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DECEMBER por STEREK141618

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo.

Ahí estaba sentado en la mesa de la cocina porque estaba haciendo tarea que era para el siguiente día, o mejor dicho para dentro de unas cuantas horas. Había pasado un día desde aquella fiesta y da gracias a Dios que no haya besado a ninguna persona como en la anterior, donde todo mundo se enteró de que se había besado con Danny Mahealani, o como se llame, también lo había hecho con Lydia y con Malia y con otra chica que no conocía.
Bailaba atrás de su computadora mientras esperaba que ésta se destrabara, la cabeza se le movía hacia la derecha y luego a la izquierda a la vez que sus cabellos cambiaban de dirección con brusquedad debido al cambio de movimiento repentino. Sus hombros se agitaban arriba y hacia abajo, uno a la vez, y los dedos de las manos hacían algo que para otras personas seráa un poco extraño, pues estaba moviéndolos de una manera tal que parecía que estaba masturbando a una chica y a la vez tocando el piano.
—¡Joder ya apurate! —estalló repentino, su cuerpo dejó de moverse y el aire divertido fue eliminado de repente mientras se colocaba una aura tensa y oscura.
La computadora aún estaba en el mismo proceso sin poder si quiera hacer el movimiento del mouse, era frustrante después de tres minutos treinta y cuatro segundos de moverse como un idiota frente a la estática pantalla.
Decidido a hacer algo para distraerse, se levantó hacia la sala, caminó y vio el mueble donde estaba la televisión y un teatro en casa, el mueble ya le parecía pequeño, hace un año era más grande aquel artefacto. Su corazón avanzó un poco mas rápido al darse cuenta que se sentía extraño, era como el efecto post fiesta, estar entre la realidad y la fantasía. Había estado tan colocado los últimos treinta días que ya hasta parecía que todo el tiempo lo estaba, era algo aterrador que lo hacia pensar en muchas cosas. Dio media vuelta para caminar sobre la linea recta que formaban los azulejos en el suelo y lo logró sin complicaciones, a pesar de que sus movimientos habían quedado torpes de forma permanente, aparentemente.
Se sentó en el sillón esperando a que la vida se le escapara entre las manos así de repente pero no pasó nada. Tomó su celular y lo desbloqueó después de haber formado un triangulo entre los puntos, también esperó a que tal vez por error Derek le enviara un mensaje por WhatsApp pero tampoco sucedió. A veces en esa clase de momentos se preguntaba si alguna vez Derek se fijaría en su estado o de menos en su foto de perfil, pero quién lo sabía.
—Entonces... Recordé a Wall-e —escribió Stiles refiriéndose a que se acordaba de Derek, Wall-e era el nombre clave que le había puesto a Derek para que nadie supiera que hablaban de un Derek, o de un hombre, y también era algo curioso, pues Wall-e es por completo diferente a Derek Hale.
El mensaje fue enviado hacia el teléfono de Lydia Martín a una hora en la madrugada.
—¿Otra vez? —preguntó ella tecleando en su habitación pasados unos minutos desde que había arribado el texto, tenía una conversación que no era más interesante pero si más importante.
—Sí lo sé, soy un idiota —respondió el castaño mientras admiraba como la realidad cada vez se volvía mas surreal y perdía el sentido con las luces que prendían y apagaban en el árbol de Navidad que habían colocado hace dos semanas frente a la sala.
—Espera, estoy hablando con él —confesó ella mientras dudaba en hacer cierta cosa.
—¿En serio? Tienes que decirme de qué hablan —estalló en silencio emocionado el castaño mientras leía las palabras que se formaban en su pantalla, su cuerpo se inclinaba hacia adelante y atrás, el sillón crujía un poco en la madera.
—Pues cortaron hace unos minutos y está mal —puso ella en el texto que no tardó en escribir y enviar.
—Diablos... Pero dime cómo fue, qué tal mal está. —El castaño estaba demasiado ansioso de poder saber cómo y por qué habían sucedido las cosas.
Le hacía feliz la idea de que Derek ya fuera soltero de nuevo, pero odiaba la idea de que cuando superase a su ex, tuviera el valor de tener otra relación, obviamente con otra chica de la escuela, y entonces, si de por sí ya estaban bastante separados pues no se llevaban bien del todo, cuando Derek tuviera como novia a una chica de la escuela, la situación se iba a poner peor. Aunque también pensaba que Derek estaba sufriendo mucho en ese momento, y deseaba con todas sus fuerzas correr hasta la casa del moreno y abrazarlo para aliviar el corrosivo dolor que de seguro, lo estaba asesinando, pues sabía que cuando Derek amaba, lo hacía con todo su corazón y alma.
—Pues ya te había dicho que ella ya estaba como que cansada de esa relación pero Derek no quiere dejarla y hace todo lo posible para que estén bien pero ya no era posible y además ella ya le había dicho que le gustaba alguien de su escuela. —Porque por cierto, ahora que lo recordaba, Paige, la novia de Derek no iba a CalArts como ellos, y era más joven que el moreno y tenía una visión más despreocupada del mundo—. Y ahora pues, todos ya sabíamos que estaban destinados a romper, incluso tú lo sabías pero ya sólo era cuestión de tiempo. Él la terminó.
—Vaya... —Fue todo lo que dijo Stiles porque las últimas letras que escribió Lydia implicaba muchas cosas, muchas.
Lydia apareció a unos cuantos centímetros de él, con unas sandalias curiosas y un camisón rosa pálido, se estaba poniendo un suéter que combinaba con el color de su pijama, tenía el iPhone 5 en su mano derecha por arriba de su cabeza mientras terminaba de ponerse aquel suéter, después miró a Stiles.
—No termines muy tarde la tarea, date prisa —dijo ella pasando de Stiles para tomar las llaves del castaño que estaban a un lado de la computadora.
Sí, por si se lo preguntaban, Lydia y Stiles vivían juntos.
—¿A donde vas? —preguntó Stiles, quien se levantaba del sillón para ver como Lydia huía con sus llaves por la puerta de entrada.
—Voy a la casa de Derek, necesita a alguien —habló ella con prisa saliendo por la puerta dejando tras de sí un silencio que respiraba Stiles. El castaño sabía que Lydia era muy entregada con la amistad que tenía con las personas que más poseían su cariño y admiración, extrañamente, Derek Hale era una de esas pocas personas.
—Bueno, sí llevate mis llaves —suspiró él cómo última cosa que diría en voz alta aquella noche, dejó caer los brazos a sus lados y la rodilla izquierda la retiró del sillón para volver a su computadora.
La noche se fue a ritmo constante mientras bebía de su taza de café haciendo las últimas cosas para poder enviarlas a su equipo, todos se estaban comunicando por Messenger y Stiles se sorprendía pues era la única taza de café que se había hecho aquella noche.
Cuando terminó ya eran las siete de la mañana, dejó su computadora en el centro de la pequeña mesa alta de madera, por primera vez en toda la noche se había movido de su lugar, al menos después de que Lydia se fue, pronto con los ojos doliéndole, esperaba que su archivo fuera enviado al grupo de su equipo, y se sentó en el brazo del sillón más cercano. Justo en ese momento Lydia entró por la puerta de la casa, con la cara desecha por la falta de sueño, y tenía unas ojeras que le recordaban a Stiles como se sentían sus ojos en ese mismo momento.
—Todavía sigues aquí —afirmó la chica mientras se tallaba con los ojos de las manos y bostezaba a la vez que caminaba hasta su habitación.
—Sí y es curioso que acabes de llegar la misma hora que yo he terminado —dijo el castaño sonriendo.
—Vaya, que hilarante...
—¡Tendrás que contarme todo lo que te dijo! —exclamó cuando la pelirroja ya iba varios metros lejos a punto de escabullirse en su habitación.
—Sí, luego te cuento lo que pasó —culminó con la platica ella estando casi a punto de caerse.
Y así fue como después apareció Scott McCall saliendo de su habitación.
—Hola viejo, ¿y ese milagro que despertaste tan temprano? —preguntó el moreno mientras caminaba hasta el pálido Stiles.
—No desperté temprano, no he dormido —explicó el Stilinski, tomaba de su taza de café ya frío y lo medio saboreaba entre sus labios.
Scott parecía emocionado por alguna razón y éso era un poco extraño, la cara que ponía era de miedo y además decían que siempre se levantaba maldiciendo a todo mundo.
—Vaya, estabas haciendo la tarea, éso también es extraño, o te desvelaste en un chat de porno gay —bromeó Scott cuando el archivo de Stiles por fin fue enviado, el Internet no había sido pagado desde el mismo día que todos decidieron vivir juntos en la misma casa, o sea, hace casi más de un año y por eso mismo, la conexión era de rayos lenta.
—Lo sé, pero una vez al año no está mal desvelarte haciendo tarea, y no, no estaba en un chat de porno...
—Gay —completó Scotty sentándose en la mesa después de haber encendido la cafetera, ni siquiera eran fanáticos del café pero, era como una especie de hábito.
—Loco, hace mucho dejé ese vicio... —susurró Stiles bajito, en realidad no había entrado en un chat de porno, en meses pero había tenido la tentación de hacerlo.
—Bueno, ve a dormir antes de sientas remordimiento de que haya miles de foto de tus nalgas abiertas, rondando por Internet y en los celulares de la gente —volvió a bromear Scott con cinismo.
—Ya cállate —calló Stiles cerrando su computadora con fuerza y regresando después de una noche agotadora a su habitación.
Pero sí que le había llegado el remordimiento pues, una vez había compartido una foto de su retaguardia recién rasurada mientras arqueaba demasiado su espalda, y se metía dos dedos en su cavidad, había sido una noche muy caliente y solitaria y toda esa excitación fue enterrada en el alma de la imagen y en el insinuante mensaje que quería revelar; la foto se hizo viral en muchos sitios de Internet parecidos esa misma semana. Todo mundo buscaba al famoso chico de la fotografía, desde entonces, Stiles Stilinski nunca más volvió a pisar virtualmente un sitio sexoso, su salvaje instinto dominaba su mente y hacía locuras. Todas su cuentas habían sido borradas o al menos eso pensaba.
No tenía sueño como tal, pero sentía que su cuerpo necesitaba descansar a pesar de aún quedarle energía, y sus ojeras no se iban a quitar de la nada. Incluso tardo un tiempo en dormirse pero lo hizo.

Lo despertó el sonido de su despertador a las dos de la tarde, había seis horas exactas y la espalda le dolía por el mal sueño que había tenido, esa vez no se permitió que las cobijas le tocaran como sólo Derek lo hacía en su imaginación pero de todas maneras ya estaba ahí de pie frente a la puerta de su habitación pensando en que no debería hacerle tarde. Se vistió y tomó un baño que Scott -tan amable y servicial- había preparado una hora antes, pues había agua caliente en un bote muy grande. Stiles llevó el bote de agua caliente hasta el baño y por fin tomo uno en su casa después de cinco días. Intentó ducharse lo más rápido posible mientras el teatro en casa sonaba música del álbum más reciente de CHVRCHES y por supuesto, antes de que el agua enfriara pues ya estaba algo tibia. Justo después se puso el pantalón sobre las húmedas piernas y una camisa cualquiera que había usado el lunes que acababa de pasar, si ignoraba ese hecho todo el mundo también lo haría. Se dirigió hacia el refrigerador y sacó un cubo de hielo, que se frotó en toda la cara, la cual expulsó vapor por el cambio brusco en la piel que se tensaba. Sacó las cosas que sólo llevaba para llenar su mochila, y dejó un cuaderno -el cual usaba para todas las materias y sólo tenía cinco hojas libres- de todos los que tenía por si las dudas. Metió el traje adentro de la mochila y unos viejos y puntiagudos zapatos en la mochila antes de irse. Los demás ya se habían ido a la escuela mientras él se bañaba.
Intentó hacer todo lo más rápido que podía pero en realidad se estaba tomando mucho su tiempo, para cuando salió de casa y subió al camión había una especie de ansiedad que lo comía por dentro. Muy en el fondo tenía una muro pintado con óleos que decía con letras grandes: Quiero que Derek Hale me vea con traje. Y otras letras pequeñas y tímidas: A lo mejor y entonces se enamora de mí.
Llegó a la escuela esperando encontrar a sus amigos ahí, en especial a los de su equipo, no encontró a nadie incluso afuera del lugar acordado, como por ejemplo el salón de usos múltiples. Al final de cuentas se metió al baño para cambiarse y tenía metido ahí unas orejeras y un gorro navideño que Scott le había prestado, porque el suyo se había perdido por ahí en alguna de sus gorroaventuras.
Miró la hora y ya casi eran las cinco. ¿En qué momento del día el tiempo se había ido así de rápido? Pero no se alarmó, estaba con el tiempo bien para la presentación de la revista de arte para CalArts. Alguien entró al baño del cubículo que estaba a su derecha, parecía que también se estaba vistiendo, pero no le presto mucha atención. El tipo del cubículo salió primero y después él.
—Vámonos ya buddy —dijo el tipo pegándole en el brazo con ligereza. Ese tipo era Scott McCall quien si había entrado a sus clases desde las dos de la tarde.
—Hola Scott —se limitó a decir Stiles mientras revisaba sus pestañas largas en el espejo, quería ponerse el moño pero le daba pereza buscarlo dentro de su mochila, así que se conformó con un cuello descubierto.
Ambos chicos fueron hasta el edificio donde estaba el salón de usos múltiples, ahí ya estaban paradas Ariana y Karen, dos chicas morenas que esperaban la llegada de Stiles, por cierto le habían despertado en el camión cuando se dio cuenta que tenía diez llamadas perdidas de ellas.
La exposición prosiguió según lo planeado y Stiles no esperaba nada pues de todas maneras iba a reprobar la materia. Cuando terminó todo eso y lo primero que hizo fue irse hasta su salón, ahí ya no había casi nadie.
—Todos se han ido, el profesor de Entorno Cinematográfico no ha venido —avisó un compañero de Stiles al castaño.
—¿En serio? —preguntó Scott exaltado de felicidad e intriga.
—Sí.
Entonces, ambos chicos se fueron hasta la entrada de la escuela, su turno había terminado.
—Ya vámonos —dijo Scott mientras veía la hora en su celular, la noche ya empezaba a aparecer. Y eso para Stiles era muy curioso y surrealista, su día acaba de empezar hace cinco horas literalmente y ya empezaba a anochecer. Pero no había problema con eso, prefería no pensar en que cada vez se le iba más de las manos el sentido de sentirse en la realidad.
—Me iré con Allison —comentó como si nada mientras miraba a todos lados, tal vez vería a Derek por ahí.
—¿En serio? Ya vámonos a casa viejo —reclamó el otro con gesto de cansancio.
—No, ¿a qué mierda voy?
—Puedes ir a ver a tu novio...
Era la primera vez que el destello de luz llamado Theo Raeken hacia aparición en la oscuridad de la cabeza de Stiles en todo el día.
Al final de todo eso, Stiles se quedó solo en la escuela, y cuando dieron el toque para dar las siete de la noche, Stiles entró al salón de Derek, era muy raro el lugar, alguna veces el olor grupal como lo llamaba el castaño no era para nada agradable.
Vio a Derek Hale en el fondo del salón escribiendo cosas sobre su cuaderno, estaba bastante concentrado al parecer. La primera vez que Derek vio a Stiles con traje había sido el semestre pasado cuando iban en el mismo salón. La reacción de Derek ante un Stiles con traje había sido: Te ves chistoso y muchas risas.
Ahora la meta de Stiles era sorprenderlo, y al parecer lo hizo, pues cuando Stiles llegó al salón, y Derek miró hacia adelante, sus ojos penetraron fuerte en el cuerpo del castaño, sus ojos se abrieron mucho y su boca también, todo estaba bien hasta ese momento, hasta el movimiento de las cejas de Derek hizo que la expresión de su cara denotara algo así como aversión.
—¿Por qué estás vestido así? —preguntó Derek sin parpadear todavía.
—Hoy presentaba mi revista para la materia del profesor Amado —dijo Stiles poniendo un acento hilarante sobre el nombre del profesor.
—Ya veo —dijo por un momento pensando cosas que la cabeza de Stiles intentaba averiguar.
Derek habló un rato con Stiles, éste ya estaba sentado sobre una banca y Derek estaba parado frente a él recargado sobre una columna del salón.
—Y entonces me quedé dormido en el camión hasta que... —Hablaba y hablaba Stiles, y había notado que Derek no quitaba la mirada de sus labios, en todos los tres minutos que se la pasó hablando sin parar—. Y pues así fue como toda la noche me la pase desvelado porque tenía que hacer la revista.
Cuando por fin terminó, Derek pasó de mirar los labios, a mirar sus ojos, cerró la boca que la tenía unos milímetros abierta y después, tragó con la garganta, se giró sin decir nada, Stiles se quedó bastante confundido por su reacción pero después pensó en que Derek Hale vio sus labios por más de tres minutos, y éso hizo que una sonrisa se dibujara en su rostro y su ánimo se elevara algo cerca del paraíso, también tocando el orgullo. Después Derek regresó con Stiles y le tocó los cabellos para después acariciarlos.

Notas finales:

ojala se suba sin errores todo el capitulo. Hay un link en los comentarios, ahi pueden copiarlo ponerlo en la barra de direcciones si quieren ver la portada de la historia.


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