Después de la muerte de la reina Victoria , todos en el castillos y la mayoría de la población comenzaba a ser un poco más insensibles, despreocupados, era como si aquella muerte hubiera afectado tanto que el clima se había vuelto frio y tétrico en ese lado del territorio. Mientras que el rey Ivan en su paranoia comenzaba a planear el cómo iba a asesinar a Malefic, en el lado del territorio donde se encontraban las hadas y Arthur todo era risas, juegos entre otras cosas.
Arthur era un encanto para todas las hadas y los animales que vivían en los alrededores les encantaban pasar tiempo con él. Diaval por su parte y después de que la muerte de la reina se había vuelto más protector con el niño. En pocas palabras un “lado maternal” había despertado en él, cosa que hacía reír mucho a Malefic quien no dejaba de molestarlo con frases como:
- Que bien te queda el papel mama cuervo-
-Todos a un lado que pasa volando cuervo mama-
O con simples gestos que erizaban las plumas de su sirviente.
Pero a pesar de todo el pequeño cuervo aun mostraba esa mirada que paraba divagando entre las nubes y eso molestaba mucho al hechicero oscuro así que espero ideo un pequeño plan, justo cuando las hadas se habían ido de campamento junto con Arthur (y para la protección del niño mando con ellas a tres de sus otros guardias).
-Qué raro, con tanto tiempo libre no sé qué hacer- Menciono el cuervo.
-Tienes razón mi pequeño cuervo pero puedes ayudarme probando esta nueva pócima que hice –sonrió Malefic notando la mirada desconfiada del contrario- Tranquilo es para incrementar la fuerza
-Si tú lo dices- Tomo la pócima que le dio su amo y se la bebió de un solo sorbo, a penas dejo el frasco en la mesa comenzó a toser y caminar hacia atrás para luego terminar inconsciente en el piso.
Sentía algo caliente, demasiado caliente ¿Tal vez estaba con fiebre y es por eso que le costaba abrir los ojos? O acaso la poción de su amo había salido mal. Tenía esas interrogantes en la cabeza por lo que se movió un poco, pero sus manos estaba algo pesadas y escucho una voz muy conocida que le decía-No te muevas tanto-
¿Qué no me mueva?... Y por reconocer la voz de su amo abrió los ojos rápidamente y lo que encontró hizo que se sonrojara como un tomate -¡Qué demonios estás haciendo Malefic! ¡Saca eso de tu boca ahora mismo!- Miro hacia arriba y la razón por la que sentía sus manos pesadas era porque estaban amarradas a los lados de una cama
-No debería decir eso cuando la tienes así- Comenzó a burlarse Malefic quien había dejado de lamer el miembro erecto de su esclavo pero no lo detuvo de continuar, por lo que con sus manos tomo aquel miembro con fuerza y comenzó a masturbarlo- Vamos, sabes que lo quieres, estas muy tenso desde –tosió un poco en modo de incomodidad- ya sabes.
-Aun …. – Se movió un poco más haciendo que su cabeza quedara hacia atrás y que inconscientemente curveara su espalda.
-Bien ya entendí – Y al verlo comenzó a chupar de nuevo aquel miembro ajeno hasta el punto en que logro hacer que se viniera Diaval
-Ha…agh…-Se retorció un poco mientras jadeaba mostrando su rostro sonrojado.
Malefic sonrió al ver a su sirviente satisfecho así que se acercó a él para tener sus rostro a la misma altura-Te prometo que de ahora en adelante todo será mejor- Tomo el rostro de su esclavo con ambas manos y le dio un brusco beso en los labios. Por su lado Diaval desconcertado no sabía que hacer o que decir.
Después de aquel beso un humo color verde comenzó a rodearlos a ambos- No pasara nada..-el esclavo se movió un poco pues sabía que estaba haciendo su amo y quería impedir ello
-¡Espera!-
Aunque grito ya era demasiado tarde, Malefic se había encargado de lanzar un hechizo en Diaval lo que cual hacia que este olvidara lo vivido hace poco, pero no solo eso, sino que también olvidaría a Victoria.
-Así estará mejor- susurro el hechicero oscuro.
Pocas semanas después de aquel hechizo el cuervo se encontraba volando cerca del castillo con la misión de encontrar ropa nueva para Arthur o alguna manda blanca que luego usaría para crear la propia vestimenta. A penas llego en el castillo logro visualizar tal prenda en un pequeño patio del cual se encontraba cubierto de hojas secas y era “decorado” con una estatua de una mujer en el medio, así que bajo hacia el lugar y tomo la prenda en su pico-
Estaba a punto de salir volando pero aquella estatua llamo su atención y se acercó un poco a ella, la estatua al parecer era de una hermosa mujer ¿alguna reina quizás? logro preguntarse el curioso cuervo. Salto un poco en dirección a las inscripciones de la piedra la cual decía:
“Descanse en paz reina Victoria Isabella Cordoba II”
Termino de leer y se puso en marcha, desplego sus alas para comenzar a volar. Siguió volando en dirección a la casa de las hadas y como vio que no estaban y habían dejado al pequeño Arthur solo se transformó en humano ya que este se encontraba durmiendo. Iba a tomar prestada la máquina de coser para arreglar algunas cosas pero al pasar cerca de un espejo y ver su reflejo se sorprendió bastante puesto que..
-¿Por qué estoy llorando?- Toco su rostro y las lágrimas no dejaban de salir –Supongo que alguna clase de basura me entro en los ojos cuando volaba- Se froto los ojos sin tomarle muchas importancia y se fue a buscar la máquina.
Aquella escena había sido vista por Malefic mediante su esfera verdosa-Al parecer si hay personas que logran encontrar el verdadero amor después de todo..-susurro para luego irse de la habitación.