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Anhelando la lejanía por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi gente linda y hermosa~

*da vueltitas emocionada*

Bueno estaba pensando subirlo ayer pero en mi país hubo terremoto y recién hoy me retomaron el servicio eléctrico, gracias al cielo en mi sector los daños no son tan graves 

Gracias a las personas que se preocuparon por mi estado, las quiero~

Bueno dejando de dramas y agradecimientos, les permito seguir con su lectura

 

**se escapa a las notas finales**

 

 

 

El enfado lo consumía entero, enfrentar a sus progenitores en la mañana fue duro; una bofetada de parte de su padre le dolió más que cualquier cosa en la vida, se aguantó las ganas de llorar y con la frente en alto siguió con su rutina, su madre evitó encontrárselo de frente, eso era más que obvio. Era injusto, muy injusto, toda la maldita vida había sido comprensivo, amable, cuidadoso, solo  hizo lo que creyó mejor para proteger a su familia y ahora se ganaba la indiferencia de todos, una humillación que le marcaba… sabía que sería así, pero dolía mucho

Una sola vez se acostó con el maldito, un solo error en su intachable pureza, ¡que se joda el mundo!... Lambo respiró profundo mientras entraba al cuarto de Fon, se tragó la amargura de sentirse la basura de la familia, trató de concentrarse en lo que haría cuando el pequeño cumpliera los dos años, tomó al bebé entre sus brazos, le dedicó una sonrisa mientras una lágrima traicionera se resbalaba por su mejilla,  eso le dejaría otra marca en el alma, otra marca cuyo autor sería Reborn… ¿Cuántas más harían falta? ¿Cuántas heridas haría Lampo para completarlas? ¿Esos dos eran cómplices entonces? ¿Acaso el peso de sus hombros aumentaría? ¿Cuándo tendría paz?

I-pin entró en silencio abrazando por la espalda a su amigo, su hermano, su apoyo, mordiéndose el labio, sintiéndose inútil por no liberar a la persona que más amaba de ese momento tan atroz, de ese dolor inaguantable. Lloró en silencio compartiendo la desesperación de ese momento. En la mañana antes de que la agresión de Lambo se diera, I-pin habló con sus padres de nuevo, pidiéndoles, rogándoles que revocaran sus órdenes, explicándoles que Lambo no hizo nada malo pero ¿cómo hacerles entender sin revelar la razón por la que Lambo perdió la virginidad? No había como, al final  también recibió los golpes de su padre, su rostro rojizo no se comparaba con el dolor cuando escuchó ser acusada de cómplice… ¿acaso les ganaba su maldita tradición? ¿No se daban cuenta del daño que sus palabras y acciones les hacían? Ni siquiera el enfado que seguramente sentían, era motivo suficiente para ese comportamiento

 

-¿crees que debo decirles porque me acosté con él? – el ojiverde se limpió la lágrima mientras besaba la cabecita del pequeño, quien sintiendo el dolor de su padre,  le acariciaba la mejilla

-no puedes… no lo hagas – su voz se mantenía baja mientras seguía sintiendo el calor de su compañero

-¿crees que me entenderían si les dijera la razón por la que me vendí? – respiró profundo retomando la calma, no podía caer… necesitaba ser firme y pensar  

-no lo harán, una venta es una venta… será peor si les dices todo – sabían que las cosas con sus padres serían difíciles, criados bajo costumbres estrictas, rechazarían todo lo que consideren reprobatorio… incluso Lampo ya dejó de ser parte de la familia   

-quiero matar a Lampo

-no digas eso enfrente de Fon – le reclamó girándolo para tapar la boca del ojiverde – basta, solo… no sé qué hacer

-¿qué tanto les contó? – pregunto Lambo  al fin

-todo, al menos eso creo – la pelinegra posó su cabeza en el hombro de Lambo, ambos con la mirada llena de tristeza – me sacaron de la casa mientras ellos hablaban, sabes que no puedo desobedecer a mamá… pero se demoraron mucho

-no puede ser – suspiró mientras tiraba de sus cabellos con frustración, sabía lo tradicionales que eran sus padres, en parte él también lo era, pero no hasta ese extremo – ¿les diría sobre el motivo? – Fon no entendía nada así que solo jugaba con el cabello de su madre, balbuceando cosas

-no creo que haya sido tan rastrero – sostuvo una de las manos de Lambo entre las suyas para reconfortarlo – pero algo si logré escuchar

-¿qué cosa?

-ellos le contaron sobre nuestro problema con Lampo, creo que Reborn también lo sabía – cargó a su hijo sonriéndole mientras besaba sus mejillas

-yare, yare lo descubrió... pero pensé que no usaría eso a su favor – había olvidado comentar ese detalle con I-pin

-pues dijo que se encargaría de protegernos, que venía de una familia acomodada y que no sería problema hacerse cargo de todos nosotros… eso terminó por convencerlos

-¡el muy maldito! – apretó el juguete chillón con fuerza antes de suspirar nuevamente

-no tenemos opción, incluso ha dicho que te obligará a seguir con la universidad en cuanto estés apto para hacerlo

-pero no lo haré, no quiero depender de nadie

-hablaremos con papá y mamá, tal vez podamos…

-no quiero darles otro dolor de cabeza… pero esta vez no quiero aceptar su voluntad, ya sufrieron mucho con lo de Lampo

-platiquemos en calma, tal vez podamos convencerlos – aunque ni ella misma se creía en esa posibilidad

-¿con un hijo de por medio? – sonrió irónico, quería creer que el día anterior solo tuvo pesadillas, pero el ardor en su mejilla le decía que no

-¿en verdad estás…? – sin poder evitarlo desvió su mirada al vientre de su amigo

-no lo creo, solo fue esa vez y sigo tomando esas pastillitas, no creo que…

-los síntomas son mareos, náuseas, desmayos, antojos, cambios de humor, esos son los más comunes – sonrió I-pin viendo de frente a su amigo, se lo veía gracioso pues tal vez todas esas cosas, cultura general, se le habían olvidado en el transcurso de los años – ¿has tenido algunos de esos malestares?

-me desmayé hace unos días… ¡no puede ser posible! – se quejó con el ceño fruncido, apretó las mejillas de su hijo quien permanecía atento al juguete colorido que le ofrecían

-creo que… ya no podemos hacer nada – sus lágrimas ya no servían de nada, así que mejor trataban de buscar una solución – estarán enfadados por algunos días, no darán su brazo a torcer

-pues me niego -

-se completa un mes ¿no es verdad?... Hazte una prueba y según eso planearemos algo

-pero primero… tengo otros asuntos que atender con Reborn-san – bufó molesto, pero se quitó todo el mal humor cuando escuchó a Fuuta llamarlo, necesitaba seguir con su día

 

 

Quedarse en casa significaría un enfrentamiento verbal con su padre o sentir la mirada dolida de su madre sobre sí, así que mejor evitaba eso y salía detrás de I-pin, aprovecharía y se acostumbraría al día completo de labor… aunque tenía otros planes primero. Se despidió como de costumbre aunque los mayores del hogar no lo miraron o contestaron, Fuuta fue el único que con una sonrisa abrazó a su padre antes de verlo partir, Fon a su lado soltaba un leve “adiós” mientras movía su mano, eso motivaría a cualquiera, sus dos pequeñas luces de felicidad

“No hagas tonterías” le pidió I-pin pero Lambo desvió el tema, no quería asegurar nada y agradeció que su amiga no insistiera, se quedó viéndola caminar hacia el trabajo, la forma en que saludaba a sus compañeros, la sonrisa disimulada, esto los estaba afectando más de lo que creyó. Caminó por las calles sin un rumbo fijo, despistando su mente y tratando de aliviar el dolor en su pecho, por más que deseaba no podía sacar de su mente el asunto de la boda, por alguna razón sus padres no le mencionaron la fecha que acordaron, aunque tampoco le hablaban de nada y eso lo deprimía cada vez más

Para comenzar necesitaba gritarle en la cara a Reborn que usó un juego sucio para lograr que sus padres no quisieran ni verlo, tampoco tomar su palabra en cuenta, si solo hubiese sido el hecho de que revelara la pérdida de su virginidad… aunque tal vez sus padres lo hubiesen odiado pero al final lo dejarían pasar. El asunto cambiaba con un hijo a cuestas, las cosas se ponían muy difíciles mejor dicho imposibles de solucionar, así que allí estaba, parado en frente de una clínica para solicitar uno de esos benditos exámenes de sangre, este sería un día muy largo y estresante… pero valdría la pena

 

 

Él dice…

 

 

A pesar de que las cosas salieron bien, Reborn no tomó en cuenta un pequeño factor,  la reacción de los padres fue exagerada, conversó con ellos dando detalles netamente necesarios, jamás mencionó que hubiese empezado la relación con Lambo desde el nivel escolar, tampoco rebeló el origen de su familia, mucho menos el detalle del dinero a cambio de la virginidad de su futuro esposito. Aun recordaba el rostro de los ancianos, confundidos, asombrados, furiosos y al final muy pero muy decepcionados de su hijo menor, la verdad no los entendía, si ya tenían a Lampo deshonrando el buen nombre de la familia, lo que el menor hizo debió ser solo un rasguño sin importancia… tal vez solo fue el enfado del momento “Reborn-san, dejaremos a usted el cuidado de Lambo y de nuestro nieto, se casaran antes de que la barriga se muestre… no queremos nada más, él debe tomar responsabilidad por sus acciones” una respuesta muy seca por parte del anciano, como si vendieran algo de su propiedad, tal vez Lampo sacó todo de su padre, la madre solo se veía dolida así que tal vez apoyaría a Lambo

 

Reborn dejó de pensar en aquello, de todas formas ya declaró que Lambo era de su propiedad así que tenía un problema menos, ahora tenía que pensar en cómo enfrentar al jovencito de ojos verdes, quien seguramente no estaba del mejor humor… tenía que lograr amansarlo antes de que la fecha establecida se diera, además de quitarle la absurda idea de abandonar la facultad.  Una cosa más, fue el asunto de Lampo, jamás pensó que ese asunto se diera a conocer en realidad, y ahora que serían familia política, tal vez debería visitar a ese peliverde para charlar un rato, tomarse unas copas,  amenazarlo si se atreve a meterse con su nueva familia… y al final de su larga lista de cosas por hacer, aunque lo tomaría con calma, era… sus nuevos “hijos” puesto que estaba completamente seguro de que Lambo jamás desearía separarse de ese par de mocosos que conoció. Claro que los más pequeños no quisieron ni acercarse, Reborn tampoco era conocido como un amante de los niños pero ya vería que hacer… aunque estaba intrigado por el más pequeño de esos infantes, ese aspecto le recordaba a algo pero no tenía idea a qué

 

Tal vez si le preguntaba a cierto rubio se le aclararían muchas cosas, después de todo Colonello  era más sociable y “amable”. Además Reborn tenía algunos negocios que atender con el exmilitar acerca de la familia Stracci, aprovecharía la ocasión también para comentarle su asuntito con Lambo, tal vez podría recibir consejos… aunque eso le fastidiara ya que odiaba admitir que el ojiverde se llevaba mucho mejor con el rubio,  platicar con alguien siempre ayudaba a alivianar su tensión

 

Lambo por su parte después de pasar horas en aquella maldita clínica y recibir la noticia de que debía esperar tres días para obtener ese bendito papelito detallando su estado, estaba de mal humor, así que necesitaba un dulce para matar su falta de ánimo, charló con su amigo en la pastelería, jugó con unos niños en el parque, se recostó en una banqueta disfrutando del agradable clima que ya no era helado como antes, se quedó allí un tiempo prudencial despejando su mente. Al final mientras tarareaba una melodía pensaba en como sorprendería a cierto rubiecito, ya era hora de hacerle una visita amistosa. Con cuidado halló la ventana abierta, como todas las veces anteriores, se infiltró con la mayor de las calmas, esta vez por la parte trasera de la casa. Atravesó la cocina buscando indicios, feliz de la vida iba a gritarle para localizarlo puesto que no lo encontraba y tampoco hallaba a Basil, pero reconoció un par de voces en el estudio del segundo piso, con cautela subió pero en cuanto reconoció a la visita, decidió ingresar en la habitación adjunta, la misma que era la de Colonello, con la puerta semiabierta podía escuchar la conversación, después de todo ellos al parecer ni siquiera lo notaron

 

-eres un maldito imbécil-kora… como se te ocurre… – su voz dura, enfadado como pocas veces Lambo lo había escuchado – no tienes idea de lo complicado que se volvió la situación-kora

-no me des sermones Colonello, obtuve lo que quise y eso me basta – era la voz de Reborn, tranquila, autoritaria… ¡maldito vejete de mierda!

-Lambo estará furioso, no creo que esté dispuesto a aceptarte así porque si… maldición – el exmilitar se paseaba por la habitación, conocía a Lambo desde hace años, sabía la vida y la personalidad del chiquillo, incluso para él fue duro llegar a la amistad profunda que mantenían actualmente… en ese momento solo quería golpear a Reborn 

-eso fue lo que dijo… pero ya tengo el permiso de sus padres – no estaba de humor para regaños, frunció su ceño pero sabía que el rubio no se callaría

-eso no te asegura que Lambo se casará contigo-kora

-ya lo sé… solo tengo que tener paciencia – suspiró pero escuchó el bufido de su acompañante

-hasta yo tengo ganas de patearte el trasero-kora

-¿quieres una pelea amistosa? – no era mala idea, así se quitaría la frustración

-lo que quiero es que dejes a Lambo en paz, obligarlo a casarse no es la solución para tenerlo en tu poder

-es muy terco y me estaba hartando tanta actitud infantil

-está dolido, es comprensible – al fin se sentó en la silla más cercana, como deseaba que Lambo no hiciera locuras

-le he dicho que tengo buenas intenciones, eso debería bastar

-como si alguien te creyera-kora

-es en serio – odiaba cuando los demás dudaban de sus acciones, ¿Tan difícil era creer que en verdad quería hacer algo correctamente?

-¿tanto lo amas? – Colonello tenía sus dudas, pero la mirada intensa de aquel hombre de patillas… ¿era sinceridad lo que veía en esos ojos negros?

-por qué dudas

-porque eres tú… además eres un caprichoso de mierda, quieres todo bajo tu poder-kora

-es algo de familia – para que negar sus orígenes, desde Ricardo hasta Xanxus, todos caprichosos y creyéndose el dueño del mundo

-no saldrá bien, tengo un mal presentimiento-kora

-me harté de tu negatividad – le levantó agarrando su fedora y acomodando el traje que usaba, tenía otras cosas que hacer y la primera sería visitar a su futuro esposo, velar por la seguridad del mocoso, en resumen acosarlo un poco – resuelve el asunto del cargamento y saluda a tu pequeño infiltrado por mí – sonrió mientras se alistaba. Lambo solo se tensó cerrando la puerta de la habitación… ¡había sido descubierto!

-debe ser Basil, sabe perfectamente que no puede interrumpir cuando trato los negocios – también se fijó en la persona que ahora estaba en su habitación, adoraba la discreción de su aprendiz

-deberías cogértelo de una buena vez – sonrió con malicia pues ya se había dado cuenta de ese pequeño asunto

-no quiero consejos tuyos y cállate que seguramente te escucha-kora – no pudo evitar el leve sonrojo, odiaba cuando Reborn se ponía en plan de molestarlo

-mejor así, su romanticismo me está empalagando

-qué te importa mi vida

-te veo mañana

-trata de no hacer más estupideces-kora

 

Cuando Lambo vio a Colonello entrar en la habitación,  soltó una sonrisa al ver el rostro impresionado del rubio “Coli Neli… ahora yo soy el que pide consejos” se abrazó al rubio sin darle tiempo a reaccionar, por un momento no necesitaba palabras sino una pequeña muestra de cariño, se quedó allí sin decir nada, sintiendo como su cabello era acariciado, poco le importaba si Basil  o el mismo Reborn lo veía, solo quería sentirse protegido momentáneamente “así que ese era tu amigo de difícil carácter” Lambo habló después de analizar la situación, ya muchas veces había escuchado los relatos de Colonello sobre cierta persona, y desde la primera vez que vio a Reborn en esa casa entendió que era la persona de los relatos “es él, me enteré hace poco de la relación que ustedes tenían hace tiempo… ¿quieres hablar?” Lambo se negó rotundamente, venía a distraerse no a martirizarse más con aquel asunto

 

Lambo tenía planes ese día, lo primero era esperar a que Basil regresara, hasta entonces asaltó el refrigerador del rubio, “no te preocupes Coli Neli, quiero quitarme la furia por lo que Reborn hizo, después pensaré con la cabeza fría y te pediré consejos” después de decir eso, el rubio se quitó esa preocupación dedicándose a seguir el juego impuesto, tomar todo lo comestible y clasificarlo por color, para al final dejar de lado la comida de color verde y consumir todo lo demás. Cuando Basil llegó encontró a dos adultos con las mejillas llenas de una monstruosa combinación entre pizza, gaseosa de dieta y nachos ¿cómo demonios terminaron consumiendo todo eso? La explicación era fácil “estabamosh en competenshia mgh” fueron las exactas palabras o ruidos que emitía el rubio quien ya le servía la porción respectiva al recién llegado, bajo la ley que dicta: quien recién llega, debe igualarse

 

A partir de allí fue un completo caos, divertido pero caos al fin y al cabo. El ganador de aquello, aunque pareciera raro, fue Basil, quien presumía su triunfo comiendo una zanahoria porque necesitaba un vegetal para la buena digestión, los otros dos estaban en el suelo sin poder ni moverse. Platicaron un poco sobre cosas sin importancia, se saltaron el almuerzo pues todavía sentían el efecto de toda esa comida chatarra en su sistema, después y por alguna razón desconocida, los menores de aquella casa terminaron  lanzándose las tarjetas de crédito del rubio quien trataba de recuperarlas, tenían mucha energía… tal vez no debieron beber tanta gaseosa… “¡KARAOKE!” fue el grito de guerra antes de que el ojiverde arrastrara a los otros dos para que secundaran su idea, fue un mar de risas mientras llegaban al sector específico para la diversión, compraron más comida chatarra, unos cigarros, bebidas alcohólicas y se encerraron en la cabina respectiva, eran mayores de edad, solteros, aunque algunos seguramente no por mucho tiempo, tenían dinero y se dieron una escapada de sus obligaciones

Bromas, risas, los cantantes aficionados que soltaban un par de notas desafinadas, duetos ruidosos y bailes improvisados, tres vasos que se vaciaban constantemente, incluso Lambo bebía sin importarle lo amargo de la cerveza, estaban encantados en su diversión, las mejillas rosadas debido al calor y al efecto del alcohol en su sangre. Lambo podía ver como los otros dos se mantenían al margen, fastidiado por sentir la tensión sexual, Lambo decidió intervenir, en cuanto vio la oportunidad se abrazó a Colonello mientras cantaban un dueto, besó la mejilla del mayor y continuó como si nada hubiese pasado, claro que sentía los celos de Basil quien trataba de disimular lo mejor que podía… eran tiernos de cierta forma

 

-Basil, ¿puedo preguntarte algo? – Lambo sentía su lengua enredada, pero debía aprovechar que Colonello salió un momento

-claro – sonrió con las mejillas rojas mientras consumía el contenido de su vaso

-¿estás enamorado de Colonello? – vio a su acompañante  atorarse con la bebida, el pelinegro se reía por la obvia respuesta – yare, yare tranquilo… tampoco es algo tan difícil de responder

-es que… bueno – todavía sentía el ardor en su garanta y evitaba mirar de frente al muchacho, quien suponía fue pareja del  rubio tiempo atrás

-deja de pensar en que… yo estoy interesado en Colonello – sonrió atrayendo la atención del muchacho – yo no tengo nada con él, es un gran amigo nada más, me encanta molestarlo y hacerle bromas… pero no te imagines otras cosas

-¿en serio? – podía ver al pelinegro sonrojado levemente, bueno todos estaban en esas condiciones pero… ¿estaba diciéndole la verdad?

-además… pronto me casaré y estaba pensando en invitarlos… o hacer una boda doble – se reía al ver la expresión de Basil, entre confundido y avergonzado

-pero él te quiere mucho y…

-y nada – hizo una mueca mientras apretaba las mejillas del otro – no pasa nada

-entonces…

-yare, yare… díselo de una buena vez – le palmeó la espalda – el que no arriesga, no gana – tal vez era el alcohol en su sangre pero se sentía cupido – si no das el primer paso el tardará muuuucho en hacerlo

-no estoy seguro – terminó la cerveza que le quedaba, no estaba convencido de que fuese buena idea

-suele sonrojarse cuando dice tu nombre~ - estaba echando leña al fuego pero… ¡que más daba!... estaba en las nubes y solo quería ayudar

-no te creo – soltó una leve risita nerviosa al tener el rostro de Lambo a escasos centímetros del suyo viéndolo fijamente

-de ti depende ser feliz~ - se levantó fingiendo que el alcohol no le estaba afectando – te deseo suerte~

-¿a dónde vas?

-tengo trabajo – dijo viendo el reloj en su muñeca, pero ni siquiera podía identificar las manecillas – es tarde, así que me iré – Lambo tomó unas golosinas para el camino y palmeó el hombro de Basil antes de dirigirse a la salida – buena suerte – era mejor desaparecer antes de que Coli Neli regresara

 

El ojiverde reunió todas las fuerzas que tenía para no tambalear hasta que logró salir del establecimiento sin toparse con alguien conocido, caminó un par de cuadras y se apoyó en una pared, estaba mareado, sabía que eso era normal, decidió entonces dejar salir toda esa bebida en su estómago, detrás de un basurero vació lo que pudo mientras se prometía jamás volver a beber, era horrendo. Respiró profundo hasta recuperarse y caminó por allí hasta lograr encontrar un espacio en donde sentarse, se había divertido mucho, se olvidó de todo y ahora tenía una sonrisa por la pequeña travesura, se sentía muy libre… había tomado los cigarrillos sobrantes y empezó a consumir uno, aun recordaba cuando lo intentó por primera vez, en secreto, por influencia de Lampo, mera curiosidad,  algo que era como un secreto que ahora le brindaba una amarga frescura, intoxicarse para fingir alivio en su mente y cuerpo.

No supo cuánto tiempo se quedó allí, ni qué hora era… pero según la posición del sol o lo opaco del día… no tenía ni puta idea y la verdad no quería saber “Lambo… ¿qué haces aquí?” el pelinegro sonrió al reconocer a  la persona que estaba parada en frente de él y que le procedía a quitar el cigarro que estaba a medio terminar… tal vez haría alguna otra travesura antes de regresar a casa o al trabajo, lo que sucediera primero o mejor dicho… primero averiguaría la hora y después decidiría a donde regresar… mejor aún, dejaría que su nuevo compañero de travesuras decidiera por él

 

 

Debió pensarlo mejor…

 

 

 

Como siempre, Reborn se dirigía a la ruta por donde Lambo debería transitar para llegar al trabajo, el turno de la tarde era agradable, no había mucha gente en un principio y podía apreciar o molestar a Lambo en ese tiempo,  esperó unos minutos hasta cuando se resignó a no ver a su querido futuro esposito… tal vez había tomado el turno completo ya que no tenía nada que hacer aparte de trabajar, con calma se dirigió a la cafetería, ya lo vería allí.

Se mentalizaba la forma de actuar de Lambo, esperaba total rechazo de parte del ojiverde así que debía ser paciente, empezar con prudencia y hasta cumplir esa dichosa etapa de citas normales, sería gentil, eliminaría la palabra mocoso del vocabulario… y tal vez terminaría en una noche de sexo pasional, pero ahora eso no era lo principal, debía esperar un poco

 

Su primer problema fue llegar y no encontrar a su mesero favorito, fue paciente, consumió su café en calma, preguntó por Tsuna quien tampoco se encontraba allí, era raro pero no al punto de ser sospechoso, alguien le dijo que ninguno dio escusas para faltar así que… sería prudente, “cálmate Reborn” necesitaba hacer un par de llamadas para quitarse un peso de encima,  alguien que tomara el rol de investigador con Lampo, vigilarlo y destruir toda posibilidad que este tipo tenga para seguir extorsionando a Lambo, además necesitaba saber qué tipo de negocio tenía Vindice con los Stracci… conocía a la persona perfecta, era hora de ponerse en acción y quitarse esa manipulación que tenía Ricardo sobre él. Hizo una llamada corta, ya tenía apoyo, sería interesante verla de nuevo, hasta podría decirse que la extrañaba  

 

Reborn tenía cierta sospecha de Xanxus, el mismísimo demonio que tenía por hermano mayor se escuchaba tan confiado la última vez que habló con él, el negocio con los Vindice debía ser bastante productivo puesto que el viejo sonaba muy interesado en obtener el producto final… drogas tal vez, podría arruinar una carga y amenazarlo con arruinar más, eso haría enfurecer al viejo, terminarían haciendo un pacto, lo demás era historia. Mientras se retiraba de la cafetería en dirección a la casa de su prometido para charlar, claro, primero tenía que reunirse con esa persona… debería llevar una  botella de vino porque la plática tomaría un tiempo prudente, debían planear todo con detalle

 

 

 

Lejos de allí, se daba el pedido…

 

 

 

Varias personas se hallaban rodeando una edificación, un auto lujoso transportaba al jefe de otra familia quien acababa de tratar los negocios y ahora se iba satisfecho, los Vindice pactaban sus negocios alejados de la ciudad, en sitios precisos, seguros y bien vigilados. Lampo y Jager terminaban la movilización de sus hombres, dejarían limpio el sitio de negociación y se encargarían de la protección de su jefe. Ya en el auto se hallaban relajados, siempre era así… unas horas llenas de adrenalina debido a que podría ser que el trato no se diera y entraran en conflicto, en ese mundo cosas así sucedían más seguido de lo que desearían 

 

-Bermuda-san, ¿en verdad va a negociar con esos tipos? – Lampo era el conductor en esta ocasión, con una sonrisa leve observaba a su jefe en la parte de atrás, un hombre delgado, con presencia y que como hábito especial, usaba un sombrero de copa, de cabello negro y liso, corto y bien peinado, de traje negro, camisa blanca, impecable en todo sentido, pero no por eso dejaba de ser peligroso

-Los Tonakai son buenos clientes – sonreía con malicia mientras sacaba un puro, aquellos que soltaban un humo con aroma fuerte – además el negocio nos beneficia

-también… es venganza – se reía Jager, quien como copiloto limpiaba su querida y nuevecita arma, un regalo de cumpleaños que él mismo se dio – ¿no es verdad, jefe?

-tienes razón, pero es mejor el dinero que se ofrece – la expresión serena del jefe era aterradora en ocasiones, pero ahora que sonreía era mucho peor

-es una pena, pensé que la mercancía se quedaría con los Stracci – comentaba Lampo, se había empeñado en conservar la carga en buen estado solo para que al final cambiara de dueño

-seguramente tendrás problemas con Reborn-san – se carcajeaba Jager mirando el ceño fruncido del peliverde

-ni lo menciones, tengo que ver como lo enfrento – suspiró profundamente mientras recordaba a aquel hombre, esa mirada arrogante… quería poder dispare justo en medio de la frente, el muy maldito se metió con algo que le pertenecía… pero Reborn era un Stracci, un intocable

-te romperá otra costilla – se reía el compañero quien besaba el metal entre sus manos, como adoraba a su nueva pequeña

-te romperá más que eso – sonreía el jefe, quien por la ventana dejaba salir el humo – ten cuidado… mejor dicho, ya no te dejaré solo, Lampo – no se daría el lujo de perder a uno de sus mejores hombres

-pues de eso quería hablarle, jefe

-¿qué quieres? – era raro que el peliverde contrariara una de sus órdenes, debía ser importante

-¿será posible que me vaya a realizar una visita?

-¿a tu familia? – comentó el copiloto

-ya sabes que tengo que cuidar a la otra mercancía – Lampo sonreía divertido, recordar a sus futuras fuentes de ingreso lo llenaba de satisfacción – la calidad es lo que cuenta

-puedes ir, pero asegúrate que los más pequeños también se encuentren en buenas manos – Bermuda jugaba con una moneda entre sus dedos, una especial que mandó hacer cuando perdió a su madre

-mis padres los cuidan bien, de eso no debe preocuparse, Bermuda-san – debía agradecerles a los viejos… mejor no

-quieres que te acompañe, amorcito~ – se burlaba Jager, adoraba jugar un poco con el humor de su compañero

-púdrete

-ve con él, Jager. No quiero que le pase algo  a nuestra mente maestra y negociador estrella – ordenó Bermuda dando otra bocanada profunda a su puro

-cariño, iremos de viaje~ – Jager se divertiría un poco esos días

-ya quiero ver a Ikuto-chan y Yuriko-chan – sonrió Lampo ignorando las burlas… eso se pondría bueno

 

 

 

En casa, la noche llegaba…

 

 

 

I-pin llegó sin problemas, cansada como siempre, recibida por sus hijos en un abrazo cariñoso. La mirada gélida de su padre la incomodó, sabía que los ancianos estaban furiosos pero aun así no necesitaban ser tan duros “el abuelo y la abuela han estado extraños hoy, han estado muy serios” la chica estaba feliz de que al menos sus pequeños no eran ignorados, cuando trató de hablar con su madre, ella simplemente respondió con monosílabos y se retiró a su habitación… resignada, I-pin empezó a preparar todo para la cena, Lambo no tardaría en llegar y necesitaba hacer algo para alegrarlo un poco, su comida favorita, simple pero deliciosa, Curry fue su elección, tenía todos los ingredientes y la buena voluntad, así que no había problema

 

-¿Sabes algo de Lambo? – fue su madre la que interrumpió su tarea en la cocina, ni siquiera se había dado cuenta, eran las ocho de la noche y su querido amigo no llegaba

-ya debe estar a punto de llegar – sonrió pero su madre simplemente se fue, escuchó a sus hijos reír y supuso que ambos ancianos estaban con los más pequeños, esperó un tiempo prudencial e incluso la comida estaba lista, pero Lambo no llegaba.

 

Ya un poco preocupada decidió contactar con su amigo pero no recibió respuesta, rezaba porque no hubiese cometido ninguna tontería, calmaba la inquietud de sus padres comentando que tal vez se quedó ayudando en la cafetería o algún amigo en problemas, no sería la primera vez que eso pasaba. Los minutos pasaban, con ello hasta los más pequeños ya estaban preguntando por su oto-chan, I-pin trataba de distraerlos para que no sintieran el tiempo pasar, estaba pendiente de la puerta a cada momento, casi corrió cuando escuchó el timbre pero no era a quien estaba esperando.  Se sorprendió cuando Reborn llegó de visita, bueno, siendo que ahora era el  futuro esposo de su amigo no era tan raro verlo allí, con una sonrisa forzada atendió a los presentes, sirviendo la cena y observando cada rato el reloj pues Lambo no llegaba, algo estaba mal. Reborn estaba inquieto, preguntando por su prometido, el aura que emitía era oscura, daba miedo en ocasiones, a la pelinegra  se le estaban acabando las palabras para disculpar a su amigo, hasta que al fin el teléfono de la casa sonó, apurada y asegurándose que no la seguían contestó con voz baja, sea como fuere necesitaba seguir ayudando a Lambo en ocasiones como esta

 

-I-pin, no le digas a nadie que soy yo – La voz de Lambo era clara y desesperada a la vez

-no te preocupes, pero dime en donde estás – apretaba el teléfono  con fuerza y trataba que la bocina se pegara a su boca para no hablar demasiado alto

-¿estás sola?

-todos están en el comedor, incluso Reborn-san… por favor dime que llegarás en seguida – suplicaba pues no le agradaba nada esa atmósfera en los mayores

-que se muera el maldito – gruñó mientras suspiraba para calmarse, debía mantenerse sereno

-Lambo, dime que no hiciste tonterías

-escúchame I-pin… no llegaré a casa – se preparó para que le gritaran pero

-¡no bromees! – susurró con fuerza, controlándose para no insultarlo – te necesito aquí, no enfades más a nuestros padres

-yare, yare… no volveré, me tomaré unos días hasta que todo se calme

-pero si no has regresado, no tienes dinero ni ropa, tampoco tienes…

-tengo a un amigo que me ayudará – sonreía escuchando los pasos detrás de él

-Lambo por favor, no lo hagas

-estoy con Lancia-san, no te preocupes… me lo encontré por casualidad, me quedare con él unos días – era al único que dejaría que lo cargara en su espalda, fue vergonzoso lo admitía pero hace unas horas no estaba muy lúcido como para caminar por sí solo… al levantarse para saludar tambaleó hasta casi caer, se reía sin poder controlarse y olía a cerveza combinada con vodka, debió haberse confundido de vaso en algún momento entre las canciones, jamás pensó verse tan deplorable en frente de aquel hombre a quien respetaba… no le quedó de otra que dejar que lo llevaran como a un niño pequeño

-¿por qué? – escuchó ruido en el comedor, pero era la voz de Fuuta, soltó el aire contenido y volvió a concentrarse en la persona a quien quería patear 

-porque necesito pensar en calma – volvió a encender un cigarrillo ¿cuántos iban ya? Pero no duró mucho, el dueño de casa se lo quitó

-Lambo, pero… ¿por cuánto tiempo? – ya estaba enfadada – dependiendo de tu respuesta decidiré si te golpeo la nariz o te aplico una llave asfixiante

-yare, yare tal vez tres días o cuatro si me demoro – Lambo trató de buscar más de esos trocitos de nicotina pero si… la cajita estaba vacía

-¡estás loco!... ¿Y tú empleo? – I-pin trataba de no hablar tan alto para que no la descubrieran… pero ¡tratando con un idiota no se podía contener!

-el jefe me ha dicho que no hay problema, de todos modos a los que vamos a ser trasladados al nuevo local, nos dará una semana de vacaciones – se recostó en el pasto en donde estaba, sintiendo el escozor producido por las hierbitas en su piel

-¿cómo les voy a decir esto?

-¿qué ocurre, I-pin? – la voz de su padre la congeló, trataba de hablar pero no sabía que decir – ¿es lambo? – la pelinegra asintió mientras escuchaba a su amigo hablar en la línea

-no te preocupes, no cometeré locuras, solo tengo que averiguar ciertas cosas

-Lambo, papá quiere hablar contigo – no acabó de decirlo cuando su padre le quitó el teléfono con brusquedad

-vuelve ahora, tu prometido ha venido a verte – mantuvo la seriedad que adquirió desde que se enteró de las burradas de su hijo menor, no permitiría otra tontería

-lo siento pero no lo haré – Lambo no dejó que su padre discutiera con él, no estaba de humor – les daré tiempo para que se les pase el enfado… sé muy bien que mirarme a la cara les está afectando y… lo lamento – ahí estaba el bichito de la culpa

-¡he dicho que vuelvas!

-iré en unos días, dile a mamá que en verdad lo siento – suspiró al escuchar esa demanda, ¿no podían dejarlo en libertad por unos días? ¿Tan difícil era?

-no bromees – se quejó el anciano con ira

-te quiero papá, jamás quise decepcionarte… lo siento

-hijo, yo solo… – ablandó  su voz, nada ganaba asustándolo más

-nos vemos papá, saluda a mamá de mi parte – Lambo sonrió mientras colgaba, sentía una mirada encima de él pero poco le importaba que mirara unas lágrimas que se escapaba de sus ojos

-¡Lambo! – pero el pitido daba a entender que no escucharía más a su hijo, suspiró mientras enfrentaba a los demás que observaban expectantes – I-pin ¿qué fue lo que te dijo?

-volverá en unos días, quiere pensarlo todo en calma – suspiró aguantándose las ganas de buscar a Lambo y golpearlo por dejarla sola

-¿dónde está? – insistió Reborn quien se mantuvo callado desde que percibió que la chica hablaba con Lambo, estaba pendiente de todo pero tampoco iba a perder los estribos… ya vería como castigar a su querido prometido por esa repentina decisión

-no me dijo nada más, lo juro – claro que omitió el detalle de la persona que lo acompañaba, si mencionaba a Lancia eso se volvería un caos, ya sabía lo celoso que podía ser cierto azabache de patillas

-¿oto-chan no vendrá? – Fuuta fue el primero en preguntar, escuchó lo que los mayores decían, junto a él Fon se agarraba de su saco con la misma mirada llena de duda

 

I-pin se llevó a los niños arriba, necesitaba alejarlos de aquella plática, a la vez que aprovechaba la huida y evitaba responder preguntas extra, esto no le estaba gustando, aunque en algo Lambo tenía razón, pensar las cosas en calma sería algo bueno, mucho más si se trataba de un cabezota como su amigo, odiaba cuando Lambo se dejaba llevar por sus emociones. Tal vez al ojiverde se le ocurriera alguna solución y además sus padres se calmarían un poco o por el contrario se enfadarían más, pero ya no podía hacer nada, dejaría que las cosas tomaran su curso sin impedimentos. De pronto la pelinegra sintió vibrar su celular, cerró la puerta de la habitación de Fuuta en donde mantenía entretenidos a sus hijos, mientras contestaba con cierto nerviosismo ¿o era enfado?

 

-¿en verdad no volverás? – habló más calmada mientras veía a Fuuta tomar los juguetes y compartirlos con Fon, eran inocentes de todo aquello

-necesito asimilar las cosas, además si sigo allí pelearé con mis padres y eso solo empeoraría el asunto – ahora estaba acompañado de Lancia, sentía la caricia en sus cabellos y era agradable

-me las pagarás por déjame en esta situación – se quejó I-pin haciendo un puchero aunque nadie más que sus pequeños la vieran, e incluso los hizo reír con ese pequeño gesto

-¿puedes pasarme a mis hijos?

 

I-pin dejó que los pequeños hablaran con tranquilidad, escuchaba las voces en la planta baja pero no le importaba, se reía al ver a los pequeños hablar con entusiasmo, haciendo gestos como si de verdad su padre los pudiese ver, incluso su pequeño Fon sonreía y movía sus manitas. Escuchó que Lambo repetía lo mismo tanto como para Fuuta como para Fon “viajaré unos días porque tengo que cumplir con una tarea, los extrañaré mucho pero ya verán que los días pasan muy rápido… les llevaré regalos así que  deben portarse bien” era hermoso ver a los infantes asentir sin duda alguna, aceptando la voluntad de su padre. Los toques en su puerta la asustaron, retiró el celular a sus hijos, se despidió de Lambo y puso su mejor sonrisa “Lambo habló con los niños, ha prometido llamarlos todas las noches” fue lo único que les dijo mientras se excusaba para proceder a dormir a su hijo menor… quería huir con Lambo también

 

Reborn reclamó, exigió el número de su prometido, cuando al fin le fue cedido, llamaba con insistencia, estaba enfadado pero se mantenía con la voz serena, cuando al fin percibía una aceptación de la llamada, Lambo colgaba instantáneamente al reconocer la voz, fastidiado por la infantil escena. Reborn decidió partir, no tenía nada más que hacer en esa casa. El azabache juraba que se iba a vengar de su querido prometido de la mejor manera que tenía, tal vez con un fetiche antes de una noche pasional…. pero para eso, primero debía localizarlo, y su queridísima amiguita era la persona indicada, ella lo haría con gusto

 

 

Lambo por su parte, se hallaba en el patio de una casa bastante conocida, Lancia detrás de él le ofrecía una taza de leche con chocolate para combatir el frio “estas siendo infantil al escapar de los problemas” Lancia sonreía pero le alegraba que el ojiverde le pidiera ayuda en esos momentos “lo sé, pero no quiero ver a mi futuro esposo por un tiempo” dijo con tono irónico, no estaba de humor para ver al idiota de Reborn, al menos sabía que en ese lugar estaría bien, al menos por esa noche… podía disfrutar de buena compañía, tener protección y por su puesto la calidez de un trato amable… a veces pensaba que era mejor si se enamorara de Lancia, pero en el fondo sabía que era imposible… eso era un asco, si tan solo pudiera decirse a su corazón a quién amar

 

 

El regreso después de la meditación…

 

 

Lambo cargaba una maleta con los regalos para sus pequeños, tenía ese parche cubriendo con su tatuaje facial, llevaba su cabello atado en una coleta, dejando que unos mechoncitos se escaparan, traía unos pantalones cortos negros que delineaban su figura, una polera colorida, se veía relajado y fumaba un cigarrillo sentado en medio de un parque. Había estado pensando durante tres días, empezaba el cuarto, el sol le indicaba que pasaban de las once y tenía una sonrisa enorme pues apenas acababa de bajarse del maldito taxi. Estaba cansado, quería volver a su casa para estrechar a Fon y Fuuta en sus brazos, pero primero tenía que acudir a cierto lugar para hablar con cierta persona “veamos que pasará ahora… tranquilo, todo saldrá bien” repetía en su mente. Tirando la colilla de cigarro se dirigió a la dichosa clínica, ni siquiera se molestó por la espera hasta que la enfermera encontrara sus resultados, cuando tenía le papelito en sus manos llamó a Reborn citándolo cerca de su casa… esto sería divertido

 

En unos minutos ya observaba al hombre alto, atractivo, con pose formal y con esas distintivas patillas, mostrándose en el hermoso día con cielo despejado, ojala que esa sonrisa que adornaba el rostro de Reborn fuera un poquito menos  arrogante y más amable o sincera ¿acaso pedía mucho?… dejando eso de lado, cuando estuvo en frente de él, solo emitió un “sígueme y no digas nada” Lambo se moría de risa al ver la expresión fastidiada del mayor, quien no dudó en tratar de sacarle información, pero Lambo no dijo nada y siguió con su camino. El ojiverde tarareaba una canción mientras se estiraba, pues esa tranquilidad no le quitaría nadie, no cabía duda que esos días fuera de casa eran lo que necesitaba

Cuando sus padres lo recibieron les otorgó una amplia sonrisa, los abrazó ignorando la ira que tenían esos ojos un poco decaídos debido a la edad, antes de recibir las palabras de regaño, mostró a Reborn y el ambiente cambió, era horrendo que Reborn fuera tratado mejor que nadie pero por el momento eso no era importante. I-pin estaba al fondo, le sonreía puesto que la noche anterior le aviso de su regreso, pidiéndole que faltara al trabajo porque era importante que todos estuvieran presentes. Dejó que los adultos charlaran mientras eran dirigidos a la sala, Lambo saludó a sus niños con efusividad dándoles los presentes y enviándolos a la habitación en la planta de arriba, la privacidad era esencial para ese asunto

 

-hueles a tabaco – le reprochó su madre – ¿desde cuándo fumas?

-eso no es bueno para el bebé – reclamó Reborn, como si de verdad le importara

-Lambo, ¿cómo te fue en el viaje? – sonrió I-pin, pues al ver la sonrisa de su amigo sabía que algo interesante iba a pasar

-I-pin, cállate mientras interrogamos al inmaduro de Lambo – la voz fría de su padre no afectó al buen humor del ojiverde

-yare, yare, no lo estoy – dijo Lambo dejando el papelito en medio de la mesa para que todos lo vieran – pueden verificar

-es verdad – sonreía la anciana mientras le daba el papel a su esposo. Reborn no se inmutaba y Lambo mantenía su sonrisa – bueno creo que…

-el matrimonio no se cancela solo por ese hecho – gruñó el anciano y Lambo observó la sonrisa de su prometido, ya se esperaba algo así

-tu acción infantil me tomó desprevenido – respondió Reborn quien presentía que algo estaba a punto de ocurrir, nada bueno cabe recalcar

-tenía que tener primero ese papel – el menor sonreía mientras volvía a guardar ese documento en su bolsillo – caso contrario seguirían insistiendo

-eso no quita que fuiste inmaduro – el padre no dejaba de mostrarse enfadado por el contrario de la madre, quien ahora más relajada sonreía levemente

-me disculpo por eso papá, pero tenía que pensar con calma y bueno ya lo hice

-¿qué solución tienes? – Reborn observaba a Lambo quien no se inmutaba, ¿qué habría hecho en ese periodo tan corto de tiempo? Esperaba que su amiguita le diera respuestas

-empecemos desde cero – sonrió ante la impresión de todos – aplacemos la fecha y empecemos desde cero, como si fuéramos una pareja normal – aunque dudaba que la palabra normal fuera la correcta

-¡no aplazaremos nada! te casarás y punto – el anciano parecía desesperado, incluso I-pin quien callada se mantenía al borde de todo ese asunto se sorprendió

-me parece bien que se tomen un pequeño tiempo, así podrían conocerse mejor y no tener riesgo de un matrimonio complicado – opinó la pelinegra sin dejarse intimidad por la mirada de su padre, debía ayudar a su amigo como fuera

-por mi está bien – Reborn por su parte no tenía apuro, si al final tenía a la vaca estúpida, no le importaba sacrificarse un poco

-arreglado entonces – sonreía Lambo, las cosas salieron mejor de lo que esperaba y lo que ensayó en el camino se vio bien utilizado – ahora si me permiten, necesito regresar para coordinar las cosas con mi jefe

-no seas al educado y atiende a tu novio – le exigió el más anciano, los menores sabían que faltaba mucho tiempo para que se le quitara el enojo así que mejor se acostumbraban a esa actitud

-yare, yare… no hay problema, me lo llevo también – decía Lambo mientras tiraba del brazo de Reborn – tengo que empezar desde cero y es buena ocasión~

 

Lambo mantuvo la sonrisa hasta que salió de casa, se alejó del lugar sin alejar la diversión de su rostro, pero quitando la amplia muestra de felicidad que fingía al llegar ante sus padres. Esos días de descanso, aunque en realidad no lo fueron, le hicieron meditar tanto que acabó optando por la mejor opción en esa situación, era débil… eso lo sabía… bastaría con un poco de insistencia por parte de su primer amor -y odiaba admitirlo- para que se rindiera. Ya había aguantado mucho tiempo, se conocía perfectamente como para saber que esa barrera que construyó, estaba a medio derrumbarse

 

Reborn trataba de entender las acciones del menor, tenía curiosidad por saber qué demonios hizo en esos días lejos de la ciudad, porque incluso esa persona no logró localizarlo y ahora buscaba información por medio de terceros, era como si Lambo se hubiese esfumado del mundo en esos pocos días. Lambo estaba muy diferente, ya no permanecía a la defensiva, calmado, hasta un poco misterioso, pero no sentía nada extremadamente negativo, exceptuando por el aroma a cigarrillo que tenía, ¿desde cuándo el mocoso lo hacía? Dudaba que en esos días le hubiese aparecido el gusto por la nicotina, pero daba gracias al cielo que ahora estaba más accesible… o al menos lo iba a comprobar

 

-¿qué pretendes Lambo? – Reborn no se creía nada, necesitaba pruebas

-solo… reconciliarme con mis padres… y darte una oportunidad – se relajó un poco mientras disminuía la velocidad de sus pasos, alejado un poco del mayor siguió como si nada pero claro… tenía planeado lo que iba  a hacer

-no pensé que volvieses con esa actitud… ¿qué hiciste con el Lambo escandaloso y problemático?

-yare, yare, ¿no te gusta?

-¿qué paso en estos días? – podía ver esa sonrisa sincera ¡qué rayos le hicieron!

-créeme cuando digo que no te gustará saber – paró de inmediato, necesitaba verle la cara a su queridísimo gran amor… ¡que empiece el show!

-¿a dónde fuiste? – insistió cruzándose de brazos

-a muchos lugares~

-¿con qué dinero? – esa risita baja que Lambo soltaba le estaba trizando la paciencia

-te molestarás si te lo digo – quería tomarle una foto ¡que se muera de la curiosidad el desgraciado!

-quiero saber

-es preferible que no sepas nada – la venganza se come fría, pero luchaba por no reírse… “tranquilo Lambo, sabes las consecuencias pero se lo merece”

-dímelo – gruñía tratando de mantener la calma, quería sacarle toda la información pero al parecer era imposible

-te lo advertí~

-preguntaré de nuevo y más te vale responder – relajó sus brazos dejándolos caer a cada lado de su cuerpo, respiró hondo y miró directamente a esas gemas verdes – ¿a dónde fuiste? ¿Qué hiciste? ¿Y con quién te citaste en estos tres días?

-me di el lujo de averiguar las cosas que siempre me prohibí saber, probé la libertad… y empecé por Lancia-san – Lambo sabía que ese nombre sería la bomba que empezaría el desastre… ¡cómete esa!

-¿qué fue lo que hiciste? – Reborn lo tomó del brazo para enfrentarlo, ¡a la mierda el control!

-es verdad… – Lambo sonreía mientras ignoraba el fuerte agarre y el dolor en su piel – nadie se compara contigo, el único que me ha hecho sentir completo eres tú – obligó al mayor a que lo soltase

-¡no seas ambiguo y explícate!

-besar otros labios y probar otras pieles… – sonrió altanero mientras mantenía la firmeza en su voz – si quieres que sea más específico… besé a quien se me cruzara en los bares y acepté acostarme con quien me pareciera buen prospecto… y para que sepas – estaba a punto de cometer una locura, tenía un poco de dudas pero ¡al demonio, lo iba a hacer! – Lancia-san es mucho más amable… venderle mi virginidad a alguien como él, hubiese sido mejor opción – sintió la bofetada dolorosa, su mejilla le palpitaba y quería reírse de todo, pero tenía otros planes

-me estás buscando y no te gustará lo que encontrarás – amenazó tomándolo por el brazo con fuerza hasta verlo quejarse del dolor – ahora mismo me dirás qué fue lo que hiciste – Reborn perdió los cabales, el maldito mocoso se atrevía a compararlo con alguien y peor aún… esa declaración, se negaba a creer que SU futuro esposo estuviera manchado, tocado por otras manos

-¿no me crees? – lo retó con la mirada, podía ver la furia en esos ojos negros, el agarre se hizo más fuerte, dejaría marcas, las mismas que necesitaría después

-¡no me mientas! – lo tomó por ambos brazos zarandeándolo con fuerza, al demonio la paciencia, no estaba para bromas… no estaba dispuesto a saber que Lambo era una ramera y nada más

-a pesar de que estuve con muchos… nadie se compara contigo – soltó una leve sonrisa observando la ira reflejada en toda la presencia de aquel hombre que decía amar, el aura oscura, el ceño fruncido, el instinto asesino… pero se tragó el miedo y siguió – deberías sentirte contento pues nadie… me hizo sentir tan completo como tú… por eso te daré otra oportunidad – habló con calma, pronunciando cada palabra con rabia, venganza era lo que quería, aunque sea diminuta, necesitaba calmar su odio

-como te atreves a ser tan… - muchas palabras se le vinieron a la mente pero no logró decir nada pues sabía que eso no podía ser verdad, el mocoso note tendría el valor de traicionarlo, compararlo con alguien más… eso jamás

-¿quieres pruebas? – se soltó del agarre que ya empezaba a ser insoportable – ¡aquí tienes! – se jaló la polera que usaba, mostraba su clavícula, una marca  justo sobre aquella sección de su pecho, Reborn se quedó callado… Lambo mostró un poco más de piel, otra de esas manchas contrarrestaba con la blancura, un chupetón justo encima de su pezón

-como te atreves – dominado por la furia soltó un golpe directo al rostro del jovencito que con una sonrisa no se quejó ni defendió – estas comprometido conmigo, ¡nadie más debe tocarte! – quería volver a golpearlo pero se detuvo justo a centímetros de ese rostro que empezaba  a mancharse

-no te preocupes, ya comprobé lo que necesitaba… – el ojiverde se limpió la sangre que de su nariz brotaba, eso le iba a doler por días – ahora sé que solo debería ser fiel a mi queridísimo prometido – uso ese tono irónico que copió de Reborn, sintió una nueva bofetada y aunque le dolía… ya tenía lo que quería

-¡escúchame mocoso! nadie más te debe tocar, soy tu dueño desde ahora… ¡mataré a quien ponga un dedo encima! – lo mantenía sujeto para que lo mirara directamente, su aura amenazante asustó incluso a las mascotas cercanas – ¿me entendiste?… si ya tuviste esa explosión de libertinaje, ¡me importa una mierda!... pero a partir de ahora, tu eres mío

-ya te dije que te preferí a ti, ¡maldito viejo rabo verde! – empujó al mayor más por el miedo que estaba inundándolo que por otra cosa, ¡eso fue riesgoso! – ¡Y NO TE ATREVAS A GOLPEARME DE NUEVO! – le gritó antes de correr en dirección contraria, sabía perfectamente  quien patrullaba el lugar a esas horas

-LAMBO, ¡VUELVE AQUÍ!... AÚN NO TERMINO CONTIGO – trató de alcanzarlo pero…

-¡ayúdeme por favor! – ¡Éxito! esa sería su pequeña venganza, solo eso nada más… al menos así le cobraría el hecho de que lo volviera la oveja negra de su familia, el desprecio de sus padres le dolía y ese dolor tenía un precio

-¿qué sucede? ¿Quién te atacó? – era el vigilante de la zona, una nariz sangrante era una alarma para cualquiera y Lambo sabría aprovecharla

-¡LAMBO! – cuando vio al policía en servicio junto a Lambo con una hemorragia leve… ahora entendía todo, ¡el mocoso pagaría!

-¡usted es el responsable!... debe acompañarme a la estación – Lambo trataba de no reírse y parecer más afectado de lo que en realidad estaba, la lección empezaba

 

Lambo dejó que se llevaran a su queridísimo prometido, pidió como favor especial que lo esposaran para “sentirse más seguro”, deseó tener una cámara en ese instante pero las cosas nunca salían a la perfección. Él volvía a casa, informando de la agresión a sus padres, quería reírse pero le dolía incluso si hablaba, el maldito tenía la mano dura, lo dañó más que cuando peleaba con Lampo. El ojiverde fingió estar dolido y con eso manipular a los ancianos, I-pin entró en pánico al verlo sangrando, ya en privacidad le explicaría todo pero por ahora se quedaría callado, evitó que sus hijos lo vieran así. Le dolía pero valió la pena, podría ser infantil pero necesitaba hacerlo para aliviar el odio en su alma, todos decían  “ojo por ojo y diente por diente” solo lo estaba poniendo en práctica, si Reborn lo hizo sufrir también se merecía lo mismo, aunque claro, de una forma diferente. El hielo en su nariz lo alivió mucho, obtuvo la atención de sus padres, quienes preocupados mencionaron “no puedo creer que Reborn-san haya sido capaz de esto” eso fue divertido, logró bajar a Reborn del pedestal que le pusieron en su casa, pero claro, después tendría que ir a rescatar a su queridísimo exsensei de la estación, no presentar cargos y negociar la paz con el azabache… pero  primero tenía otros asuntitos que atender, el trabajo era prioridad, charlar con Tsuna, también agradecerle a Lancia y visitar a Colonello, tal vez una noche en una celda le harían bien al desgraciado… iría por Reborn… pero en varias horas más, después de todo, no tenía apuro alguno

 

 

Juegos…

 

 

Después de completar su extenso calendario social, muy temprano en la mañana, Lambo se dispuso a hablar con calma aunque fuera muy difícil, con una sonrisa pidió una charla privada con Reborn, es decir sin guardias, claro que el mayor se mantenía tras esas rejas. Lambo lo fotografió para tener alguna cosa con que chantajearlo o al menos tener un lindo recuerdo, adoraba ver el ceño fruncido de su queridísimo prometido

 

-te lo merecías… pusiste a mis padres en mi contra –  hablaron en calma, al menos eso intentaron al principio pues a cada momento empezaban a insultarse

-mocoso idiota, sabes que me las pagarás ¿verdad?

-yare, yare, tenía que darte una lección – sonreía mientras alejado una distancia prudente conversaba con el azabache, observaba al fondo de la celda a dos personas, las saludó con un gesto de su mano – parece que tus compañeros son amigables – podía ver a esos tipos levantarse y acercarse, jugaría un poco más

-qué suerte tienes, alguien tan bello te visita – sonreía uno de los delincuentes que tenía un piercing en la nariz

-gracias por el halago – sonrió al hombre detrás de Reborn, y también al otro que lo empezaba a mirarlo de pies a cabeza, que asquerosa mirada lasciva – pero deberías dejar de verme como a un pedazo de carne

-si lo que los policías dicen es verdad – sonrió el segundo hombre – no deberías volver con él… pequeño, yo podría llevarte al cielo

-¿ustedes creen? – Lambo hizo una pequeña mueca debido al asco por esa proposición, que asquerosos tipos

-Lambo, no me provoques – amenazó Reborn pero podía escuchar las obscenidades que murmuraban sus compañeros, al parecer ya tenía con quien desquitarse

-chicos, ¿me harían un favor? – usó un toque suave dirigiéndose a los demás – ¿lo ayudarían a quitarse el enojo?

-con gusto… por ese lindo trasero, lo… – el desafortunado no pudo terminar de hablar, porque Reborn había golpeado el estómago del tipo hasta lanzarlo lejos, el otro sujeto terminó con el rostro entre las rejas, Lambo se reía mientras observaba al otro tipo querer acercarse por la espalda del azabache de patillas, quien golpeaba al de la perforación contra el metal…

-cariño~ – Lambo se acercó hasta que llamó la atención del sujeto, estiró el brazo hasta agarrarlo y… – atacar a traición… es despreciable, imbécil – lo miró con furia mientras tiraba con fuerza hasta golpearlo contra las rejas – querido~ por desgraciado… te pudrirás en la cárcel – lo golpeó con el puño cerrado, viéndolo caer sosteniéndose la nariz

-así que mi prometido me defiende – gruñó Reborn alejando al par de sujetos, bastó con una mirada amenazante para que los otros entendieran que el “compañero silencioso” era más aterrador que cualquiera que hayan conocido – vuelvan a mirar a MI PAREJA y les sacaré los ojos

-yare, yare, al menos se te bajaron las energías malignas – sonrió el ojiverde mientras se sobaba la muñeca, necesitaba cuidar sus manos, eran su fuente de trabajo – ese tipo tiene la cabeza dura – se quejó sin darse cuenta que se acercó mucho a las rejas

-has sido muy osado – atrajo al menor hasta tenerlo de frente, apretó aquella cadera con fuerza, lo aprisionó en contra de las barras metálicas hasta que sus respiraciones se mezclaban – no te perdonaré esto

-Reborn, cariño~, recuerda que no me puedes hacer daño o nunca te soltarán – se burló mientras se alejaba – aun me duele el rostro y tengo el labio un poco hinchado

-me hiciste perder los estribos… ese era tu plan, así que no te quejes

-te sacaré de aquí si respetas mi libertad, yo decido si estudiar o no, yo decido si trabajo, yo decido si acepto el matrimonio o lo sigo posponiendo – soltó todo de golpe, el jueguecito se iba a complicar si seguía

-¿acaso no sabes que en un matrimonio se discuten las cosas? – sonrió al ver la mueca de dolor que Lambo tenía  al tocarse el labio

-no estamos casados… así que  me avisas cuando te decidas

-acepto las condiciones, excepto la de dejar de estudiar, quiero que lo reconsideres

-lo reconsideraré pero no aceptaré volver a la facultad – Lambo sonrió mientras se encaminaba a la salida – espera, les diré que no pondré denuncia y que ya lo arreglamos… una cosa más – se detuvo de repente sin mirar al mayor

-que quieres – suspiró fastidiado

-si me ocultas algo grave, jamás te lo perdonaré – sonrió mientras seguía caminando – no quiero salir lastimado al final, evítame problemas

-¿y qué hay de ti?

-no te oculto nada grave – Lambo salió de allí a paso tranquilo – llegado el momento… te lo diré – fue un susurro para sí mismo, todavía tenía que resolver un par de cosas

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

¿Qué opinan?

Yo me enamoré de los "kora" de Coli Neli, es hermoso el rubio 

Bueno, tal vez tengan muchas dudas pero es normal, de todas formas pueden decirme sus inquietudes 

Debo disculparme por la demora, pero necesitaba escribir al menos tres capítulos porque no estaba segura de como iba a empezar a arreglar  algunas cosas y destruir otras, pero ya se irán enterando den los siguientes capítulos (aclaro que no los publicaré todos de golpe porque todavía no termino el lemon (y ese es todo el spoiler que daré XD) veremos como salen las cosas)

Creo que exageré en algunas partes, pero como es un fic ¡exageremos con gusto!  XD 

Cualquier duda, reclamo, crítica, sugerencia, pueden dejarlo en un review y los contesto con gusto

Me despido, muchos besos~

bye-bye~

 

*se escapa*


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