Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juntos y revueltos por Ishida Rio

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Confieso que tengo una MUY mala costumbre al publicar en FF.net. Releo mis caps y suelo hacer algunas modificaciones. Así que si alguien lee allá y acá y ve diferencias, es por eso. 

 

Disfruten la segunda parte :D!

(12)

Una noche contaron anécdotas antiguas, y recordaron la primera vez que compraron condones.

 

Makoto contó que aprovechó que su madre lo envió por helado con sus hermanos pequeños, y compró una caja para aquella tarea de la clase de educación sexual que tenían desde el semestre anterior.

 

El dependiente miró a los gemelos y lo felicitó por aprender la lección.  Entonces todos comenzaron a burlarse de él.

 

(13)

Rin era especialmente pegajoso cuando estaba con resaca. Le gustaba aferrarse a cualquiera que tuviera a la mano, y los convertía en su almohada viva.

 

Lamentablemente, ese día Nagisa y Rei estaban de visita, y a Ryuugazaki le había tocado acercarse a Matsuoka despreocupadamente.

 

Fue la primera vez que vieron al rubio echar humo por las orejas de los celos.

 

(14)

Cuando Gou estaba cerca, el sexo estaba estrictamente prohibido por indicaciones del pelirrojo. Sin embargo esta vez la muchacha vino a contar, muy alegre, que estaba lanzando su postulación a una escuela de pedagogía en la gran ciudad, y que su madre le había planteado la posibilidad de que vivieran juntos, al menos un tiempo.

 

Haruka disimuló perfectamente su sorpresa y negativa.

 

Makoto calculó cuánto tiempo le quedaría para estudiar si tenía que follar afuera dos veces por semana.

 

Rin se quedó mudo del shock.

 

Sousuke entonces tomó la situación por su cuenta y simplemente dijo “Si no te molesta que vayamos desnudos por el departamento, la falta de comida y las mujeres rondando toda la semana, no creo que haya problemas”.

 

El fin de semana siguiente, los cinco salieron a buscar un departamento pequeño. Aún así Gou se salió con la suya de obtener una copia de la llave y de arrendar terriblemente cerca de ellos.

 

(15)

 

Haruka estaba ebrio esa noche cuando dijo que no se imaginaba sin ellos, y que no estaba seguro de cómo reaccionar a eso.

 

Ninguno supo bien qué decirle. Rin estaba tramitando su traslado definitivo a Tokio, pero Makoto y Sousuke tenían posibilidades de pasantías en Europa de un año cada uno.

 

Quedaban seis semanas para los resultados de la postulación de Yamazaki, y 8 para la de Tachibana.

 

Esa noche el sexo supo a despedida, y se acostaron en silencio, todos juntos en la cama de Yamazaki, pero ninguno durmió.

 

(16)

Que Rin fuera y viniera de Australia era una cosa. Que Sousuke finalmente hubiera sido aceptado en un centro en España era otra distinta. Pero que Makoto estuviera aceptado en Canadá era algo sideral, completa, absoluta y endemoniadamente diferente.

 

El puto otro lado del mundo. Un día en el pasado. Vuelos de 18 horas. Inviernos eternos. ¡El puto otro lado del mundo!

 

Haruka no podía estar sentado. Sousuke trataba de calmarlo recordándole que sólo sería un año. Rin estaba con Tachibana por su lado, intentando de que el castaño no botara la carta de aceptación por la ventana.

 

Cuando el pelirrojo apareció en la sala, jalando a Makoto como si llevara un enorme caballo cabizbajo, Haru supo que se había extralimitado. Se disculpó con tantas palabras como pocas veces le habían escuchado, pero Sou y Rin sabían que las posibilidades de que su gigante amable aceptara su pasantía finalmente,  eran cercanas a cero.

 

Y cuando Makoto tomaba una decisión… Dioses, era tan definitivo como el sol en el cielo.

 

(17)

Cuando Makoto les dijo que había rechazado la beca a Canadá, a Haru se le fueron los colores de la cara.

 

Con voz clara, Tachibana les pidió que no se culparan, que lo había conversado bien con su profesor y que había una nueva oportunidad entre China y Alemania.

 

“Yo tampoco quería irme tan lejos…”

 

Ninguno pudo evitar que Nanase comenzara a llorar. No hubo razones en el mundo que lo convencieran de que la culpa no era suya.

 

Que Makoto fuera aceptado finalmente en Alemania fue como un mal consuelo. En su mente, Haruka había arruinado el destino de su mejor amigo.

 

(18)

Para animar a Haru, Rin decidió que era bueno hacer una fiesta. Tanto Sousuke como Makoto tenían que hacer cursos de idiomas antes de partir a sus pasantías, por lo que quedaban diez y doce meses para que cada uno se fuera.

 

Según Rin, era una maldita eternidad, y había que aprovecharla.

 

Mandaron a llamar Nagisa, a Rei, a Momo, Nitori y Gou y cuando llegaron, el pelirrojo exclamó con voz fuerte de que beberían hasta quedar borrachos, y que Gou debía acostarse a la una de la mañana.

 

“No me llames para estupideces, Hermano”

 

Con una sonrisa coqueta, la muchacha dijo que no necesitaba el recuerdo de su hermano ebrio, por lo que se retiraba a salir con sus amigas a un club.

 

“Yo también quedaré borracha, ¡disfrútenlo!”

 

Y las primeras tres botellas fueron para consolar al pobre pelirrojo, porque su pequeña hermanita no le había avisado que ya era toda una mujer.

 

(19)

Estaban todos ebrios cuando Nagisa hizo la gran pregunta.

 

“¿Cómo pueden vivir todos juntos? ¿Qué hacen para no matarse?”

 

Y fue, sorprendentemente, Makoto quien contestó.

 

“Follamos” Bebió un poco más y Sousuke lo secundó con un asentimiento de cabeza y completó con un escueto “Mucho”.

 

Haruka hizo salud por eso, y a Rei se le subió la sangre a la cabeza. Nitori se giró tan rápido hacia Rin que se mareó y cayó del sillón, mientras Momo reía y decía que ya se lo imaginaba.

 

“Yo también quiero” dijo entre carcajadas, y sacarle a Haru de entre las piernas fue toda una odisea.

 

 

(20)

 

Rei no estaba seguro de cómo reaccionar cuando despertó al día siguiente. Había bebido mucho menos que los demás, por lo que su resaca le permitía levantarse, y aprovechó el silencio sepulcral del departamento para abrir las ventanas y deshacerse del olor a tabaco y alcohol que apestaba las paredes.

 

Con paciencia lavó la vajilla, guardó los vasos y ordenó la sala.

 

Cuando terminó, observó la repisa que estaba en el pasillo de entrada, y vio que estaba lleno de fotos de todos ellos: Iwatobi y Samezuka. Iwatobi con Rin, Iwatobi sin Rin, Iwatobi con Rei, Samezuka con Sei, Samezuka sin Sei. Gou y ellos, Ama-sensei y ellos. Todos con todos. Estaba también la foto del equipo del padre de Rin. Había otra de Makoto y su amigo el viejo pescador. Otra con los gemelos. Rin y Sousuke de niños. Rin, Sousuke y Gou. Nagisa y su familia. Él mismo y su familia. Él mismo en el equipo de atletismo.

 

Y la verdad es que no tenía idea de cuándo y cómo esas fotos habían llegado ahí, pero ahí estaban. Juntas, todas, revueltas en un enredo de recuerdos tuyos, míos, nuestros y de ellos.

 

Juntos y revueltos, como siempre habían estado.

 

Y Rei sonrió, porque aunque la resaca no fuera hermosa, su amistad de años lo era y alguien tendría que apoyar a Haruka cuando Makoto se fuera a Europa, y alguien tendría que pasarle los pañuelos a Rin cuando Sousuke tomara su vuelo.

 

Nagisa y él podían hacer eso. Oh si. Definitivamente podían.

 

(21)

Cuando Haruka les dijo que él también había conseguido una pasantía, a Sousuke se le cayó el plato de comida de las manos.

 

“Me voy a Francia, el mes siguiente que ustedes”

 

Rin comenzó a reclamar que no se quedaría solo en ese inmenso departamento y, antes de ponerse a llorar, decidió que se iría a Europa también.

 

“Estaremos todos en el barrio” sonrió Makoto, y fue como si todo estuviera arreglado.

 

Nagisa y Rei cuidarían el departamento. Se juntarían en un país diferente cada mes. Sonaba fácil. Les pagarían por estudiar. Trabajarían. Europa era pequeño. Había trenes. Aviones baratos.

 

Oh si. Que fácil sonaba.

 

(22)

 

Los cuatro primeros meses con suerte se llamaron. Makoto en Alemania, Sousuke en España, Haruka en Francia y Rin en Inglaterra. Los cuatro estaban hasta la coronilla de estudios, trabajo e idiomas. Incluso Matsuoka estaba en problemas con el acento británico, pero era –sin duda- el que más fácil lo tenía.

 

Al quinto mes, un frío día de Abril, finalmente pudieron organizarse y quedaron de ir todos a casa de su pelirrojo compañero.

 

Se besaron como si quisieran tragarse, tocándose y sacando la ropa a tirones sin siquiera desarmar los bolsos.

 

Amanecieron follando y durmieron 12 horas seguidas.

 

Se quedaron encerrados todo el fin de semana. En ese momento de sus vidas, Europa era una mole que odiaban y que los separaba inexorablemente.

 

“Ya solo queda medio año” Dijo Haruka. “Aprovechémoslo y volvamos a casa”

 

En el aeropuerto, Rin dijo que nunca más (en los próximos seis meses) aceptaría que lo fueran a ver a la Isla.

 

“¿Porqué tengo que despedirlos a todos yo?”

 

El pobre Matsuoka lloró a mares con los tres despegues.

 

Se fue con jaqueca para la casa y se negó a entrenar en dos días.

 

(23)

Cuando volvieron a Tokio, Rin había dominado el acento británico y hasta le salía bonito. Haruka parecía que estaba burlándose de alguien cuando hablaba francés. A Makoto el alemán le sonaba como si estuviera atorado y Sousuke sonaba gracioso tratando de pronunciar la jota y olvidar la hache.

 

A veces hablaban en inglés solo para no perderlo.

 

Cuando follaban, se hablaban en todos los idiomas. Makoto salió pillado primero, cuando le dijo a Rin que se lo metería hasta la garganta en alemán.

 

(Era obvio. Con lo caliente que era, nadie creería que no follaría en un año entero)

 

Los demás lo hicieron a propósito. A Rin le calentaba que Sousuke le susurrara al oído que le partiría el culo en español.

 

Haruka jugaba su papel sensual pidiendo más en francés.

 

Matsuoka aprendió pronto las frases más importantes y las decía cuando quería.

 

Más de una vez les dio ataque de risa y no pudieron seguir.

 

Daba lo mismo, tiempo tenían de sobra.

 

(24)

Makoto volvió a Alemania seis meses después a un congreso. Un viaje corto de una semana, que auguraba ser un paseo en el campo y que terminó con una pelea en un bar y la perfecta nariz de Tachibana rota.

 

En la universidad le advirtieron que ese comportamiento no sería tolerado, pero no se lo tomó con seriedad.

 

Cuando los otros le preguntaron qué había pasado, les contó que una doctora con aires de superioridad lo había estado molestando desde el día uno, y cuando la había rechazado, ella esparció el “rumor” de que era gay.

 

“¿Y qué hiciste al respecto?”

“Me follé a su prometido”

 

El que le había partido la cara, era el padrino de la boda cancelada que debió celebrarse ese mismo fin de semana.

 

(25)

Sousuke les comentó un día que sus padres lo visitarían. Rin levantó las cejas con curiosidad mientras Makoto se emocionaba por la oportunidad de conocerlos, y hacía partícipe (involuntario) a Haruka de su felicidad.

 

El pelirrojo le preguntó si estaba bien eso. Yamazaki dijo que si.

 

Mirando a sus compañeros, a sus amores, a sus amigos, a sus cuartos de vida, supo –más que nunca- que todo estaba bien.

 

(26)

Se acercaba la navidad y Haruka parecía un poco estresado pensando en la cena. Armaba y desarmaba menús, mientras maldecía en francés la escaces de buen vino en Japón, y la falta de verduras de calidad y típicamente europeas.

 

“¿Y el postre?” dijo una noche, después del sexo. Los demás lo miraron –cansados- y decidieron llevarlo a comer mcDonald’s.

 

Como debía ser, la cena de navidad fue maravillosa. Se quedaron en la terraza bebiendo espumante y luego salieron a caminar el resto de la noche por la ciudad.

 

Haruka siempre parecía satisfecho con su trabajo, pero esta vez –simplemente- parecía irradiar luz.

 

Nada mejor que cocinar para la familia. 

Notas finales:

:) Nos vemos en la tercera parte. Besitos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).