En una morada, casi a las fueras del magnifico reino, se encontraba un joven castaño de 18 años cabizbajo, mientras frente a él, se encontraba una señora de entre 40 y 46 años posando con ambas manos en la cadera, con un hermoso pelo castaño y rizado pero que, tristemente, esa belleza se opacaba gracias al exceso de maquillaje que esta tenia en el rostro pues, inutilmente, intentaba esconde sus ya marcadas arrugas.
-¡Pero respondeme niño! ¿Porque has gastado tanto? Te dije exclusivamente que solo gastaras seis monedas en la compra del pan, te di diez ¿Donde esta mi cambio?- preguntó la señora quien, era la progenitora del castaño
-Madre en verdad lo siento, yo debí haber sacado mal las cuentas- respondió apenado el joven
-¿Pero por quien me tomas tu? Cuando se entere tu padre....-el joven, con miedo en su ser, se arrojo a los pies de la mujer que le dio la vida y con voz suplicante le dijo
-¡Madre por favor! No le digas nada a padre, prometo devolverte todas y cada una de las monedas que perdí pero por favor, no se lo cuentes a mi padre.
-¿Pero que creias? ¿Que no me las devolverias? Aparte de mentiroso; sinvergüenza. ¡Que pena tenerte como hijo! Por supuesto que me las devolveras y tambien se enterara tu padre, ahora apartate que ya no tarda en llegar y la comida no esta lista por tu incompetencia- exclamó la castaña mayor empujando a su pobre hijo quien, al borde de las lagrimas, se preparaba mentalmente para la llegada y peor aún, el castigo de su padre.
"¿Estará bien llamarlo padre?"
Se preguntaba Theodore mientras decidía levantarse del suelo e irse a su habitacion.
-Hermano, necesito un favor- Elizabeth interrumpio su andar.
-Claro, dime.
-Quiero hacerle un regalo a una amiga, pero necesito madera, entonces necesito que tu vayas al bosque y me traigas algo de madera- decia la adolescente con ganas de que su hermano partiera ya por el encargo.
-Pero Liza ¿Porque no se las encargaste a Padre en la mañana?- pregunto extrañado el joven
-Porque se me olvidó zopenco, ademas ¿Que problema tienes tu con hacerme ese pequeño favor?
-No, ninguno hermanita, es solo...- el ojiverde trató de buscar una buena excusa para no ir pues, ni su familia sabia del temor que le tenia al bosque
-Entonces no veo ningun problema en que vayas ¿Te parece bien si partes despues de comer?-dijo ella, mas como una orden oculta que como pregunta
-De acuerdo- suspiró derrotado el mas grande de los hermanos
-¡Ya llegué!- aquel aviso se escuchó por toda la casa, y para el mas alto de los castaños, fue como si alguien drenara su cuerpo por completo, pues se puso mas palido que la nieve y su corazon se detuvo por un momento
-¡Papi!- la adolescente se dirigio de manera presurosa, al encuentro con su padre quien, como cada tarde, la recibió con los brazos abiertos.
-Hola mi niña, te tengo una sorpresa, cierra los ojos y estira las manos- Elizabeth acató la orden
El adulto colocó en las manos de su hija un hermoso collar con una joya en forma de flor en el centro y con decorados de sol color azul alrededor de la joya y por el largo del collar.
-Listo hija, abre los ojos.
La castaña hizo caso una vez mas y quedo maravillada con aquel obsequio.
-Papi ¡Es hermoso! Debió costarte una fortuna- la hermana menor no salia de su asombro
-De hecho, logre un buen trato con el señor ¿Donde esta tu madre? Tambien le traje algo a ella.
-Aqui estoy querido- la esposa del señor, que minutos antes se encontraba en la cocina observando aquella joya que su marido le regaló a su hija, salió rapidamente al escuchar que tambien habia algo para ella.
"Algo mas valioso, espero"
La ambicion de aquella señora no tenia limites, pues estaba planeando la manera de que misteriosamente, el nuevo collar de su hija, desapareciera.
Al llegar junto a su marido, lo saludó con un pequeño pico en los labios y el hombre, le entregó en sus manos, un hermoso collar de perlas con tres joyas que sobresalian entre las perlas.
-Ay Querido, muchas gracias- los ojos de la señora brillaban mas que el mismo sol.
-Solo lo mejor para mis joyas- falsamente sonreía el hombre-Y dime mi amor ¿Como se han portado mis hijos?-preguntó el hombre sentadose en el sofa
-Liza es una niña esplendida ¡Pero tu hijo Theo!-exclamó furiosa la señora
-¿Que hizo ahora ese chamaco?- dijo cansado el hombre que su hijo siempre haga las cosas mal.
"Tendré que ser mas duro con él, por suerte tambien le traje algo"
Mientras la madre de los castaños le narraba con lujo de detalle y exageración, la atrocidad que cometió su hijo. El joven Theodore se encontraba oculto en su habitación, tratando inutilmente de no soltar lagrimas pues sabia, le iria peor.
"¡Los hombres de verdad no lloran!"
Eso dice su padre.
La puerta se abrio con un estrepitoso sonido e ingreso el padre de los castaños.
-¡Ponte de pie, pequeño ladron!- ordenó con fiereza su padre
EL joven Theo hizo caso a la orden.
-¡Oh! ¿Estas llorando? ¡Los hombres de verdad no lloran!- y lo hizo, le soltó una bofetada a su hijo- ¿Viste lo que le traje a tu madre y a tu hermana? Pues no sufras, tambien te traje algo a ti ¡Alzate la playera!- El miedo que experimentaba el joven era abrumador.
El hombre mayor sacó detras suyo, una rama con espinas en todo el largo del objeto.
¡1!
¡2!
¡3!
Fueron las veces que azotó el palo contra la espalda del muchacho.
-¡Y que sea la ultima vez que "desaparece" el dinero!- dijo el mayor antes de retirarse
2 horas despues de un llanto silencioso, se alisto para partir en busca del encargo de su hermana, logro salir tranquilamente de su casa pues, ya sus padres estaban enterados del encargo que su hermana necesitaba.
De camino al bosque solo venía pensando.
"¿Que hice mal?" "¿Porque mis padres no me quieren?" "¡Estoy harto!"
Cuando menos lo esperó ya se habia adentrado al bosque, y solo se dio cuenta porque tropezó con una rama y cayó colina abajo.
Con mulitples razpones, golpes y heridas, detuvo su caida golpeando su espalda contra un gran arbol. Por obvias razones el muchacho se quejó de dolor, pues aun sentia los golpes de su padre, pero poco a poco dejó de sentir el dolor fisico para dar paso al dolor emocional.
Las lagrimas fueron prueba de ello y el sol y los arboles, los unicos testigos, por lo menos hasta que...
-¿Que fue eso?
-No lo se
-¡Revisen por allá y yo por acá!- una voz joven pronunció aquello
-Pero señor
-¡Vayan!-el joven Theodore, muerto de miedo se abrazó a sus rodillas y escondió su cabeza entre ellas- Hey ¿Quien eres tu?- le pregunto a Theodore
-¡Alejate!- con voz temblorosa le ordeno al extraño.
-Oye tranquilo- el extraño se arrodillo ante Theo
-¡Dije que te aleja...!- la oración quedo suspendida en el aire pues ahora el extraño joven abrazaba a Theo, quien no pudo mas y comenzó a llorar.
-Ya, tranquilo, los hombres de verdad no lloran-y al decir eso... miles de escenarios pasaron por la cabeza de Theo
"Ese es mi campeon"
"Vamos hijo, tu puedes, no es facil la caza pero tu lo lograras"
"Theodore ten cuidado con ese caballo"
"Eres el hombrecito de la casa"
"Ahora tienes a una damita bajo tu cuidado"
"Que inutil que eres"
"No sabes hacer nada bien"
"¿Porque no eres como tu hermana?"
"Me das vergüenza"
"No me llames padre en publico"
Pasaron cerca de 40 minutos pero al fin, Theo se calmó
-Gracias- dijo Theo al extraño- Soy Theodore-
-No hay de que, dime Kid- se levantó el joven y le extendió la mano a Theo, quien la tomó pero no se pudo mantener en pie-¿Que paso?- pregunto Kid preocupado
-Creo que me torcí el tobillo- dijo Theo desde el piso y adolorido.
Despues, lo siguiente que supo Theo era que estaba completamente rojo y avergonzado pues kid lo cargó al estilo princesa.
-Vamos, te llevaré a tu casa- le dijo Kid con una hermosa sonrisa, que solo hizo aumentar el sonrojo de Theo
-Gracias, Kid.
El camino a casa fue silencioso, excepto claro, por las indicaciones de Theo a Kid para llegar a su casa.
Al llegar, la mama estaba asombrada de ver a su hijo en esa situacion, el papa no sabia que pensar pues estaba muerto de rabia y vergüenza, la hermana estaba celosa de su hermano, pues ella muchas veces soñó en estar en los brazos de un joven apuesto como Kid. Este ultimo, solo saludo con extrema educación y preguntó por la habitación del castaño en sus brazos.
Al llegar lo acostó en la cama y se quedaron viendo fijamente sin decir una sola palabra, quien rompió o mejoró el momento fue kid que se acercó a Theo y depositó un beso... en su frente, para despues salir de la habitación y seguidamente, de la casa.
Y Theo, por su parte no salia de su ensoñación por Kid, no le importaba por ahora rendirle cuentas a su padre del porque estaba asi, no le importaban los gritos de histeria de su madre por pensar ideas locas de el, y no le importaban las miradas de envidia y enojo de su hermana.
No le importaba nada, mas que no volver a llorar, porque ahora, como le dijo Kid, antes de irse.
Los hombres de verdad no lloran
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