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Room por LovingTales

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Notas del capitulo:

Hola a todas! Estoy muy feliz despues de revisar las visitas que ha tenido este fic !me motiva mucho a seguir escribiendo!

Saludos y muchos besitos :*

En el capítulo 4 de room veremos como comienzan a despertarse ciertos sentimientos y pasiones en nuestros protagonistas ...

Los personajes pertenecen a Eiichiro Oda.

 

 

Aquella noche del incidente en el casino el Rey se encontraba angustiado. Revisaba su móvil constantemente como si esperara una llamada urgente, sin embargo esta nunca llegó. Pasadas las 23:00 hrs Sanji, aquel subordinado rubio de cejas extrañas le confirmó que todo había salido de acuerdo al plan. Tenían el dinero y aquel político se encontraba bajo los escombros de lo que antes solía ser el casino.


No obstante algo seguía dándole vueltas en la cabeza… ¿Habría logrado escapar aquel chico pelirrojo?, según tenía entendido las explosiones se iniciaron mucho antes de lo previsto, dándole a aquel muchacho sólo cinco minutos para salir del edificio antes de que éste se viniera abajo. Optó por no pensar más en eso y se recostó en su lujosa cama. Antes de dormir envió un mensaje a Sanji para que le informara las bajas, sin embargo este se limitó a contestar que en cuanto inspeccionara a los hombres le daría una respuesta, de eso se esperaban varias horas por lo que cerró sus ojos y se durmió.


A la mañana siguiente fue despertado por su mayordomo quien le dejaba el desayuno junto con el periódico  en un escritorio blanco. Colocándose una bata de seda se dirigió hasta la bandeja para tomar su café matutino, sin embargo el encabezado del periódico llamó su atención: “Tragedia en el casino, más de 100 muertos y 200 heridos”. Sonrió complacido. Justo en ese instante su celular sonó, era Sanji seguramente le daría la información que había solicitado.


-Buenos días señor, espero haya descansado. Tengo la lista con las bajas-


-Buenos días… ya veo y ¿cómo salimos de esta situación?- preguntó al tiempo que bebía el primer sorbo de café-


-No tan mal para la gravedad del incidente. Del grupo A perdimos a tres hombres, grupo B no hay bajas, grupo C cinco, grupo D sólo uno y bueno aquel chico pelirrojo… no se reportó en el horario indicado por lo que pensamos que no logró escapar a tiempo-


-Ya veo… eso será un problema. Bien hecho Sanji, mantenme informado en caso de cualquier información-


-Entendido señor-


Colgó la llamada y se sentó. Por alguna razón el café sabía más amargo de lo habitual.


Transcurrió un rato hasta que su móvil nuevamente comenzó a sonar, esta vez la llamada entrante era de Robin una de sus subordinadas.


-Buenos días señor-


-Robin me alegro que llames-


-Lamento interrumpirlo pero tengo que hablar un tema serio con usted- exclamó la mujer al otro lado del teléfono. Su voz parecía nerviosa-


-¿Qué ocurre?-


-¿Recuerda que el plan debió adelantarse por la aparición de los carros policiales?-


-Lo recuerdo… ¿qué pasa con eso?-


-Verá… analizando los datos de la programación de las bombas en mi computadora descubrí que ese margen de cinco minutos que se dio a nuestros hombres para salir del edificio no fue respetado…-


-¿A qué te refieres?-


-Alguien hizo estallar antes las bombas, dando apenas dos minutos desde el aviso de cambio de planes a los hombres para escapar, eso explicaría las bajas más altas en los grupos A y C y la desaparición del chico pelirrojo que contrató-


Aquella situación lo estaba cabreando enserio, tanto así que su expresión facial había cambiado completamente.


-Ya veo… eso significa que tenemos a un traidor entre nosotros-


-Lamento estar de acuerdo con usted en eso…-


-Bien, gracias por la información Robin, estaré por allá en la noche-


-Lo espero-


Se quedó pensativo un momento hasta que llamó a uno de sus trabajadores y le dio la orden de ir a la alcantarilla de Kid y sacar todo lo que encontrara. Por alguna razón no quería recordar nada de aquel chico cuando pasara por ahí. 


Dicho y hecho, las cosas fueron llevadas a otro lugar y éste quedó a disposición de unos pandilleros, a quienes se les dijo que aquella alcantarilla había sido de un tipo que murió la noche anterior, razón por la cual ellos quedaron tranquilos. No obstante al llegar Kid y encontrarse con aquellos sujetos todo se vino abajo. Algunos resultaron con heridas sumamente graves y tuvieron que ser atendidos por los “médicos” de aquel pueblo.


Toda aquella balacera llamó la atención de los hombres del Rey, quienes no dudaron en disparar a Kid perdiéndolo al salir por la escotilla del túnel. Uno de ellos pudo reconocerlo y dio la orden de no perseguirlo, yendo a informar a su superior de que el pelirrojo seguía con vida y había huido. Al enterarse el Rey de esta situación, una parte de él se sintió muy aliviada, sin embargo inmediatamente  llamó a Sanji.


-Sanji… tenemos problemas-


-¿Qué ha ocurrido señor?-


-Robin me ha llamado hace un rato, hubo una falla en el plan… más bien una alteración. Nos reuniremos a las 22:00-


-Comprendo…-


-Hay algo más… aquel chico pelirrojo sigue con vida, ha venido a armar un alboroto al pueblo y según me informaron huyó hacia la superficie… debes encontrarlo-


-Entendido señor, enviaré a los hombres al primer cuadrante de la ciudad-


-Perfecto- exclamó, una sonrisa se dibujó en su rostro mientras una sensación cálida comenzaba a invadir su cuerpo-


La búsqueda del pelirrojo se inició apenas fue dada la orden. El Rey había dividido la ciudad en seis cuadrantes los cuales dominaba completamente, la mayoría del tiempo con tráfico de armas. En grupos de a diez hombres se apresuraron a revisar cada callejón y entrada del primer cuadrante sin tener ningún resultado. Sanji estaba a cargo e iba tachando en un mapa las zonas que se habían inspeccionado.


Las labores de búsqueda del pelirrojo se extendieron hasta las 02:00 de la madrugada sin poder tener siquiera una pista de su paradero, reanudándose a las 07:00 de la mañana siguiente y nuevamente sin ninguna novedad.


-¿Dónde rayos se habrá metido este tipo?-pensó Sanji al tiempo llamaba al Rey- Buenos días señor… ¿ha dormido bien?-


-Sanji… buenos días, sí… ¿alguna novedad?- preguntó con impaciencia-


-Lamento informarle que no… hemos verificado los tres primeros cuadrantes sin encontrar pista alguna, interrogamos a algunas personas y nadie parece haberlo visto-


-Entonces muévanse a los cuadrantes restantes… necesito a ese tipo lo más rápido posible-


-Comprendo mi señor… volveremos a inspeccionar y nos moveremos al resto de la ciudad. Sin embargo me he enterado que encontraron el cuerpo del político y algunos de sus hombres… en ese aspecto la misión fue un éxito-


-Ya veo… de todas maneras necesito interrogar a Kid-


-Haremos todo lo posible…-


Sanji colgó el celular un tanto extrañado por la insistencia de su superior con aquel chico, a pesar de esto ordenó a sus hombres reanudar la búsqueda durante todo el día.


Law y Kid subían por el ascensor rumbo al departamento. Al entrar Law le ofreció algo de comer.


-¿Quieres algo de comer?-


-¿Qué tienes?-


-ehh… arroz… ensalada… ¿qué te parece una sopa?- exclamó Law al tiempo que inspeccionaba su refrigerador-


-Hazte a un lado- dijo Kid mientras metía su cabeza en la nevera-veamos… esto estaría bien- sacó dos cervezas-


-¿Seguirás bebiendo?...-


-Sí- respondió Kid fríamente-


-jajaja está bien… al menos come un poco de maní-


Kid tomó un puñado de maní y se lo echó en la boca.


-Mañana debo ir a trabajar a las 08:00 y…- comentó Law siendo interrumpido por el pelirrojo-


-Suerte en eso-


-Deja de ser tan cortante, sólo quería decirte que te sientas como en casa-


-Estoy sospechando de tu actitud… tanta amabilidad con un criminal como yo-


-Quién sabe… quizás vaya a venderte-rio Law-


-Idiota…- exclamó Kid al tiempo que daba un sorbo a la lata-


Transcurrieron alrededor de tres días en los cuales Kid no salió del edificio. A ratos se aburría, la televisión no era de su interés, tampoco los libros ni el internet así que optó por ejercitarse todo el día. Law llegaba con la cena y ambos comían generalmente en silencio lo cual a veces le hacía sentir bastante incómodo. Sin embargo su anfitrión pareció notar esto y optó por hablarle del trabajo, aun sabiendo que Kid le respondería indiferente.


Eran alrededor de las 15:00 hrs cuando el pelirrojo decidió salir a comprar cervezas y unas cajetillas de cigarros. Caminó hasta el mini market más cercano, demoró alrededor de unos veinte minutos en llegar. Vestía una camiseta negra con una sudadera azul marino, había cubierto su cabeza con la capucha de ésta ocultando su pelo rojo, gafas oscuras,  jeans que le quedaban un tanto ajustados y unas sandalias. Toda era ropa que el moreno le había pasado para que se deshiciera de ese smoking con olor a sudor. Law era unas tallas menos que él por lo que todo le quedaba ajustado.


Compró rápidamente y cargando una bolsa se dispuso a volver al edificio. Iba de camino cuando sintió un auto detenerse a su lado, se bajaron alrededor de cinco hombres quienes lo forcejearon y amenazándolo con armas lograron que entrara al auto. Al entrar se percató que eran hombres del Rey, y tomando una actitud indiferente abrió una lata de cerveza y comenzó a beber.


-¿Se puede saber dónde mierda me llevan?- preguntó Kid cabreado-


-El Rey solicita verte- respondió uno de ellos-


Al escuchar esto se sobresaltó y una extraña sensación comenzó a recorrer su cuerpo, recordó aquel incidente en el baño, no obstante trató de disimularlo. Llegaron a una mansión enorme, ubicada en el otro extremo de la zona sur, alrededor de unos treinta minutos en automóvil. Lo obligaron a bajarse con las manos en la nuca y caminaron hacia un vestíbulo. Uno de los hombres se alejó por un momento, al parecer quería informar su llegada no obstante Kid pudo escuchar que el Rey no se encontraba en esos momentos en la mansión pero que volvería en una hora.


Algo dentro suyo le gritaba que escapara, pues nada bueno solía venir de aquel hombre así que esperó que los demás se distrajeran y noqueando a un tipo le arrebató el arma y comenzó a disparar. Los empleados se agacharon y huyeron rápidamente mientras que los hombres armados, algunos ya caídos, comenzaron a responder el fuego. Se ocultó detrás de un pilar de mármol y disparando tras de sí saltó por uno de los enormes ventanales, pasando a través del vidrio y cayendo de costado. Sintió como salían los hombres tras de él por lo que echó a correr a toda velocidad, sin embargo en el proceso una bala llego a su hombro y herido logró saltar la verja y salir a la calle.


Corrió sin detenerse, entrando en callejones y pasajes hasta que se percató que no lo seguían. Probablemente uno de sus disparos hirió de gravedad a alguien y dejaron de perseguirlo, aun así continuó corriendo hasta llegar a un callejón que salía a una avenida bastante concurrida. Descansó ahí durante unos minutos hasta que logró ponerse de pie y, yendo contra todo su orgullo, buscó un celular que el médico le había pasado y procedió a llamarlo.


-Aló… ¿Kid?-


- Sí, soy yo. Odio tener que pedirte esto pero estoy en problemas-


La voz de Kid sonaba más seria que de costumbre lo cual perturbó al moreno.


-¿Qué ha ocurrido?-


-Me han disparado…-


-¿Qué?... ¿Dónde estás?-


-No tengo puta idea… pero estoy en un callejón que tiene salida a una avenida…-De pronto la llamada se cortó- Qué diablos… maldita sea- Kid miró el móvil dándose cuenta que había quedado sin batería-


Se apoyó en la pared y con mucho cuidado apretó su hombro para que no sangrara. Dolía mucho y a pesar de que podía moverse, toda la gente lo miraría así que optó por esperar que anocheciera para volver a caminar. Además de esto estaban aquellos cortes que se hizo al saltar por la ventana, pero esto no parecía importarle mucho.


Law al cortarse la llamada salió del hospital inmediatamente, se subió a su auto y comenzó a recordar las avenidas principales que habían en la ciudad… ¡pero eran demasiadas! Por lo que decidió empezar a buscar por las avenidas cerca del hospital sin tener éxito. Pensó en volver a casa y comenzar desde ahí por lo que rápidamente aceleró y pasando la avenida de su edificio entró en distintos pasajes sin encontrar al pelirrojo. Se sentía angustiado y preocupado, lo único que pensaba era en encontrar a Kid y curarlo rápidamente, después de todo le habían disparado. Alrededor de dos horas más tarde llegó a la WhiteAvenue una de las avenidas más largas de toda la ciudad, avanzaba raudo hasta que veía aproximarse un callejón deteniéndose y mirando hacia dentro. Se mantuvo así varios minutos más hasta que se detuvo en un callejón oscuro y dentro le pareció ver a un hombre acostado. Bajó del auto y a toda prisa se dirigió hasta allá, encontrando a Kid semi inconsciente.


-Maldición… ha perdido sangre… Kid despierta- exclamaba mientras tomaba del brazo contrario al pelirrojo. Lo cargó apoyado en su hombro hasta el auto, donde le suministró los primeros auxilios y a toda velocidad condujo hacia su edificio-


En esos instantes un auto oscuro se encontraba detenido unos metros más abajo. El conductor miraba con curiosidad, echando a andar su vehículo segundos después de que el médico acelerara.  


Law llegó a duras penas con el pelirrojo hasta su habitación, no porque el moreno no tuviera fuerza, sino más bien porque el cuerpo de Kid era muy musculoso y por esta razón pesaba bastante. Lo dejó con cuidado en la cama y rápidamente procedió a retirar la bala del hombro, en ese momento el dolor despertó al pelirrojo.


-¡Ahhhhh!- se quejó Kid mientras apretaba los dientes-


-Tranquilo, ya está. Quien pensaría que eres un hueso tan duro de roer pelirrojo- exclamó Law mientras suturaba la herida-


-¿Cómo me encontraste?-


-¿De verdad quieres saberlo?- preguntó Law con seriedad-


-La verdad no- contestó Kid dirigiendo su mirada al techo de la habitación-


-Bien entonces te lo contaré- Law le dirigió una sonrisa- después de que la llamada se cortara salí del hospital y me subí al auto, te busqué durante dos horas hasta que logré encontrarte en aquel callejón y justo a tiempo, como siempre tan afortunado-


-¡Tsk!...-


-Ahora me contarás que demonios ha pasado… te dije que no salieras. Todos los días hay patrullas rodeando esta zona y si te llegan a descubrir ya no podré ayudarte-


-No es asunto tuyo-


-¡Claro que lo es!, es asunto mío desde que salvaste mi vida en el casino-


Kid lo miró cabreado.


-Salí a comprar al minimarket… por cierto saqué dinero de un cajón-


-¡Que te jodan!-


-Salí a comprar y de vuelta unos sujetos me amenazaron con una pistola, obligándome a subirme a un auto. Cuando pregunté dónde íbamos me dijeron que a la mansión del Rey pero al llegar me di cuenta que no se encontraba ahí por lo que escapé y me dispararon-


-¿Por qué razón el Rey del bajo mundo quería verte?-


-Supongo que porque él fue quien me contrató para acabar con aquel viejo-


-Uhmmm… ten más cuidado para la próxima, si quieres comprar algo puedo traértelo cuando vuelva del trabajo si no podemos…-


-Law… ¿Por qué haces todo esto?- interrumpió Kid mirándolo con seriedad-


-¿Hacer qué?-


-¿Por qué me ayudas?... ¿acaso olvidas que soy un criminal?, ¿un huérfano que creció en las alcantarillas?-


-Eso no es importante… lo importante aquí eres tú- respondió Law  mirándolo fijamente a los ojos-


-¿Qué diablos dices?, deja de actuar de forma tan extraña- Kid se levantó de la cama dispuesto a volver a la sala, un leve rubor había aparecido en sus mejillas, en ese momento sintió que aquel tipo lo tomaba del brazo reteniéndolo-


Se volteó y en ese instante y cómo si todo hubiera pasado en cámara lenta vio como el moreno se abalanzaba sobre él haciendo que chocara con la pared trasera. Sus rostros habían quedado tan cerca entre sí que Kid sentía la respiración cálida y agitada de Law en su mejilla. Una sensación extraña lo invadió y su corazón comenzó a latir más rápido. Sentía la mirada del otro clavada en sus ojos, sin embargo no quería corresponder este gesto pues ya comenzaba a sentir calor en sus mejillas. Dudó por un momento pero decidió zafarse y con fuerza esta vez puso él a Law contra la pared.


-¿Qué crees que haces?- le preguntó con el rostro aún más cerca del de su compañero y de forma desafiante-


-¿De verdad quieres saberlo Kid?-


-Sí… esta vez sí quiero saberlo- respondió en un susurro-


De pronto sintió a Law acercarse aún más, tanto que sus labios estaban a pocos centímetros de chocar. El moreno lo miró durante unos segundos y al instante sintió su boca sobre él, al principio lenta y suavemente y luego cada vez con más intensidad. No pudo evitar abrirla dejando que el otro introdujera su lengua en él y comenzara a juguetear, cerrando sus ojos y dejándose llevar por un momento. Por alguna extraña razón lo estaba disfrutando, y mucho puesto que sus manos se dirigieron a la cintura del otro, apretándolo contra su cuerpo. Continuaron besándose hasta que por falta de aire se separaron unos centímetros. Ambos respiraban agitadamente y para sorpresa de Kid, Law se encontraba totalmente sonrojado y el brillo de sus ojos  comenzaba a hipnotizarlo. Se dio cuenta de lo extremadamente atractivo del moreno, su mirada generalmente fría ahora daba destellos de luz y esos labios humedecidos por su propia saliva se le hacían irresistibles.


-Kid…- la voz de Law lo trajo de vuelta y vacilando unos instantes exclamó- me gustas mucho…-


El pelirrojo abrió sus ojos, aun se encontraba un tanto confundido por aquel beso y aunque fuera bastante obvio nunca se imaginó que aquel tipo le dijera algo así. Comenzó a cuestionarse sus propios sentimientos, se sentía un tanto extraño pero gran parte de sí parecía disfrutar esa situación y al sentir su propio corazón acelerarse cuando escucho al moreno decir aquello, supo que algo no andaba bien en él. Normalmente hubiera golpeado a quien siquiera se atreviera a tomarlo del brazo, pero todo lo que estaba sucediendo indicaba que Law le gustaba demasiado.


Quizás fue aquel primer encuentro que tuvieron cuando él lo ayudó, a pesar de ser un crío herido en la calle no dudó en atenderlo es más, no dudó en salvarle la vida aunque no tuviera ni un berrie para pagarle. En el mundo que él había conocido no existía la amabilidad, con sus amigos se protegían entre sí pero luego que fueran capturados todos aquellos sentimientos de compañerismo y alegría habían desaparecido por completo hasta que… hasta que él volvió a aparecer en su vida, de una forma poco esperada pero al fin y al cabo había recordado su rostro y su nombre, no lo había olvidado.


Sintió la mano de Law acariciando su rostro al tiempo que las lágrimas comenzaban a caer por el rostro de su compañero. Sorprendido lo miró y una sensación que no lograba comprender le impulsaba a querer apretarlo fuerte contra su cuerpo y tenerlo entre sus brazos.


-Lamento que hayas tenido que sufrir tanto Kid… yo nunca olvidé la mirada que tenías aquella noche que te encontré en ese callejón… nunca te olvidé a ti-


Esto último hizo que el corazón del pelirrojo se acelerara aún más pensando que en cada latido saldría de su pecho. Sin embargo aún no era capaz de articular palabra alguna manteniéndose el silencio durante un rato, hasta que Kid pudo hablar.


-Law yo… yo nunca olvidé tu nombre-


El moreno sonrió, suponía que aquel chico era torpe en ese sentido por lo que haber escuchado eso le alivió bastante. Deslizó suavemente las yemas de sus dedos en el rostro de Kid, había algo en él que lo cautivó desde el primer momento en que lo vio. Su cabello, aquellos ojos vivaces pero con un dejo de temor y sufrimiento escondidos, sus labios y la mueca de disgusto que lo caracterizaba, todo de aquel chico le encantaba hasta el punto que se atrevía a decirle lo que sentía por él desconociendo la reacción que pudiera tener.


-Gracias por no olvidarme- expresó Law al tiempo que nuevamente se acercaba a besarlo, esta vez rodeando su cuello con los brazos-


Kid envolvió su cuerpo y lo atrajo hacia sí. Por primera vez se dio cuenta de lo delgado y frágil que se sentía Law a su lado, quiso apretarlo aún con más fuerza como si temiera que alguien se lo fuera  a arrebatar de los brazos. Una sensación de calidez comenzó a invadir su cuerpo así como su deseo de acercarse aún más a él. Sin tenerlo en mente caminó hacia la cama, no separándose en ningún momento del moreno, se recostó y lo puso encima de sus caderas. Le pareció escuchar que Law gemía despacio cada vez que lo apretaba más fuerte por lo que comenzó a hacerlo más seguido y aumentando la intensidad. El moreno ya no pudo contenerse y cada vez lo escuchó más fuerte despertando el deseo del pelirrojo, quien experimentaba cada vez más calor en su entrepierna.


Se besaron con desesperación para luego terminar y quedar mirándose a los ojos durante un rato. El sonido del móvil de Law los interrumpió.


-¿Diga?... entiendo voy para allá-


Kid lo miró con curiosidad.


-Llamaban del hospital, hubo una emergencia y me necesitan…- comentó decepcionado- lo siento-


-Tranquilo, está  bien… ¿volverás?- preguntó evitando sus ojos sin embargo pudo sentir cómo Law sonreía-


-¿me extrañaras?-


-¡No me jodas!-respondió Kid tratando de parecer molesto-


-Sabía que dirías eso. Estaré de vuelta lo antes posible, pero no me esperes despierto- replicó el moreno poniéndose su chaqueta. Lucía tan sexy que Kid no le sacaba los ojos de encima-


Se acercó donde el pelirrojo y lo besó en los labios.


-Te quiero Kid- exclamó y salió con destino al hospital-


El auto negro que los había seguido unas horas antes, se encontraba aparcado afuera del edificio de Law. Al ser un recinto privado no podía entrar cualquiera por lo que prefirió no arriesgarse a llamar la atención. De pronto el conductor vio salir el auto de aquel médico y prestamente memorizó la patente. Tomó su móvil y marcó un  número.


-Aló- se escuchó una voz del otro lado-


-Robin, soy yo Sanji-


-¡Sanji me alegra escucharte ¿en qué puedo ayudarte?-


-Necesito que identifiques al dueño de un auto, te estoy enviando por correo la patente, ¿Cuánto tiempo te demorará?-


-Dame cinco minutos y te envió la información de vuelta-


-perfecto, esperaré- dijo al tiempo que colgaba.


Espero que transcurrieran los cinco minutos, mientras se bajó y se fumó un cigarro tranquilamente hasta que vio pestañar una ventana en su portátil.


-Veamos a quien tenemos aquí…- pensó abriendo el correo- modelo del auto no me interesa… identificación por ahora no… aquí está nombre… Trafalgar D. Water Law, edad 23 años, profesión medicina general con especialidad en cirugía… con que un cirujano, me preguntó qué rayos tiene que ver con el pelirrojo-


Nuevamente tomó su celular, esta vez marcando a un número distinto.


-Buenas noches mi Rey… lamento importunarlo a esta hora-


-Espero tengas buenas noticias- replicó el Rey puesto que al enterarse del escape de Kid su paciencia había llegado al límite-


-Son buenas noticias por una parte…-


-continúa-


-Encontré a Kid…-


La persona del otro lado pareció sobresaltarse.


-¿Dónde está?-


-En el edificio Vandyke de la zona sur-


-¿zona sur has dicho?, ¿qué demonios hace alguien como él en un edificio así?-


-Verá hay algo más… hace unas horas me encontraba en la WhiteAvenue comprando los arreglos florares que me encargó, los que llevará al funeral del político ese. El punto es que de pronto me pareció ver a un sujeto que ayudaba a Kid y lo subía en su auto. Me acerqué un poco para comprobarlo y efectivamente se trataba del pelirrojo, por lo que seguí el automóvil el cual se detuvo precisamente en Vandyke entrando en el recinto-


-¿Quién es el sujeto que lo ayudó?-


-Esto es lo extraño, pude anotar la patente del auto y enviarla a Robin quien me informó que se trata de un médico cirujano… Trafalgar D. Water Law-


El Rey se sorprendió.


-¿Por qué un tipo como ese ayudó al pelirrojo? –


-La verdad aún no puedo comprenderlo mi señor, y según lo que he estado investigando este tal Trafalgar hace las veces de forense en el departamento de policías-


-¿Puedes entrar al edificio?-


-Es imposible sin llamar la atención señor, hay guardias en todas las esquinas y en la entrada también. El médico acaba de salir, seguro rumbo al hospital por lo que pienso que el pelirrojo sigue adentro. Me mantendré en guardia por si sale esta noche-


-Bien Sanji… enviaré refuerzos hasta donde te encuentras-


Había una expresión de molestia en el rostro de aquel temible hombre. Se dirigió a su despacho de dónde sacó una botella de whiskey la cual comenzó a beber. Sentándose en un sillón no hacía más que pensar en aquel chico de cabello rojo y la vez que lo poseyó. Se había sentido tan bien dentro de él, ver su cuerpo desnudo en la ducha lo había vuelto loco puesto que ya no dejaba de pensar en esa imagen, la cual solía aparecérsele hasta en sueños.


-Kid…-murmuró al tiempo que bajaba la mano hasta su entrepierna-


Se puso de pie y caminó en dirección al baño, entró en una sala amplia en cuyo centro se disponía un hermoso jacuzzi rodeado de piedra amarilla. Desvistiéndose echó a correr el agua y preparó el baño de burbujas. Una vez dentro puso el hidromasaje y cerró sus ojos tratando de tranquilizar ese sentimiento de ira que crecía cada vez más en su pecho, sin embargo le resultó imposible. ¿Quién era ese cirujano de mierda y por qué Kid estaba con él?, el solo hecho de pensar en que pudiera haber algo más entre ellos dos lo estaba desesperando.


Nuevamente la imagen de él sobre un sonrojado y desnudo Kid llegó a su cabeza, haciéndole perder la razón. Su miembro había comenzado a crecer, poniéndose más duro a medida que el recuerdo del pelirrojo lo invadía por completo. Deseaba poseerlo lenta y rápidamente y de todas las formas que le fuera posible, deseaba llenar su cuerpo de semen para que él supiera que sólo era suyo… comenzó a resbalar la mano por su gran hombría, apretando y deslizando sus dedos al principio con cautela y luego cada vez más rápido. Se puso de pie sin dejar de hacer su tarea e imaginándose penetrando aquel culo que lo hacía perder la cabeza. En ese instante oleadas de placer comenzaron a irrumpir su cuerpo, no pudo evitar llegar al orgasmo gimiendo y murmurando el nombre de Kid. Sus manos estaban completamente empapadas de aquel fluido que tanto le gustaba, lamió sus dedos disfrutando de su sabor y se sumergió en el jacuzzi.


Esa noche tenía planeado yacer con el pelirrojo y cogérselo hasta más no poder, pero aquel infeliz se había escapado, arruinando todo su plan. Eso ya le había dejado lo suficientemente cabreado y ahora enterarse de aquello… tenía ganas de matar a aquel médico. No obstante una inquietud comenzó a nacer dentro de él... ¿Por qué estaba tan obsesionado con aquel crío?, él podía tener a quién deseara tanto mujeres como hombres, nadie se negaba a sus lascivas demandas. Sin embargo había algo distinto con el pelirrojo, una sensación que invadía el pecho del Rey cada vez que lo recordaba, un malestar que se transformaba en angustia. Solía recordar el aroma de su cabello y la sensación de éste en las yemas de sus dedos. Nunca antes había experimentado algo así acaso podía ser que ¿se había enamorado?, aunque parecía algo lejano en él, siempre hay una primera vez para todo. 


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