Le temblaban las manos y se daba cuenta cada vez que trataba de dar la vuelta a la página de la agenda.
Hannibal disfrutaba eso, sonreía muy levemente y le gustaba ver como Will temblaba por él, como agitaba su respiración y como su cerebro no coordinaba, no podía pensar claramente.
- Bien ¿por dónde comenzamos?- pregunto Will, inocente.
- Supongo que por el principio ¿no?- las mejillas de Will se tornaron rojas- vamos quiero decir, paso a paso-
- Sí, lo entiendo pero…tomará tiempo- Hannibal apoyo su mejilla sobre su puño cerrado sobre la mesa
- No hay problema, Bedelia y yo tenemos una agenda así que tengo el tiempo necesario. Además es mi boda ¿cómo no me interesaría cada detalle de ella?- vaya, era raro que un novio se preocupara tanto por los detalles de la boda, generalmente la novia se encargaba de todo y el novio de pagar en efectivo o endeudar más su tarjeta de crédito.
- Bien, primero ya tenemos la fecha, después va la iglesia-
- No, una iglesia no, una capilla es lo ideal. Los invitados para la recepción son 500 pero para la capilla será más intimo, unas 50 personas. Detrás de la lista de la recepción viene la de la capilla- Hannibal señalo la lista que Will tenía a un lado de su agenda. La tomó y la hojeo.
- Claro, serán 550 invitaciones entonces. Tengo esta lista de capillas que Bedelia me dejo- Hannibal tomo la hoja que Will le entregaba, la leyó y negó con la cabeza.
- La capilla que quiero es la St. Mary's Seminary- los ojos de Will se abrieron de par en par, su corazón se agito. Era la favorita de Will- y quiero que el pasillo tenga una alfombra roja color sangre- Will sentía como su corazón estallaba de emoción y envidia- quiero que el vestido de Bedelia, de un blanco inmaculado pareciese que es consumido por las llamas del infierno bajo sus pies cuando camine por esa alfombra hacía el altar- Will sintió un tirón en su ente pierna. Que el supiera no era masoquista o partidista a ese tipo de ideología pero le agradaba la idea.
- C…claro, así será, muy bien, necesito estos documentos para entregarlos ¿podría traérmelos lo antes posible?- le entrego una lista de ellos
- Claro, los traeré personalmente Will- sus manos se rozaron unos milímetros pero eso basto para que el corazón de Will latiera de nuevo locamente, trago duro.
- Los padrinos están decididos por ambos ¿verdad?- Hannibal asintió- bien, ya tengo a un trío de músicos para la entrada y la salida; violín, arpa y un soprano , ya tengo los diseños de los arreglos florales Bedelia me entrego una combinación de flores que podemos usar-
- ¿Entre ellas van rosas rojas?- pregunto Hannibal muy interesado
- N…no, nunca he…- Hannibal negó con la cabeza
- Irán en todos lados Will, rojas…- el moreno asintió e hizo la anotación en la agenda pero no podía creerlo de nuevo, quería que las flores el día de su boda fueran rosas rojas adornando todos lados.
- Bien, listo. Sobre los anillos, tengo estos diseños de astas de venados-
- Alces, Will. Deberán ser basados en alces, busca más o a la próxima te traigo el que he escogido- Will se volvió a sonrojar y agacho la mirada. Su cliente era muy exigente, estaba tan nervioso que no prestaba atención, estaba haciendo mal su trabajo o Bedelia era menos perfeccionista y sencilla que su prometido. Se sentía mal…lo hacía ver como un amateur, lo era pero simplemente este era un cliente “único y raro”.
- No te sientas mal, fue error mío por no describirle detalladamente a Bedelia lo que quería para ambos. Te pido una disculpa si te ofendí-el moreno asintió y sonrió levemente, aun así su orgullo estaba herido.
- No hay problema, aún estoy verde en este negocio. Ya tengo el lazo, el fotógrafo, las arras, los pétalos, el carro donde llegará la novia…y en la recepción…- el reloj marcó las 3 de la tarde. Los dos miraron el reloj cucú que Will tenía en la pared, haciéndolo sentir aniñado.
- Qué reloj tan peculiar. Bien Will, mi tiempo se ha terminado, gracias por el trabajo y si gusta ¿podemos agendar la próxima cita? – Will se sentía más el cliente que el vendedor, pero Hannibal ejercía esa fuerza sobre el que lo paralizaba haciéndolo sentir mínimo ante su presencia. Le agradaba eso.
- Por su puesto, puede ser dentro de dos semanas, el mismo día a la misa hora ¿está bien?- Hannibal repaso su agenda mentalmente, sin dejar de mirar a Will, sonrío y asintió con la cabeza.
- Claro, mismo día, misma hora. Gracias Will, hasta luego- tomo su abrigo y se lo colocó, salió de la tienda y una carro lo levanto.
Will se dejo caer en la silla después de despedir a su cliente ¿qué había pasado? Parecía como si hubiera sido amor a primera vista pero no podía ser, Will no era gay ni su cliente, estaba comprometido con una mujer importante, bella e inteligente. Pero si su cabeza no le fallaba había filtreado con él…la puerta de nuevo se abrió y de golpe entro Hannibal.
-El pastel…¿cómo será el pastel?-
-¿Qué?- pensó Will
-No sé, la cubierta blanca pero el pan de…
- Red Velvet…será de red velvet, quiero el pastel rojo- pero ¿que tenía este hombre con el color rojo?
- Sí, claro, así será con mermelada de fresa en medio…- Hannibal sonrió y salió de la tienda.
¡Santo Cristo! Esto tenía que ser un sueño, Will quería esta boda, soñaba con una boda así…y este hombre la estaba haciendo realidad, era demasiada coincidencia.
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Dejo caer el vaso con whisky sobre la barra y miró a Beverly con la boca abierta.
-¿Qué? ¿Aún no puedes creer que tengo desde la tarde una erección por un hombre?- la azabache negó con al cabeza
-No es eso, Will, mi impresión se debe a que es un hombre comprometido y dudo mucho que sea gay. ¡Es un cliente tuyo!- Will cubrió su cara con ambas manos
-Lo sé, pero no sabes como ansió que ya pasen dos semanas para volverlo a ver, necesito verlo, necesito conocerlo más-
-¡Will!-
-¿Qué?
-Además te lleva como veinte años, no puede ser…debes tomar unas vacaciones y dejarle el trabajo a alguien de la tienda-
-No, no puedo hacer eso, él quiere que yo me encargue de todo…-
-¿Él o tú?- arqueo una ceja
-Bien, desde un principio fue Bedelia, quedo fascinada de mi coordinación después de asistir a una boda de una de sus pacientes hace unos meses atrás. Me pidió que fuera la boda perfecta del año…no puedo defraudarla y ahora que Hannibal quiere que veamos juntos los detalles y eso-
-¡HANNIBAL! Lo tuteas, por los cielos Will-
-Bev, el me pidió permiso y se lo di, estaba atontado, no pude hacer nada más que aceptar y hacerlo también-
-Pues ten cuidado Will, no hagas cosas buenas que parezcan malas y el que juega con fuego tarde o temprano se quema-
-Lo sé, no tienes que recordármelo-
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Hannibal entró casi sin hacer ningún ruido, cruzo el vestíbulo pero ahí lo esperaba Bedelia. El reloj marcaban las tres de la mañana.
- ¿Te fue bien?- sin inmutarse el rubio, colgó su abrigo y se desabrocho la corbata
- Sí, gracias. Enoch es tan atento como siempre-
- ¿Fue tanta tu impresión que tuviste que correr con él a contárselo en vez de tu prometida?- el rubio camino hasta ella, la rodeo y se coloco detrás de la silla donde estaba sentada, se inclino un poco hacia adelante y le susurró al oído.
- Es todo lo que me dijiste que es, querida. Gracias a ti lo confirmé. Ahora, hice pequeños cambios a nuestra boda, estabas tú de acuerdo cuando Will me preguntó en su tienda- la rubia apretó los dientes- todo será rojo…sabrás por qué ¿verdad?
- ¡Eres un…!- se aparto de la silla y dio la media vuelta para ir a su recamara
- Serás la novia perfecta, Bedelia, de blanco inmaculado-