiéndola.

Se retiraron como habían llegado, sin que nadie las notara (o eso pensaban). Mientras  el peli plateado y el moreno se habían quedado en un silencio  un  poco incomodo.

-          ¿Podrías explicarte? no logro entenderte—comento el moreno.

-          Ah!—suspiro—digo que eres diferente por que asi es—el moreno le miro aun mas confundido— si eres diferente a todos los que he conocido—dijo al ver la cara del moreno—¿te diste cuenta verdad?

-          ¿A que te—ni bien termino cuando ya le estaban contestando.

-          A Natsuki – dijo con una sonrisa.

-          Ah!—dijo el moreno. Pero claro que se había dado cuenta esa voz molesta pero amable no la confundiría por nada del mundo—

-          Ella siempre es asi—comento mientras miraba al cielo que ya estaba oscureciéndose—cada chico que se me acerca  ella se encarga de mandarlo al diablo.

-          Ahora comprendo—dijo el moreno en casi un susurro.

-          Es por esa razón que nos ha estado siguiendo—sonrió—

-          Asi que también te diste cuenta.

-          Asi es, pero se lo agradezco aunque algunas veces se ha pasado.

-          ¿Como que se lo agradeces?—pregunto un poco confundido—

-          Hace como dos años fui traicionado—dijo con una triste sonrisa.

-          ¿Eh?

-          Tenia un novio, que solo jugo conmigo—dijo aun con su mirada en el cielo—íbamos en la misma escuela. Llevábamos no mucho de conocernos cuando me propuso ser su novio a lo cual acepte sin dudarlo. Natsuki me había dicho que ese chico no me convenía que no anduviera con el, yo en ese entonces pensé que Natsuki era una niña que no entendía de esas clases de relaciones, me enfade tanto con ella que le deje de hablar. A los 4 meses que llevaba con el, lo escuche hablando con ella.

Era un viernes las clases de la preparatoria ya habían terminado y lo estaba buscando el era un chico de cabellera negra con ojos verdes sumamente atractivo, ya que practicaba deportes y era el capitán del equipo de futbol. Lo había estado buscando por toda la escuela ya que sus entrenamientos iban a empezar y quería pasar un rato con el. Busque por un rato más hasta que lo encontré atrás de una de las aulas del club de música.

-          Quiero que lo dejes en paz—escuche que menciono una chica, en ese momento reconocí la voz de Nat, iba a enfrentarla y decirle que la que quería que me dejara en paz era ella, pero me detuvo la contestación de el.

-          ¿y si no quiero que?—escuche su voz en tono burlón, ahí fue donde me saque de onda y me quede escuchando—

-          Tendré que decirle la verdad—dijo seria demasiado tanto que me asusto, nunca la había visto asi.

-          Por favor—dijo el riéndose, algo que me extraño—te arriesgarías a que te odiara, ¿estarías dispuesta a eso Usami-san?

-          Si con eso lo tengo alejado  de ti y de tus amigos, si estaría dispuesta a eso y a mas—dijo muy segura.

-          Mira niña—dijo furioso, tanto que la tomo del cuello y la pego a la pared, pero ella ni se inmuto – deja  de estar chingando por que solo conseguirás que ese lindo doncel  te odie,  mejor acepta lo que te propuse

-          Ya te dije que mientras el  este alejado de ti bastardo, no me importa que termine odiándome—dijo con una cara entre seria y enojada—mientras el sepa que solo has jugado con el por tu estúpida avaricia!!!!—dijo empujándolo para que la soltara, yo me quede en shock mientras veía a ese que había creído mi novio tirado en el piso.— que sepa de que tu y tus amigos planearon esto para acercarse a mi por medio de el!!—menciono ella a la vez que se ponía a su altura— pensaste que al enamorarlo  podrías llegar a mi y por ende a mi abuelo para que la empresa de tu padre no quebrara—ahora ella lo tomo del cuello para mirarlo fijamente—pero no contaste con que yo me diera cuenta!!—dijo dándole un puñetazo en la cara—esto es por el!! por haberlo ilusionado!! Por haber jugado con el!!

-          ¿Asi que lo quieres?—dijo el limpiándose la sangre del labio que le habría abierto Natsuki—

-          ¿Ah?—fue lo único que escuche de ella.

-          ¿Estas celosa princesa?—dijo el idiota parándose del piso—te he quitado ha tu juguete y ahora lo quieres de vuelta ¿no es asi?

-          Desgraciado!! –dijo furiosa— escúchame bien bastardo—dijo apretando lo puños , podía ver como se contenía para no lanzarse en contra de el— ha Allen  lo quiero, si, eso no te lo niego, pero lo quiero  como a un hermano—dijo mirándolo con una sonrisa mas que macabra – y no dejare que una basura como tu lo lastime mas de lo que ya lo has hecho – dijo mientras caminaba hacia el lado opuesto donde yo me encontraba—asi que si te vuelves ha acercar  te juro que te arrepentirás y no solo tu, sino tu familia también.

En ese momento pensé que ahí había acabado el asunto, yo estaba sumido en mis pensamientos, no podía creer lo que acababa de escuchar, había sido un iluso. Solo reaccione cuando vi que el muy canalla había tomado una piedra  de tamaño mediano, y se dirigía hacia Natsuki quien ya se marchaba de ahí. Como pude  me moví y lo alcance para empujarlo.

-          Eres un maldito—le grite con todo el enojo, rabia y decepción que tenia en ese momento—que  ¿querías matarla?—en ese momento ella volteo.

-          Allen ¿Cuánto tiempo…— no deje que terminara.

-          El suficiente para ver que clase de persona es mi “novio”—dije con desprecio.

-          No es lo que tu piensas—dijo el desgraciado tratando de excusarse.

-          Claro, y piensas que te voy a creer—dije aguantándome las ganas de meterle tremendo golpe en los bajos  que para que te cuento—lo escuche todo idiota, escuchaste TOOOODOOOO. Eres un estúpido ambicioso, y me alegro de que me hayan abierto los ojos—medio grite—como pude fijarme en una basura como tu!!—justo en ese momento vi todo como en cámara lenta. Vi como la mano del idiota se levantaba para lo que seguro seria una bofetada. Pero esa bofetada nunca llego a mi cara. Natsuki se movido rápido,  atinando un gancho al estomago, ella al ser mas baja y pequeña había cabido perfectamente entre el espacio que nos separaba al idiota y a mi.

-          Te lo advertí—menciono a la vez que veíamos como el sujeto se tomaba el estomago, a causa del dolor del golpe— te advertí que no lo volverías a lastimar—dijo con su sonrisa macabra.

-          Nat—dije en un susurro.

-          Allen!! Te invito a comer—dijo para luego tomarme de la mano  alejándome de ese lugar.

Me asombro su reacción después de dejarlo tirado en el piso pensé que ella se le iría encima y lo molería a golpes. Pero no fue asi sino que me llevo a uno de los restaurantes de uno de los amigos de  su abuelo y me platico lo que había hecho esos tres meses que no nos habíamos visto, como si el incidente de unos momentos atrás nunca hubiera pasado.

-          Al día siguiente, en la escuela todo era normal—dijo con una sonrisa—solo con el pequeño detalle de que el  bastardo no había asistido, todos se preguntaron el porque, y lo único que supimos es que el y su familia se habían mudado

-          ¿Se mudaron?—pregunto el moreno un poco extrañado—¿no es eso raro? Digo ¿de un día para otro?

-          Si yo también pensé que era extraño—dijo con una sonrisa encantadora—asi que le pregunte a Natsuki si tenia algo que ver  ¿y sabes que me respondió?

-          ¿Que?—cuestiono el moreno temiendo por la respuesta.

-          “yo no se nada pero me alegro que se hayan ido”—dijo imitando la voz de la chica—lo curioso es que lo dijo con su típica sonrisa que pone después de que ha hecho una travesura

-          Eso quiere decir que si tuvo algo que ver con la repentina mudanza—pensó el moreno temblando un poco de miedo— entonces  de haberlo querido ella me hubiera desaparecido en el momento que invite a salir a Allen

-          ¿Te encuentras bien?—pregunto curioso al ver la mirada perdida del moreno asi como su cara pálida.

-          S… si—tartamudeo—¿pero  por que no lo hizo? – pensó    

-          ¿Seguro?—cuestiono de nuevo, poniendo una cara de lo mas adorable, pues sus ojos brillaban al igual que su cabello aun con la poca luz que quedaba.

-          Si—dijo automáticamente pues la imagen que daba Allen para el era la mas hermosa que había visto en su vida, e instintivamente llevo una de sus manos  a la dulce cara del peli plateado—Allen—llamo en un susurro pero que fue escuchado por el chico— quiero que sepas que yo no seré asi

-          ¿Eh?

-          Si me das la oportunidad—mientras decía iba acariciando la mejilla del oji plata—quiero demostrarte que es una relación sincera—dijo mientras se acercaba a el poco a poco ya que el peli plateado estaba en shock momentáneo a causa de las palabras del moreno— quiero que experimentes lo que es tener un novio de verdad conmigo ¿me darás la oportunidad?-- Kanda se acerco lentamente para poder besar esos labios que no había podido probar hace un momento, pero como el destino es caprichoso y no quería que probara ese manjar que tenia justo enfrente, el celular de Allen comenzó a sonar provocando que se quedaran petrificados.

-          Diga—dijo Allen al  contestar la llamada, cosa que a Kanda no le grado mucho que digamos.

-          Allen-san siento molestarlo, pero podría venir a ayudarnos— mencionó la chica del otro lado de la línea— es que Natsuki no dejo las llaves para cerrar y no contesta su celular ¿podría usted venir?

-          Esta bien Minako -chan espérame unos 20 minutos—menciono un poco decepcionado.

-          Gracias!!! y lamento molestarlo— Allen solo suspiro y corto la llamada.

-          Lo lamento pero tengo irme— dijo apenado—surgió un problema en el café y tengo ir

-          No hay problema—dijo— pero me gustaría acompañarte— Kanda no se quedaría sin su beso ya suficiente había soportado a la loca de Natsuki par irse sin un besito (aun que no supiera que tendría mas que un solo beso)

Sin decir absolutamente nada, se encaminaron hacia el restaurante “Flor Plateada”, ya que no estaba muy lejos de su ubicación actual. El camino fue en total silencio, un silencio un poco incomodo ya que la pregunta anterior se quedo en el aire o eso pensaba Kanda hasta que llegaron al local.

-          Etto—menciono Allen ya estando en la puerta del restaurante—acepto

-          ¿eh?—fue lo único salió de su garganta ante lo mencionado por el peli plata.

-          Con respecto a tu pregunta—comento Allen dándole la espalda al moreno pues no quería mostrarle la cara ya que sabia que en esta se posaba un enorme sonrojo— la respuesta es si, acepto—dijo rápido mientras entraba al local, dejando a un moreno mas que sorprendido.

-          Acaso el dijo…

-          ¿Qué acaso estas sordo?—dijo una voz muy conocida para el – dijo que acepta asi que cuídalo bien

-          Pensé que no te habían localizado, Natsuki—dijo el moreno dándose la vuelta encontrándose con una peli plateada recargada en la pared cerca del ventanal.

-          Pues ya vez—dijo con una sonrisa de superioridad  que no le duro mucho puesto que casi inmediatamente la quito dando una mirada preocupada—pero hablando enserio cuídalo bien

-          Eso no tienes que decírmelo—dijo aparentando frialdad.

-          Bien—dijo regalándole una hermosa sonrisa—nos vemos

-          Oye espera—dijo el moreno—quisiera…

-          Ya habrá tiempo para platicar tengo que irme—sin decir mas se fue dejando al moreno extrañado.

Kanda se quedo mirando la dirección que había tomado Natsuki pensando en las mil y una preguntas que quería hacerle a esa extraña chica pero si ella le había dicho que “ya habría tiempo” lo dejaría pasar solo por ahora. Sumido en sus pensamientos estaba hasta que vio la puerta abrirse de nuevo.

-          Oh! No sabia que había alguien aquí—dijo la hermosa jovencita llamada Minako—¿espera a Allen-san?

-          Esto… – Kanda había salido de su cabeza al escuchar la pregunta— si, lo estoy esperando

-          Ah comprendo—dijo con un sonrisa amable—por que no entra parece que tardara un poco

-          ¿No habrá problema en que entre?—dijo aun un poco ido.

-          Claro que no—dijo aun conservando esa amable sonrisa—yo me tengo que retirar asi que adelante pase.

Le sonrió por ultima vez antes de irse, dejando a Kanda un poco renuente si entrar o no. Pero como todo hombre reunió  fuerzas  y decidió entrar al fin y al cabo le habían dado permiso. Recorrió ese largo pasillo hasta la zona del almacén donde se escuchaban algunos ruidos, ahí encontró a un peli plateado con una hermosa sonrisa acomodando algunas cajas.

-          ¿Necesitas ayuda?—pregunto con una leve sonrisa el moreno, por su parte Allen se sorprendió causándole  un pequeño brinco .

-          Etto, yo – tartamudeo un poco ya que aun recordaba lo que minutos atrás le había dicho al moreno—no, estoy bien—dijo regalándole una sonrisa con lo ojos cerrados y  con un tierno sonrojo  en las mejillas. 

Kanda al ver tan linda imagen aprovecho que  Allen tenia los ojos cerrados para aproximarse y capturar eso lindos labios de su ahora novio. Allen al sentir ese dulce toque de los labios del contrario sobre los suyos abrió los ojos inmediatamente, encontrándose con los ojos del moreno, los cuales tenían un hermoso brillo que demostraba el sentimiento especial que sentía por el. Lentamente Allen fue correspondiendo el dulce contacto cerrando de nuevo sus hermosos ojos lo que causo que Kanda hiciera lo mismo lentamente, dejándose llevar por el momento. Kanda paso sus manos por la pequeña cintura del peli plateado para acercarlo mas a su persona, por su parte Allen paso sus brazos por el cuello del moreno  haciendo que ese dulce toque se transformara en un apasionado beso, aun mas profundo cuando el moreno comenzó a lamer el labio inferior pidiendo permiso para poder entrar a esa cavidad cálida que era la boca de Allen, el cual no se hizo del rogar y lentamente dio acceso a la lengua de Kanda. El beso solo duro un par de minutos puesto que el oxigeno se les agotaba causando que tuvieran que separarse.  Kanda no podía estar más feliz, por fin había probado los labios de ese hermoso ángel. Pero no podía detenerse, dicen que la carne cuando llama, es por que llama y sin mas miramientos se aventuro al cuello que se exponía justo delante de el. Los besos que el moreno repartía eran dulces y sencillos, estos dulces toques en su piel  hacían que Allen suspirara. Sabía que iban demasiado rápido, pero su conciencia lo había abandonado en el momento que probó esos esquicitos labios que el moreno poseía. Pronto empezaron un juego de carisias, la ropa se les hacia estorbosas y sin mas ambos comenzaron a desvestirse el uno al otro. A Allen le comenzaron a fallar las piernas una vez que el moreno comenzó a acariciar un abultado problema en sus pantalones, sabiendo que el oji gris necesitaba soporte, con cuidado lo fue recostando en el frio suelo que para ese entonces se encontraba cubierto por las camisas de ambos logrando asi una especie de manta. El juego de caricias continuo, haciendo que los suspiros quedos de Allen se transformaran en audibles gemidos que  para el moreno  sin duda le parecían  el canto de los ángeles.  El moreno regreso a los lindos y rosados labios de Allen para luego  seguir bajando por el  pecho  del peli plateado deteniéndose unos momentos en atender los rosados y endurecidos pezones, deleitándose con los dulces gemidos que soltaba ese dulce ángel debajo suyo. Siguió su camino hasta llegar al pantalón de su acompañante, como esa prenda era lo único que le impedía deleitarse con el mangar mas delicioso del mundo opto por desaparecerlo, haciendo que el peli plateado quedara finalmente como dios lo trajo al mundo.

-          Kan… ah!—no podía ni pronunciar bien las palabras, las sensaciones de placer que lo invadían eran inmensas como para poder pensar.

-          Tranquilo corazón—dijo en un susurro cerca de su oído—ya pronto vendrá lo mejor—continuo con su trabajo.

Volviendo a dejar un camino de besos por todo el cuerpo de su novio, haciendo que los gemidos se elevaran aun más. Dirigió una mira hacia la hombría de Allen comprobando que todo ese juego preliminar había hecho efecto, y el miembro  se encontraba hinchado y parecía ser doloroso, asi que no hiso esperar a su amado y dirigió su traviesa lengua hacia ese pedazo de carne caliente.  Comenzó con pequeñas lamidas que sacaban grandes gemidos de la dulce boca de su “flor”.

-          Ahhh!! Kandahhh!!—había sido el gemido que saco Allen al momento en que el moreno lamia toda la extensión de su miembro.

-          ¿Te gusta?—dijo Kanda apartándose un poco de la entre pierna del oji gris, para poder mirarlo a los ojos –

-          No… ahhh… juegues—dijo con los ojos cristalizados por las lagrimas de placer.

Sin decir nada mas Kanda continuo con su duro trabajo, y ya no hiso esperar a su dulce Allen puesto que se introdujo todo ese pedazo de carne a la boca saboreándolo desde la base hasta la punta.

-          Ahhh… ahhh...mmmm… ahhhhh – lo único que salía de la boca de Allen eran esos hermosos gemidos que deleitaban al moreno, ya que ese dulce vaivén era tan placentero que no podía reprimirlos—ahh es… estoy a punto ahhh..

-          Aun no mi bella flor—dijo el moreno con un linda sonrisa, al ver tan hermoso cuerpo rogándole por venirse—aun falta—dirigió tres de sus dedos a su boca para ensalivarlos y asi poder preparar a su “flor”.

Mientras sus dedos eran preparados, es seguía toqueteando a Allen quien se estremecía aun mas por no poder  terminar. Una ves los dedos estuvieron muy bien lubricados, los dirigió a la virginal entrada del peli plateado, cosa que incomodo un poco al muchacho.

-          No.. espera—la reacción de Allen había  sorprendido al moreno, ya que este se encontraba pataleando y manoteando como un niño—

-          Tranquilo—trato de calmarlo, pero fue en vano. Una de las patadas de Allen  fue a dar a uno de los estantes del almacén, provocando que una caja se callera al suelo, tal fue el estruendo que los dos amantes se quedaron quietos—

-          ¿Que fue…?—no termino de decir ya que unos labios lo callaron—

-          Allen ¿por que reaccionaste asi?—pregunto un moreno preocupado—

-          Bueno.. yo – dijo en un susurro—me asuste, esta es

-          ¿Esta es?—dijo mirándolo con preocupación y amor—

-          Mi primera vez—dijo sonrojado y volteando para otro lado, decirlo sin duda le daba mucha vergüenza—

-          Eso es…—se había quedado sin palabras—

-          Y esto … bueno—

-          ¿Que?—pregunto aun no analizando bien la información—

-          No tengo condón—dijo aun mas sonrojado si es que se podía—

-          Eso es un… ¿eh?—su frase no fue terminada, ya que en el momento en que el oji gris había pronunciado esa frase, el se había incorporado un poco, haciendo que su mano tocara algo que ase unos minutos no había—

Hace unos momentos cuando Allen dio una patada al estante y la caja se cayo,  derramo todo lo que  contenía.

-          ¿Qué rayos?—pregunto Allen al notar que el moreno había parado sus movimientos.

-          Creo que ya no tienes nada de qué preocuparte—dijo con una sonrisa diabólica el moreno, así que sin más tomo uno de los objetos que habían sido expulsados de la caja y prosiguió a terminar lo que habían empezado—

Termino de preparar a su amante, al introducirle el tercer dedo, acción que al oji gris no le desagrado al contrario puesto que la sinfonía para los oídos del moreno comenzó de nuevo y con aun más intensidad. Cuando vio que ya estaba lo bastante lubricado separo un poc las piernas  para ubicarse mejor en el menor. Se dirigió de nuevo a los dulces labios de su niño y dio un beso suave y delicado pidiéndole que confiara en el. Una vez que se separaron por falta del bendito aire, Allen dio su consentimiento con un simple asentamiento de cabeza. El moreno no perdió tiempo, y comenzó a introducirse poco a poco en la estrecha cavidad de Allen.

-          Due aahhh duele—pronuncio débilmente—

-          Tran…quilo—dijo mientras besaba las lindas lagrimas que salían de las perlas de su amado—rayos—pronuncio despacio. Kanda observo que el dolor que sufría Allen era demasiado, se lamento  mental mente por no haber  lubricarlo un poco más. Sin más en que pensar opto por  meterse de una solo estocada—

-          Ahhhhhhhhh!!!!—no era de esperarse que el grito/gemido que había dado Allen fuera tan fuerte que se pudiera haber escuchado hasta la calle.—

-          Lo siento—le dijo susurrando en su oído—si no lo hacía así  te dolería mas

-          Noo ahhh te ahh preocupes—aduras penas pudo pronunciar – estoy bien ahh ahhh solo no te muevas

-          No lo haré mm hasta que tú me lo indiques mm—dijo despacio puesto que al introducirse de una, las paredes de esa calida cavidad aprisiono su masculinidad deliciosamente.—

No paso mucho tiempo para que comenzaran con un vaivén. Kanda se sentía en el cielo esa estrecha cavidad le daba un placer no existente en este mundo. Por su parte Allen se sentía igual el placer lo envolvía y no lo dejaba salir de sus cálidos brazos.

-          Ahh yaa noo ahhh no puedo!!—gimió Allen casi en el clímax—

-          Unnnnm  pocooo mas mm—dijo Kanda al sentir los espasmos del cuerpo debajo suyo—

-          Ahhhhhhhhhh nooooo—fue el gemido que dio Allen al venirse entre sus vientres, ya que la ultima estocada que dio Kanda dio en un punto que llevo a Allen a un punto sin regreso dentro de su corazón. Mientras Kanda al sentir las paredes de la entrada del oji gris le aprisionaban mas  fuerte y deliciosamente  termino por venirse dentro de ese cálido cuerpo.

-          Aahh ahh—respiraba    despacio Allen para tratar de controlar su cuerpo que aun temblaba de placer—

-          Ahhh—al igual que Allen, Kanda trataba de recobrar el aliento—Allen—llamo dulcemente mientras se dirigía a los labios de SU amante al 100%— te amo—susurro antes de tomar esos labios con los suyos y fundirse en un lindo y apasionado beso.

Algunas veces hemos escuchado de las extrañas tradiciones que tienen algunas familias, y tratamos de comprenderlas pero siempre terminamos diciendo que ellos lo entienden mejor que nosotros que somos ajenos a dichas tradiciones, ¿pero que tan seguros estamos de que ellos las entiendan? Las tradiciones son extrañas esto a palabras de Kanda pero gracias a una de ellas es que encontró  a su Flor, si  su flor blanca en el jardín de  rosas negras.

 Algunas veces las tradiciones sellan destinos y unen personas.

Notas finales:

espero les haya gustado


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).