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Room por LovingTales

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Notas del capitulo:

!Feliz año a todas :)! Junto con desearles el mejor de los éxitos en sus planes les dejo el capítulo 5 de Room.

 

Quisiera saber que opinan de la historia así que si alguna se anima a comentar lo agradecería mucho :*

PD: Este cap esta más breve que los anteriores pero la idea es que se pueda hacer la lectura más ligera para ustedes y no llegar a marearlas con tanta información.

 

Los personajes pertenecen a Eiichiro Oda 

Cuando Law salió con destino al hospital Kid permaneció en la cama recostado recordando lo que acababa de ocurrir. Lo cierto era que no dejaba de pensar en el moreno y aunque odiara admitirlo lo extrañaba. Se preguntaba qué hubiera pasado de no ser por la interrupción de aquel celular de mierda… probablemente lo más obvio. Se levantó para ir en busca de algo de comer  abrió la nevera y vio alrededor de diez latas de cerveza, sacó una y al cerrar la puerta se fijó en una bolsa en el mueble al lado del lavaplatos, le llamó la atención unos coloridos paquetes de golosinas que se asomaban por lo que curiosamente exploró su contenido. Dentro había papas fritas, snack de frutos secos, hamburguesas entre otras cosas, algo dentro de él se iluminó percatándose de que Law había comprado todas las cosas que le gustaba comer. Una sonrisa se dibujó en su rostro.

-Ese idiota…- se dijo a sí mismo sintiéndose feliz que hasta una pequeña risita se dejó entrever en su rostro-

Caminó al balcón y cerró la ventana tras de sí encendiendo un cigarrillo. Mientras fumaba había comenzado a recordar a sus amigos… ¿qué sería de ellos?, realmente desearía poder ayudarlos si tan sólo no hubiera cometido tantas estupideces podría hacerlo. Ahora que lo pensaba su vida estaba comenzando a cambiar y a pesar de que le costaba admitirlo era gracias a Law. Cuando pensaba en el su corazón se aceleraba y una sensación cálida recorría su cuerpo.

Se sentía como un idiota al pensarlo pero la verdad era que cuando el moreno le confesó sus sentimientos fue feliz. Le hubiera gustado poder decirle que a él le gustaba mucho también pero no fue capaz de expresarle lo que sentía, esperaba que con haberlo besado Law se hubiera sentido correspondido. Al terminar su cigarro volvió a entrar, se dirigió a la cama y vio que el celular emitía una luz.

-Debe ser un mensaje…- se dijo a la vez que tomaba el móvil-

Mi pelirrojo no llegaré hasta las 08:00 tuve que entrar a cirugía, nos vemos en la mañana, te quiero. Law

No pudo evitar molestarse un poco al leerlo, tendría que esperar toda la noche a que llegara y eso le irritaba pero aun así una parte suya se alegraba de aquel mensaje. Decidió desvelarse para esperar su llegada, encendió la televisión y al cambiar los canales llegó a una caricatura de robots que viajaban por el espacio, se quedó viéndola un buen rato hasta que sintió los ojos cada vez más pesados y terminó por dormirse.

A la mañana siguiente Law salió del hospital, subió a su auto y se detuvo en un minimarket a comprar una caja de donas de distintos sabores para llevarle a Kid. Aceleró para llegar rápido al edificio, había estado extrañando toda la noche al pelirrojo. Al entrar en su departamento vio que el sillón donde Kid había estado durmiendo días antes estaba vacío, se dirigió al cuarto y ahí lo vio acostado en su cama  con el control remoto en la mano y la televisión aún encendida. Se acercó lentamente para no despertarlo y la apagó. Observó cómo dormía plácidamente, luciendo su torso desnudo, se desvistió con rapidez para luego subirse a la cama al lado de Kid. Su cuerpo estaba cálido por lo que Law se metió entre sus brazos y despacio comenzó a besar su cuello, provocando que su compañero se despertara.

-Te estaba esperando…- murmuró Kid aun somnoliento-

-Lo sé… acabo de llegar, lamento que me hayas tenido que esperar-

- Lo cierto es que me cabreó bastante tu mensaje de anoche-

-Lo siento de verás- respondió Law con un aire de tristeza que Kid no pudo resistir-

-Pero ya estás de vuelta…- exclamó atrayéndolo aún más cerca de su cuerpo-

Law puso su cabeza en el pecho de éste y se durmió a la vez que Kid parecía estar maravillado observando aquella imagen que tenía del moreno durmiendo sobre él, su cuerpo, sus manos, sus labios entreabiertos… lo rodeó con los brazos y cerró sus ojos, le había invadido el sueño nuevamente.

Mientras tanto en aquella enorme mansión el Rey se había despertado de pésimo humor. Después de que su velada se hubiera ido al carajo, estaba aquella situación del traidor infiltrado entre sus subordinados aunque a decir verdad le importaba una mierda todo ese embrollo, él sólo quería tener al pelirrojo de vuelta y recién en ese momento podría concentrarse en lo demás.

Tomó su móvil y marcó al número de Sanji.

-Sanji… ¿Alguna novedad?-

-Mi Rey, aún no sale del edificio, estoy llegando a la conclusión que aquel médico lo está protegiendo de los policías. Es increíble la cantidad de patrullas que transitan y se estacionan cerca de aquí, quizás ellos también le están siguiendo la pista, por esa razón no puedo arriesgarme a entrar mi señor- respondió Sanji-

-Comprendo… tendremos que idear una estrategia para que salga… algo que no nos comprometa directamente con la policía… escucha con atención- exclamó el Rey al tiempo que le daba instrucciones al rubio-

-Ya veo… entonces cuente conmigo-

Era alrededor del mediodía cuando Kid abrió los ojos, Law continuaba durmiendo a su lado profundamente. Acarició el rostro del moreno con delicadeza extrañándose de que esas manos que antes solo utilizaba para hacer daño ahora fueran capaces de acariciar a alguien. Trató de acomodarse un poco mejor en la cama pero terminó por despertar a Law quien le sonrió.

-Buenos días Kid…- exclamó al tiempo que daba un bostezo-

-Siento haberte despertado-

-Mientras estés a mi lado será lo mejor- tomó la mano de Kid y la entrecruzó con la suya- ehhh acabo de recordar… ¿te gustan las donas?-

-¿Donas?... sí, ¿Cómo lo supiste?-

-No lo sé, solo adiviné-

-Que entrometido-

-Quien lo dice estando en mi cama….- replicó el moreno con humor a la vez que abrazaba con fuerza a Kid-

Ambos se levantaron para desayunar, Kid las donas, las cuales hizo desaparecer en menos de treinta minutos, y Law un tazón con cereal. Se suponía era su día libre y a pesar de que no podía salir afuera con Kid tenía planeado subir a la piscina de la azotea, no obstante todos sus planes se frustraron al sonar su móvil. Su jefe necesitaba que operara con urgencia a dos pacientes por lo que debía volver al hospital y posteriormente podría recuperar su día. Esto no le agradó en lo absoluto pero no había más remedio, después de todo dos vidas dependían de él. Al comentarle la situación a Kid, no la tomó a bien.

-Está bien Law, pero sabes que esto de tener que estar encerrado me está cabreando-

-Lo sé pero he pensado… ¿Qué te parece si nos largamos de aquí?-

-¿largarnos?... ¿dónde?-

-a otra ciudad, donde nadie te busque-

-¿Qué hay de ti?-

-Por mí no hay problema puedo pedir un traslado…-

-Law… -

-Descuida, es una idea no tiene porqué ser mañana…. Iré a ducharme-

Kid continuo sentado en la mesa, meditando a la vez que sus ojos color miel se perdían en los interminables edificios. Nubes negras y cargadas con la promesa de un aguacero se acercaban rápidamente. Fue en dirección a la cocina para prepararse un café, al volver a la mesa miró en dirección a la habitación de Law, la puerta estaba abierta y el moreno se encontraba completamente desnudo buscando ropa en su closet. No pudo evitar sentir como ardían sus mejillas sin embargo le era imposible despegar la vista, dejando el café en la mesa se dirigió a la habitación deteniéndose en la entrada. El moreno le sonrió de una manera galante y acercándose lo besó en la mejilla para luego volver a donde estaba. Kid sin pensarlo dos veces lo abrazó por la espalda y con sus manos comenzó a explorar el abdomen de aquel tipo que le estaba haciendo perder la cabeza, era delgado y firme mientras se dedicaba a esa tarea Law besaba su cuello.

-Sé mío Eustass Kid…-

-¿Por qué debería serlo?-preguntó Kid susurrándole al oído haciendo estremecer a Law-

-Porque te amaré y haré que olvides todos los momentos tristes que has tenido desde que llegaste a este mundo- Law se acercó y beso tiernamente sus labios-

El pelirrojo sintió su corazón latiendo a toda velocidad, una sensación en su estómago lo invadía por completo a la vez que un calor agradable recorría su pecho. Deseaba estar más cerca de Law, sentir su cuerpo desnudo sobre el suyo y besarse durante todo el día, sin embargo nada de eso podría pasar porque él debía ir al trabajo y probablemente no volvería hasta la mañana siguiente. Se alejó para darle a espacio al moreno y que éste se vistiera, él se limitó a observarlo mientras su compañero le sonreía.

-Bien ya debo irme, en verdad lamento mucho tener que dejarte… te prometo que el próximo día lo pasaremos juntos-

-Sólo lárgate- respondió Kid refunfuñando-

-jajaja muy bien, te quiero Kid-

Law salió rápidamente mientras que el pelirrojo permaneció acostado unos minutos más hasta que decidió pensar seriamente en el ofrecimiento hecho un rato antes por el moreno. Si podía irse de aquella ciudad maldita y empezar de cero en otro lugar su vida comenzaría a cambiar, alejándose en primer lugar del bajo mundo que lo había rodeado toda la vida y de los policías que querían verlo tras las rejas. Nuevamente se dirigió a la mesa y abriendo la computadora de Law se dispuso a buscar alguna ciudad relativamente lejana donde poder irse. Habiendo encontrado algunas candidatas buscó imágenes para conocerlas un poco mejor, pero de pronto una pestaña del navegador comenzó a iluminarse.

-¿Qué rayos?- pensó al tiempo que la abría y se percataba que la bandeja de correo de Law se encontraba abierta y con un nuevo mensaje- Roronoa  Zoro… asunto de suma urgencia- ¿Quién será ese tal Zoro?- se dijo a sí mismo con una mezcla de rabia y curiosidad-

Sin pensarlo dos veces abrió el correo para leer su contenido.

Saludos querido Law… Necesito con urgencia que nos reunamos a conversar lo antes posible. Tengo un ofrecimiento que sé podrá interesante, a ver si te animas de una buena vez para que trabajemos juntos… a todo esto ¿cómo va el plan? ¿Atrapaste al pez?...

Zoro

Kid quedó helado durante unos minutos hasta que atinó a buscar el remitente en la lista de contactos, al encontrarlo pudo ver que el sujeto tenía una foto en el avatar, en esta salía un joven con piel tostada y  pelo verde, era muy atractivo tanto así que hasta Kid lo admitía. Los celos comenzaron a comerlo por dentro y para cuando se dio cuenta estaba apretando su puño con fuerza. Trató de calmarse y cuando lo hubo logrado siguió examinando la foto de aquel idiota que hablaba con tanta confianza a Kid. Sus ojos casi salen de orbita al leer la información que tenía a la vista el contacto.

-Roronoa Zoro Jefe del departamento forense de la policía…- Kid quedó anonadado, una profunda angustia comenzó a invadirlo al tiempo que la rabia y los celos lo carcomían-

¿Acaso podía ser que Law lo haya traicionado?, ¿qué era aquello de cómo va el plan y si el pez había sido atrapado que se leía en el mensaje?... ¿podrían estar refiriéndose a él?... lo más probable era que sí y él cayó por completo.

Comenzó a revisar todos los mensajes en el correo de Law, leyó ofertas de trabajo que le llegaban con sueldos altísimos además de turnos mucho más flexibles, entonces se cuestionó por qué razón el moreno seguía en ese mismo empleo, que aunque fuera bueno difícilmente superaba los beneficios de los ofrecidos y llegó a la respuesta de que lo más probable era que Law fuese un agente y habiendo jugado con sus sentimientos se dispondría a entregarlo para que lo encerrarán. ¿Qué otra explicación podía haber?, ¿por qué alguien con tanto dinero como Law querría ayudar a un pobre diablo como él? Y lo peor de todo es que él se lo había creído.

Unas ganas tremendas de llorar invadieron sus ojos, tenía un nudo en la garganta sin embargo no se rebajaría a derramar ni una lagrima por aquel imbécil de Law. En cierta forma estaba agradecido de haber quedado solo y revisar aquel correo para enterarse de la verdad. Se asomó por el balcón instalándose para vigilar el momento oportuno en que no hubiera ningún carro de policía a la vista, ya estaba decidido, se largaría de ahí esa misma noche.

Pasaron alrededor de dos horas hasta que divisó alrededor de diez patrullas de policía a toda velocidad dirigiéndose a la zona norte de la ciudad. Rápidamente prendió el televisor y en los titulares de las noticias se anunciaba un tiroteo en un antiguo restaurante de comida china, una banda de delincuentes había tomado como rehenes a los comensales así como al dueño del local y su familia. Todas las unidades del departamento de policía estaban siendo convocadas a ese sector. ¡Era la oportunidad que necesitaba para escapar!, por lo que tomando unas pocas cosas y dinero del cajón del idiota de Law decidió largarse, no sin antes dejarle una nota sobre la mesa junto al móvil que éste le había pasado.

“Me voy… adiós”.

Abrió la puerta y sin mirar atrás bajo por el ascensor hasta llegar al vestíbulo, caminó hacia la salida y comenzó a perderse entre los edificios.

 


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