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In the name of the Father... por Thelovearesick

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Notas del capitulo:

La ansiedad se hace presente durante su primera interacción, más al platicar, Eddie se da cuenta de cuales son las verdaderas preocupaciones de Waylon.

 

Una disculpa por haberme atrasado tanto...es que las ideas y la universidad y la vida misma empezaban a tornarse un poco difíciles Dx espero ser más constante en este punto. Sin más preámbulos, aquí la historia.

— Capítulo III. Paz  —

Eddie, eres un idiota.

Ese fue el primer pensamiento que apareció en su mente al calmar el palpitar de su corazón y al despejar sus ideas, dándose cuenta de lo precipitado de sus actos al salir así del templo. Había sido demasiado obvio al alejarse así. Seguramente se habían dado cuenta de que algo andaba pasando, pues no era normal el cambio tan repentino de actitud, dado a su carácter y manera de afrontar las diferentes noticias o sucesos.

¿Qué acaso no podía calmarse?

Era como si Eddie se hubiera remontado de nueva cuenta a su adolescencia, aunque pensándolo bien, nunca había actuado así en su juventud. Nunca había cedido del todo a sus impulsos y en definitiva nunca había conocido a alguien que le causara tantas reacciones en tan poco tiempo. Era una verdadera locura tras otra, pensando en todas las formas posibles en las cuales podría conectar con aquel desconocido.

Estaba actuando como un completo idiota sobre este tema en especial, sin poder evitar regañarse a cada momento, intentando calmar aquellas maquinaciones que su mente producía a cada instante. Pero bueno, ya habría tiempo en reprenderse a sí mismo, en otro lugar y en otro momento.

Waylon Park estaba sentado frente a él.

—Y bueno, mi madre me aconsejó venir a la iglesia, así que…aquí estoy. —El joven Park parecía torpe en su hablar. Su postura estaba rígida y parecía bastante incomodo de sobrellevar esta situación. Cada gesto y acción del menor no pasaba desapercibido ante la atenta mirada de Eddie.

—Sí, entiendo que tu madre esté tan preocupada por ti, más aún en la situación que están viviendo ambos. Es difícil sobrellevar estas cosas, por lo que es una muy buena idea que tengas a alguien con quien platicar de esto. —

—El problema es que no sé qué podría platicarle realmente. —Waylon colocó nerviosamente sus manos juntas, sobre su regazo. Parecía mucho más incómodo que antes, por lo que Eddie aclaró ligeramente la garganta, sonriendo ante él.

—No tienes por qué sentirte presionado en tener que contar tal o cual cosa. Si estoy aquí es porque deseo escucharte y aconsejarte. No tiene nada de malo el no tener algo aparente que conversar, pronto llegaran los temas, quizás es por desconocerme a mí o no estar acostumbrado a platicar con alguien dentro de la Iglesia. —

—Sí, es que yo no si yo…bueno, no es nada. —

—No adelante, eres libre de expresarte. —El joven dudo un poco en continuar. Incluso una de sus piernas empezó a moverse de forma sutil y nerviosa. ¿Qué acaso no se daba cuenta de lo adorable que resultaba? A Eddie le estaba constando mucho trabajo no distraerse ante la visión de su nerviosismo. Internamente ambos estaban igual de nerviosos, por distintas razones. Pero siendo un sacerdote, Eddie debía guardar la compostura.

—Yo no sé si realmente podría considerarme un creyente, si le soy sincero, Padre Gluskin…—Oh. Así que era eso.

La mirada de Waylon se levantó lentamente en dirección al rostro contrario, como si estuviera pidiendo disculpas por su declaración. Eddie detuvo su línea de pensamientos, intentando idear alguna respuesta que no fuera ni tan severa ni tan complaciente. Le resulta el doble de difícil considerando los sentimientos que empezaban a brotar ante su presencia.

—Bueno. Eso es algo muy común, más al considerar tu edad. Tener dudas al respecto y no estar muy involucrado en las actividades dentro de una institución como la Iglesia. Deberías darte una oportunidad de conocer más sobre el tema y de permitirte de estos momentos de paz contigo mismo y con los que te rodean. Quien sabe, quizás hasta podrías encontrar alguna respuestas de tus cuestionamientos. —

—Sí, algo similar me dice mi madre. Que mientras más alejado me mantenga, quizás más dudas me genere la religión o la fe en sí. Por eso intenté probar y venir, creo que no tengo nada que perder… ¿o sí? —

Waylon no aparentaba ser la mitad de problemático de lo que su madre decía. Tenía claros problemas de inseguridad y era de carácter introvertido, pero no aparentaba apatía social realmente o alguna de esas tendencias de los jóvenes en estar en constante desafío con la autoridad. Parecía tímido y tranquilo en realidad, encontrando esto fascinante. Parecía tener una cierta madurez además, siendo cortes y amable ante las situaciones, pese a tener cuestionamientos y pensamientos diferentes en cuanto a la fe y la religión. Interesante, era muy interesante en realidad.

—Pareces un joven muy amable y centrado, Waylon, ¿te molesta si me refiero a ti con tu nombre? —

—Por supuesto que no, adelante. — El atisbo de sonrisa nerviosa que aparecía en sus labios era realmente lindo.  ¡Por qué no podía dejar de pensar en que era muy lindo! Lo hacía sentir culpable en realidad. Su mirada tenía que cambiar de dirección de vez en cuando, intentando aparentar toda la normalidad posible frente a Waylon. No podía volver a cometer tantos tropiezos como al principio.

—Bueno Waylon, estoy dispuesto a escucharte y atender todas tus dudas en cuanto a religión y fe se traten. Puedes venir cuando quieras, siempre y cuando este ocupado en otra actividad. Suelo dar algunas misas y encontrarme realizad algunos otros trabajos, pero no me encargo de la coordinación de los diferentes grupos. Yo no tengo esas funciones, por lo que mi agenda no es muy ajustada en cuanto a horarios. Claro, la pregunta aquí es, ¿tú quieres continuar viniendo? —

Waylon se quedó en silencio por un prolongado momento. La tensión parecía apoderarse lentamente de él, en su inútil intento por mantenerse relajado y tranquilo. Eddie no sabía qué hacer. Probablemente si no se tenía del todo cómodo no lograría volver a verlo nuevamente, y eso era una idea que no podía concebir siquiera. Debía pensar algo rápido o quizás podría asustar al joven. Aunque a estas alturas ya debería parecer lo suficiente espeluznante.

—Si te hace sentir incomodo podemos abordar otros temas, en lo que te sientes listo. Hablar de la escuela, de tus amigos quizás, de tus gustos por la música quizás. No lo sé, de lo que tú prefieras. No tiene que ser algo tan forma si no lo deseas. —Waylon asintió lentamente, como intentando disipar un poco la ansiedad. Se notaba la presión que le resultaba el socializar.

—Está bien, supongo que podría intentarlo. Podría venir cuando salga de la escuela algunos días, durante las tardes. Para empezar. Le garantizo que me encontrará mortalmente aburrido al poco tiempo, Padre Gluskin. —

—No seas tan formal conmigo, me hace sentir un tanto viejo. Llámame Padre Eddie en todo caso y para nada. Creo que será más que interesante el contar con tu presencia por aquí. —Las manos de Eddie estaban firmemente juntas sobre su regazo, mientras su postura se mantenía ligeramente rígida y serena. Una sonrisa apareció en sus labios, siendo correspondida casi al momento por la sonrisa de Waylon Park.

¿Acaso no se daba cuenta este joven de todo lo que estaba ocasionando? Parecía que no, lo cual provocaba que Eddie se tensara aún más. Parecía que la ola de incomodidad volvía a extenderse nuevamente entre ellos de un momento a otro.

—Quizás debería irme, probablemente tenga cosas que hacer durante este día o algo…además de que mi madre pasara por mí en un rato más. —

—Bueno, entonces… ¿te vería en el transcurso de esta semana, Waylon? —

—Sí, probablemente en un par de días más…Padre Eddie. Espero que tenga un día excelente. —

Ambos se levantaron lentamente, siendo encaminado Waylon a la salida. Eddie no quería que la reunión terminara de esa forma, pero no había nada que pudiera agregar para poder conversar o conocer mejor a Waylon. Se conformaba con la idea que en los días siguientes podrían volver a encontrarse, por lo que la sensación de pesadez fue disminuyéndose. Al llegar a la puerta del templo, la sonrisa de Eddie se había desvanecido ligeramente, notando como la presencia de la señora Park no tardó en aparecer en un pequeño auto color gris, sonriendo al apenas notar la presencia de Eddie al lado de su hijo. Gluskin siempre pensaría que era un tanto desagradable.

—Nos vemos entonces y muchas gracias por…escuchar, supongo. Adiós, Padre Eddie. —

—El gusto fue mío Waylon, que te vaya bien…—Eddie extendió lentamente la mano al despedirse, soltando una ligera y un tanto forzada risa. Waylon se había alejado en poco tiempo de su visión, estableciendo lugar en el pequeño auto, sin poder evitar quedarse hasta que su visión ya no enfocó más su marcha. Era un idiota, era un completo idiota.

Entró a paso apresurado de nueva cuenta por el templo, notando la mirada confundida y molesta del sacerdote que había dado el aviso de la presencia de Waylon. No era tan importante en este momento ahora, conociendo de antemano que su relación nunca había sido del todo buena. Si era sincero consigo mismo, entendía a la perfección que siempre hubiera ciertas tensiones, ya que no tenía la tendencia de llevarse bien con nadie en realidad.

Eddie tendría que aprender a ser paciente, siendo está una de las virtudes que menos desarrollada tenía. Tenía que ser paciente y esperar de nueva cuenta por la aparición de Waylon en sus días, sin poder evitar sentirse un tanto tenso ante todo lo que había pasado en esa corta y breve presentación.

Waylon parecía ser una persona nerviosa y ansiosa, no sintiéndose cómodo con temas que específicamente tuvieran que ver con religión. Debía encontrar alguna especie de afinidad con el joven, algo que pudiera ser relajado, informal, algo que hiciera que la conversación fluyera con más facilidad. Era una tarea sumamente difícil en realidad.

¿Qué podría tener en común con alguien como Waylon? Había muy pocas cosas de las cuales conversar. Mientras caminaba a su alcoba nuevamente, una serie de tópicos empezaron a aparecer de manera espontánea en su mente. ¿Música? Estaba seguro que no habría una similitud entre ambos. Estaba más acostumbrado a escuchar las cosas que su madre escuchaba, que estaban sinceramente pasadas de moda y de época, por lo cual no era una opción segura. ¿Cine? Hacía años que no miraba algo en particular, estando más concentrado en su propia miseria. ¿Qué otros temas podría abordar? Rayos, vaya que era patético.

— ¡Padre Gluskin! ¿Acaso ya llegó el joven Park ante usted? —Rayos. Lo que le faltaba.

—Padre Martin —comentó con una media sonrisa en el rostro, deteniendo un poco su andar. El anciano hombre llegó al poco tiempo ante Eddie, mostrando una sonrisa mientras intentaba alcanzarlo. Parecía cada día más viejo ante los ojos de Eddie. —Sí. El joven estuvo por aquí hace un momento, platicamos por un rato y dijo que vendría algunos días a la semana.

—Que buena noticia, Padre Gluskin. Espero puedas involucrarlo cada vez más a las diferentes actividades de la parroquia. Siempre es bueno contar con la comunidad en nuestras diferentes actividades, ¿le comentaste acaso sobre nuestros diferentes grupos de jóvenes? —

—Claro, pero por el momento no se siente muy convencido. Espera poder integrarse poco a poco. No quisiera ser grosero pero si me disculpa tengo algunas cosas pendientes que arreglar. —El Padre Martin quería comentar algunas cosas más, pero Eddie siempre tenía un paso particularmente acelerado y difícil de seguir. Eddie no se sentía en lo particular de humor para pretender interés en sus conversaciones.

Tenía cosas más importantes que pensar en un momento así.

Los días pasaron con la misma lentitud que había experimentado anteriormente. Eddie debía ser paciente. Era bien conocido que la paciencia no era una de sus virtudes más desarrolladas. Eddie tenía un temperamento marcado y una tendencia a enojarse por prácticamente cualquier cosa. No era de esperarse entonces que sus demás “compañeros” sintieran cierto recelo por tenerlo cerca, más aun por las constantes actitudes que Eddie presentaba respecto a su superioridad.

No lo admitía abiertamente, pero Eddie nunca se sintió como el resto de las personas. Habían ciertos estándares que debían cumplirse en su rutina bien estructurada, en las cuales la condición de socializar con las personas no estaba abiertamente marcada como relevante. No le era de mucho interés el platicar con los demás miembros de la comunidad o ser partícipe de las actividades abiertamente. Siempre había imaginado que de grande sería una especie de ermitaño en muchos casos, no viviendo en el bosque o algo por el estilo, sino apartado de muchos de sus entornos sociales. Los panoramas que Eddie imaginaba nunca eran del todo alentadores.

Caminaba a paso lento rumbo a la entrada del templo cuando escuchó a lo lejos una voz conocida. Había sido breve el encuentro, pero significativo. El tono nervioso y tropezado no paso desaparecido, desviando su mirada en todas direcciones, logrando encontrar a Waylon Park en compañía del anciano Martin. ¿Pero qué demonios?

—Oh, ahí está —comentó el viejo párroco mientras alzaba la mano en dirección al Padre Gluskin. La sonrisa de Eddie demostraba una serie de emociones confusas en ese momento, sin saber cómo reaccionar o interactuar al acercarse. —El joven Park me ha preguntado por usted y como no sabía en donde se encontraba exactamente, estuve a nada de mandar a buscar a alguna de nuestras hermanas para encontrarlo. Fue una suerte encontrarlo por aquí. —

—Hola Padre Eddie, espero no este ocupado el día de hoy —la voz de Waylon detonaba cierta alegría al encontrarse nuevamente con Eddie. Esto provocó que la tensión del hombre se disipara ligeramente, empezando a mostrar una sonrisa mucho más sincera ante Martin.

—Sí, fue una suerte que anduviera pasando por aquí. Claro que no, Waylon, espero no haberte hecho esperar mucho.  ¿Gustas que vayamos a la capilla?—

—Para nada. No me ha hecho esperar mucho. Con su permiso, Padre Martin. —El viejo sacerdote dio una ligera inclinación de cabeza mientras ambos se disponían a caminar afuera del templo. A medida que se alejaban, Eddie soltó un ligero suspiro, relajándose al poco tiempo. Waylon parecía seguirle el paso de cerca, por lo que su andar era menos pesado y apresurado. Intentaba no mantenerse muy alejado de su presencia.

— ¿Qué tal va todo, Waylon? ¿Has estado asistiendo a clases? —

—Así es. La verdad es que nunca deje de ir. Sentía que era mucho mejor para mí el seguir asistiendo en vez de quedarme en casa. Mi madre parecía algo preocupada por mi decisión, pero a veces no comprendo muy bien que es lo que espera. —

—Creí que te habías aislado por la forma en la cual me contaba tu madre que actuabas, pero aparentemente estás tomando decisiones mucho más maduras que ella. Quizás ella debería venir también de vez en cuando. —Las palabras salieron sin que Eddie se percatara realmente de lo que decía, lamentándolo dos segundos después. Waylon alzó la mirada, mostrando una sonrisa animada.

—Ella ya asiste a diferentes grupos de apoyo y demás sitios en donde le aconsejan algunas cosas. A veces siento que toma esto como un sustituto a la terapia, lo cual no es del todo malo. Ella necesita ser escuchada después de todo. Es muy amable de tu…de su parte mencionarlo, Padre Eddie. —

El mayor se había quedado un momento notando aquel gesto apenado. Waylon había estado a punto de llamarlo con informalidad. Era increíble como la amabilidad y educación del menor se reflejaban en la mayor parte de sus acciones y reacciones, siendo obvio que la educación impartida por su madre indicaba siempre el respeto a las personas de más edad, siendo tratadas de “usted” en todo momento. Era bastante lindo esas actitudes a decir verdad, sin poder evitar sentirse cada vez más interesado por encontrar aspectos de su personalidad.

—No tienes por qué apenarte. Puedes llamarme de tu si quieres. Como te he mencionado en nuestra primera reunión, no es necesario que exista la formalidad en nuestras conversaciones, siempre y cuando no te moleste. —Waylon no parecía del todo convencido en primera instancia, más una ligera y gentil sonrisa apareció en poco tiempo.

Ambos continuaron caminando hasta encontrar un salón cercano a la capilla, empezando a adentrarse mientras buscaban un sitio en donde acomodarse. Había un par de mesas y sillas en el salón, por lo cual tomaron asiento en poco tiempo, siendo prendidas las luces y acomodado las cosas por el propio Eddie.

—Así que has continuado asistiendo a la escuela con regularidad. ¿Te has sentido bien de poder continuar con tus estudios? ¿Sientes que eso te motiva? —

—No sé si podría llamarse exactamente motivación, pero si, de cierta forma me hace sentir un poco mejor. Me hace despejarme un poco, además de que cada vez me acerco más a la universidad, necesito estar preparado. —

—Oh, eso es interesante. ¿Qué tienes pensando estudiar en un futuro? —

—Bueno…estaba pensando en algo relacionado con computación. Es algo que me apasiona realmente. —La voz de Waylon parecía hacerse ligeramente más baja al mencionar eso, como si estuviera apenado de decirlo en voz alta. Quizás en algún momento, sus preferencias o pasiones habían sido motivo de burla para quienes le rodeaban, pudiendo considerar a Waylon como el arquetipo típico de un “nerd”.

—No tiene nada de malo ninguna de las cosas que pudieran gustarte, Waylon. Debes tener muy en cuenta que cualquier comentario por parte de personas externas no deberá influir en tus decisiones. Vaya, ni siquiera tu madre debería. —Waylon abrió ligeramente más los ojos, un tanto sorprendido por la aclaración.

No era de esperarse, considerando el tipo de discurso que daba Eddie al momento. ¿No hacerle caso a su familia? Waylon había creído que era fundamental para la Iglesia que las personas fueran obedientes ante sus padres, sin oponerse o renegar.

—Perdona que lo pregunte de esta forma…pero, ¿no se supone que los sacerdotes deben decirnos lo contrario? Es decir, que tengamos que obedecer y cumplir a nuestros padres en tal o cual caso. —

—A veces nuestros padres se equivocan, Waylon. No podemos suponer que son perfectos o que nuestra vida esta arreglada en base a sus decisiones. Ni siquiera creo que sea natural o normal permanecer tanto tiempo en base a ello. —

—Espero no te ofendas…pero eres un poco raro. —Aquello había sido sorpresivo para Eddie. Esta vez fue su turno de abrir ligeramente más los ojos, soltando una ligera risa al momento.

—Siempre he considerado que he sido diferente en muchos aspectos, así que tienes razón. Soy bastante raro en cuanto a mis demás compañeros sacerdotes. —

—Ser raro o diferente no es necesariamente algo malo. En muchos casos puede resultar fascinante. —Las palabras de Waylon resonaban como un eco para Eddie. Quizás el muchacho no entendía del todo la forma en la cual Eddie se sentía respecto a ser diferente y a no ser del todo aceptado, por lo cual le pareció significativo que fuera la voz del mismo Waylon quien lo mencionara.

Era agradable que la conversación empezara a fluir de forma más fácil ante estos temas. Waylon parecía cada vez más relajado, incluso reía y mantenía una actitud gentil al momento. Había que darle una oportunidad únicamente para que pudiera sentirse más libre, que alguien realmente escuchara lo que tenía que decir.

— ¿Estás preocupado por tu madre, Waylon? —había mencionado el mayor después de un pequeño lapso de silencio, notando como el joven bajaba ligeramente la mirada en un semblante un tanto más serio.

—Si, a decir verdad estoy preocupado por ella. Hay días que parece ausente y pérdida. Lo de mi padre le ha afectado bastante a decir verdad. A veces no sé qué hacer para hacerla sentir mejor. —Eddie tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no acercarse a abrazar a Waylon en ese momento. Había cierta vulnerabilidad en su semblante, sin poder evitarse sentirse un tanto mal por abordar el tema tan directamente.

—El duelo siempre es una etapa muy difícil. Es complicado abordarlo y afrontarlo cuando las cosas son relativamente recientes. Dale tiempo a que se recupere, poco a poco, verás que dentro de poco será la misma nuevamente. —

—Ese es el problema, Padre, desde antes que mi papá se fuera ella ya había comenzado a dejar de ser la misma…—Aquello desconcertó un poco al mayor, prestando toda su atención  a los detalles y las palabras dichas por Waylon. El menor parecía un tanto decaído al abordar el tema, soltando un suspiro en poco tiempo, mientras empezaba a acomodar sus manos nuevamente sobre su regazo. Parecía ser una especie de tic nervioso el no mantenerse quieto por mucho tiempo.

—Mi madre siempre había sido una persona muy nerviosa. Había presentado muchos temores irracionales en muchas ocasiones, pero eso nunca había afectado su rutina de vida en realidad. Desde hace un par de años, parecía que cualquier cosa la alteraba de sobremanera. Mi padre decía que era algo pasajero debido a que nos mudamos aquí hace poco pero…mi madre parecía cada vez más alterada y con más rechazo ante la idea. Mi padre y yo habíamos pensando en regresar a  nuestra ciudad de origen para calmar a mi madre, pero bueno…el accidente ocurrió entonces. —Eddie sabía de antemano como habían sucedido las cosas. Había sido un accidente de automóviles.

El señor Park había sido una persona responsable y correcta, siempre respetado por sus conocidos, teniendo muy buenas referencias de él. La pérdida de su vida en aquella mañana había sido lamentada por muchos de los vecinos y conocidos de la familia, sobre todo para quienes conocían la naturaleza y la fragilidad de Alma Park.

— ¿Te sientes con responsabilidad de cuidar de ella, Waylon? —

—Soy lo único que tiene, es mi responsabilidad. —Eddie entendía ese sentimiento como ninguno otro. El recuerdo de su madre apareció como un flash en su mente, intentando disipar el pensamiento para concentrarse únicamente en Waylon. El chico tenía el peso del mundo sobre sus hombros, por lo que era evidente que parte de su mal estar general se debía a esta constante preocupación.

—Eres demasiado joven para llevar una carga tan pesada. ¿Quieres qué busque ayuda o algo? —

—No, no es necesario. Es sólo cuestión de adoptarnos a este nuevo ritmo. Quizás mi padre tenía razón y sea cuestión de tiempo para que ella vuelva a ser la misma. Además de que bueno…ya me estás ayudando mucho. —

— ¿De qué manera te estoy ayudando, Waylon? —

—Me estás…me escuchas. —Eddie se quedó un momento callado ante tal declaración. La sonrisa que reflejo de nueva cuenta el joven era una proyección entre su timidez y su alegría. Eddie lo escuchaba al menos, pudiendo expresarse con libertad en este pequeño y poco controlado espacio de tiempo.

Sabía que no tenía gran cosa que ofrecerle a alguien como Waylon, pero le era grato el poder ayudarlo aunque fuera un poco. Eddie entendía muchos parámetros de lo que era la soledad, el rechazo y los problemas dentro de un entorno familiar, pese a no ser algo que relevaba con facilidad ante los demás.

—En ese caso, sabes que puedo ayudarte siempre que lo requieras, Waylon. —Las palabras nunca le habían salido tan sinceras. No pudo evitar colocar lentamente su mano sobre la mano contraría en un gesto amistoso. Waylon parecía en lo particular más relajado en este punto, regresando la sonrisa mientras dejaba que la interacción con Eddie se prolongase.

—Mi madre le tiene mucho cariño a usted…a ti. Lo siento, me parece muy raro hablar de tú con un Padre. —

—No te preocupes, es comprensible. ¿Ella te insistió para que fuera yo quien te escuchara? —

—Sí. Me decía que ese sacerdote era diferente al resto, creo que tenía razón. En definitiva es diferente el poder hablar con alguien con esta libertad, aun estando en una Iglesia. —

—Creo que cuando se es joven, uno tiene la tendencia a creer que las personas no nos entenderán por nuestra edad o condiciones, cuando en realidad existen muchas alternativas para ser escuchado y comprendido. A veces buscamos en sitios equivocados o creemos en respuestas erróneas, cuando es mucho más sencillo acudir con gente que verdaderamente se preocupa y quiere ayudar. ¿Me dejarías ayudarte, Waylon? —el muchacho se limitó a asentir, manteniendo la vista en dirección a los ojos de Eddie en todo momento. La voz de Eddie era especialmente tranquila y suave, provocando en el rubio un ligero adormecimiento momentáneo.

No era que tuviera ganas de dormir, sino únicamente se sentía relajado. ¿Así era como se sentía tener paz?

Ambos no tardaron en volver caminando hacia la salida, caminando de forma pausada mientras volvían a hablar trivialidades. La risa de Waylon siempre sonaba especialmente sincera ante cualquier comentario divertido, haciendo que Eddie se preguntara si lo hacía únicamente por amabilidad o por sentir sinceramente gracia por parte de sus comentarios. Le era muy difícil diferencia ambas cosas en este punto.

—Supongo que no te veré hasta dentro de un par de días, Waylon. —

—Quizás pueda venir un rato mañana, siempre y cuando no sea molestia. —

—No creo que nunca resulte una molestia. —Waylon y Eddie se dieron un ligero apretón de manos antes de que el mayor lo dejará ir nuevamente. El auto de la señora Park volvió a aparecer y desaparecer con rapidez, mientras que Eddie se mantenía firme en su lugar, apreciando como se perdía en el horizonte.  La única diferencia es que esta vez ya no sentía aquella punzada de pánico en su pecho.

Notas finales:

Siento que estoy siendo increíblemente lenta xD en estas interacciones, pero realmente quisiera que tuvieran un vínculo verdadero antes de que algo pasara. Que Eddie logre ganarse la confianza de su eminente enamoramiento xD. Gracias por leer. 


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