Al día siguiente Gokú se quedó estático en la puerta, pensaba en lo bueno que era tener amigos; mejor un amigo, Vegeta solía sacarlo de su estado de ánimo normal, el sólo verlo le daban ganas de abrazarlo
-Vegeta- suspiró siendo escuchado por su padre, quien apenas se quedó pensando la palabra dicha, sin interrumpirlo lo dejó marchar
Por otro lado, el príncipe Vegeta estaba ansioso por entrar a los laboratorios. Claro y es que apenas vio a Gokú sonrió maliciosamente durante toda la jornada de estudio.
En la tarde ambos se excusaron de sus familias y amigos, Bulma estaba interesada en esos cambios de humor repentinos en Vegeta aunque eso le estaba quitando tiempo de su relación, le agradaba charlar con su novio sin importar que ya no existían caricias ni besos.
Luego de husmear donde no se debe y ya habiendo terminado las clases. Gokú pasa los estándares de seguridad del sistema de la Capsule Corp, encontrándose con los planos de los laboratorios.
El príncipe hacía de esta una épica aventura, para salvaguardar su orgullo y su coraje buscó entre sus tantas posesiones dos trajes de ninja y con esos se vistieron para ir al techo del gran edificio.
-El plan es simple – comentaba Vegeta – amarramos cuerdas en la baranda superior del edificio y nos resbalamos por el ventanal hasta encontrar un orificio de ventilación casi imposible de ver.
Y es que el padre de Bulma usó proyecciones 3D para crear una ilusión de que el ventanal era todo blindado e impenetrable, cosa que dejaba a los jóvenes de brazos cruzados sino hubiese sido por esos planos, así los dos debían seguir exactamente la misma trayectoria sino querían chocar contra la valla gigante de rezaba “CAPSULE CORP. Creando Futuro” la cual por cierto estaba bastante difícil de atravesar, justo porque el orificio de ventilación quedaba debajo de dos soportes y la distancia entre estos era apenas de 30cm.
-Recuerda voltear justo ahí- señaló Vegeta – no quiero perder a mi esclavo y súbdito
Gokú suspiró decepcionado – y yo no quiero perder a mi mejor amigo - el iría primero y se lanzó cuando una fuerza lo jaló hacia atrás obligándolo a reposar su cabeza sobre el hombro del príncipe.
Ambos se fusionaban en un caluroso abrazo lleno de sentimientos encontrados y reprimidos – me caes bien amigo – susurró Vegeta apretando más el agarre, no tardó en romper ese vínculo y observar como Gokú se desploma abajo planeando con sus manos y lanzándose una mirada de “confío en ti” a lo que el príncipe también se lanzó.
La cuestión era de tiempo que se contaba en segundos. Una vez ambos pasaron la valla y entraron en ese ducto de ventilación Vegeta debía con su Tablet previamente programada cortar la energía de ese enorme ventilador y sólo podía hacerlo por 15 segundos.
De tal manera ese corte de emergencia paraba de inmediato el ventilador y Gokú tenia que pegar un gancho que más bien era un imán potente, mientras tanto Vegeta sacaba un lado para atarlo al gancho antes de que el ventilador empezará a funcionar otra vez.
Logró agarrarse solo para ver a su amigo planear mientras caía a 120 pisos de altura por ese vacío de unas escaleras en espiral que recorrían el edificio de arriba abajo.
Se puso en picada y no previó que la cuerda se enredara y perdiera 3 segundos de su valioso tiempo, pero iba preparado con un arpón que disparó de inmediato.
Gokú sintió como algo casi roza su oreja derecha y dio en el piso, el nerviosismo lo invadió y volteó a ver encontrándose a Vegeta luchando con su cuerda. Cerró sus ojos confiando plenamente en que el mayor lo resolvería.
En su afán por salvarlo tiró tan fuerte que reventó la cuerda de la que colgaba y accionó el arpón logra do obtener velocidad suficiente como para atrapar a Gokú.
El problema es que después de retirar el arpón que los sujeta a al suelo seguían cayendo. A Vegeta no le quedó opción y a tan sólo 15 metros del suelo lanzó nuevamente el arpón donde inicialmente se habían sujetado, lo frenó y a un escaso metro estuvieron a punto de morir, por desgracia Vegeta obtuvo como consecuencia un desgarre muscular.
Caminaban por los interminables pasillos ahora que las cámaras estaban desactivadas. Al final encontraron el laboratorio con más seguridad, para dos genios abrir fue más sencillo; prepararon todo, Vegeta se aseguró de haber tomado las huellas de su novia y del señor Brief,.
Sonrió al recordar hasta como escaneó la retina de los dos molestando un día en la casa de Bulma.
Toda esa travesía y estaba el berilio esperando por ser tomado por dos inexpertos en fusión nuclear. Al vez en teoría sabían pero en práctica estaban fritos.
-Quiero ver el de investigación genética – sonrió Vegeta habiendo burlado los sistemas de seguridad. Cortesía de la confianza de Bulma y su laptop.
Gokú aunque con cierto nerviosismo lo siguió. Un salón más adentro escuchó un susurro – “ven”- se sobresaltó - ¿escuchaste eso?
-estás demente ¿ahora escuchas voces? – sonrió de medio lado el mayor, acercándose para lamerle el lóbulo de la oreja a Gokú – papi rico-
Gokú se estremeció pero no por Vegeta, eso solamente le dio cosquillas.
Otra vez esa voz suave pero seductora lo llamó y se dejó perder olvidando por completo que era totalmente extraño.
Pero algo guiaba a Gokú y Vegeta se dio cuenta cuando digital a una clave en un panel – ¡Gokú! – gritó el mayor hasta donde sus pulmones daban, pero estaba ignorando.
Lo siguió luego de que el menor abriera como puerta lo que parecía ser una pared, brujería o los Brief escondían algo, después de un túnel lleno de pequeños insectos y telarañas estaba en un salón con una mesa antiquísima de piedra, sobre la mesa un recipiente de cristal puro y en el una sustancia de color grisáceo, además de Gokú que ya estaba demasiado cerca.
Vegeta vio que la sustancia en cantidad de una gota se eleva a como si partículas de taquiones estuviesen presentes - ¡No te acerques! – gritó emprendiendo una carrera por alejarlo, para cuando llegó esa sustancia se había hundido en la piel del menor y como si nada desapareció entre su piel que no aparentaba herida alguna.
Una suave voz, esta vez escuchada por los dos jóvenes hablo como en tono de bondad – “es vida, aprovechen su fuerza”
Gokú regresó a la normalidad y la sustancia se torno de un color verde limón fosforescente. Una forma de defensa se activó, la cámara liberó u gas que hizo ver visiones de horribles monstruos, dada la situación ambos corrieron fuera de ahí.
Ambos por ese gas se confundieron pensando cada cual por su parte que había sido algo que hacía parte de la seguridad de la Capsule Corp, ya que la puerta no fue nada más que una pared maciza.
Tal como entraron; salieron, claro que Vegeta aquejaba del dolor en su hombro. Llegaron al palacio felices de su logró, Gokú con ganas de compartir algo de eso que les sucedió pero no quería que su amigo lo viera como si estuviese loco.
-es excelente – pronunció Vegeta acercándose a Gokú con el berilio en su mano y abriendo sus brazos para darle un abrazo, hizo mueca de dolor al sentir el tacto del otro – es una verdadera locura – sonrió respirando en el cuello de su amigo
Gokú se sentía tan cómodo de esto, no era la primera vez pero esta vez ambos estaban atraídos, el menor retrocedió su cabeza levemente hasta que su boca dio con la mejilla de Vegeta, lo demás lo hizo éste, que despacio buscó la boca de su amigo y lo besó torpemente.
Ambos probaban el dulce saber de los labio fusionados, el olor característico de Vegeta como a sudor limpio y colonia de verano.
En cambio Gokú sabia a flores silvestres, lo dulce de su personalidad era su aroma, con un toque brusco y de joven rebelde pero inexperto.
La química era innegable y es que solo minutos antes empezaron a excitarse al verse en ropa interior es por eso que se habían puesto ropa deportiva y suelta que les permitía esconder algo entre sus piernas.
Por instinto sus cuerpos se acercaron y por encima de esas suaves prendas sus erecciones se tocaron. Vegeta puso la mano derecha en el miembro del menor a lo que éste gimió de placer que quiso devolver frotando su mano a lo largo del falo
El momento inolvidable y eterno solamente duró unos tres minutos, para darse cuenta de hasta donde la amistad había llegado – amigos, sólo amigos- dijo el príncipe despidiéndose
-que te mejores pronto – dijo un sonrojado Gokú al salir – no volverá a pasar - con esto salió restregando su mano en los labios.
Dentro Vegeta quedó con su erección y empezando a imaginarse que sería te en ese cuerpazo de Gokú en su cama