Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Anhelando la lejanía por 1827kratSN

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi a todos~

Waaaaaaa yo no pensaba actualizar hasta la siguiente semana pero bueno, las cosas salieron a mi favor y aquí les dejo el siguiente capítulo de esta historia 

 

Antes de empezar les diré algo, aquí inicia el desmadre jajajajaja, veamos si puedo emocionarlas de alguna forma, llorar, reír, enojarse, odiar, pues un poco de todo, creo que en esta ocasión es una mezcla, el capítulo me salió calmadito, más de lo que planeaba pero juzguen ustedes mismo

 

Por cierto casi lo olvido, ya se habrán dado cuenta pero igual les comento, no respeto edades, ni posiciones de los personajes originales de KHR, los tomo y ubico según la conveniencia de la historia, espero que no se molesten mucho por eso 

 

PD: ¿alguien quería saber el sencillo trabajo de Lambo con Lancia?

 

 

 

 

Los dos días de paz se terminaron, de nuevo su jefe le otorgó la tarea de servir las mesas, se puso su traje correspondiente, a pesar que todavía llevaba los vendajes en su cuello por causa de ciertos chupetones aun visibles, su apariencia estaba mejor, con una sonrisa empezó su trabajo, los clientes habituales lo saludaron, tratando de averiguar que sucedió para que tenga heridas vendadas, el joven ojiverde solo contestaba “fue un asalto”. Era normal que Lambo sirviera cada pedido con una sonrisa, un halago de la belleza juvenil hacía que las señoritas suspiraran o que hombres trataran de saber más de él… Lambo los evitaba sutilmente pero se reía también, ya que el acoso no era solamente suyo sino también de Tsuna, quien producía reacciones parecidas, todavía recordaba lo duro que fue para ambos empezar en ese trabajo, soportar a los clientes que intentaban conquistarlos, al menos con el tiempo lograron sobrellevarlo y hasta sacar provecho de la situación, logrando que consumieran el menú exclusivo de cada día, Tsuna tenía el aura inocente, podía ser torpe en ocasiones pero para muchos era un encanto que apreciaban

 

El trabajo era duro, todo el día colaborando en el local era difícil, al menos para Lambo era sólo hasta que empezara la universidad de nuevo, aunque… debía pensarlo porque existía una oferta que analizar, pero eso lo resolvería después, por ahora se concentraba en la mesa tres que constaba de cuatro muchachas de secundaria, llevaba sus pedidos en una bandeja amplia, estaba terminando de colocar todo, cuando alguien ingresó y su buen humor desapareció

 

-Bienvenido, en seguida lo atenderemos – sonrió forzosamente mientras admiraba a aquel hombre quitarse el abrigo debido al cálido ambiente de la cafetería, cabellera negra y unas hermosas patillas que atraían miradas

-hazlo con rapidez, quiero lo de siempre – sonrió descaradamente mientras el ojiverde se retiraba para seguir con su trabajo

-maldición – masculló irritado, Lambo estaba feliz ya que pensó que sería un día tranquilo pero no… ¡la vida lo odiaba a veces! Tuvo que servirle ya que sabía que no lo dejaría en paz, llevándole la taza de capuchino bien preparado, sonrió al entregarle el pedido – ¿desea algo más?

-a ti – sonrió ante el ceño fruncido de Lambo – pero me conformo con tu sonrisa… por ahora

-disfrute su café y… lárguese, me está incomodando – susurró antes de dar una reverencia y seguir, maldito fuese ese tipo

-¿quieres que  te ayude con él? – Tsuna como siempre, a pesar de lo intimidado que se sentía con la sola presencia de Reborn, quiso ayudar pero como buen amigo Lambo lo rechazó, ya sabría cómo lidiar con ello

 

 

Aunque… no tuvo que pedir mucho para liberarse del estrés de tener a Reborn como cliente, bastó una pequeña visita en la cafetería como para aplacar cualquier energía negativa, la razón… sus pequeños, apenas ingresaron el  grito de Fuuta y Fon “oto-chan” fue el detonante para que Lambo dejara todo de lado y atendiera a los recién llegados, incluso se le olvidó que el azabache acosador estaba a unas cuantas mesas, besó en la frente a cada uno de sus hijos, besó la mejilla de I-pin, solía hacerlo porque generalmente sus clientes se quedaban observando, así mataba dos pájaros de un tiro, alejaba a los pretendientes de I-pin y a sus propios pretendientes, además de que algunas personas se derretían con la dulce escena de “familia feliz”, a su jefe le gustaba ese ambiente así que no había problema, su familia lo visitaba al menos una vez por semana, incluso el dueño salía a conversar un poco con los niños e I-pin hasta que Lambo se desocupara de sus tareas. Reborn por su parte al verse ignorando y siendo consciente de su batalla perdida mientras la adoración de Lambo estuviera en el local, se retiró sin causar problemas, aunque decidió que desde ese día, su rutina sería visitar una vez al día la cafetería y platicar un poco con Lambo, al menos intentarlo porque el menor no estaba dispuesto a ponerle atención

 

 

Lambo pidió permiso para al siguiente día llegar al horario de la tarde, ya que era la tormentosa fecha de entrega, debía cumplir, esa tarde era fría y salía como de costumbre platicando con Tsuna, enterándose de lo bien que progresaba la relación de su amigo con ese callado policía, bueno al menos para el menor  era callado ya que el castaño solía decirle que era una persona bastante culta y sabía de todo un poco

 

-¿Ya no has tenido problemas con los Yakuza? – sentía que debía preguntar porque después de todo también estaba enredado en ese asunto

-me siguen acosando por teléfono – respondió Tsuna con un suspiro – pero no me han perseguido y espero que esto siga así

-debes tener cuidado

-es más sencillo ya que Hibari me espera en la estación cerca de mi casa

-uy~ eso me suena a un romance, con mucho cariño y sin malas intenciones –se burló Lambo mientras trazaba corazoncitos en el aire – pero es mejor así

-Hibari-san es atento y me trata muy bien – un sonrojo invadió las mejillas del castaño que ignoraba las burlas de su compañero

-yare, yare me alegro por ti – podía ver las expresiones de Tsuna, le recordaba a sí mismo cuando tenía 15 años

-¿y tú?… ¿tu hermano te ha molestado de nuevo? O ¿el acosador te está persiguiendo? – cambió su actitud de repente, esos asuntos eran delicados

-pues mi acosador ya lo has visto en la cafetería, no hay que hablar de él… a veces creo que es inofensivo – sonaba raro pero Reborn no lo obligaba a hacer cosas que no quería así que podía tolerarlo – y en cuanto a mi hermano, pues… mañana lo veré… a ver si me deja en paz

-¿quieres que vaya contigo?

-no hay problema, I-pin irá conmigo, además tengo cosas que resolver con él, seguramente se larga un  tiempo – le restó importancia al asunto, tampoco se iba a martirizar con eso

-¿estás seguro?

-sí, no hay problema, lo conozco, cuanto tenga lo que quiere se irá

-creo que estaré ansioso hasta ver que llegues a salvo al trabajo

-yare, yare tu tranquilo y yo pues…. Me prepararé un té para calmarme antes del gran día – el menor sonrió como si hablara de una rutina diaria pero se guardaba sus preocupaciones para sí mismo

-¿tan mal te llevas con tu hermano? – la verdad no lograba comprender eso, el castaño se llevaba muy bien con su hermano Giotto

-pésimo, diría yo, desde que lo descubrí… nos hemos peleado como perros y gatos, la razón de las peleas siempre han sido I-pin y mis hijos, no tiene idea del daño que me hace con eso

-¿y se aprovecha de todo? – vio a su amigo asentir, podía claramente percibir el dolor en su expresión – bueno espero que al menos todo salga bien

-gracias… nos veremos mañana Tsuna – se despidió de un preocupado castaño que se dirigía a la estación de siempre, el solo caminó despacio, apreciando el frio de la tarde, antes de ir a casa necesitaba… pedir un favor

 

 

El transporte era su mayor problema, tenía que ir muy al sur, necesitaba un medio con el que escapar si fuese necesario, sabía bien cuál es, no podía conducir un auto, pero podía conducir otra cosa, así que con el típico “Coli Neli” se adentró a aquella casa y se lanzó sobre un rubio que distraído al conversar con su aprendiz ni se fijó en el recién llegado, cayó estrepitosamente provocando la risa de Lambo y Basil, una broma para matar el hielo, al final una motocicleta estaba parqueada en el patio de la casa de los Bovino, una sencilla pero potente que los ayudaría en lo necesario. Las especificaciones del mensaje contenían dirección, fecha y condiciones, mitad en efectivo, la otra mitad en un cheque a nombre de Lampo, típico de un estafador, sabían bien que era una trampa o algo por el estilo, todo sonaba y se veía sospechoso pero no había otra forma de hacer las cosas, solamente luchar

 

 

 

 

Fría su mañana, dulce su regreso…

 

 

 

 

-¿estás lista? – la muchacha se había tomado el trabajo de preparar todo el día anterior, dejó a los niños con sus abuelos y se excusaron en ir a arreglar unos problemas en el banco

-sí, vamos ya – con una maleta en mano y vestidos de manera casual, ambos con jeans, suéteres, abrigados debido al frio que todavía se sentía debido a la nieve de la época, partieron en la motocicleta, primero al banco, como si fuera un retiro normal, claro que tardaron un rato hasta que el dinero fuese dado, después encaminados a la dirección, calmados como si de un paseo se tratara, se tomaron su tiempo, I-pin iba sentada detrás de Lambo que conducía con cuidado, ella apretaba su abrazo debido a los nervios por ver a su esposo, al menos legalmente todavía lo era, preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de suceder, fue un camino largo, las residencias se perdían a la vista, era una casa alejada de todo, se veía descuidada  pero tenía evidencia de tener gente dentro, el humo de la chimenea era  notorio

 

 

-dime – apenas se estacionaron, el teléfono de Lambo sonó, odiaba sentirse vigilado pero era normal, Lampo era muy precavido, pudo ver movimiento en las cortinas del segundo piso – y deja de esconderte

-solo quiero uno adentro de la casa, sea quien sea, lo veo dentro en cinco minutos, la sala está a la derecha – la llamada se cortó de inmediato

-maldito imbécil – gruñó mientras tomaba la maleta – bueno I-pin…

-yo iré – le quitó la maleta a Lambo sin darle la oportunidad a replicar, se encaminó hacia la casa, había escuchado las órdenes, no estaba dispuesta a dejar esa oportunidad pasar

-¡maldición!... I-pin espera, no dejaré que tú… – bien se descuidó unos segundos y esto pasaba

-no te escucho Lambo~ - canturreó acelerando el paso

-maldición, no seas terca, sabes que es peligroso – presuroso la alcanzó

-¡no soy débil!

-lo sé pero no quiero que te haga nada

-y yo quiero que termines de recuperarte de esas lesiones – le apuntó al rostro, el labio partido, le golpeó las costillas viendo a Lambo retorcerse un poco por el dolor

-demonios, puedo soportar esto y más, no dejaré que entres

-pues intenta detenerme – dijo mientras pateaba la parte posterior de la rodilla y hacía que Lambo perdiese el equilibrio hasta caer

-¡I-pin, espera! – intentó detenerla pero para cuando logró levantarse, ella ya estaba cruzando la puerta de entrada – ¡maldita sea! – se quejó mientras pateaba la nieve acumulada a su alrededor, odiaba cuando la pelinegra se ponía en el plan de “combativa” ¿acaso no entendía que solo quería protegerla del maldito de Lampo?

 

 

 

 

Solo una madre puede dar su percepción…

 

 

 

 

 

Me daba un poco de pena hacerle eso a Lambo pero necesitaba cuidarlo también, ingresé despacio pues el valor se me fue del cuerpo al cerrar la puerta de la entrada, ¿temor? No le tenía miedo a Lampo, le tenía miedo a las cosas que le puede hacer a mi familia, pero ya no había vuelta atrás, mis piernas me temblaron pero respiré profundo para controlarme, ingresé a esa sala, solo habían dos sillas y dejé en una de ellas, la bolsa con el dinero en efectivo, suspiré mientras escuchaba los pasos ingresar en la sala detrás de mi

-pensé que el idiota de mi hermano menor sería el que ingresaría – su voz me daba rabia, me engañó desde un principio, fingió ser un buen hombre, me enamoré de una mentira y ahora que se quitó la máscara, solo podía sentir asco de ese tipo enfrente de mí

-ya ves que soy yo la que te enfrenta – el dolor de su abandono marcó mi vida, sin Lambo a mi lado jamás lo hubiese logrado superar, mi hijo fue lo único bueno que saqué de ese horrible error, incluso mi familia me rechazó completamente, un hombre que me llevaba diez años, al que me entregué pensando que era el amor de mi vida, ¿cómo pude ser tan tonta?

-había olvidado lo decidida que eres, pero en el fondo eres débil – esa sonrisa divertida, retorcida, ¿cómo pude confiar en él? no vi la maldad en su alma y me perdí en el supuesto amor que me profesó… aunque del que realmente me enamoré desde el principio, fue de Fuuta, que en ese tiempo había sido abandonado por su madre o al menos eso pensábamos pues en el juicio eso se decía, siempre me pregunté qué fue lo que ese tipo le hizo a  Rosalía para que huyera dejando al pequeño

-después de superar lo que me hiciste, esa debilidad desapareció

-no me interesa querida – me guiñó un ojo y sentí una punzada en el pecho – aunque si quieres podemos llegar a un acuerdo, mi dulce esposa

-aquí tienes el dinero – tomé la maleta y se la lancé, cayó a sus pies – cuéntalo si quieres

-que ruda, pero confío en ustedes, saben que si no está completo me vengaré y eso no les conviene – recuerdos de mi matrimonio pasajero llegaron a mi mente, en verdad me engañó tan fácil

-el cheque, tómalo, está en el bolsillo derecho de la maleta – mantuve mi calma, lo vi con rabia contenida, quería abofetearlo

-ya dije que confío en ustedes – me sonrió, pateó la maleta a un lado y se concentró en mí, sus pasos lo traían cada vez más cerca – tienes algo que preguntarme, hazlo de una vez… querida

-deja de llamarme así – le protesté y sentirlo cerca me puso la piel de gallina – ya no soy nada tuyo, lo único que nos une es Fuuta y Fon

-Fuuta es mi hijo, no tiene tu sangre – maldito imbécil, quién vio crecer a mi pequeño fui yo

-lo adopté en el momento que me casé contigo

-eso me gustaba de ti, tu gran corazón y la inocencia que tienes, eso hizo que engañarte fuese fácil, conseguí a alguien que me cuide de mi hijo y que a la vez me de otro heredero – la burla en sus palabras me torturaban, solo fui una especie de empleada para él

-¿por qué quieres quitármelos? – me alejé de Lampo cuando quiso acariciar mi cabello – ¿qué motivo tienes?

-son mi fuente de ingreso – su sonrisa burlona me dio mala espina – mientras ellos existan  ustedes son manipulables

-¿por qué demonios quieres tanto dinero? era imposible que consiguiéramos eso y te los llevarías…

-había dos opciones – me sonrió  – si no me lo entregaban, me llevaba a los niños, habría un juicio que yo ganaría y… tenía planes – ¿planes? ¿Qué tipo de planes involucraban un par de pequeños?

-¿ibas a engañar a otra mujer? – fue lo que me hizo a mí, tal vez le funcionaría de nuevo

-quien sabe… pero me sorprende que consiguieran esta cantidad – observamos la maleta que reposaba en el lugar – ¿qué cosa inmunda hicieron?

-que te importa, ya tienes todo así que no te quejes – noté el enfado en Lampo, aunque no entendía cuál era la razón

-por el dolor en tu mirada, deduzco que fue Lambo quien se sacrificó – en su voz había rabia, ¿qué demonios pensaba?

-somos una familia, lo conseguimos juntos

-te propongo una cosa – cambió su semblante a uno más calmado

-¿Qué?

-algo que nos beneficia a ambos – se me acercó hasta que pudo susurrar en mi oído – ven conmigo

-¡aléjate! – me tomó  de mis cabellos acércame hacia él – suéltame – sentí su aliento en mi mejilla

-querida eres mi esposa, aún tengo derechos sobre ti – ¡que se joda!

-me das asco – pero nada pude hacer, intenté separarme pero él… ¿me besó?… ¡EL MUY MALDITO ME BESABA! Podía sentir como mordía mis labios, el asco me invadió lo empujé con las fuerzas ganadas en este tiempo… la abofeteé – ¡maldito imbécil!

-que ruda – me volvió a tomar entre sus brazos, en un agarre doloroso que me punzó la piel, intenté zafarme, me removí desesperada como gusano, intentó meter su lengua en mi boca y yo… accedí, sonreí pues el muy maldito quiso que le respondiera a ese beso pero yo… lo mordí ¡TOMA ESO RATA ASQUEROSA!  Lo mordí fuerte, hasta que sentí como tiraba de mis cabellos y del dolor, lo solté – maldita…. Maldita sea – retrocedió adolorido y yo solo me reí

-eso te ganas por tratar de robarme un beso, idiota – me limpié los labios –  iugh

-te enseñaré – lo vi acercase para golpearme, ya lo había hecho antes así que no me sorprendió, dejé que me abofeteara un par de veces, así un poco más del rencor que tenía, crecería – ¡maldita zorra!

-¡infeliz asqueroso! – me separé un par de pasos mientras lo veía acercarse con furia, pero yo… podía defenderme sola – ¡hey!… pon atención – lo pateé en el estómago con fuerza, con mi puño acerté a sus costillas, un par de bofetadas lo hizo retroceder hasta golpearse con la pared

-demonios – se quejó y yo… solo estaba empezando ¡le iba a enseñar a respetarme!

-lo hubieses pensado antes – traté de acercarme pero alguien me abrazó por la espalda deteniéndome, luché por zafarme pero era fuerte, grité furiosa, ¡dos contra uno era injusto! – ¡SUÉLTAME! – pero me calmé al escuchar la voz de quien me sujetaba

-yare, yare… cálmate – la voz de Lambo me detuvo – Dios, sabía que te pondrías agresiva – se reía bajito y yo me detuve, ya no forcejeaba – tranquila… pero a veces te pasas de la raya

-ustedes dos son tal para cual – Lampo se paró mostrando su rabia en una mueca retorcida

-¿acaso no sabías que tu esposa practicaba karate y fue muy buena cuando estaba en la secundaria? – Lambo se reía y yo lo acompañé, eso parecía broma

-joder… sí que golpea fuerte – se quejó Lampo ¡maldito, acaso creías que me iba a quedar así! – me tendría que vengar de ustedes

-ya tienes el dinero, déjanos en paz – Lambo me detenía porque yo era capaz de…

-¿a quién creen que me llevaré primero?

-tienes el dinero, ya basta – me desesperé por saber que Lampo estaba furioso, yo solo podía pensar en mis hijos…

-I-pin, vámonos – Lambo me empujó a la salida – Lampo… cumple con lo acordado, los niños son nuestros

-¿y quien me paga los golpes? – ahora estaba arrepentida ¡en que lío nos metí!

-yare, yare desquítate conmigo un día de estos – vi a Lambo y golpeé su hombro, ¿qué demonios decía? él solo me ignoró – golpéame la siguiente vez, no me defenderé, no me importa que me hagas… solo deja en paz a mi familia  

-que buen padre – se burló Lampo – tomaré tu palabra, pero por ahora están en paz

-vámonos I-pin – me cubrió la boca para que no protestara y yo lo mordí, estaba enfadada, necesitaba liberar un poco de enfado

-Lampo… ¡eres un idiota! – le grité a mi esposo pero en seguida me callé porque ¡Lambo me cargó en su hombro! – oye… ¡qué haces!... ¡Bájame!

-Si te suelto armaras lio, I-pin, deja esto como está – veía el piso moverse lo que me daba la idea de que Lambo me sacaba de ahí, yo solo observaba a Lampo reírse al verme así, le mostré el dedo del medio como una obscenidad ya que no podía hacer nada mas – deja de mostrar obscenidades, ¿qué pensaran nuestros hijos si les cuento que su madre es vulgar cuando se enoja? – ni siquiera me estaba mirado y ya sabía lo que yo hacía, Lambo me conocía mejor que nadie

-oye bájame – le reclamé cuando vi la nieve, el paso de Lambo era rápido, estaba desesperado por irse – puedo caminar

-súbete y no reclames I-pin – vi el temor en sus ojos, chasqueé la lengua con enfado

-pero demonios

-Lampo no está solo, corremos riesgo, súbete y no reclames – me sorprendí por las palabras de mi amigo y seguí sus órdenes – nos metimos en un juego extraño, solo súbete y esperemos que nos deje en paz por un largo tiempo

-te golpeará – de pronto me sentí culpable, yo solo quise protegerlo pero acabé empeorando las cosas

-no me importa – se puso el casco y tuve que apresurarme para agarrarme de Lambo y sentir el arranque de la motocicleta, creo que puse las cosas de cabeza, a veces podía ser impulsiva… creo que metí la pata pero… ¡qué bien se siente desquitarse!

 

 

 

 

Obscuridad…

 

 

 

Dentro de esa casa en ruinas, Lampo subía la maleta hasta el segundo piso, riéndose todavía pues olvidó que I-pin no era inofensiva, la había subestimado y ahora su lengua le pulsaba un poco, alguien más se reía como loco en la parte de arriba, un hombre alto con cabellera larga y un tanto rizada estaba en el piso, retorciéndose entre carcajadas

-¡cállate Jager! – amenazó Lampo abriendo la maleta y mostrando el contenido, mucho dinero, era verdad

-pero esa mujer… por Dios que linda es… pero que maldita también, ¿te duele? – se burlaba mientras todavía se reía

-te golpearé si no te callas – gruñó enfadado

-lo siento pero jamás te vi tan sorprendido

-olvidé que es capaz de todo cuando se enfada – esos detalles se le escaparon al peliverde

-que linda mujer por Dios – dijo Jager con lujuria y tono asqueroso

-¡silencio!... ¿tienes lo que dije?

-míralo por ti mismo – de pronto se calló mientras tecleaba algo en la laptop que tenía

-que bien – ambos hombres se sentaron a ver una grabación, instalaron cámaras en tres sitios, 2 en la sala, la salida, y las escaleras – enfócalo

-me sorprendí al ver a ese chico – sonrió el pelinegro mientras tecleaba algo y mostraba una grabación en donde Lambo aparecía – es idéntico a ti pero más atractivo, sin ese cabello verdoso y sin gracia

-¡cállate imbécil! – le golpeó la cabeza pero el otro se reía un poco más

-¿Qué?… el chico es fino, a pesar de esas vendas y heridas, es hermoso – susurró con voz ronca

-es doncel, es normal que sea más fino que yo, las facciones delicadas le dan un toque bastante atractivo y seguramente a él le gustará

-esta obsesionado con las descripciones de Lambo, ahora que lo verá en persona será mejor aun

-manda eso al jefe y en cuanto recibas la orden, actuaremos de inmediato

-a la orden querido y magullado Lampo – sonrió mientras observaba la captura de pantalla, Lambo se mostraba de frente, su rostro en un buen ángulo, la cabellera larga, rizada a los lados, la piel clara opacada por la herida en su labio, la mirada verdosa e intensa, la sonrisa de medio lado, que en un instante mostró ante la diversión de ver a su hermano mayor golpeado – sobre todo magullado – se carcajeó nuevamente

-hijo de puta – le insultó al otro mientras empezaba a contar el dinero

 

 

 

 

Algo traman, algo… malo… solo el tiempo lo dirá…

 

 

 

 

 

En casa, Lampo se recostó en el suelo de la entrada, I-pin se recostó a su lado, habían sido muchas cosas en un solo día, apenas pasaba la hora del almuerzo, pero terminó su martirio… por ahora, se reían cómplices de lo sucedido, se discutían cada uno su forma de actuar, pero si Lambo no hubiese presentido lo que su amiga haría, hubiesen terminado con un Lampo furioso que juraría vengarse, o en una situación mucho peor, borraron ese hecho de sus mentes mientras felices cargaban a sus pequeños para jugar mientras la mayor de la casa ponía los platos para comer todos juntos, ellos eran una familia unida… querían que todo siguiese así

 

Ya con un alivio en sus vidas regresaron a su normalidad diaria, al menos hasta que algo malo sucediese podrían respirar en paz y disfrutar su último día del año, la limpieza tradicional de la casa, la cena hogareña, los abrazos a mitad de la noche, recostar a los pequeños que rendidos cedieron al sueño, el padre y madre agotados decidieron quedarse en casa ese año, por el contrario de los dos adultos, que deseando rezar por la prosperidad de su hogar, se alistaron para caminar hacia el templo, orar era la única forma en que al menos podían tener esperanzas de tener un año sin contratiempos, I-pin tomaba el brazo del ojiverde quien sonriendo empezaba a planear lo que en nuevo año se haría “I-pin… dejaré de estudiar” casi cuando llegaban al templo decidió hablar, sabía que no iba a ser bien visto por la pelinegra pero aun así era algo que ya decidió “yare, yare sabes que es lo correcto, además mi jefe abrirá una nueva sucursal, cuando termine este ciclo en la universidad abandonaré todo, una jornada completa de trabajo nos dará los recursos necesarios… ya lo decidí” a pesar de todo ambos sabían que algún día todo terminaría de esa manera, era triste, pero teniendo una familia grande debían priorizarla por sobre todas las cosas “es una lástima, en verdad eras bueno en lo que hacías… pero si ya lo has decidido, te apoyaré” juntos se encontraron entonces allí, rezando, el frio les molestaba un poco pero estaban felices de terminar un año más, habría cambios buenos y malos también pero si lograban estar unidos podrían aguantar todo

 

 

 

 

El último día del año era especial, debían dejar todo saldado para poder trazarse un nuevo sendero, para Reborn eso significaría tomar lo que le pertenece y alejar lo que le estorba, debía empezar por el par de escorias en su casa, así que ya enfadado por la visita que se extendió, echó a su hermano mayor a la calle junto con las pertenencias que había traído para la estadía, un peliblanco se reía sonoramente al ver la furia de su jefe al discutir con su hermano menor, Reborn sólo soltó un “ya cumplí con mi parte, mi madre descansará en paz, ahora el primogénito debe hacerse responsable… vete a Italia, junto al viejo pueden manejar todo, ya no tienen escusas para mantenerme ahí” el azabache de patillas se sintió dichoso al liberarse de las molestias, ahora podía arreglar su hogar en paz, mantenía una sonrisa ya que planeaba empezar con su tarea esa misma noche, con la señal del nuevo año, iría al templo, con seguridad encontraría a Lambo allí, después de todo… ese mocoso era un poco tradicional. Así fue como a paso lento transitó el sendero al templo, observaba a las familias tomar la misma ruta, parejas con sus hijos, hermanos jugando y riéndose, ancianos que de la mano caminaban, para alguien como Reborn eso era algo impensable hasta hace unos meses… no supo por qué pero cuando intentó por centésima vez encontrar a alguien que reemplazara el recuerdo de su exalumno, tuvo una especie de revelación “nadie se parece a él” sonaría muy cursi, ¡Y si alguien lo había escuchado moriría en ese mismo instante!... pero era como una maldición, para aliviar su molestia con ese asunto solo tenía que tener a Lambo bajo su dominio, el mocoso debía prepararse puesto que no lo iba a dejar escapar, ya probó el futo prohibido y le gustó demasiado como para no buscar ese éxtasis de nuevo

 

 

Lo vio allí, entre la multitud, a su lado estaba esa chica, también fue su alumna así que la reconocía, le daba rabia porque de verdad parecían una pareja de casados, si ese hubiese sido el caso, no dudaría un segundo en romper con eso, porque la vaca estúpida era suya y de nadie más, los vio orar, sonreírse mutuamente al terminar, quería interponerse entre tanto asqueroso romanticismo

-Reborn-sensei – la voz de I-pin fue seria y se puso tan tensa como Lambo, que a su lado no podía creer que su año empezara de esa forma  

-Mis mejores deseos para ustedes y su familia – sonrió el azabache de patillas de medio lado, arrogante como siempre

-¿se puede saber qué hace aquí? – en seguida Lambo se alteró, ya había tenido suficiente de todo esa mierda

-rezar como todo el mundo – era lo más normal en Japón, hasta la pregunta era estúpida

-mis mejores deseos – sonrió la chica mientras tiraba del brazo de Lambo – me disculpa pero debemos regresar a casa, nuestros hijos nos esperan

-desearía que me permitieses hablar con Lambo un rato – como todo un caballero no dudó en ser cordial y cortes

-yare, yare lo siento, pero la sola idea de charlar contigo me desagrada inmensamente – sonrió el ojiverde mientras se apartaba de allí junto con su amiga

-¿será difícil que tu familia me acepte? – habló Reborn antes de que ellos se alejaran mucho

-¿de qué hablas? – gruñó Lambo, ya se imaginaba todo el asunto, se giraron para enfrentarlo

-iré a pedir tu mano en matrimonio – habló con seriedad, disfrutó de ver como Lambo se golpeaba la frente y la chica abría sus ojos un poco más

-¿qué?… ¿es en serio? – se agitó I-pin zarandeando un poco a su amigo – ¿por qué no me lo dijiste? ¡Tonto! – hizo un leve puchero

-¡jamás aceptaré eso! – se quejó Lambo mientras se alejaba de su amiga quien actuaba raro, como si disfrutara de aquella plática – deja de creerle a ese idiota – le regañó a la pelinegra

-lo sé, solo intentaba ser dramática – se reía I-pin mientras se daba vuelta para ver a su antiguo sensei – los siento sensei pero Lambo es el padre de mis hijos y no puedo cederlo a nadie

-no tienes influencia en nada – reclamó molesto al percibir la diversión de la chica – después de que les cuente a tus padres sobres “eso” y les diga que quiero hacerme responsable, no habrá nada que discutir

-estas muy equivocado – Lambo tomó seriedad – mis padres no caerán tan fácil, además ni creas que permitiré que los veas

-¿me estas retando? – contestó el azabache de patillas con un leve tic, estaba furioso, ese par todavía se comportaba como niños

-Reborn-san le diré algo – I-pin estaba molesta con su sensei, vio el sufrimiento de su amigo, era normal que ella también lo odiara – ya le comenté ese tema a mis padres – la sorpresa de los presentes hizo que la miraran – me han dicho que es algo que sucedió y nada más, respetarán la decisión de Lambo por sobre todas las cosas, si él no quiere casarse, no lo hará, nadie lo obligará, así que desperdicia tiempo y saliva si se atreve a aparecerse en mi hogar – terminó con una sonrisa y los otros permanecieron callados

-estas mintiendo I-pin – sonrió Reborn aunque la verdad no estaba seguro, la chica se veía tan tranquila que… todo sonaba en serio

-puede comprobarlo por usted mismo, pero le pido una cosa, llame antes de ir, con niños en casa debo arreglar un poco para no dar una mala impresión – sonrió mientras tiraba de Lambo que riéndose bajito la siguió sin protestar

-entonces solo me queda hacer que Lambo se rinda – la pareja de chicos se tensó pero no dejaron de caminar – prepárate mocoso

-demonios… dime que todo eso fue mentira – susurró a su amiga cuando estaban ya lejos del lugar

-claro… pero no sabía que más decir – Lambo no era el único buen actor, ella también aprendió un poco

-demonios, si en verdad va a casa yo… no sé qué haré con papá y mamá – de solo pensarlo ya se imaginaba todo el caos, sus padres lo obligarían a casarse ¡demonios, que alguien lo salve de eso!

-eso no pasará pero – sonrió con nerviosismo, podía sentir todavía la mirada molesta de su antiguo sensei – creo que lo obligué a que te acosara más

-yare, yare debo pagarte por eso – golpeó la frente de la chica con sus dedos hasta dejarle una marca roja – por ahora está bien así, pero si algo más pasa… debes ayudarme

-lo haré – se quejó acariciando su frente adolorida – pero debes prometer ser firme y no ceder

-no lo haré – se quejó mientras seguía su camino – no planeo hacerlo

-pero lo amas – ese asunto le preocupaba a I-pin, si ese sentimiento seguía las cosas podían cambiar de pronto

-igual me niego a quedarme con aquel tipo que me abandonó hace años, ¡que se vaya a la mierda!

-empezamos con el pie izquierdo – sonrió la chica y después soltó un suspiro, definitivamente nada empezó como deseaban

 

 

 

Como Lambo imaginó ahora su cliente favorito, era habitual, cierto azabache de patillas rizadas y atractivas atraía miradas en el local, el horario no era constante pero siempre estaba allí cuando el turno de Lambo se llevaba a cabo, es decir en las tardes porque Lambo necesitaba regresar a clases como normalmente hacía, le faltaba alrededor de un mes más para terminar ese ciclo, al finalizar el año nuevo marcaba el inicio de su rutinaria y agitada vida, muchas cosas habían cambiado en tan poco tiempo pero el peliverde trató de sobrellevarlo, eso incluía a que se acostumbró a las frasecitas en doble sentido de Reborn, las miradas lujuriosas, las caricias sutiles cuando le entregaba el pedido, verlo algunas veces en su camino a casa y aguantarle las pláticas, porque sabía que el maldito no se iba a rendir tan fácil, su orgullosa existencia no admitiría jamás un rechazo y Lambo estaba consciente de ello pero… era difícil, muy difícil resistir

 

 

Había veces en que las pláticas con Reborn eran agradables, el mayor incluso llegó a contarle la razón por la que se había ido, la muerte de una madre y el deber de hijo para ayudar a su familia con el negocio que heredaban de generación en generación, algo así como una cadena de tiendas, al menos eso parecía ser ya que Lambo escuchó varias veces términos como “negocios, ayudantes, proveedores, contratos, pactos, tarifas” no quiso saber mucho pero también se enteró que no se llevaba bien con su padre y por eso vivía en Japón, cosas como esa nunca lo platicaron el tiempo e que eran estudiante-maestro. Lambo empezaba a bajar la guardia consciente de que esa era la estrategia del otro… en ocasiones el hecho de que querían atarlo de por vida se le olvidaba, como en los días que le parecía gracioso lo celoso que podía ser el azabache, el ojiverde sonreía abiertamente cuando el mayor le reclamaba por tratar demasiado bien a ciertos clientes con malas intenciones, por otro lado Reborn estaba orgulloso de su progreso, hasta podía ver esas sonrisas semejantes a las que un adolescente solía brindarle, sabía que debía ser paciente, ya le habían dado consejos de cómo tratar al menor para que esa personalidad defensiva no se mostrara, alguien con un apodo muy curioso le había dado información valiosa de forma voluntaria, bueno si amenazarlo con un arma era considerado un método de convencimiento tradicional… dejando eso de lado, el azabache se mantenía vigilante pues aunque Lambo no se diera cuenta había muchos que intentaban propasarse, el otro camarero tenía también ese efecto imán para los pervertidos pero se cuidaban unos a otros, siempre pendiente de aquellos individuos asquerosos, ese mismo día alguien intentaba tocar los muslos del jovencito ojiverde, el castaño estaba ocupado en otra mesa así que no se fijó y claro, Reborn le lanzó al cretino un tenedor con una precisión envidiable, el atrevido cliente solo se quejó de dolor y tras insultar un par de veces se fue del establecimiento, la mirada asesina del azabache de patillas también ayudó  a ahuyentarlo

 

 

 

Ahora solo quedaba algo que a Reborn no le gustaba, era que uno de aquellos días cuando Lambo salía de su turno, alguien más lo esperaba, ese alguien era un desgraciado de nombre Lancia, o al menos eso escuchó, el ojiverde lo trataba con tanta amabilidad que la ira de Reborn crecía, esas sonrisas nerviosas, la cortesía del más alto, tratándolo como a una muñeca de porcelana, el hecho de que llevara al menor a comer algo lejos del local, la plática extensa que vio de lejos, la despedida con un beso en la mano, Lambo solo se sonrojó apenado y huyó en cuanto pudo, hizo que la sangre del acosador hirviera de rabia, lo único bueno que sacó ese día fue escuchar una plática de Lambo y Tsuna en la cafetería “iré a ver un amigo este fin de semana, es hora de visitarlo”

 

 

 

 

 

Aquellos ojos verdes miraban al cielo, desde su perspectiva nada era sencillo pero tampoco era imposible…  

 

 

 

 

 

 

La visita de Lancia-san no me sorprendió puesto que estaba pactada desde hace días, me ofreció un pequeño trabajo, fue tan insistente que terminé aceptando, no sé pero las palabras de ese hombre eran como un tranquilizante y el poder de convencimiento era absoluto, no por nada era un buen negociante, al menos así lo considero yo, ni modo, tendré que cumplir con lo acordado, un dinero extra nunca es malo, pero esta vez creo que será la última, al menos bajo esas condiciones, no me agradaba nada pero ya acepté y ahora estoy aquí en frente de su casa, mis manos me tiemblan un poco porque estoy consciente de lo que haré, como siempre Lancia-san me recibe con una sonrisa, su casa es cálida y me indica en donde debo cambiarme… yo solo trato de pensar en otra cosa mientras subo las escaleras, puedo escuchar el sonido de los otros en esa habitación… ¡estoy malditamente nervioso!

 

-puedes tomarte tu tiempo, esperaremos abajo – Lancia-san me sonríe emocionado y yo…

-claro Lancia-san, no demoraré tanto – le sonrío como puedo mientras lo veo desaparecer y darme privacidad, en verdad odiaba este trabajo por horas, pero que más me daba, ya no había vuelta atrás – demonios… – me quité mi abrigo, acomodé mis cosas en la cama que allí había, dudé un poco mientras me observaba en el espejo de cuerpo completo, mis heridas estaba  curadas por completo, así que mi piel estaba intacta nuevamente, cada prenda que me puse esa mañana fue arrojada a la cama, con cada una, un trozo de mi piel salía a flote, me daba cuenta de la inexistencia de moretones, no quise ver más cuando sentía la brisa tocar mi piel, me coloqué esa bata como en anteriores ocasiones, ordené mi ropa, mis manos me temblaban, tuve que respirar profundamente mientras salía de allí, el frio del suelo me dio dificultades, bajé con calma y Lancia-san me recibió

-vamos – me extendió su mano, dudé en tomarla pero al fin accedí dejando que me guiara, si algún Dios me escucha… ¡dame coraje para terminar esto!

-estoy bajo su cuidado – les dí una reverencia y reconocía a la mayoría del grupo, tal como dijo Lancia eran los mismos de la última vez, no podía creer lo que algunas personas estaban dispuestas a pagar solo por…

-en verdad estamos felices de tenerte de nuevo Lambo-san – uno de ellos habló por todos, me sorprendía lo formales que eran, dignas clases sociales creo, mujeres y hombres de diferentes edades… wow a ellos les debo mi valiosa paga, la misma que no es poca, al menos este trabajo rinde frutos – puedes tomar la posición de la última vez, nosotros esperamos con paciencia

-si… pero no la recuerdo bien – sonreí nervioso, la verdad era que si la recordaba pero la odiaba, ¡odiaba eso!

-te ayudaré – Lancia me mostró mi “altar de trabajo” como ellos solían llamarlo, estaban locos, adornada con una tela blanca, no sé exactamente que era, parecía una simple mesa pero no podía ver las patas, a eso se le sumaba que tenía escaleras por las que me era fácil subirme, un soporte ideal para que yo lograra tomar la posición deseada, al demonio, lo más difícil era… - puedes quitarte la bata, no te avergüences – me sonrió pero ¡eso era lo más difícil de todo!

-todavía es complicado aceptar esto, lo siento – y cómo no iba a ser complicado si... ¡ESTOY COMPLETAMENTE DESNUDO DEBAJO DE ESTA COSA!... mis mejillas me ardían y la mirada dulce de Lancia no ayudaba

-en verdad eres muy bello, por eso nos gusta pintarte – una chica me sonrió con sinceridad – recuerda que solo es una pintura artística, no te avergüences… además nos encargaremos de plasmar tu esencia en cada lienzo – suspiré profundamente mientras deshacía el nudo de la bata, sentirla deslizarse en mi piel ¡era horrendo!... las miradas, mis mejillas, mis nervios, mis palmas estaba sudando ¡porque a la gente adinerada le gustaba pintar gente desnuda!

-déjame, sostengo esto – ¡oh Dios! Podía sentir el frio en mi piel, ¡estaba completamente expuesto!... ¡CÓMO DIABLOS EMPECÉ A ACEPTAR ESTO! – Siéntate aquí – dejé de escuchar las órdenes, estaba demasiado concentrado en pensar que todos me miraban, que en cualquier otra cosa, lo único que tenía en claro era que me dolería aguantar esa posición por dos horas enteras, nada más que eso

-yare, yare ¿es necesario que… me quede así? – mi espalda se apoyaba en un acolchonado soporte para mi comodidad, mis manos eran mi base,  mis brazos me sostenían para que mi cuerpo no cayera hacia atrás, podía ver el blanco techo y solo sentía como las manos de Lancia colocaban mis piernas en la posición correcta, solo la punta de mis dedos tocaban la superficie una gradita que no sobrepasaba los veinte centímetros más abajo, mis piernas flexionadas un poco, una fina tela, casi transparente cubría mi intimidad ¡CÓMO SI ESA COSA TAPARA ALGO!... mi cuerpo formaba un especia de zigzag que era muy incómodo cabe mencionar porque mi trasero era el que soportaba todo mi maldito peso, en ese punto era mi centro de gravedad, sufría todo el daño durante esas dos horas, mis caderas me punzaban después de que terminara con mis horas de trabajo, debía mantenerme calmado y relajar uno de mis hombros para que descendiera un poco, flexionaba mi brazo un poco más hasta un ángulo que ellos decidían y yo lograba estirar un poco mi cuello dejando ver mis características corporales

-levanta tu quijada un poco, casi no se puede ver la manzana de adán – ¡cómo si eso importara! Con cada instrucción mi pose se volvía más y más incómoda, ¡RIQUILLOS DE MIERDA!... pero debo calmarme

-levanta un poco tu pecho, haz que tu espada se arquee… un poco más... ¡detente! – no sentía más que vergüenza y la maldita incomodad de esa posición, cerré los ojos mentalizándome que era un trabajo más, terminaría en un par de horas, Lancia acomodaba  mi cabello para que solo un mechón cayera en mi rostro – abre tus ojos, son verdaderas esmeraldas

-hasta parece un ángel – quería reírme por esa frase pero las miradas llenas de felicidad se mostraban, me incomodaban pero ya estaba ahí, así que más me valía aguantarme – empecemos entonces

-vamos todos, primero traten de captar su rostro que sabemos que sus brazos empezaran a temblar y eso será doloroso para Lambo-san –  Lancia era el maestro de todos los seis estudiantes de artes de la universidad más prestigiosa de Tokyo, que viajaban por placer para pintar en paz en sus días libres, usaban modelos diferentes y cuando yo fui presentado al grupo, desde un inicio se obsesionaron conmigo, no me quejo porque me pagan bien, aunque en un principio me gustaba más, ya que yo solía usar cualquier atuendo y posaba sosteniendo algún arpa, instrumento o algo más, ahí no me importaba la incomodidad  de las posiciones que me hacían adoptar, pero cuando más me pedían… ¡cómo diablos termine accediendo a posar desnudo!... o si, la respuesta era sencilla, Lampo quería dinero

-Lambo no suspires, te ves muy triste – me tensé mientras recordaba que debía mantener una sonrisa ligera, mentalizándome logré mostrar lo que ellos deseaban – kyaa que lindo – esa chica era graciosa

-traten de captar su mirada, Lambo no olvides, debes sentir esa felicidad, mentalízate – podía ver a Lancia-san trazar algo con los pinceles mientras me miraba sonriéndome de vez en cuando, controlaba mi rubor y pensaba en algo bonito… Fon cuando se reía, Fuuta cuando hacía un puchero, mis pequeños,  eso era mi motivación, era difícil a un principio pero… las miradas dejaban de incomodarme porque la concentración que despedían era tan firme que me volvía solo en una canasta de frutas que ellos imitaban, los minutos pasaban y sinceramente me aburría, al menos había música de fondo, mis brazos empezaban a temblarme, mis piernas aún no, ya que al menos tenían un soporte pero tenerlas flexionadas me incomodaba, mis dedos se me estaban entumeciendo, ahora que recordaba eso se llamaba pintura erótica o algo parecido… ni siquiera quería ver esos cuadros, o tal vez sí, solo quería ver que talentosos eran. No sé cuánto tiempo transcurrió pero tuve mi primer descanso, ya sentía la incomodidad en mis caderas y mis brazos, ¡cómo me dolía!... pero tuve que volver a posar

-¿puedes expresar tristeza? – me dijo uno de los chicos y yo solo asentí

-Lambo tiene un talento natural – Lancia me miraba emocionado – puede llorar si lo desea

-quiero verlo – yo solo les sonreía mientras contaba hasta diez y si, mis lágrimas brotaron

-sonríe – Lancia se enorgullecía con cada expresión que yo lograba, así que lo hice… no era difícil puesto que… – Lambo puede hacer las expresiones que deseen – paré de llorar limpiando mis lágrimas y volviendo a sonreír

-eso es impresionante – me sonrió uno de los alumnos

-yare, yare no es nada, estudié teatro unos meses, además es algo que puedo hacer – la realidad es que fingí estar feliz cuando me destrozaron el corazón, de algo me sirvió el sufrimiento que Reborn me causó, además también aprendí a soportar a Lampo. Dejando las explicaciones a un lado volvieron a su tarea, según me dijeron ya cumplíamos nuestra primera hora… me impresioné puesto que ni siquiera me fijé, debió ser porque estaba pensando en que iba a hacer en casa para…

-Así que en esto trabajabas – esa voz me dejó en shock unos minutos, me quedé allí sin moverme, pero la profundidad de aquel sonido, el tono de furia, ¡el mundo me odiaba! o ¿solo estaba delirando?

-¿usted, qué hace aquí? Es propiedad privada – no, no, no, no, NO, MALDITA SEA, ¡NO PODÍA SER VERDAD!

-¡responde maldita sea!, ¿en esto es en lo que trabajabas? – su tono de furia hizo que mis manos me temblaran y tuve que erguirme de mi posición, con terror me giré hasta encontrarme con esos ojos negros

-le ordeno que se vaya, no puede entrar así como así – Lancia, ¡no lo haga enojar más!

-la puerta estaba abierta – me miraba con furia, yo solo podía ver sin decir nada, Lancia intentaba echarlo y uno de los alumnos se me acercó para defenderme, supongo porque se interpuso cuando Reborn quiso acercarse a mi

-no es verdad, ¿cómo diablos entró? – Lancia estaba alterado, claro que lo estaba, odiaba que su clase fuera interrumpida, entonces logré reaccionar

-¡Lambo! ¡Nos vamos ahora! – lo podía ver pelear con Lancia y me asusté, localicé la bata e intenté pararme pero ¡me dolía todo! Mejor dicho, todo de mí estaba entumecido, olvidé ese detalle, así que ni bien puse un pie en el suelo perdí el equilibrio y caí, el duro suelo me recordó que el dolor debía ser mi mensajero por ese día

-¡demonios! – pero en seguida tenía a dos alumnos ayudándome, aunque no duró mucho cuando…

-a un lado, ¡no se atrevan a tocarlo! – reconocí la voz de Reborn cerca de mí y los alumnos cayeron a un lado, ¡estaba en problemas! – Póntelo – me ordenó, me tensé por la profundidad de su voz, no pude verlo ya que la bata ahora posaba en mi cabeza

-maldición, deja de ordenarme cosas – le dije pero mi tono era débil, solo podía apresurarme en ponerme esa cosa e ignorar el dolor en mis rodillas por la caída

-¿quién es usted? – furioso un alumno trató de enfrentar a Reborn y yo, apenas pude amarrar la cinta de la bata me levanté o intenté hacerlo…. ¡debía parar todo!

-si quieres mantener tu cara bonita tal y cómo está, mejor te alejas – hasta yo temblé ante esa amenaza y de pronto ya tenía a Reborn tirando de mi brazo para que me levantara

-maldición Reborn… DÉJAME – reuní el valor para enfrentarlo, me alejé dos pasos tratando de sostenerme de donde pude porque mis piernas no me respondían como debía ser, mis dedos me estaban punzando – ¿qué demonios haces aquí?

-salga de mi casa ahora – Lancia seguía en batalla, quería decirle que se detuviera porque si no…

-con gusto – apenas pude ver a Reborn cuando se agachó en frente de mí y me cargó en su hombro ¡QUE HUMILLACIÓN! – pero me llevo a este mocoso conmigo

-¿qué? ¡Oye suéltame! – protesté golpeándole la espalda y mi furia crecía, ¿quién se creía este imbécil?

-no eres nadie para llevártelo así – la chica trataba de acercarse pero podía percibir que tenía miedo

-es mi futuro esposo – gruñó Reborn y todos se quedaron callados… hasta yo… ¡pero que carajos estaba diciendo! – tengo todo el derecho sobre él, así que… a un lado idiota

-¿esposo? – Lancia estaba asombrado y yo… ¡aún más!

-¡BÁJAME REBORN! – lo golpeé varias veces con las fuerzas que mis cansados brazos me daban – maldita sea que me bajes, NO SOY NADA TUYO

-silencio – me llevaba a rastras, podía ver la confusión y un poco de terror en los alumnos, a Lancia siguiéndonos, yo odiaba sentirme débil así que empecé a golpearlo y patalear para que me soltara pero

-sabes que esa cosa que usas es demasiado corta, si te mueves así se subirá y todos podemos ver tu lindo trasero – ni bien Reborn terminó de decir eso, dejé mis piernas inmóviles, ¡que humillación! – así me gusta

-maldita sea bájame Reborn. Y que fue eso de que soy tu futuro esposo ¿eh? – me quejé golpeándolo con todas las fuerzas que tenía pero me callé al sentir la nalgada que me dio ¡QUE SE JODA ESE VEJETE! ¡CÓMO SE ATREVÍA!

-silencio o te daré más de esas

-maldito – le gruñí cuando reconocía la sala y los sillones cercanos, si creía que me iba a humillar más estaba demente – oye Reborn –golpeé su omoplato con mi codo y me erguí al verlo quejarse levemente, hice que mi cuerpo hiciera contrapeso y logré retroceder sin que él lograra agarrarme, caí encima del sofá de una manera brusca pero al fin me había zafado del agarre del maldito

-tienes talento pero, ni creas que escapas – huí de su agarre pero de nuevo caí al suelo, esto si me dejaría moretones

-¡Lambo! ¿Estás bien? – escuché a Lancia acercarse pero también escuché un golpe y a una de las chicas gritar ¡maldición esto se salió de control!

-llamaremos a la policía – amenazaron y ví la sonrisa maligna de mi acosador

-hagan lo que se les dé la gana – no podía pararme por más que quise, pero Reborn me ayudó, jalándome de forma brusca me llevó hasta las escaleras, incluso ignoraban mis insultos ¡esto no podía ponerse peor! – ¿dónde está tu ropa?... ¡habla!

-¡puedo ir solo, maldita sea! – intenté zafarme de su agarre pero él me pegó a su cuerpo abrazándome por la cintura

-si no haces lo que te digo soy capaz de tomar tu cuerpo aquí mismo – ese susurro me dio escalofríos

-no te atreverías

-pruébame – deslizó una de sus manos por mi pierna y… ¡ESTE MALDITO HABLABA EN SERIO Y YO NO TENÍA PUESTO NADA!

-está arriba – me separé de inmediato mientras observaba el pequeño lio en la sala, al parecer Lancia estaba sangrando,  ahí venía la culpa a mi alma ¡MALDITO REBORN!

-entonces vamos – me obligó a subir apresuradamente y llevarlo a la dichosa habitación, yo aguanté los  calambres en mis piernas debido al movimiento que en esas condiciones no podía hacer

-es aquí, me cambiaré y saldré de inme… - ni siquiera pude terminar porque me empujó dentro, apenas pude mantener mi equilibrio sosteniéndome de la pared más cercana, escuché el portazo y el cerrojo, la mirada furiosa de Reborn me lo decía todo

-maldita sea – susurré mientras  me recomponía – al menos date la vuelta, mis nervios se ponen de punta si me ves así

-ya he visto todo de ti, porque demonios te avergüenzas ahora – me mordí el labio inferior debido a la ira, nunca pensé pasar por algo así

-no estoy avergonzado – mentí, me sentía escudriñado por su maldita mirada y claro los recuerdos de aquella noche se aparecían en mi mente, justo en momentos inoportunos como este – estoy furioso… ¡cómo demonios pudiste hacer todo eso!

-¿por qué no me dijiste que te desnudabas para otros?

-no me mires con furia – lo amenacé mientras con rabia me quitaba la bata y rápidamente me colocaba mis bóxer y la camiseta que al menos me cubría los suficiente – es un trabajo, se llama arte…

-desnudos son desnudos, aquí y en china, mocoso… ¿acaso no sabes que solo yo puedo verte así? – se me acercó y sentí el peligro, retrocedí pero él me sujeto con fuerza besándome en el proceso, con rabia, mordió mis labios con fuerza, intenté apartarlo pero solo logré caerme en la cama

-demonios, es un trabajo y no hacía nada malo – la puerta sonaba y aproveché que Reborn fue a abrir para terminar de vestirme

-¿qué quieres? – vi a Lancia-san discutir con Reborn y yo con toda la rapidez que pude, me coloqué las prendas faltantes, ¡debía impedir una pelea!

-te dije que es mi prometido, ahora vete antes de que te parta la cara

-alguien tan agresivo no puede ser pareja de Lambo

-y no lo es – dije interponiéndome – ¡maldita sea Reborn!... no soy nada tuyo – lo empujé mientras me encaminaba a las escaleras seguido por Lancia – has arruinado mi vida una y otra vez

-espera mocoso – ni siquiera le puse atención, solo había una cosa que debía hacer

-Lancia-san y todos, en verdad lamento el alboroto – me incliné ante los que estaban en la sala y ante a Lancia, pero el dolor en mis caderas hizo que me tambaleara, cuando pensé que Lancia me ayudaba

-nos vamos – Reborn me cargaba como una princesa hacia la salida ¡cómo lo odiaba! – Y te callas

-NI LOCO – me removí hasta que me dejó caer en la nieve ¡maldito vejete! – mi... erda – me levanté como pude e intenté irme pero el otro solo me tomó de la muñeca y me arrastró con él, escuché los reclamos de Lancia pero ni bien me di cuenta fui arrojado dentro de un auto y Reborn cerraba la puerta con brusquedad – ¡déjame salir!

-ponte el maldito cinturón – ni bien terminó de decirlo ya había arrancado, me quedé todo el camino en silencio pues mis brazos aun me cosquilleaban,  mis rodillas me punzaban, pero el ni siquiera me miró, el enfado lo podía notar pero él no tenía por qué decirme nada, era mi trabajo y yo no hice nada malo, era puro arte, nada más, cuando el auto paró, quise huir pero claro nada sería tan fácil – explícame porque demonios hiciste eso

-que te importa – los seguros puestos y yo sin escapatoria, me quité el cinturón e intenté enfrentarlo pero Reborn con un par de movimientos hizo que el asiento cediera hacia atrás, terminé recostado y con el maldito encima de mí, sujetando mis muñecas por encima de mi cabeza ¡demonios, debía salir de ahí!

-me importa mucho… jamás volverás a hacer eso mientras yo esté aquí

-mi cuerpo, mi decisión – le refuté mientras me removía pero él solo apretó más su agarre

-tu cuerpo es mío ahora – me besó, con necesidad, mordiendo mis labios, me obligó a corresponder al beso francés pero al sentir una de sus manos intentando meterse entre mi ropa reaccioné, ¡ni loco iba a dejar que me tocara de nuevo!

-vete al infierno – no sé cómo logré empujarlo, alcancé las llaves y toqué los botones, hasta que escuché que las puerta se abrieron, Reborn intentó sujetarme pero yo ya tenía la puerta abierta y me arrojé afuera, presuroso, reconocí el lugar, estábamos frente a su casa y claro, el maldito intentaba llevarme a la cama de nuevo ¡ni loco lo dejo! – déjame en paz, no te debo nada y no eres nada mío, ¡aléjate!

-vuelve aquí

-yare, yare hasta estaba empezando a perdonarte – le sonreí antes de empezar a caminar

-y yo creí que no eras un mocoso imbécil que hacia todo por dinero – eso fue un golpe bajo para mí, pero tenía razón

-cállate – le lancé la nieve que encontré en mi camino, cuando lo vi acercarse enfadado… ¡claro que no me iba a dejar atrapar! así que salí a corriendo hacia la calle principal, vi una cabellera rubia, corrí hacia él, no era Coli Neli pero al menos me ayudó cuando le dije – alguien me persigue, ¡por favor ayúdeme! – me llevó hasta la estación de policía donde mi declaración fue que alguien intentaba asaltarme, después de varias historias y explicaciones al fin respiré libertad, aunque no sabía por cuanto tiempo

 

 

 

 

 

Días más, días menos, solo veo… negrura…

 

 

 

 

 

Los problemas llegaron para Lambo, Reborn se volvió un sobreprotector y casi lo encontraba a donde quiera que el menor  iba, el ojiverde estaba harto, se desahogaba con I-pin contándole lo que ocurría claro que omitió la clase de trabajo que hacía “está celoso de Lancia” fue su escusa, al final Lambo terminó resignándose a tener a su acosador detrás de él todo el maldito día, pero que más daba, entre peleas soportaba los reclamos, ¿qué más podía hacer? Ahora era insoportable tenerlo cerca y justo cuando empezaba a agradarle de nuevo

 

 

 

Uno de esos días algo cambió, I-pin estaba saludando a sus hijos, recién había llegado de la fábrica, esperaba ansiosa el regreso de Lambo pero no fue eso lo que recibió, una llamada la alertó “Lambo no ha venido hoy a la universidad, ¿está enfermo?” algo le decía a I-pin que un problema se avecinaba, llamó a la cafetería pero “no llegó a su turno, pensé que se enfermó o algo” el jefe tampoco sabía nada, el celular apagado, estaba empezando a desesperarse, era tarde, demasiado tarde, casi las nueve de la noche, no creyó que Lambo regresara con Reborn porque simplemente era imposible, así que decidida decidió ir a buscarlo

-¿diga? – el teléfono de su casa sonó justo antes de que saliese

-I-pin… soy Tsuna, necesito que vengas – esa voz sonaba agitada, temblorosa, ¡que rayos pasaba!

-¿qué pasó? – sus manos le temblaban y sus ojos ya empezaban a derramar lágrimas

-encontré a Lambo – eso hizo que I-pin se emocionara

-¿en dónde?, ¿cómo está?, ¿está herido? – casi instantáneamente llegó a su mente la imagen de Lampo, las circunstancias apuntaban solo a eso… la venganza

-estoy llevándolo a una clínica – el terror invadió a I-pin que ya se imaginaba las razones de eso – algunos tipos lo arrojaron en un callejón, gracias a Dios lo vi

-¿Dónde?, solo dime – ni bien le dieron la dirección salió en busca de su amigo, sus lágrimas brotaban y esperaba lo peor… no quería imaginarse nada todavía

 

 

 

 

Notas finales:

Pues ni modo, espero sus críticas, seguramente no les pareció muy emocionante ese trabajo pero advertí que era sencillo

 

Creo que Reborn está calmado por el momento, ¿ustedes que creen? 

Como siempre les digo, cualquier duda, hipótesis, reclamo, crítica pueden dejarlo en un review, los contestaré a todos (por cierto los reviews antiguos los contesto mañana o pasado)

 

Nos veremos en la próxima

Besos!!!

 

*se va bostezando porque ya es de madrugada en su país*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).