Y ahí estaban, los dos hombres en la cocina profesando su amor una vez más, el joven peliverde había cargado al rubio colocándolo lentamente sobre el sofá para hacer más cómoda su tarea, deteniéndose una vez más para deleitarse con lo que sus ojos observaban, y es que no podía dejar de mirar a su pareja, definitivamente le encantaba su cuerpo, su sonrisa, su cabello, sus ojos, sus cejas en forma de espiral, le encantaba todo de él, en especial en ese momento en el que se encontraba con sus mejillas sonrojadas, que lo hacía ver más tierno y apetecible; sonrió para sí mismo, sabía que en toda su vida no encontraría a alguien que le amara tanto como lo hacía el cocinero.
Retomo las embestidas cada vez más rápidas y profundas, los dos estaban al borde del clímax, sus gemidos resonaban en toda la cocina, llegando por fin al delicioso orgasmo.
Jadeantes, Zoro salió del interior de Sanji lentamente, le dio un suave beso en los labios y se recostó sobre su pecho, nivelando su respiración, levantando su rostro unos minutos después, dedicándole una sonrisa dulce a su rubio.
-Oi Sanji-
-¿Qué sucede mi marimo?- respondió con una sonrisa pícara, acariciando sus cabellos verdes.
-Pronto desembarcaremos en la siguiente isla… y sabes… es justo cuando cumpliremos un aniversario más- soltó un poco nervioso y agachando la mirada, acariciando con la yema de sus dedos el abdomen de su amado en forma circular.
Sanji rio suavemente –No me lo tienes que decir tonto, yo lo recuerdo perfectamente y sabes pienso lo mismo que tú, creo, ¿quieres que nos escapemos de los chicos y vemos… que podemos hacer?- lo último lo dijo en un susurro muy sensual, Zoro asintió, no pudo ocultar su entusiasmo, el rubio siempre sabía lo que quería. Le beso por última vez para quedar profundamente dormido en sus brazos.
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A la mañana siguiente, la banda de piratas de los mugiwara se encontraban distraídos con una de sus típicas fiestas puesto que estaban muy felices ya que por la noche llegarían a una nueva isla y eso significaba una nueva aventura para su capitán y descanso para otros. Usopp tenía la guardia y estaba tan concentrado en lo que hacían sus compañeros, no dejaba de observarles mientras los animaba desde lo alto del mástil, tanto que no se dio cuenta que a lo lejos apenas visible, se encontraba un barco de la marina.
-Señor Kizaru, hemos localizado a la banda de piratas de sombrero de paja, ¿quiere que lo abordemos en cuanto les demos alcance?- pregunto el subordinado.
-No, los seguiremos a discreción, no pueden darse cuenta de nuestra presencia, mantengan el barco alejado, pero sin perderlos de vista, entendido-Fue la orden que dio antes de que el oficial se despidiera con una reverencia y saliendo de ahí. “Te encontré Vinsmoke Sanji, te capturare y te llevare a Impel Down sea como sea” pensó, y ¿por qué buscaba a Sanji?, por la orden que le fue dada una semana antes.
Flash Back
Kizaru se encontraba en una de las instalaciones de la base de la marina liderado por Akainu, estaba cansado de no hacer nada, últimamente no se presentaban problemas a los alrededores, se encontraba aburrido de estar encerrado tras esas paredes, le hacía falta un poco de diversión e ir a perseguir a cualquier criminal que se opusiera a la marina.
Saliendo de su habitación y recorriendo los pasillos buscando algo que hacer, escucho un grito de alguien que le llamaba a lo lejos.
-Señor… señor Kizaru- dijo el subordinado, colocando sus manos sobre sus rodillas para descansar y tomar aire después del maratón que acaba de hacer, ya que lo llevaba buscando desde hace un buen rato.
-¿Qué pasa?-
Ya recuperado se irguió y dirigió su mirada hacia este –Señor lo llama el almirante de flota Akainu, lo espera en su despacho lo más pronto posible-
-Iré de inmediato-
-Bien- hizo su saludo y se retiró.
“Para que me querrá tan de repente, será que algo ha pasado” iba pensando de camino a la oficina “espero que ya me dé algo de trabajo, quiero algo de acción” sonrió para sí mismo mientras se detenía y tocaba la puerta que se encontraba frente a él.
Akaino se encontraba sentado en su silla detrás de un escritorio de madera bastante grande, al escuchar la puerta se giró para dar el permiso a quien se encontraba tocándola en ese momento.
-Almirante me mandó llamar con urgencia- ante todo seriedad absoluta.
-Si Kizaru, tome asiento por favor-
-Y bien puedo saber para que soy bueno-
-Bien, en este momento usted es uno de los mejores hombres que tengo en la base- comenzó a explicar -me ha llegado una orden de los jefes de arriba, junto con este papel que me enviaron- le dijo mostrando lo que parecía un cartel de recompensa.
-Un cartel de recompensa- lo tomo y leyó lo que decía en el –Solo vivo, Vinsmoke Sanji, ¿Quién es esta persona?- pregunto, puesto que no había escuchado ese nombre antes, sin embargo la cara se le hacía muy conocida.
-¿No lo reconoce almirante?, es un pirata de la banda de Sombrero de paja-
-Ah, es cierto pero por el apellido no lo reconocí, todos le conocíamos solo por su nombre, pero ¿a qué viene esto?-
-Es cierto nadie sabe hasta el momento, que ese es el apellido de ese pirata, lo tenía bien oculto, parece que ni él mismo se lo ha revelado a sus nakama, tampoco se nos permite revelarlo ya que es un secreto confidencial, la orden que llego, es encontrarle, capturarle y llevarle a Impel Down, usted mi amigo es uno de los hombres más fuertes que tengo, espero que cumpla con esta orden de inmediato-
Kizaru se puso de pie –Señor se hará conformé a la orden, me retiro con su permiso- Hizo una reverencia y salió para iniciar con los preparativos.
Fin Flash Back
Y es que Kizaru mientras andaba en su búsqueda había formulado el plan de captura, no tenía la intención de enfrentarse a toda la banda, eso traería pérdida de tiempo y posibles bajas, por lo tanto las evitaría, se limitaría a cumplir la misión encomendada. Solo tenía que seguirlos y esperar el momento adecuado pacientemente, no había prisas, al menos no para él.
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Mientras en el barco de los mugiwara, toda la tripulación se encontraba reunida en la cubierta del barco, mirando por la barandilla la inmensa isla que se encontraba frente a ellos. Ya estaba por oscurecer, la contemplaron por un buen rato, hasta que las luces de la cuidad fueron encendidas la hacían ver sumamente hermosa con sus colores que resplandecían de los techos de los enormes edificios.
Luffy, se encantó con esa visión y en cuanto arribaron al puerto, intento saltar de inmediato e ir corriendo por sus calles y buscar algo de diversión.
-¿A dónde crees que vas?- le dijo una muy enojada Nami y jalándolo del cuello de su chaleco.
-¿Como que a dónde? a buscar puestos de comida, muuucha, muuucha comida deliciosa-menciono un animado Luffy.
-Pero Sanji -kun te acaba de dar de cenar, no seas glotón-
-Pero tengo hambre- dijo haciendo un puchero.
-Pues no me importa ya es tarde y nadie va a salir por esta noche, ¡¡entendido!!- esto último lo dijo viendo a todos sus compañeros, estaba muy irritada por la actitud de su capitán –por hoy nos quedaremos en el barco, mañana ya les diré que hacer, pero por hoy todos a dormir y tú Zoro lleva a Luffy contigo y por nada del mundo le dejes salir- todos cumplieron con la orden retirándose a sus habitaciones, pero antes de ello Zoro miro a su amado rubio, no sabía porque tenía un mal presentimiento, que algo no estaba bien. Al notar su mirada, Sanji le regalo una cálida sonrisa con la cual el peliverde se sintió más tranquilo, no le dio más importancia, tomo al rubio de la mano y al chico de goma lo sujetó del brazo para que no se le escapará y así, los tres chicos se retiraron a dormir.
Law presencio la escena que armaba el capitán, aún no entendía como pudo haberse aliado a un idiota como ese y de un momento a otro se dio cuenta que se había quedado observando a ese tarado de una forma lasciva, porque vamos no era ciego al notar que el chico no estaba nada mal “y si…” no, esa idea se la quito de inmediato de la cabeza, volviendo la vista hacia el objeto de su obsesión perdiéndose tras la puerta que daba a las habitaciones, él ya sabía lo que quería, sabía quién era su presa y no estaba dispuesto a cederla a nadie.