—Pues no lo sé Stiles, como por aquí casi no hay tantos tipos guapos con barba —hablaba Derek ya empezando a caminar para irse.
—Tú serias guapo si tuvieras barba —murmuró el castaño haciendo un puchero con los labios. Y Derek no usaba barba por si se lo habían preguntado, se rasuraba cada ciertos días a ordenes de su novia, la cual ya no lo amaba.
—No me importa lo que tú digas —espetó el moreno deteniéndose de golpe.
—Yo sé que te importa que te diga que con barba te ves guapo porque lo sabes, sé que te importa porque te has detenido cuando lo he dicho, y sé que te importa porque me has traído hasta aquí, hasta este lugar oscuro para que platiquemos los dos solos. —Ni siquiera se había dado cuenta de lo que había dicho hasta que terminó de decir aquello que guardaba sólo para su propia persona.
El moreno casi se decidía a girarse y gritarle que se callara, pero sabía que Stiles se estaba desahogando de lo malo que había sido con él, y tal vez eso era también lo que necesitaba Derek, desahogarse.
—Y también sé que te importa porque querías que te pidiera que no te fueras , pero sobre todo sé que te importa, porque te enojaste cuando no lo hice —susurró entonces para sí mismo, pero Derek fue capaz de escucharlo.
Eran las once treinta y tres cuando Derek caminó lejos del castaño mientras éste sólo observaba cómo se iba, bajaba las escaleras con luces de neón y se confundía entre la multitud, se sintió estúpido, y rechazado una vez más.
Entonces un caballito doble de tequila se estampó con fuerza sobre la mesa de fina caoba, y otras bebidas también lo hacían.
—Pasa la noche conmigo Stiles Stilinski —decía el moreno mientras el castaño no dejaba de verlo sorprendido y con los ojos un poco anegados en lagrimas.
—Dime algo Derek Hale —apenas y pudo pronunciar el chico castaño intentando evitar que sus lágrimas salieran a flote y dieran a conocer sus verdaderos sentimientos, pues según él, Derek no sabe nada acerca del enamoramiento hacia él—. ¿En serio quieres pasar esta noche conmigo? —preguntó el castaño casi obligando a Derek a responder esa pregunta.
—Stiles, ya estás medio borracho así que cállate y bebe del jodido caballito —ordenó Derek quien recuperaba su lugar en el sillón.
Stiles tomó del caballito para después abrir la boca muy grande por el ardor en su garganta.
—Tranquilo Stiles, tómalo con calma, literalmente —decía Derek mientras miraba como el castaño ya iba por la segunda bebida.
Estaba bastante confiado en su capacidad de controlar el alcohol, o al menos eso pensaba Derek de Stiles. La última vez que Derek vio a Stiles ebrio fue en la escuela, había comprobado una botella de tequila para él solo, aunque Scott también bebió de ella, pero hubo un momento del día en el que Stiles esperaba a Allison para irse juntos, estaba afuera de su salón cuando Derek pasó por ahí de casualidad, y de hecho se quedó platicando con el castaño un buen rato mientras comía cereal. Después de eso, Derek se estaba iendo a su salón para entrar a su clase, pero Stiles le agarró de la pierna y le pidió que no se fuera, desde entonces Derek se había quedado con las ganas de que el castaño se lo volviera a decir y se sentía extraño pues no sabía si le había gustado que Stiles le rogara o si le gustaba que la gente le rogara en general. Pero ya no sabía qué pensar pues Stiles tenía razón, sí que le importaban todas las cosas que le había hecho ver.
Poco a poco se estaba subiendo a las nubes, con más y más alcohol, platicaban y reían.
Derek miraba como Stiles bebía de una cerveza, se sorprendió un poco de lo bien que conocía al castaño.
—A ti no te gusta la cerveza Stiles —afirmó cuando se dio cuenta de que el castaño se la estaba terminando como si fuera agua.
—Lo sé pero... Alcohol es alcohol. —Soltó la botella de golpe y alzó los hombros con una sonrisa.
Derek rió ante la visión de Stiles ebrio y sonrojado por el alcohol, sus ojos estaban cerrados y su sonrisa era amplia ornada por unos finos labios, finos al igual que los rasgos muy poco imperfectos de Stiles.
—Oh por Dios, ¡¡Derek Hale se está riendo!! —señaló con exageración al moreno con la boca muy abierta y las cejas bastante alzadas. Al moreno se le quitó su agradable gesto de la cara y miró enojado a Stiles quien por un momento se lamentó de haber dicho eso.
—A diferencia de lo que tú piensas, yo rio con bastante frecuencia, y ese comentario ya esta más gastado que tus promesas de dejar el alcohol —comentó frío el moreno bebiendo de una copa. Sino fuera porque Stiles ya estaba perdiéndose mucho ese comentario le hubiera caído como balde de agua fría pero en vez de eso dijo:
—Deberías sonreír más seguido, te queda a la perfección... —Y hasta ahí se quedó, estaba a punto de fallar en su filtro cerebro-boca.
—Ya te dije que lo hago con frecuencia, lo que sucede es que...
—Lo que sucede es que cuando intento que nos divirtamos juntos siempre actúas frío y distante y no cooperas para nada, por eso siempre te veo serio —espetó el castaño dejando sus puños caer en la mesa con rencor en su mente, era demasiado rencor en todos sus recuerdos con Derek pero eso mismo lo utilizaba para crear mucho amor hacia el moreno en una fabrica que tenía en su corazón.
Derek se quedó mucho tiempo pensando en todos los días en el que el castaño se paraba frente a él en su salón, no había un día que no llegara a ofrecerle de menos una naranja fresca.
—¿Hay alguna manera en que pueda arreglarlo? —preguntó el moreno casi en un susurro, y no porque no quisiera decirlo, sino porque estaba peleando con un amigo suyo llamado ego.
—Pues... —"Bésame" pensó en decir pero no estaba seguro, tenía miedo de la reacción de Derek, aunque para ser sinceros pudo sólo saltar sobre la mesa y estampar sus labios con los del moreno pero simplemente no lo hizo—. Sólo quiero que seas mi amigo Derek... —confesó apretando los labios, evitando ver la cara del moreno por miedo a ver su expresión, siempre tenía miedo.
—Pero tú y yo ya somos amigos —dijo derek con toda la calma, pues era verdad.
Pero aunque no lo quiso confesar Stiles e incluso, tampoco se había dado cuenta de eso, lo que en realidad quería el castaño era ser el incondicional amigo de Derek, lugar que ya poseía Jackson Whittemore. A lo mejor era un poco egoísta pero, sino podía tener el amor del chico Hale, de menos quería ser su mejor amigo, aunque ni siquiera le había felicitado en su cumpleaños, mientras que a Jackson le había dedicado una nota enorme con una foto de ellos jugando al billar en Instagram.
—Pero...
—Tú eres mi amigo y aunque no lo parezca... Creo que te aprecio —declaró un poco apenado el moreno deslizando otra cerveza hasta la mano de Stiles—. Así que ya basta de lloriquear y bebe.
Stiles siguió bebiendo y Derek también por al menos una hora más después de eso.
Cuando menos se lo esperaban ya estaban bajando las escaleras, y Derek se dio cuenta de que ya estaba borracho cuando casi se tropieza en las escaleras. Ambos ya estaban en la pista de baile, había muchas personas pero habían encontrado un lugar para ellos dos. Sus cuerpos se movían a un ritmo moderado, Stiles parecía estar perdido entre la música, a Derek le causaba risa su expresión extraviada y no pudo evitar poner su mano en la barbilla del castaño para levantarle la cara, su piel estaba cálida a lado de su fría mano, bastante cálida y suave en sus dedos.
—Estás bien —preguntó el moreno a su amigo pues parecía que en cualquier momento iba a perder el conocimiento.
—Sí —respondió apacible mientras se dejaba llevar por la música y el tacto de Derek en su barbilla. En verdad quería a ese increíble moreno de ojos verdes sólo para estar en el mejor de los templos de su corazón. La mano de Derek se postró por completo en toda la faz de Stiles y pudo sentir los vellos de su mejilla, delinear un poco la ceja con su dedo meñique, y por un momento deseaba poder tocar sus pestañas, no se lo diría a nadie pero siempre quiso poder tocarlas y sentirlas en las yemas de sus dedos.
Stiles no se resistió a esa caricia y busco más a ojos cerrados acercándose a Derek entre luces parpadeantes. Con la otra mano que Derek tenía libre la posó sobre el brazo del chico para tenerle cerca, sus cuerpos estaban a punto de tocarse, la nariz de Derek estaba muy cerca de la frente de Stiles, podía inhalar su esencia detrás de todo ese sudor y olor a alcohol. Le sorprendía de sobremanera que no pudiera evitar seguir oliendo y oliendo, hasta que su nariz tocó los cabellos de Stiles y eso fue todavía mejor. No dejaba de acariciar la cara del chico de lunares y de presionar su delgado brazo, Stiles estaba a punto de abrazarlo, sus manos estaban en la espalda baja de Derek, se sentía tan firme justo ahí.
La nariz de Derek rosó la de Stiles por unos segundos y después la mitad de su rostro se apoyo en la mitad izquierda de la faz del Stilinski, Derek por fin lo tenía contra su cuerpo, por completo atado entre sus brazos, Stiles hizo lo mismo, sus rostros se tocaban y eso era estupendo, el castaño con la boca empezó a acariciar la piel de la mejilla del joven Hale disfrutando del calor, de la sensación, hasta que sintió una gota caliente atravesar desde la mejilla de Derek a la suya para fundirse entre sus pieles y eso lo detuvo un poco, pero es que estaba tan cerca de poder besar a la persona que había deseado por casi un agonizante año que no podía evitar que sus labios siguieran avecinándose a los de Derek.
—Es hora de irnos a casa Stiles —dijo el de ojos verdes separando su cuerpo del de Stiles.
—¿Derek por qué quieres irte a casa? —preguntaba mientras empezaba a bailar más fuerte para intentar animar al moreno, ademas de tomar su mano entre la suya.
El castaño no entendía por qué y quería reclamar con todas sus ganas, hasta que vio, Derek tenía lagrimas en los ojos. Quería preguntar por qué lloraba, pero no era necesario y sabía bien el motivo, pues recordó que Derek había roto con su novia Paige hace unos días atrás. Debía ser muy difícil, se sintió como un abusador idiota al intentar besar al chico Hale cuando éste sólo buscaba un poco de consuelo entre sus brazos.
Derek y Stiles salieron del lugar, la ropa de Stiles estaba en algunas partes mojadas sin explicación alguna, al parecer le habían tirado bebidas sin querer sobre él mientras bailaba con Derek. El silencio reinaba en las calles por donde caminaban, Derek estaba hasta el carajo de alcohol y era difícil para Stiles mantener el equilibrio cuando él también estaba igual y aparte cargaba a Derek Hale para que no se cayera, esa noche era su prioridad cuidar de él, así como Derek lo había cuidado cuando estaba borracho en la escuela.
—Llévame a mi casa —pidió Derek con la vista perdida y borrosa.
—¿Donde está tu casa? —preguntó mientras atravesaban un gran parque oscuro y solitario.
—Por allá —señalo el moreno con un dedo.
—Lo sé pero exactamente.
—No lo sé, sólo deja que mi cuerpo te guie hasta allá —respondió el moreno sujetándose mas fuerte al cuerpo de Stiles.
Cuando llegaron al lugar después de cruzar el parque y caminar en zigzag entre las calles, llegaron a una casa grande y bonita, de al menos tres pisos con un gran pórtico de madera oscura y brillante.
—Espera... —murmuró Derek soltando a Stiles para buscar sus llaves en sus pantalones. Cuando las sacó no podía ver muy bien cual era así que intentó con todas las llaves hasta que por fin pudo abrir y ellos entrar.
La mirada de Stiles en la casa era de fascinación, al entrar había un gran patio techado, con un foco en medio del techo, más allá había un camino hecho con piedras de río, un jardín muy bien cuidado de Bambú. La puerta era de vidrio además de ser corrediza. Al entrar estaba la cocina y comedor y la sala, hasta el fondo había unas escaleras, no podía pensar muy bien y a la mañana siguiente de seguro no recordaría lo maravillosa que era la casa de Derek.
Derek se puso al pie de la escalera.
—¿A donde vas? —preguntó Stiles, quien no había pasado del comedor.
—A mi cuarto —respondió el moreno con pie en el primer escalón.
—Bueno será mejor que me vaya... —Stiles estaba a punto de salir del lugar pero Derek lo detuvo con sólo decir:
—Stiles, no te vayas... —habló el moreno dispuesto incluso a ir por Stiles si era necesario y llevarlo hasta su cuarto.
—¿Y donde dormiré? —preguntó Stiles con gesto preocupado.
—En mi habitación por supuesto —dijo el de ojos verdes, ya estaba subiendo las escaleras, se había relajado pues ya sabía que Stiles no se iría después de habérselo pedido—. ¿Vienes o qué? —preguntó cuando se dio cuenta que Stiles no se movía de su lugar.
Stiles y Derek se metieron a la pieza, cerrando la puerta y todo quedó oscuro.
Derek se acostó en la cama del lado izquierdo pegado a la pared y Stiles en el derecho. Ninguno se tapó con las cobijas.
Todo estaba en silencio hasta que Derek rompió en un sollozo solitario, quería abrazar a Stiles, pero no podía, por más raro que llegara a ser Stiles, no quería darle una mala impresión abrazándolo en la cama en la oscuridad de su alcoba. No quería hacer sentir incómodo al castaño pues pensaba que ambos eran heterosexuales, o al menos eso creía Derek, pero necesitaba compañía, asi que sólo se limitó a abrazar a un pingüino de peluche, mientras lloraba desconsolado.
El corazón de Derek se estaba fundiendo con la tristeza y la amargura. No podía con su cuerpo y estaba llorando, ahogándose en un océano terrible de perdición y amargura, se hundía y se estaba muriendo, pero una mano se posó sobre su cabello. Nunca antes Stiles había puestos sus impuras manos sobre el cabello de Derek, era liso y lacio pero suave y le gustaba, pero cuando lo hizo supo que quería tener sus manos ahí toda noche y mas allá de eso, ojalá Derek pudiera ser suyo, pues al moreno de ojos verdes y bella sonrisa no le faltaría nada. El llanto de Derek dejó de escucharse cinco minutos después de que Stiles puso su mano en su cabello y lo acariciaba, después se quedó dormido a la media hora.
—Todo va estar bien si estás conmigo Derek —susurró y besó la frente del moreno, para después empezar a quedarse dormido también.