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Anhelando la lejanía por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

Creo que me demoré en actualizar, pero fue porque sufrí de un bloqueus cronicus XD

Pero ya estoy aquí nuevamente, maquinando cosas en las que trabajar y escribir, pensando en qué cosas puedo hacer para hacerlos pensar más y más

Un capítulo tranquilo pa' calmar el alma

¿Alguien tenía curiosidad por saber el pasado de Reborn?

No esperen mucho pero bueno, les dejo continuar 

 

 

Le dolía ciertas partes de su cuerpo, sentía una pesadez conocida, la lucidez llegó poco a poco, abrió sus párpados, desorientado por todo el color blanco, cubrió sus ojos debido a la molesta luz, observando el lugar a su alrededor, estaba… en un ¿hospital?

-¡Lambo!... Dios, al fin despiertas – reconoció esa voz, su alma se calmó al tener a alguien a su lado

-¿I-pin?... Qué… ¿qué pasó? – estaba sediento, necesitaba un poco de agua, la pidió con la voz un poco ronca, en seguida vio el apuro de I-pin; se sentó despacio calmando su aturdida mente

-Lambo… ¿quién te hizo esto? – sollozó bajito, ver despertar a su amigo era maravilloso, al fin estaba tranquila

-ya recuerdo… Lampo… era de esperarse – suspiró mientras su amiga lo ayudaba a acomodarse

-gracias a Dios estás despierto – cierto castaño ingresó a la pequeña habitación dividida por secciones, una cortina separaba el espacio – me asusté al verte inconsciente

-Tsuna, es bueno verte – el ojiverde les brindó una leve sonrisa, por algún motivo el dolor no era tan intenso como esperó, solo un poco de incomodidad

- Lambo, puedes decirme lo que pasó, necesitamos saber – Tsuna junto con I-pin observaron al ojiverde que se frotaba la frente, quien estaba desorientado, las imágenes pasaban por su mente de forma extraña

-tengo memorias confusas – estaba tratando de visualizar todo pero le dolía la cabeza hacerlo, veía a los presentes y mostraban cansancio – yare, yare se ven fatales – les sonrió

-hemos estado esperando a que despiertes, es medianoche y desapareciste en la mañana – explicó I-pin con tristeza mientras se sentaba en una de las sillas

-por Dios – suspiró Lambo – esta vez se pasó de la raya

-cuéntame Lambo – pidió Tsuna, pero Lambo miraba alrededor con dudas – no hay problema, no hay nadie más en la habitación – el castaño abrió las cortinas y en verdad no había nadie

-recuerdo la mañana, caminaba al trabajo pensando en… - suspiró mientras recordaba la discusión que tuvo con Reborn el día anterior, estaba harto de que lo vigilaran, quería ir en paz a ver a Lancia y disculparse pero no había forma – bueno estaba distraído, sentí a alguien cerca, intenté irme por otro sendero pero  un tipo alto de cabello rizado y negro que empezó a perseguirme

-¿Era alguien… del grupo que nos atacó la última vez? – preguntó Tsuna mientras Lambo se tensaba – tuve que contarle, ahora somos los tres en esto

-demonios – gruñó Lambo, I-pin solo tomó su mano y sonrió

-debiste decirme eso también, tonto sabes que me interesa tu seguridad – I-pin golpeó levemente la frente del ojiverde que aún parecía atontado

-no era ninguno de esos… nunca lo había visto pero después vi a Lampo, peleamos un poco solo con palabras pero cuando dijo que venía por su venganza me resigné a recibir la golpiza

-no debes hacer eso – I-pin estaba molesta con Lampo y con su amigo también

-bueno, pero sólo me dio un par de golpes, después me dijo algo de un trabajo, no recuerdo bien porque el otro tipo me agarró desprevenido, terminé con el cuello apretado y contra la pared – recordaba el dolor en su garganta y se la frotó por instinto – después solo me pusieron algo en la nariz y poco a poco me quedé dormido

-te drogaron, cloroformo o algo así, lo dijo la doctora – Tsuna se veía más serio de lo normal

-desde ahí no recuerdo mucho, una sala, la televisión – todo estaba confuso en su mente, despertaba de vez en cuando – una sala oscura, ellos decían algo de Italia, no tengo idea

-algo más… solo una idea más – Tsuna parecía saber de qué se trataba

-dijeron que sería una paga, recuerdo el auto y a otro hombre de cabellera platinada, estaba en un lugar con una camilla… no se bien que más – se tomó la cabeza y sintió algo extraño en su brazo – oye me pica – intentó rascar la zona pero lo detuvieron de inmediato

-tranquilo, espera, debemos decirte algo – Tsuna solo suspiró e I-pin se mordió el labio

-¿qué pasa?

-las vendas – I-pin sonaba muy triste – ellos te hicieron algo

-¿qué cosa?... me están asustando – sonrió nervioso al verlos muy serios – yare, yare quiero verlo – intentó sacárselo pero

-espera… esto es diferente a todo, no solo es tu brazo, tu rostro también – Tsuna se acercó para detenerlo

-¿qué?... oye quiero ver, ¡un espejo, maldita sea!

-espera, te lo daré – I-pin sacó un objeto pequeño y redondo de su bolso mientras Tsuna solo detenía las manos de Lambo

-espera, te tengo que quitar esto – Tsuna con cuidado sacó el parche que Lambo tenía, el ojiverde tomó el espejo y se admiró, quieto y con calma

-demonios – susurró mientras observaba su reflejo, tenía un tatuaje muy singular, un símbolo numeral (#) bajo su ojo izquierdo – tengo… o demonios, ¡mataré a Lampo cuando lo vea! – gruñó frustrado

-Lambo… tu brazo – I-pin solo suspiró – tienes otro ahí – apuntó a aquella parte, cuando ella lo vio también estaba sorprendida

-¿qué?... lo veré – en seguida se empezó a quitar las vendas, Tsuna lo ayudó al ver lo agitado que estaba

-joder…. Maldita sea – gruñó Lambo al ver el tatuaje en tonos negros – que se joda el hijo de puta – se agarró los cabellos con frustración, nunca imaginó eso, que le importaba si su hermano mayor se hacía tatuajes raros, ¡pero no tenía derecho a disponer de la piel ajena!

-no sé porque te hizo eso – habló la pelinegra admirando lo que parecía ser un par de alas en el brazo de Lambo, no superaban más de los seis centímetros pero era notable, los detalles eran bastante finos, inclusive se podía notar las plumas

-¿cómo demonios voy a explicar esto a papá y mamá? – gruñía Lambo con frustración, ¿qué mal le había hecho a su hermano para que se vengara de esa forma?... el siempre trató de ser buen ototo, cuando descubrió que su hermano estaba metido en porquerías no lo delató, cuidó a sus hijos y… – esto no se cubre con vendas, esto es permanente, maldita sea… lo odio, ¡maldito sea!

-escuchen – Tsuna detuvo los movimientos de Lambo – esto es serio – hizo que Lambo lo mirara, el castaño luchó para detener los movimientos desesperados del más joven

-claro que lo es, mi piel está tatuada, ¡lo mataré!

-¡es más que eso! – gruñó Tsuna levantándose mientras se peinaba sus cabellos rebeldes con furia

-creo que sé que es – I-pin también estaba tensa, suspirando y levantándose para caminar un poco, fue una idea loca la que le vino cuando analizó esas marcas pero no quería que fuese verdad

-¿qué cosa? – sintió pánico, recordaba el tatuaje de su hermano, un rayo

-es una marca de pertenencia… creo que tu hermano está con los Yakuzas – admiró la sorpresa de sus dos acompañantes, nunca pensó que algo así le fuese a suceder a un amigo cercano  

-¿qué?... que se joda el maldito… ¡maldita sea! es decir que me unió a su grupo – Tsuna asintió y Lambo ató cabos, alguna vez escuchó a su hermano decir que le hubiese gustado permanecer como una familia por siempre – ¡que se joda el imbécil

-no sé qué vamos a hacer – sonrió I-pin, ya se imaginaba algo parecido, era de conocimiento público que los tatuajes identificaban a las ramas Yakuza, pero Lambo… no era una persona para ese tipo de cosas – esto es más de lo que nos ha hecho hasta ahora

-tengo una también – Tsuna solo suspiró mientras los otros le ponían atención – y no es nada fácil – apretó sus puños con rabia, esa maldita marca había sido su condena

-por eso te persiguen – suspiró Lambo

-algo así, la marca no se ve así que solo existen rumores que la tengo – como olvidar el dolor de aquel día, se sentía repulsivo al recordar lo que sucedió hace meses

-¿dónde?

-espalda – podía ver la marca de su amigo y en el fondo se alegraba no tener la misma suerte… se sentía como una basura al pensar aquello pero las ideas venían solas

-eso es sencillo de ocultar – se alteró Lambo – ¡mira mi rostro!… tengo un maldito tatuaje ahí

-cálmate

-¡no puedo!

-debes hacerlo

-quiero ir a casa – al ver las lágrimas de I-pin decidió quedarse quieto, intentar calmarse, dejar que su cerebro procese los hechos y después pensar en una solución

-estábamos esperando a que despiertes

-entonces vámonos

 

 

En el camino pensó, pensaron, discutieron, analizaron, había que rebelar todo, no podían… pero debían, solo así Lambo no caería en desesperación, sus padres tendrían que saber la verdad, evitar que de nuevo Lampo se les acercara, anticiparse a cualquier fechoría que su hermano estuviera pensando hacer, una marca era la condena, la vida normal se había terminado para el ojiverde, ahora estaba ligado a ese bajo mundo… asqueroso destino.

 

Una plática dura, en donde los más ancianos no querían creer lo que su hijo mayor había hecho en esos años “lo siento madre, padre, solo quisimos evitarles este sufrimiento pero… ahora ya no puedo ocultar nada, me ha marcado y eso los involucra a ustedes también” Lambo escuchó los sollozos, escuchó las críticas, escuchó las maldiciones, escuchó el desprecio y al final escuchó la resignación, Tsuna lo acompañó en todo porque de alguna forma estaban ligados a eso, todos en el mismo hueco, la tristeza de sus almas era la misma, los riesgos eran similares, se entendían completamente, esa noche Tsuna y los Bovino formaron un nuevo lazo familiar

 

Pero las cosas no debían quedarse estáticas, debían seguir y cómo tal, el primer rayo de sol de aquella mañana trajo consigo la primera sonrisa, nuevamente podía apreciar a los pequeños despertando algo desorientados. Tsuna se había quedado la noche anterior, compartiendo la habitación de Lambo, ellos dos se relataron su pasado, buenos y malos momentos, dulces y amargos recuerdos, algo que les causaba gracia fue el origen de esas marcas en su cuerpo, ninguno estuvo consciente cuando su piel era combinada con la tinta, el castaño tenía una flor de loto detallada en color a la altura de su omóplato derecho, no sabía qué significaba o a qué familia pertenecía pero tampoco se lo contó a nadie, así que no había posibilidades de que alguien contestara a su pregunta, sus perseguidores nunca le dijeron nada, aunque pareciese raro, sus bocas siempre estuvieron selladas. Lambo por su parte trataría de ubicar a su hermano mayor para que le explicase esa odiosa atadura con ese grupo, cuando decidieron levantarse esa mañana también borraron la amargura de su rostro. “Estas cosas me dan comezón” se quejó el ojiverde mientras se aseaba esa mañana, Tsuna le había explicado que las molestias pasarían a más tardar hasta la tercera semana en donde la herida cicatrizara, los cuidados y demás se los dieron en la propia clínica, solo debía seguirlas al pie de la letra “es como cualquier herida, debes cuidarla para que no se infecte” así tras dar un suspiro de resignación el menor solo decidió dejar eso de lado

 

En casa Lambo tenía sus marcas descubiertas, no había problema, aunque a sus pequeños tuvo que darles una explicación "es un pequeño dibujo que  me hice, lo tendré así hasta que podamos mudarnos a una casa más grande" fue una mentira descabellada pero también divertida, porque de cierta manera eso se volvía un recordatorio de lo que tenía que hacer, lograr mudarse e intentar escapar, aunque era descabellado nada le costaba soñar, generalmente las familias humildes jamás se cambiaban de casa, así que sus probabilidades eran muy bajas. Para salir de su casa, el asunto era otro, un pequeño parche debajo de su ojo evitaba que alguien viera ese símbolo, su brazo vendado por el momento debía mantenerlo así, no tenía mayores inconvenientes ya que esta vez los golpes casi fueron nulos, estaba de maravilla… casi

 

 

 

Aquella oscura mirada…

 

 

 

Días que venían, días que se iban, para cierto Hitman eso significaba seguir con la rutina, desde que descubrió el pequeño trabajito de Lambo, cabe decir que su furia no disminuyó ni un poquito e incluso a veces emergía con más fuerza, decidió no ignorar más los pasos del mocoso, por nada del mundo permitiría que volviese a ocurrir un evento similar, por lo cual se daba la tarea de vigilarlo, de lejos sin ser percibido, lo observaba llegar a esa dichosa universidad en las mañanas. Seguramente si alguien le pusiese atención sería considerado un acosador, pero poco le importaba la opinión de desconocidos, cuando estaba libre también lo veía volver a casa de nuevo, en ocasiones solía esperarlo para acompañarlo a la cafetería, claro que hablaban, mejor dicho discutían porque el mocoso estaba más que ofendido, ¡pero quién le mandaba hacer ese tipo de estupideces! De solo recordar la forma en que lo encontró ese día, sus puños se apretaban con fuerza… aunque mantenía sus visitas en la tarde para vigilar su trabajo en el café, Lambo evitaba verlo directamente, no daba más de las palabras necesarias y al final del día, Reborn lo seguía hasta que volviese a casa nuevamente ¡por un maldito crío su vida pasaba a ser un completo fastidio! Claro que toda esa rutina no duró mucho, después de todo tenía asuntos que atender

 

-¿Lo has arreglado ya? – su hermano mayor de nuevo estaba fastidiándole la vida, se suponía que lo echó para que el volviese a tomar el mando de la familia pero no… tenía que fastidiar

-ya te dije que no quiero involucrarme más, maldita sea – fumaba un cigarrillo con desesperación, tanta mierda era asfixiante

-el viejo me dijo que esas escorias han roto el acuerdo – la voz furiosa de Xanxus a través del teléfono – quiere que los encuentres y los traigas

-no soy uno de tus subordinados, Xanxus – gruñó con molestia mientras se dirigía a su cocina para revisar si tenía alguna cosa para comer, tiró  la colilla en el cenicero, luchaba por no perder la paciencia y romper algo

-escúchame Reborn, si esos tipos se atreven a llevar su traición más lejos

-¿ustedes caerán?... Como si me importara – bufó cerrado el refrigerador con violencia, no tenía nada

-si no quieres ayudar con los asuntos de Japón, tomaré medidas – ahora la voz de su padre era la que tenía en el teléfono, ¡Maldito viejo!

-¿me quitarás mi parte de la herencia? – habló con sarcasmo

-tienes una amante ¿verdad?

-que te importa, maldito viejo

-si no colaboras me encargaré de traerla aquí, la tomaré como siguiente esposa –

-atrévete viejo decrépito – gruñó con furia, eso jamás lo iba a permitir

-¿acaso quieres probarme Reborn? – ese tonito de superioridad ¡Cómo lo odiaba!

-qué puto trato hiciste con Bermuda y más importante que eso, qué le hiciste para que haya roto el negocio así tan de repente – apretó sus puños hasta que el dolor era punzante, el maldito viejo pagaría uno de esos días

-nada que te interese, ahora solo encárgate de ellos y avísame cuando esté todo terminado

-espero que te mueras pronto

-esa mujer debe ser muy importante para ti, estúpido hermano menor – la carcajada de Xanxus terminó con su paciencia, Reborn colgó y lanzó el teléfono por su ventana,  fijó su vista hasta que vio el aparato romperse en mil pedazos… pero por al menos por ahora le beneficiaba el hecho de que todos pensaran que por amante tenía a una mujer, eso disminuía el riesgo de que Lambo fuera localizado

-demonios – bufó apretando sus puños, algo de lo que estaba seguro era que su padre… de verdad cumplía sus amenazas, así que no tenía más opción que cumplir con el dichoso pedido

 

 

Así pues Reborn se entregó en las mañanas a su trabajo familiar, buscar al tal Bermuda no era difícil en realidad, los rumores en los ciertos lugares específicos te llevaban directo con él, el mundo bajo de la mafia era así. La familia de Reborn descendía de una de las mafias más reconocidas en Italia, tenían prestigio, poder, dinero, aunque los dos últimos iban tomados de la mano, tanto así que hasta podían decirse que eran sinónimos. Para el azabache de patillas todo eso representaba una mierda que le obligaban a aceptar, nunca se llevó bien con su padre, tampoco soportaba a su hermano mayor que era igual de vil que la cabeza de la familia, ¿entonces, se podría decir que Reborn era el bueno de aquel lugar? Para nada, después de todo quien se cría en ese ambiente lo recibe como algo natural; pero él era más orgulloso que su hermano, Xanxus vivía feliz entre tanta comodidad cedida por la descendencia, así era su padre, Ricardo, así fue su abuelo y bisabuelo, pero Reborn, él no quería nada cedido, quería todo lo que sus propias manos podían darle. Se fue de casa a los 19 dejando atrás a su madre, una mujer amable que nunca se mereció ser obligada a casarse con un mafioso y peor… terminó enamorándose de Ricardo y correspondiendo al amor de aquel hombre siniestro, ¿una historia de tristeza? Podía ser para cualquiera que la escuchara pero nada era tan simple “mi madre pudo haber escapado si en realidad hubiese querido apartarse de toda esta mugre, se puede decir que todo ese sufrimiento es culpa de ella misma” ¿cruel? Tal vez pero así eran las verdades.

¿Venganza? Reborn no quería cosas tan estúpidas como aquellas, él solo quería tener libertad, era fuerte y lo demostraría, ¿Entonces por qué convertirse en profesor? Solo una máscara, una fachada, además de una pequeña diversión, torturar alumnos era divertido, sus verdaderas cualidades estaban escondidas, ¿dónde?... Deberían preguntarle a Colonello quien era su colega, juntos se dedicaban al armamento pesado, iniciaron un negocio pequeño que ahora conllevaba incluso a ser los proveedores de su propia sangre, la familia Stracci

Reborn hubiese querido tomarle una foto a la expresión de su padre y su hermano mayor cuando llegó como negociante a ofrecerles su armamento junto con Colonello, ahora ellos eran los principales “generadores” de toda esa mierda que usaba la mafia para enfrentarse a otras familias. La muerte era un buen negocio, próspero y que no tenía fin. ¿Quién iba a sospechar de un militar y un profesor? Nadie, ha sido así desde hace años, era divertido ver como en una ciudad los individuos más normales podían esconder tan grades secretos, se reía de la justicia en sus narices…

 

 

 

Cierto azabache de patillas que usaba una fedora estaba sentado en la barra de un bar, riéndose de medio lado al recordar su vida, a veces incluso él mismo se sorprendía de lo fantásticas que eran sus habilidades, cuando una nueva bebida le fue otorgada suspiró profundamente, llevaba una hora y su objetivo no aparecía, se estaba cansando pero al escuchar el tintineo de la entrada y escuchar esa voz inconfundible pudo relajarse, no era al que buscaba pero serviría de contacto “Lampo encárgate de aquello, yo te seguiré después de arreglar unos asuntos” era un bar sencillo pero en la parte trasera era la sala de negocios preferido de esas malditas ratas. Reborn con el rabillo del ojo, vio a ese hombre, alto de cabellera negra y rizada “veamos qué mensaje te encomendaré enviar, Jager”  se quedó sentado por unos treinta minutos antes de salir, solo para no dar escándalo, lo acorralaría afuera, tenía que ser prudente, se dejó absorber por la oscuridad de la noche y esperó

 

-Ha sido una noche larga – Jager sonreía mientras fumaba con tranquilidad, alguien lo acompañaba pero las facciones del otro sujeto no eran claras debido a que usaba la capucha de su chaqueta

-tenemos otro negocio ¿no?... deberías decir que fue una noche provechosa – el más pequeño solo por algunos centímetros era Lampo, pero cierto hitman no lo sabía – además podemos tomárnosla noche libre por ahora

-tienes razón – bostezó mientras estiraba sus brazos – podemos ir a un karaoke o algo, hace mucho que no tengo diversión sana

-así que extrañas esa vida normal – sonrió burlón mientras golpeaba el hombro de su compañero, de pronto sintió algo extraño, no pudo reaccionar como era debido cuando su fuerte golpe en su nuca lo empujó hasta dar de frente contra una pared, se quedó sin aire deslizándose con lentitud hasta el suelo, su cabeza le daba vueltas y sentía que perdía la conciencia

-qué demonios – Jager apenas pudo reaccionar en cuanto se veía siendo atacado, se defendió y dio pelea, podía enfrentar a un hombre de ese tipo, con furia dejó que su puño tratara de alcanzar el rostro del sujeto pero fue bloqueado y empujado, perdió estabilidad, golpeó la pared cercana, reconoció a su compañero junto a él quien parecía un poco desorientado – Lampo, ayúdame inútil – dijo pero en un movimiento rápido sacó el arma guardada con recelo apuntando a la cabeza de su atacante

-el inútil es otro – con rapidez sujetó la muñeca de Jager y la desvió, al mismo tiempo ya tenía su arma desenfundada, con el dedo en el gatillo y apuntando a la frente del sujeto altanero

-demonios – gruñó al verse en problemas, el hitman torció su mano y el dolor fue tanto que tuvo que soltar el arma

-tienes buen gusto – sonrió Reborn mientras con su pie apartaba el objeto, siguió apuntando mientras se agachaba para tomar el arma caída y así con esa sonrisa superior ahora podía apuntar a ambos idiotas y por el momento ser el dueño de sus vidas – me quedaré con esta preciosidad

-jódete, te la quitaré en unos segundos – se burló mientras sentía como su compañero se levantaba de a poco mientras mostraba sus manos llenas de un líquido rojo

-el maldito acaba de… maldición eso dejará cicatriz – gruñó Lampo quien con la cabeza gacha trataba de parar el sangrado

-fuiste muy estúpido al dejar que te golpeara – sonrió Jager cruzándose de brazos, ya no podía escapar, conocía al sujeto que sonriendo les apuntaba, la fedora lo delataba, sino se resignaban a platicar un rato estarían en problemas – sabes que el metal puede cortar la piel si te golpea en un buen ángulo

-gracias por la explicación – dijo Lampo con ironía mientras levantaba un poco su mirada para reconocer al atacante – ¿quiere negociar? –sonrió divertido al tener el cañón a unos centímetros de su rostro

-ustedes son la basura a servicio de Bermuda – sonrió Reborn al ver la molestia en Jager – quiero que le den un recadito

-la verdad no pensé tener el honor de tratar con el hijo de los Stracci, es un gusto verlo en persona Reborn-san

-que honor – apoyó Lampo quien aún permanecía levemente agachado y ocultando sus facciones con la capucha

-Ricardo quiere tener a Bermuda en Italia en menos de dos días, caso contrario tendré que hacerles una visita y de seguro no les va a gustar – posó el cañón de su arma en la frente del más bajo y lo obligó a que se irguiera – sería tan fácil matarlos pero… – sonrió malicioso

-no me vendrás con esa mierda de que “para enviar un mensaje solo necesita una persona” – gruñó Jager

-lo único que quiero evitar es mancharme con su asquerosa esencia – sonrió mientras dejaba de apuntarles y retrocedía unos pasos, todavía mantenía las armas en sus manos pero actuaba como si no estuvieran ahí – este abrigo es muy fino como para que su sangre lo arruine

-maldita rata – gruñó Jager

-mira quien habla de ratas – sonrió irónico – el sujeto a quien le acabo de quitar su preciosa semiautomática

-no tenemos opción ¿verdad? – el más bajo se quitó la capucha y limpió la sangre que brotaba de un lado de su cabeza, mostrando así su rostro adornado de un a media sonrisa – el jefe se enterará, lo demás ya es decisión de él

-qué bueno que lo entendieron – de pronto el azabache de patillas tomó un aire serio, claro estaba, no le hacía nada de gracia ver a un sujeto extremadamente parecido al mocoso que él quería poseer – oye niño – captó la atención de ambos sujetos – tu rostro se me hace conocido – ni que decirlo, aunque ese cabello verdoso y el color de esa mirada eran diferentes… era la imagen de Lambo

-si has visitado una cafetería especial – sonrió Lampo al entender el asunto – pueda que hayas visto a mi hermanito,  siempre me confunden

-cállate Lampo – ordenó Jager mientras se rascaba la nuca – ¿eso es todo?... no le falta algo porque no quiero seguir por aquí, tengo cosas que hacer

-aconséjale que reanude el trato, así evitará problemas – Reborn guardó sus armas mientras veía a los involucrados irse a paso lento, se quedó mirándolos mientras se alejaban, mentiría si dijera que no se sorprendió al ver al tal Lampo, no sabía que los Bovino estaban enredados con tan malas compañías

-adiós Reborn-san – sonrió el menor de ellos antes de doblar la esquina, movió su mano en despedida divertido por percibir cierta intriga en esos ojos oscuros – parece que… en verdad vio a mi hermanito

-no lo provoques, no tienes idea de lo peligroso que es ese sujeto – susurró Jager mientras se mordía el labio, perder su arma era un precio muy bajo en comparación a su vida – sabes bien que los Stracci son gente de cuidado

 

 

 

 

Ese suceso llenó de dudas e hipótesis la mente de cierto azabache de patillas, ahora entendía un poco la ruina de los Bovino, el hijo mayor involucrado con los Vindice, Lambo e I-pin haciéndose cargo de los pequeños que seguramente Lampo abandonó, el dinero que le pagó por la virginidad del mocoso… ¡ahora lo entendía todo! era un caso de extorsión… pues entonces que se cuidara ese peliverde porque la pagaría caro, todos los malditos problemas que tenía con Lambo tenían un solo origen y ese era Lampo, el hijo menor tomó responsabilidades ocasionadas por las amenazas de su hermano mayor, los desnudos, la venta de su cuerpo, esa maldita actitud defensiva con cualquiera que se le acercara, incluso esas habilidades un poco notorias de combate que el propio Colonello le había enseñado. Tendría una charla con su querido socio primero, porque la última vez no pudieron entrar en detalles pero ahora sí, ese rubio militar  mejor dicho exmilitar le contaría con detalles qué demonios había hecho esos años junto con Lambo, esa amistad de la que jamás se enteró, tenía algo escondido y Reborn estaba dispuesto a descubrirlo… si hubo algún toque de intimidad entre ese par, el rubio tendría que rendir cuentas y después cierto peliverde tendría que estar preparado para soportar su furia

 

Los siguientes días, Reborn tuvo que centrarse en los asuntos de su familia, la que jamás lo dejaría en paz y la que había encontrado una pequeña fuente de amenaza para manipularlo, sabía que eso llegaría en algún momento pero qué más daba, no pensaba a renunciar al mocoso insolente que ahora solamente podía vigilar en las tardes. Todo seguía casi igual, discutía con Lambo, estaba pendiente de cada acción del chiquillo, una de aquellas tardes el reclamo llegó al punto en que tuvo que acorralar al menor, besarlo a la fuerza, dejarle en claro que nadie más podía ni siquiera mirarlo con deseo y claro, Lambo no reaccionó bien, el chiquillo furioso había gritado algunas groserías, se fue echando humos, por esa noche era suficiente así que el mayor lo dejó ir

 

Algo extraño que pasó a día siguiente, no ver al ojiverde en su trabajo era un suceso singular, cuando Reborn preguntó por el jovencito, le informaron que seguramente estaba enfermo pues jamás faltaba sin avisar, eso le sonó muy raro, permaneció en vigilia cerca de aquella casa, tratando de saber algo sobre Lambo pero lo único que observó fue a una desesperada I-pin que corría por las calles hasta que encontró un taxi, la perdió de vista, frustrado se resignó a esperar al día siguiente, esto le daba mala espina.

 

Todas sus sospechas se confirmaron a la siguiente tarde, cuando un Lambo con signos de maltrato lo atendía como solía hacerlo, pero esas vendas y la herida en el rostro se convertían en un claro atrevimiento hacia su persona, solo se le vino un nombre a la mente “Lampo

-¿Qué te pasó? – averiguar detalles era esencial, no quería cometer errores y desahogar su furia con quien no se lo mereciera… mentira, solo quería evitarse un trabajo en vano – eso no me parece ninguna enfermedad – apuntó a los vendajes que apenas se mostraban debajo de ese uniforme que usaba

-intenté salvar a un hombre a quien querían asaltar – ni siquiera miró a Reborn, dio la misma escusa que le dijo a su jefe y simplemente se retiró de inmediato, no quería charlar sobre eso pero

-¿Fue Lampo? – observó al menor detenerse en seco y girar, la mirada verdosa era un libro abierto – así que fue él

-¿cómo sabes ese nombre?... ¿quién te lo dijo? – regresó con disimulo para susurrarle las cosas al azabache ¡cómo diablos sabía el nombre de su hermano! – y no fue él

-no me mientas… te esperaré al final de tu turno, me tienes que decir que relación tienes con el bastardo – escuchó susurros, que seguramente eran maldiciones que el menor decía entre dientes, pero nada más, ahora solo debía esperar al final de la tarde

 

En la mente de Reborn ya se maquinaban mil cosas que podía hacer, Lambo era de su propiedad, nadie tenía derecho a tocarlo, nadie, él se encargaría de eso. Ese mismo día iría a verificar si Bermuda se fue a Italia, entonces tenía una excusa para encontrar a Lampo y tener una charla pacífica sobre las cosas que sucedieron en los últimos días, todo cambiaría a partir de lo que Lambo le dijera. Lo vio salir y despedirse del castaño que tenía como compañero de trabajo, sonreía como siempre pero en cuánto sus miradas se cruzaron esa aura de amabilidad desapareció cambiando por una seria y tensa. Lambo no quiso decir mucho, tampoco quiso contarle sobre su accidente, Reborn estaba empezando a perder la paciencia con tantas cosas conjuntas, así que usando su intimidante mirada acorraló al más joven

 

-solo quiero saber si tu hermano mayor es el que te obliga a actuar de esta forma – Lambo no parecía intimidado, por el contrario le mantenía la mirada, se veía sereno

-eso no es de tu incumbencia – suspiró pesadamente empujando al mayor hasta que le diera el suficiente espacio para respirar, no le gustaba hablar con nadie sobre ese tema, era su pequeño secreto

-sabes que te puedo ayudar

-¿Y cómo? – sonrió con ironía – son asuntos familiares y nada más, además… Lampo ya no es considerado como parte de la familia

-entiendo… pero ese bastardo sigue causándote problemas ¿o me equivoco? – ya podía dar rienda suelta a su sutil forma de arreglar las cosas, el peliverde tendría que prepararse esa noche

-si eso es todo lo que querías saber, me tengo que ir – quiso alejarse de una buena vez pero sintió como lo apresaban nuevamente

-la próxima vez que te toque… tu hermanito recibirá una reprimenda de mi parte – susurró en el oído del menor

-ya te dije que es asunto de familia, no tienes derecho a intervenir

-lo sé – sonrió con malicia mientras rozaba los labios del menor con los propios, Lambo intentó separarlo pero Reborn no le dio oportunidad alguna, le robó un beso apretándolo contra su pecho, deslizando sus dedos por los rizos negruzcos, mordiéndolo delicadamente y escuchando un leve suspiro

-¡deja de hacer lo que se venga en gana! – empujándolo, logró liberarse, se limpió los labios con fuerza, no le gustaba cuando sentía ese cosquilleo en su piel, a pesar de la rudeza con la que era tratado también era dulce cuando el mayor  lo quería, a su forma pero lo era – ¡y deja de acosarme, maldita sea!

-no prometo nada – sonrió, fueron las últimas palabras esa noche, tomó el sendero contrario al de Lambo, caminata serena… silenciosa noche, mal presagio

 

 

Reborn no tenía intención alguna de controlarse esa noche, visitó a Bermuda quien ya se había largado a reparar el negocio con su padre, o al menos eso esperaba porque no quería gastar tiempo en arreglar los negocios de su queridísima familia, buscó un poco más por los alrededores, habló con Jager y al final de la noche, casi cuando creyó que tendría la mala fortuna y debería buscar al desgraciado al siguiente día, Lampo llegó a ese lugar, se lo veía tan relajado, claro el azabache de patillas se iba a divertir un poco “hey, necesito charlar contigo un rato, es algo muy aparte a los negocios”. ¿Palabras? Para nada, lo único que quería era… golpearlo, hasta que ese niño entendiera que las pertenencias de los demás eran intocables, sacarle toda la información que pudiera, aunque ese peliverde sabía luchar bien, no era contrincante para él… esa noche iba a ser divertida

 

 

 

Días, finales, apuros…

 

 

 

Para Lambo empezaba su caos, eran los primeros días del mes de Febrero, sus exámenes finales se llevaban a cabo, el frío ya cedía, casi no nevaba y si lo hacía, eran copos ligeros, estaba feliz ya que ese día significaba un paso más cerca de la culminación de sus estudios, en el fondo no quería dejarlos pero debía hacerlo, su mente lo asimiló. Necesitaba ver el lado positivo, ya no tendría que trasnochar estudiando como demente para esos malditos exámenes como lo había estado haciendo desde hace una semana entera, descansaría un poco su cerebro y liberará memoria, se reía ante sus pensamientos pero tenía que buscar la luz en la oscuridad

Esa mañana era ligera, caminó con apuro para llegar, se sintió libre cuando estaba sentado junto a sus compañeros con los materiales a mano, esperando su respectiva hoja, las dos horas de tensión mientras resolvía el cuestionario fueron las más demandantes, sentía la tensión en su cuello, hombros, muñeca, todo, pero cuando al fin le indicaron que debía entregar las hojitas suspiró profundo, se quedó sentado allí hasta que los demás dejaran la clase, sonreía mientras veía el techo “¿En verdad dejarás todo?” Lambo ya se esperaba una pregunta así por parte de sus amigos, los pocos que tenía en ese salón, les explicó sus motivos, su hogar necesitaba estar en prioridad. Fue invitado a una fiesta de despedida ese fin de semana, solo por esa vez aceptó, era un lindo detalle por parte de sus compañeros, lo disfrutaría de verdad

 

Ya sin tensión al menos por ese día, caminó por las calles hasta su trabajo, tenía tiempo y decidió ir a pie, estaba lejos pero no importó, no había nadie en casa así que su ruta cambió un poco en esa ocasión. Solo quería rememorar un poco sus días, la universidad era en parte divertida, al menos las últimas semanas ya no tuvo problema con el acosador, por alguna razón Reborn lo dejó en paz, Lambo ya no sentía que lo seguían en la mañana o en la tarde, lo veía en la cafetería como un cliente más o cuando terminaba su turno y regresaba a casa, pero al parecer aquel azabache de patillas estaba menos tenso que antes, más relajado y menos sobreprotector, no quiso saber porque pero estaba feliz de no ser tratado como un niño, incluso pudo ir con Lancia y disculparse adecuadamente. Lancia estaba preocupado por la relación que Lambo podría tener con Reborn, pero el menor solo le restaba importancia, explicándole que era algo así como su protector, uno muy exagerado y que perdía el control mostrando esa agresividad pero que era inofensivo si no se le provocaba “creo que ese fue el último trabajo que haré para usted Lancia-san, no quisiera que un inconveniente como ese se repitiera… de verdad lo lamento mucho” aun recordaba la dulce sonrisa de aquel hombre, a pesar de todo lo ocurrido él no se enfadó e incluso se negó a romper contacto, aunque claro Lambo sabía que Lancia no dejaría de intentar tenerlo como modelo una vez más

 

Los días estaban más tranquilos, eso le agradaba y a la vez le daba mala espina, era como la calma antes de la tormenta, se estremecía solo al pensarlo. Su rostro seguía usando un pequeño parche para cubrir su tatuaje, la verdad no se lo iba a quitar jamás, dio la excusa de que tenía una cicatriz por la última agresión sufrida, una que no quería mostrar; escondía su tatuaje en su brazo lo mejor que podía, la camisa larga del trabajo ayudaba mucho, trataba de seguir con su rutina normal a pesar de que todavía estaba interesado en saber por qué su maldito hermano le marcó de esa forma, pero no había manera de contactarlo así que mejor se adaptaba a una vida sin explicación alguna. Tsuna también había parado de recibir amenazas, eso era bueno, la calma había llegado a sus vidas… rezaban porque eso se mantuviera por más tiempo

 

Para Reborn todo estaba mejorando, feliz de la vida ahora platicaba con Lambo en las tardes, claro que jamás le dijo el motivo de su felicidad. El “charlar” con el bastardo de cabello verdoso liberó estrés, le aclaró muchas cosas a ese idiota, lo amenazó, se manchó un poco ese día pero valió la pena si al final reconocían su superioridad. El asunto de su padre con los Vindice parecía haberse solucionado porque no recibió más ordenes, en fin, su vida estaba tal como debió ser, bajo control y mejorando. Incluso había platicado con Colonello sobre cierto mocoso quien ahora estaba en la cafetería entregándole el pedido de siempre, ese rubio militar dio batalla y le ayudó a ejercitarse un poco, nunca le iba a perdonar el hecho de que alguna vez tuvo algo más que amistad con SU vaca estúpida, quién se creía, podían ser amigos pero esas cosas no eran un juego

 

-¡LAMBO! – el sonido de una bandeja al caer, una taza romperse y el grito de Tsuna atrajo la atención de todos, incluyendo la de cierto azabache de patillas que enseguida se levantó para verificar – ¡necesito ayuda! – les solicitó a sus compañeros que desde la cocina acudieron a su auxilio

-¿Qué pasó?... oye, Lambo, ¿qué tienes? – el muchacho que trabajaba en la cocina abofeteaba ligeramente el rostro de Lambo quien en el suelo no respondía

-se desplomó de repente – explicó Tsuna quien verificaba la temperatura de su amigo, estaba normal, el pulso estaba bien, estaba entrando en pánico por la falta de respuesta hasta que una voz conocida lo llamó

-¿hay un lugar en donde lo pueda recostar un rato? – Reborn se acercó para hacerse cargo, tomando en brazos al menor que seguía sin responder, se levantó siguiendo las instrucciones de Tsuna para ingresar al fondo, a la oficina del jefe, lo recostó en un sofá, Lambo estaba un poco pálido

-me encargaré de los clientes, traten de despertarlo o llamen a una ambulancia – el jefe de aquel lugar salió para recobrar la calma del lugar, solo Tsuna y Reborn se quedaron con el menor

-¿has notado algo raro en Lambo? – Reborn golpeaba las mejillas del menor con suavidad mientras observaba de reojo al castaño a su lado quien negaba con la cabeza

-solo se veía un poco más agotado de lo normal – se le ocurrió colocar perfume en un paño y acercarlo a la nariz de Lambo, solo tenía la colonia del jefe, ya después se disculparía por tomarla sin permiso, pero esperaba que fuera suficiente – ha estado así últimamente 

-ya veo – admiró una leve reacción por parte de Lambo, quien un poco desorientado abría sus ojos y apartaba ese pañuelo

-ese aroma me está mareando – se quejó mientras se fijaba en donde estaba y con ayuda de Tsuna se sentaba

-me has asustado, te desmayaste de repente – Tsuna soltó un suspiro aliviado mientras Lambo solo hacia una mueca al ver a la otra persona en la habitación

-Reborn… que desastre – suspiró mientras se acomodaba los cabellos que caían en su rostro

-deberías agradecer que te traje aquí como si fueses una princesa – se burló mientras tocaba la frente del más joven – no tienes fiebre – sonrió al ya maquinar millón de ideas en su cabeza

-yare, yare, supongo que solo estoy cansado – sonrió alejando la mano de aquel hombre y admirando la preocupación en la mirada chocolate – lo siento

-¿ya te ha pasado con anterioridad? – Reborn permanecía en calma mientras se levantaba y permanecía observando a los más jóvenes

-no pero creo que sé la razón – ignoró la mirada oscura y se concentró en Tsuna – olvidé desayunar esta mañana

-sé que estas en tus exámenes finales pero exageras a veces, eres idiota – se quejó Tsuna golpeando la pierna de Lambo – debes dormir y cuidar tu alimentación

-lo sé pero no dormí bien y me retrasé a la universidad, fue inevitable… también olvidé almorzar – sonriendo se levantó negándose a tener ayuda para hacerlo – lamento haberlos preocupado

-así que no has comido nada desde la mañana – Reborn claramente percibió que Lambo estaba bien, así que sonrió, ya su trabajo estaba finalizado allí – deberías cuidarte mejor, en tu estado no deberías esforzarte tanto

-¿de qué hablas? – se quejó al ver aquella sonrisa maliciosa de parte de aquel azabache

-pronto lo sabrás – Reborn solo salió de allí con paso calmado y una pequeña felicidad en su cuerpo, las cosas se ponían interesantes

-¿a qué se refería? –Tsuna trataba de encontrar respuesta a esas palabras pero no entendió nada, se quedaron mirándose entre sí para al final quedarse con la misma duda en sus mentes

-yare, yare… no tengo ni idea – suspiró, estiró sus brazos y bostezó – después se lo preguntaré, ahora debemos volver al trabajo, Tsuna

- pero primero comerás algo

 

 

Fue muy raro no encontrar a Reborn en la cafetería, Lambo no quiso saber por qué, seguramente lo vería en la tarde así que no había problema alguno, siguió con lo suyo después de pedir disculpas a su jefe por ese pequeño lío, debía recordar que comer era esencial, todavía le faltaba un examen así que debía estar al pendiente de eso. Esa tarde no encontró a Reborn, por una parte eso le agradó bastante, no tenía que discutir con él, aunque últimamente habían vuelto a la normalidad, platicas tranquilas, sin ataques repentinos, así debería ser siempre. Y claro, aprovechando el día o lo que restaba de este, Lambo planeaba molestar a cierto rubio terco, comer algo de lo que ese hombre cocinaba, platicar con Basil y averiguar que tan bien proseguía esa relación… tal vez debería darles un empujoncito, o mejor no, tampoco se iba a convertir en casamentero

 

 

Ultimo examen, sentirse feliz por terminar con esa tortura, platicar con sus amigos, acordar la fiesta del siguiente día, un karaoke era buena idea, sería una de las pocas veces que aceptaba algo de ese estilo, trabajar en paz, bromear con Tsuna, platicar un poco con su acosador personal, jugar con sus hijos hasta que el cansancio le ganaba, charlar con I-pin y sus padres, todo iba normal… demasiado normal y eso le estaba dando mala espina “tal vez la vida nos quiere ver felices” sonreía I-pin y el ojiverde quiso creerle así que sin más dejó de darle vueltas al asunto, tenía otras cosas en las que pensar… como en su apetito voraz en la mañana, se sentía genial al no tener estrés en su cuerpo, era su día libre, tenía tiempo de descansar un poco y dormir con Fon en brazos, en medio de la sala escuchando la televisión, simplemente le ganó el sueño, escuchando la suave respiración del menor de sus hijos, decidió acompañarlo. Al despertar tenía a Fuuta durmiendo con ellos también, su brazo le cosquilleaba pero evitó moverlo ya que era la actual almohada de aquel rubiecito que tenía por hijo, acarició la cabellera de Fon quien se mantenía recostado en su pecho… esa paz debía ser eterna. Solo el clic de una cámara lo desconcentró, claro había olvidado que I-pin amaba retratarlo cuando podía, era graciosa

 

 

Disfrutar con amigos, cantar aunque no lo hiciera de la mejor forma, comer golosinas y evitar el alcohol porque jamás le gustó ese sabor amargo, sonreír al ver a un par de sus amigos hacer un dúo mientras se abrazaban, era muy divertido, aunque fuera su despedida lo disfrutó de la mejor manera, al final de la velada, salir de aquel lugar, pudo apreciar el cielo oscuro, no era demasiado tarde pero aun así la iluminación de la calle ya estaba avivando los bares, se disculpó con los demás pero tenía que regresar a casa, ellos prometieron seguir en contacto, salir alguna vez. Lambo les deseó a todos que sus estudios fueran productivos y que cumplieran sus sueños, la melancolía les tomó desprevenidos a un par que ya estaba pasado de copas y abrazaron a  Lambo en medio de la calle, fue gracioso, efusivo, contagioso, al final un grupo abrazaba a un ojiverde que algo avergonzado solo correspondía al gesto de cariño. Suspiró cuando giró en la esquina y ya no vio al grupo, había sido divertido, cada día en la universidad era una oportunidad de convivencia, extrañaría ese ajetreo, pero ya no pensaba volver, tenía otras prioridades que atender, compró un pastel y se encaminó a casa, sonreía vivazmente… ahora tenía que ver el futuro, pronto estaría trabajando a tiempo completo en el nuevo local, una vida sencilla, con salario fijo… sonaba bastante bien

 

-Qué bueno que llegas – I-pin se le lanzó encima apenas cruzó la puerta de su casa

-¿sucedió algo con nuestros hijos? – se asustó puesto que el rostro de la pelinegra tenía tristeza pura

-no es nada de eso… lo siento pero no pude hacer nada

-me estás asustando, ¿qué pasa? – la chica solo lo tomó de la mano guiándolo al comedor

-en verdad hice todo lo posible pero no pude convencerlos – ella se veía desesperada y Lambo entendió todo al ver las tres figuras sentadas mientras consumían té y galletas

-estoy en casa, madre, padre… buenas noches, Reborn-san – se quedó estático al ver la seriedad de los presentes, ¡odiaba esa sonrisita en su antiguo sensei! – he traído un… postre – quiso matar esa atmósfera pero no funcionó

-toma asiento hijo mío – I-pin solo tomó lugar a un lado de la dueña de casa y un poco tensa sirvió una taza más para Lambo ¡la tensión podía matar a cualquiera!

-¿A pasado algo malo? – tenía un mal presentimiento y más cuando el único asiento libre era junto a Reborn que sonriendo consumía el té. Dejó la cajita del pastel en medio de ellos y nadie se movió – ¿Por qué Reborn-san está aquí? – sintió la dura mirada de sus padres y decidió callarse

-Reborn-san nos ha explicado todo – la voz firme de su padre hizo que Lambo se tensara y de reojo viera a su acompañante – aunque creo que debiste ser tú el que rebelara todo – ¡no podía ser verdad! Las miradas de sus padres podían traspasarlo

-fue tu profesor hace unos años – su madre se veía más seria de lo normal e I-pin estaba que no podía controlar el agarre en su taza, se mordía el labio y agachaba la mirada – también lo fue de I-pin que ahora es nuestra hija y creo que no habrá problema alguno

-yare, yare… no entiendo nada – trató de mantenerse en calma pero ¡al carajo, ya entendía la ruta del asunto! – madre, padre, pueden explicarme que sucede

-les he dicho todo lo sucedido entre nosotros, querido Lambo – al fin Reborn emitía sonido alguno, Lambo podía percibir la pequeña burla en ese tono, no pudo evitar mirarlo reprobatoriamente

-por tu mirada parece que todo eso era verdad – su madre lo intimidó con la mirada, el menor solo agachó su cabeza

-ya he mostrado mis intenciones, tus padres han sido muy comprensivos – Lambo sintió la caricia en su espalda y quiso lanzarse encima de ese idiota para golpearlo pero con sus padres ahí no podía hacer mucho

-madre, padre, yo…

-pactaremos la fecha de la boda hoy mismo – su padre estaba cruzado de brazos y lo miraba de forma fría… jamás se sintió tan pequeño en su vida

-pero padre, Lambo tiene que decidir eso y…

-Silencio I-pin, no me contradigas – la mencionada solo guardó silencio, pidiendo perdón a su amigo con la mirada – ya está decidido

-no lo haré – se armó de valor para levantar su voz, observando la mirada furiosa de sus progenitores ¡pero no se iba a quedar callado! – es una decisión mía, lo lamento pero no me casaré… perdón padre, madre pero no obedeceré sus órdenes en esta ocasión

-¡no tienes nada que decir ahora! – su padre lo calló de inmediato – no tienes opción

-Ya dije que me haré cargo de ti y de nuestro hijo – Reborn se veía tan tranquilo, Lambo quería golpearlo y… un momento… acaso dijo ¿hijo?

-¿eso fue lo que les dijiste? – no aguantó más y enfrentó al mayor, con fuerza tiró de él para que sus miradas se toparan – eres un…

-¡Lambo! – no quería soltarlo pero sabía que su madre se enfadaría si seguía con esa furia en la mirada – ya basta, sabes que es lo mejor, un hijo tendrá que ser criado en familia

-es mentira – habló controlando su enfado – no estoy…

-basta con una prueba – refutó Reborn con seguridad – pero ya está todo dicho, te desmayaste hace poco, el cansancio y otras cosas que tus padres también notaron… no cabe duda que llevas un hijo mío, Lambo – esa dulzura en la última palabra asqueó a Lambo quien furioso se levantó de la mesa

-¡NO LO HARÉ! – fue lo que dijo antes de salir de ahí, no quería hacer un escándalo, solo quería encerrarse en su cuarto como cuando era un adolescente, sentir que el mundo se borraba y pensar en que no escuchó esas palabras, alguien lo seguía, estaba consciente que era I-pin y no dijo nada. Por primera vez les levantaba la voz  a sus padres, siempre trató de ser un buen hijo pero esta vez no quería escuchar órdenes

 

I-pin se reunió con él en la habitación, se disculpó por no haber logrado convencer a sus padres para que ese dichoso matrimonio no se diera, hablaron con tranquilidad incluso cuando el sonido de la puerta daba indicios de que Reborn se había ido, eso era un caos y Lambo no quería saber nada, solo se había descuidado un momento y todo eso pasaba, el mayor había aprovechado un día de ausencia y dio el golpe final ¡eso no se lo iba a perdonar!

No se iba a casar, no quería estar atado con un idita como Reborn, no cedería, no quería, no se sentía capaz… además ¿un hijo? Eso fue muy bajo, sus padres eran tercos y con un hijo declarado era peor, tenía que pensar en algo pero… ¿Y si de verdad tenía un pequeño ser dentro de sí? Eso no podía ser verdad, lo del desmayo fue por cansancio y estrés ¡El maldito estaba jugando sucio!

  

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Como ya he dicho y seguiré diciendo, esto será un champúes de ideas, así que tomaré todas las sugerencias, hipótesis y locuras que me hagan llegar, las combinaré y haré pasta~ XD

Muchos ya me han pedido cosas  o me han dejado hipótesis, me emociona leerlas, también me dijeron que no alargara mucho el fic, pero todo depende de como evolucione la idea, lamentablemente no soy de esas fanfickers que planean cuantos capis hacen, yo me guio por emociones e inspiración, así que no prometo nada,  si les doy un número de capúlos determinado, les mentiría

Dejando todo eso de lado, si tienen alguna duda, crítica, sugerencia, hpótesis, ideas, algo que quieran que aumente en la historia, es bien recibido, por aquí o por face (KratSn Fics)

Muchos besos

Bye bye

*corre para seguir con las demás actualizaciones*


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