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¡¿Atrapados en la Galería de Arte?! por Kuraikun

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Me acerqué lentamente a él, para así despertarle, mas lo único que hacía era quejarse, estaba muy adolorido. Busqué su rosa, en la otra habitación había un jarrón y así podría  recuperarse, pero no la encontré por ninguna parte; solo tenía la llave que nombré anteriormente, su móvil que al igual que el mío no tenía cobertura, y un mechero, ni rastro de la rosa.

Sin saber muy bien qué hacer, cogí la llave que sostenía, y me dirigí a la habitación de la izquierda. Allí podría encontrar algo con lo cual cuidarle, aunque no era muy convincente, no iba a encontrar un botiquín de parte de magia ¿verdad?

Era muy parecida a la que yo me encontré cuando me quedé aquí en cerrado, incluso los mismos carteles, ¿él habrá aparecido directamente en esta habitación?

Me alarmé al encontrar un cuadro vacío cuyo título era ‘’la dama de azul’’ mas no se encontraba ninguno, era como pasó con la dama de rojo. Había varios pétalos por el suelo de color blanco, y lo que más me preocupó sangre.

¡Joder, si no me daba prisa, ese chico podría morir por culpa de ese cuadro!

Había otra habitación, estaba cerrada y utilicé la llave. Como había supuesto, allí se encontraba el cuadro de la dama de azul con una rosa blanca entre sus manos, a la cual le quedaban pocos pétalos.

Me acerqué lentamente mostrando mi rosa, a pesar de que era bastante peligroso, mas mis instintos me decían que no podía dejar a un pobre chico morir.

‘’Tranquilo, seguro que me las arreglo de alguna forma’’ Pensé en cuanto el cuadro, comenzó a perseguirme soltando la rosa de aquel chico, pero lo primero sería hacer que se fuera de la habitación. Sin querer cerré la puerta al salir.

El cuadro de alguna forma rompió la ventana de esa habitación saliendo a por mí, lo que me dio la oportunidad de entrar, correr la rosa, y salir pitando de allí.

Por un libro que leí dentro de la galería, según ponía los cuadros no sabían abrir puertas, eso era un punto a favor. Menos mal.

Por la carrera producida, me estaba quedando casi sin aliento, pero tenía que salir adelante.

Puse la rosa blanca en el jarrón, y me dirigí de nuevo donde estaba el chico para devolvérsela. Nunca pensé que sería tan valiente.

Me acerqué a él con una sonrisa, agachándome a su altura.

-H-h-ola-saludé algo tímido, me suele costar bastante socializar con la gente, solo espero que nos caigamos bien los dos, sería muy incómodo seguir con alguien que realmente te caiga mal-¿Ya te encuentras bien?

-Mmm-levantó la cabeza observándome. Me fijé en sus ojos, eran negros muy profundos, me podía reflejar en ellos incluso. Era rubio y tenía el pelo hacia arriba, parecía Vegeta, sonreí algo más en pensar en eso-El dolor ha desaparecido…-se percató de que estaba yo allí, y se alejó con una expresión poco notable de terror, ¿sería de esas personas que no muestran sus sentimientos?-¿Q…qué quieres ahora? Ya no hay nada más que te puedas llevar

-Tranquilo, no soy ningún cuadro. Vengo de la galería-tras decirle eso, para darle más confianza, le tendí la mano ofreciéndole su rosa.

-¿En serio? ¿Vienes de la galería?-se sorprendió para luego sonreír levemente.- Gracias por recuperarla. Creí que iba a morir. Al igual que cuando la rosa sufre daños, heridas aparecen por mi cuerpo.-asentí con la cabeza con una expresión algo melancólica. Me aterraba pensar que no podría volver a salir de aquí.- Ah, lo siento no me he presentado, me llamo Shuuya Gouenji ¿y tú?-me tendió la mano para presentarnos, cosa que acepté estrechándola, a diferencia de la mía, la suya estaba caliente.

-Fubuki Shirou, ¿sabes cómo llegaste aquí?-pregunté con cierta curiosidad, ¿cómo era posible que dos personas fuesen transportados a una parte tan horripilante de la galería?

FIN POV’S Shirou.

POV’S Gouenji.

FLASHBACK

Realmente no sé muy bien cómo llegué aquí. Había ido con Afuro a una galería de arte, cuyo nombre no me sonaba, y a decir verdad estas cosas no me interesaban en lo más mínimo, pero con tal de pasar tiempo con mi mejor amigo, haría cualquier cosa.

Ahora creo que me arrepiento.

Llevábamos bastante tiempo allí, mi amigo no dejaba de hablarme de las esculturas, y pinturas, haciéndome a veces incluso coger apuntes, cuando debería de ser él ya que, le encantan esas cosas, pero como fui un tonto no pude negarme.

Nos quedaban unas pocas, y entramos en un enorme pasillo, lo que más me extrañó fue que Afuro ya no estaba conmigo, solo estaba yo y ese enorme cuadro llamado ‘’Mundo fabricado’’

Tal vez se entretuvo con algo, y sin que yo me diera cuenta seguí adelante sin él. Me di la vuelta, y lo busqué por todos los sitios de la galería, mas no daba con él, y lo más preocupante de todo esto, era que no había nadie, solo estaba yo.

Suspiré hondo y me tranquilicé, seguro que me estaba gastando una broma, a él le encanta asustarme, aunque pocas veces lo conseguía, y esta vez se estaba pasando.

-¡Afuro, tío, si me estás gastando una broma para ya!-grité en medio de unas de las salas, mas no obtuve respuesta.- ¡Joder, deja esto! ¡Ya te estás pasando!-de nuevo nada, solo mi propio eco.

Bufé molesto, y seguí buscándolo.

Me quedé sorprendido mirando una escalera, donde antes creía que había una pared, ¿estaría alucinando? Tragué saliva, y decidí bajar, por ver lo que habría allí para luego volver, no pasaría nada ¿verdad?

O…Eso es lo que pensaba.

Había una rosa blanca en agua y algo me decía que tenía que cogerla, aunque nunca me han llamado la atención.

Dos inscripciones aparecieron a ambos lados de la pared donde me encontraba. Las leí, quedándome de piedra. Esto no podía ser ¿cómo era posible si la rosa se moría yo también? Nada tenía sentido.

Suspiré cansado de la situación, mas algo me decía que seguiría un buen rato con la misma tortura, hasta que encontrase una salida. Espero equivocarme.

A parte de una puerta cerrada, y un cuadro, nada más me llamó la atención.

En frente de ese cuadro, se hallaba una llave que la tomé para abrir la puerta que se encontraba cerrada, lo que no me esperaba era que al darme la vuelta, ‘’la dama de azul’’ se aprovechase de esto para robarme la rosa, y salir corriendo por toda la habitación, mientras le arrancaba pétalos a la flor. Eso hacía que heridas aparecieran por mi cuerpo.

Como podía corría detrás de ella para alcanzarla, mas era más rápida, normal ella no se sentía cada vez peor, si no hacía algo podría acabar muerto, y lo peor de todo esto, es que nadie me encontraría.

Con la llave que tenía, abrí la puerta, el cuadro entró detrás de mí, aproveché esto para quitarle la rosa, ¡la maldita se volvió a escapar con mi rosa en mano!

La dejé encerrada, pensando en una estrategia para conseguirla.

Iba a ir de nuevo por las escaleras, pero me quedé quieto observando la pared, donde antes estaba la salida.

‘’Esto no puede ser, esto no me puede estar pasando’’ Pensé desesperado, y salí por la otra puerta, para poco después caer desmayado por las heridas producidas, estaba seguro de que este sería mi fin.

Hasta que lo vi a él. Al principio me  asusté pensando que era la dama de azul, ¿cómo pude pensar en eso? Si no se parecía en nada, estoy seguro de que las heridas me afectaron…

Realmente estaba muy agradecido, si no fuera por él, ya habría muerto por ese horrible cuadro.

FIN FLASHBACK.

FIN POV’S Gouenji.

POV’S Shirou.

Me relató todo lo que le había pasado hasta ahora, por una parte me alegraba de estar con este chico, mas por otra me entristecía porque no era el único que estaba sufriendo en este lugar.

Después de que él me contase sobre cómo llegó, empecé a contarle como es que llegué yo, y una vez que ya terminamos, decidimos que lo mejor era seguir adelante para así encontrar la salida más rápido, si es que había.

Lo que pasó a continuación, me causó algo de gracia, pero me la aguanté ya que podría ofender a Gouenji, y no quería eso.

En el pasillo había un pequeño cuadro, con una cara y su lengua que no dejaba de moverse de un lado a otro, lo que Gouenji no se esperaba era que el cuadro escupiese justo delante de él, haciendo que se sobresaltase y diese un pequeño respingo al recibir tal escupitajo.

Se me olvidó avisarle de aquello.

-¿Cómo es que tú no te has asustado?-me preguntó mientras seguíamos adelante. Yo me encogí de hombros, como ya lo había visto anteriormente, no me asustó.

-Lo siento, ya lo había visto antes, y bueno se me olvidó avisarte…-miré a otro lado algo avergonzado.

-En realidad lo que querías hacer es matarme del susto, no intentes ocultarlo-me respondió en forma de broma, haciendo que ambos estallásemos a carcajadas.-Eres un pequeño demonio

-¿Yo?-me señalé estupefacto por lo que me había dicho.-Debes de estar confundiéndote, siempre me han dicho que soy un ángel caído del cielo-seguimos algo más con las bromas riendo de vez en cuando, y a decir verdad ¿quién no se reiría por cualquier tontería en esta situación?

Antes de entrar a la siguiente puerta, Gouenji tuvo que apartar una horrible estatua sin cabeza del camino, yo no dejaba de estar inquieto, pensando en que en algún momento, se comenzaría a mover yendo a por nosotros, cosa que por suerte y agradezco que no pasara.

Suspiré aliviado, y seguimos. Por recomendación de él, lo primero que haríamos sería ver todas las puertas, y acertijos, y comenzar por el más fácil, y no me negué era un buen plan.

Primero estaban los cuadros de ‘’la novia apenada y el novio apenado’’ junto con las manos de éstas; me producían escalofríos. Luego más adelante varios cuadros poco importantes, menos por dos, ya que uno era de una serpiente que le faltaba el ojo, y otro era muy siniestro, y ambos decidimos que de momento era mejor no acercarse.

Había dos puertas, una con un pequeño laberinto con estatuas y otra con un colirio, lo cogimos y seguimos investigando.

Pasamos por un pasillo realmente escalofriante, ¡había ojos por todas partes! Lo más raro de todo, es que uno parecía que tenía una congestión, y entonces lo entendí.

-¡Gouenji el colirio es para el ojo!-grité emocionado sin darme cuenta, haciendo que se volviera a sobresaltar. Enseguida le echó varias gotas al ojo, que por unos instantes brilló, y nos guió hasta lo que parecía ser un pasadizo secreto. Allí había una pequeña bola roja.

Nos quedamos pensando hasta que Gouenji se dio cuenta de que era para la serpiente. Al ponerlo, esta vez el que se sobresaltó fui yo, haciendo que por inercia me abrazase a él, con miedo. Lo único que realmente ocurrió fue que se cayó el cuadro de al lado, ¿cómo me pude asustar por algo tan tonto como eso?

Por alguna razón sentía como mi corazón latía con rapidez, y cada vez sentía más calor en mis mejillas, ¡me estaba sonrojando! Dios, tengo que tranquilizarme. Solo ha sido un maldito cuadro.

-No pasa nada Fubuki, solo ha sido un cuadro que se ha caído-me dijo con la intención de calmarme cosa que de alguna forma consiguió.

-L-l-lo siento-me separé de él tratando de que no viese mi rubor, sin saber ni siquiera yo el qué había provocado eso. Cogí el cuadro y vi que había algo escrito en el-Detrás del gran árbol. ¿Sabes dónde está eso?-negó con la cabeza y nos fuimos al laberinto con las estatuas.

Lo mejor sería no quedar rodeados por ellas.

Casi salimos sin problemas, digo casi porque si no fuera por Gouenji hubiese acabado muerto por culpa de que las estatuas sin cabeza eran listas, y consiguieron de alguna forma rodearme, gracias a él que distrajo a una de ellas, salimos ilesos.

Al resolver el acertijo, se escuchó un ruido y al salir había una nueva sala. Encontramos detrás de una escultura de árbol, un anillo de plata para los novios apenados. La novia nos dio el ramo de flores, y nos dirigimos hacia el último cuadro, el cual nos pidió ese ramo, ya que tenía hambre. 

Menos mal que fuimos listos y no nos acercamos antes, a saber qué hubiera pasado.

En el siguiente pasillo no dejé de estar inquieto, por el simple hecho de que había miles de cabezas de maniquíes, y un cuadro que nos seguía con la mirada. Normal que no me sintiese cómodo.

Gouenji notando mi miedo, me abrazó por los hombros pegándome a él con intención de tranquilizarme, de nuevo lo consiguió, estaba replanteándome seriamente si hacía alguna clase de magia.

-Siempre que tengas miedo puedes abrazarme-me dijo con un rubor en sus mejillas casi imperceptible desviando la mirada de mí.

‘’¿Cómo podía ser tan mono? Espera…¡¿en qué estaba pensando?! Yo no puedo pensar eso sobre un chico, pero realmente es…’’

Moví la cabeza quitándome esos raros pensamientos de mí, hasta que él los interrumpió al verme hacer eso, seguro que piensa que soy raro.

-¿Te encuentras bien?

-Ah, sí, no te preocupes-por fin encontramos al final del pasillo una puerta, y la abrimos.

Había dos caminos, uno hacia abajo y otro hacia arriba.

Nos separamos ambos por un breve momento para ver qué es lo que había; por mi camino, estatuas sin cabeza y algo más lejos cuadros de damas de diferentes colores de vestidos. Era peligroso si alguno saltaba hacia nosotros.

-¿Qué es lo que hay por arriba?-pregunté esperanzado de que pudiésemos ir por allí, mas no fue así.

-Cuadros de damas, ¿y por allí?

-Estatuas sin cabeza y más cuadros. ¿Qué hacemos?-pregunté con cierto temor, Gouenji lo notó nuevamente, y me estrechó entre sus fuertes brazos, ¿por qué me sentía tan protegido con él? ¿Por qué siento que no me quiero separar de él por nada del mundo? ¿Qué me estabas haciendo Shuuya Gouenji?

-Habrá que arriesgarnos…

Notas finales:

Espero que os haya gustado este nuevo capítulo, no sé por qué yo lo veo raro, pero no sé decirme ustedes xD.

Espero vuestros comentarios con ansias ^^

Bueno, nos vemos en la próxima actualización, hasta la próxima :3!


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